No me gusta criticar duramente las películas que veo porque reconozco que hay un gran trabajo detrás de cada producción que, por si solo, ya merece reconocimiento.

Aclarado este punto, solo puedo exclamar: ¡¡Pero esto qué es!!. Bajo el mantra del progresismo, feminismo e "inclusismo" no todo tiene cabida. James Bond es James Bond desde que Ian Fleming tuvo la brillante inspiración de darle vida allá por 1953. Y si a alguien no le gusta, pues que no vaya a ver sus películas. Pero ver a Craig en el papel de Bond comportándose como Gosling en el Diario de Noa...un poco de respeto por favor!! Bond es mujeriego, viril, hedonista, crápula... Ya le quitaron el tabaco con Brosnan pero despojarlo del resto de cualidades que lo hacen único...por ahí ya no paso. Lo que he visto en Sin tiempo para morir, no es Bond. Es otra cosa muy alejada de nuestro agente secreto. Si esto es lo que nos espera a partir de ahora, que no cuenten conmigo para seguir al servicio de su majestad.

Podría contar que he estado 2 horas con una sonrisa de oreja a oreja o que en esos 120 minutos me he olvidado completamente del mundo exterior. O que se me escapaban algunas lágrimas con las escenas más emotivas. Pero creo que la frase que me ha dicho mi hijo de 17 años cuando salíamos de la sala lo resume a la perfección: “papá, tengo la piel de gallina”. Gracias Cruise por transmitir tanta pasión y por emocionar incluso a las nuevas generaciones. Maverick, eres muy grande!!