Cuando visioné la película me trajo a la memoria la trilogía de Richard Linklater ("Antes del amanecer"; "Antes del atardecer"; "Antes del anochecer"). No sorprendería una segunda parte dentro de siete y ocho años.
Los protagonistas van ganando en confianza ante la cámara a medida que avanza la película (al principio, diálogos simples y previsibles, si bien a medida que avanza la película los diálogos ganan fuerza).
Aborda tema de hoy; al estar rodada en Sevilla y contextualizar la situación que aborda, en la ciudad, refleja a la perfección el dilema de muchos jóvenes y no tan jóvenes (sevillanos) a día de hoy (la dicotomía entre arriesgarse y empezar una vida de cero, o conservar lo que tienes a riesgo de renunciar a una perspectiva llena de posibilidades; así como el posterior sentimiento de no pertenencia a ningún sitio).
Película que deja buen sabor de boca.

Película de terror setentera, entre "Al final de la escalera" y "La profecía", con la que los amantes del terror de aquella epoca disfrutarán, sin sangre de por medio, sólo con la música, rostros de los personajes, ambientación y sugerencias. A quien busque otra cosa (giros en la historia, escenas explícitas de violencia o sangre, o apariciones de fantasmas), le decepcionará.

Film que por causalidad llegó a mis manos (nunca lo había escuchado), y realmente me reconcilió con un género que en los últimos años está en horas bajas (no es necesario que todo esté manchado de sangre, ni que haya que exorcizar a una chica, para generar la inquietud que llegar a ocasionar el visionado de esta cinta).

Lo único que se salva es la idea de la que parte, abordando la consecuencia de la falta prolongada de sueño. Falla enormemente en la ejecución. Los protagonistas no transmiten nada, con diálogos insulsos y aburridos. La película se hace pesada, siendo de las pocas películas de Natalia de Molina que me ha costado trabajo (más bien esfuerzo) seguir viendo hasta acabar de visionar la cinta.

Trata de causar miedo con la oscuridad, música típica de estas películas (que más que miedo, generan sueño) y poco más.

Ideal para echar la siesta un domingo después de comer.

Oportunidad perdida, porque la idea no es mala, existiendo pocos ( por no decir ninguno) films de terror que exploren la capacidad de la mente desde la falta de sueño.