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Críticas ordenadas por utilidad
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6
13 de diciembre de 2013
13 de diciembre de 2013
471 de 584 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar mi crítica evitando que tengáis prejuicios sobre ella, evitando que penséis que soy un friki habitualmente cabreado por la adaptación, de esos que no entienden que Tom Bombadil no tenía cabida en la Comunidad del Anillo. Soy un gran fan de Tolkien y de las adaptaciones cinematográficas. Me encanta la trilogía del Señor de los Anillos, pese a sus cambios y a ser infinitamente inferior que los libros. Con la primera parte el Hobbit disfruté como un enano (nunca mejor dicho). Ciertamente estaba demasiado estirada, pero te ofrecía tres horas de entretenimiento sin parangón, alejándose del drama épico de sus predecesoras para ofrecernos una aventura de esas que ya no se ruedan, simple y emocionante. Acepté los cambios, comprendí que metiesen a Azog, que necesitaban un enemigo malísimo que combatir, incluso me gustó la adaptación de Radagast, por mucho que variase del personaje de las novelas. Era una película bastante simple: tres horas de enanos siendo enanos.
Pero esta… es pasarse.
La trama se estira hasta el infinito. Los personajes inventados no vienen a cuento, entorpecen la historia, la ralentizan. Buscan una épica inexistente en el texto original (que recordamos, no es más que un cuento). Jackson no puede olvidarse de la trilogía original y no se da cuenta que lo que tiene entre manos es diferente y no puede ser tratado igual. El personaje de Tauriel es un cortapega de Arwen, sin sentido, metido con calzador. Una pena, porque Evangeline Lilly está estupenda, pero no me la creo. Vergüenza su romance inventado, igualmente sin venir a cuento y que no aporta nada.
Lo mismo pasa con Bardo, un personaje que ha ganado un protagonismo excesivo y que vuelve a poner en evidencia que Jackson no sabe qué inventar y utiliza recursos pasados. En personalidad, en estética y todo, es una mala copia de Aragorn. Toda la parte de la ciudad del lago me aburre, se hace densa y dilatada. Horrible el personaje del gobernador, ese pobre Stephen Fry que no está cómodo con el papel. Y su consejero, otro cortapega de la trilogía anterior, un personaje exactamente igual al de Grima.
Bajo mi modesta opinión, en vez de rellenar con una épica inventada, podrían haber buscado profundizar en las relaciones entre los enanos, de los que simplemente se comenta por encima que algunos son familia. O de Bilbo con ellos. Es más, la película está tan ocupada en prepararnos para un gran desenlace épico que se olvida de lo más importante: del hobbit que le da título. Hay escenas en las que Bilbo es un mero secundario, que no tiene ni un diálogo y que hasta nos olvidamos de él.
No todo es malo en esta película. La escena de los rápidos, aunque muy exagerada, está rodada de maravilla, y resulta fresca y divertidísima. Las referencias ocultas a la trilogía anterior (el cameo de Gimli y de Jackson) son una joya. Y Smaug… toda la escena con Bilbo y Smaug es una maravilla. Lástima que queden enturbiadas por un sentimiento absoluto de decepción.
En definitiva, una saga que se ve muy perdida, sin rumbo, que se nota que no han sabido que hacer exactamente con ella, y que no puede desprenderse de su predecesora.
Pero esta… es pasarse.
La trama se estira hasta el infinito. Los personajes inventados no vienen a cuento, entorpecen la historia, la ralentizan. Buscan una épica inexistente en el texto original (que recordamos, no es más que un cuento). Jackson no puede olvidarse de la trilogía original y no se da cuenta que lo que tiene entre manos es diferente y no puede ser tratado igual. El personaje de Tauriel es un cortapega de Arwen, sin sentido, metido con calzador. Una pena, porque Evangeline Lilly está estupenda, pero no me la creo. Vergüenza su romance inventado, igualmente sin venir a cuento y que no aporta nada.
Lo mismo pasa con Bardo, un personaje que ha ganado un protagonismo excesivo y que vuelve a poner en evidencia que Jackson no sabe qué inventar y utiliza recursos pasados. En personalidad, en estética y todo, es una mala copia de Aragorn. Toda la parte de la ciudad del lago me aburre, se hace densa y dilatada. Horrible el personaje del gobernador, ese pobre Stephen Fry que no está cómodo con el papel. Y su consejero, otro cortapega de la trilogía anterior, un personaje exactamente igual al de Grima.
Bajo mi modesta opinión, en vez de rellenar con una épica inventada, podrían haber buscado profundizar en las relaciones entre los enanos, de los que simplemente se comenta por encima que algunos son familia. O de Bilbo con ellos. Es más, la película está tan ocupada en prepararnos para un gran desenlace épico que se olvida de lo más importante: del hobbit que le da título. Hay escenas en las que Bilbo es un mero secundario, que no tiene ni un diálogo y que hasta nos olvidamos de él.
No todo es malo en esta película. La escena de los rápidos, aunque muy exagerada, está rodada de maravilla, y resulta fresca y divertidísima. Las referencias ocultas a la trilogía anterior (el cameo de Gimli y de Jackson) son una joya. Y Smaug… toda la escena con Bilbo y Smaug es una maravilla. Lástima que queden enturbiadas por un sentimiento absoluto de decepción.
En definitiva, una saga que se ve muy perdida, sin rumbo, que se nota que no han sabido que hacer exactamente con ella, y que no puede desprenderse de su predecesora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película está plagada de incongruencias de guión. Para ejemplo, un botón:
Orcos ninjas paseando por la ciudad como Pedro por su casa, cuando un par de secuencias antes a los enanos les costó horrores infiltrarse en la ciudad. Y claro, como los orcos suelen ser así de discretos y sigilosos, pues nada oye.
Los enanos durante media hora de metraje escondidos en casa de Bardo, para que al final les descubran y no pase NADA.
Kili envenenado por una flecha de Morgûl. O sea, los orcos disparando a mansalva, sin acertar ni una, ¿y justo la que le da es una flecha maldita? O estos orcos son los mejor equipados de la historia, o vaya sobacada.
Legolas y Tauriel haciendo salvamentos en el último minuto para nada esperados. Y matando. Mucho. Demasiado. Sin recibir ni un rasguño. Y surfeando por encima de orcos. No tío, Jackson, no te cueles tanto, que no me lo creo.
Un dragón que puede oler y escuchar a un ser invisible pero no es capaz de detectar a trece enanos sudorosos debajo suya.
Un plan inventado en 2 minutos durante una pelea con un dragón y que consiste en… ¿fabricar una estatua de oro gigante? Y que resulta lo más ineficaz del mundo.
Gandalf, el mago más sabio de la tierra, metiéndose deliberadamente en una trampa que sabe que es una trampa y que no consigue nada con ello, sólo acabar encerrado.
Bilbo tiene un anillo mágico, que mágicamente parece olvidar llevar encima. Dependiendo de la escena que sea, y dependiendo de si al señor Jackson le apetece o no, recordará su existencia. ¿Qué hay una escena muy chula donde orcos les disparan? Nah, ahí no hay anillo. ¿Qué tienen que infiltrarse en una ciudad? Mejor me ensucio de pescado oiga, no vaya a ser que desgaste el anillo.
El final… digno de un judío avaricioso que solo busca llenarse los bolsillos con el dinero del espectador, dejando uno de los peores cliffhangers que he visto nunca. La sala entera exclamó una queja de decepción al aparecer los títulos de crédito.
Y como estas, tantas más que hasta el más tonto de los guionistas percibiría.
Orcos ninjas paseando por la ciudad como Pedro por su casa, cuando un par de secuencias antes a los enanos les costó horrores infiltrarse en la ciudad. Y claro, como los orcos suelen ser así de discretos y sigilosos, pues nada oye.
Los enanos durante media hora de metraje escondidos en casa de Bardo, para que al final les descubran y no pase NADA.
Kili envenenado por una flecha de Morgûl. O sea, los orcos disparando a mansalva, sin acertar ni una, ¿y justo la que le da es una flecha maldita? O estos orcos son los mejor equipados de la historia, o vaya sobacada.
Legolas y Tauriel haciendo salvamentos en el último minuto para nada esperados. Y matando. Mucho. Demasiado. Sin recibir ni un rasguño. Y surfeando por encima de orcos. No tío, Jackson, no te cueles tanto, que no me lo creo.
Un dragón que puede oler y escuchar a un ser invisible pero no es capaz de detectar a trece enanos sudorosos debajo suya.
Un plan inventado en 2 minutos durante una pelea con un dragón y que consiste en… ¿fabricar una estatua de oro gigante? Y que resulta lo más ineficaz del mundo.
Gandalf, el mago más sabio de la tierra, metiéndose deliberadamente en una trampa que sabe que es una trampa y que no consigue nada con ello, sólo acabar encerrado.
Bilbo tiene un anillo mágico, que mágicamente parece olvidar llevar encima. Dependiendo de la escena que sea, y dependiendo de si al señor Jackson le apetece o no, recordará su existencia. ¿Qué hay una escena muy chula donde orcos les disparan? Nah, ahí no hay anillo. ¿Qué tienen que infiltrarse en una ciudad? Mejor me ensucio de pescado oiga, no vaya a ser que desgaste el anillo.
El final… digno de un judío avaricioso que solo busca llenarse los bolsillos con el dinero del espectador, dejando uno de los peores cliffhangers que he visto nunca. La sala entera exclamó una queja de decepción al aparecer los títulos de crédito.
Y como estas, tantas más que hasta el más tonto de los guionistas percibiría.

6,9
47.591
10
26 de enero de 2009
26 de enero de 2009
326 de 350 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay pocos directores que sean capaces de filosofar a martillazos. Eisenstein creo el cine-puño, donde se dedicaba a pegar puñetazos en la cara a la gente. Sin embargo no quiero referirme al formalismo soviético con esta expresión...
Me refiero a estos directores que, contándote una simple historia, son capaces de destruir toda tu filosofía de vida, hacer que después de visionar su película tu concepción del mundo ya no vuelva a ser la que era antes, y te dejan una semana entera replanteándote tu vida. Destacaría tres de ellos: Ingmar Bergman, Clint Eastwood y ahora, Sam Mendes.
Se dedican a contarte verdades como puños. Nada es lo que parece en tu día a día, y tu perfecta vida no es más que un infeliz sueño. El amigo Mendes vuelve a contarnos la historia de "American Beauty", pero abandona ese toque humorístico par acercarse a una mirada mas propia de "Secretos de un Matrimonio".
Me abruma que esta película solo tenga un 7.5, y se que bajara aun mas. Debería tener un 10, o al menos superar el 8. Pero no puede ser. Es una película que hiere, que destroza, y la gente no esta preparada para enfrentarse a la verdad. Esta contada con un paralelismo al modo de vida de los Wheeler: solo aquellos que puedan penetrar y escuchar las palabras de "el loco" pueden comprender lo que realmente quiere decir esta película: que tu vida es una mierda. Y solo una persona fuerte es capaz de aceptarlo, e intentar cambiar. Los demás no entenderán esta película y seguirán pensando que su vida es perfecta. Como dijo Nietzsche: “No me entienden. No soy la boca para esos oídos.”
Después de leer muchas criticas hablando sobre la historia, el guión, las interpretaciones, la dirección... Prefiero centrarme solo en dos escenas, las más importantes y que más resumen el contenido de esta película:
Me refiero a estos directores que, contándote una simple historia, son capaces de destruir toda tu filosofía de vida, hacer que después de visionar su película tu concepción del mundo ya no vuelva a ser la que era antes, y te dejan una semana entera replanteándote tu vida. Destacaría tres de ellos: Ingmar Bergman, Clint Eastwood y ahora, Sam Mendes.
Se dedican a contarte verdades como puños. Nada es lo que parece en tu día a día, y tu perfecta vida no es más que un infeliz sueño. El amigo Mendes vuelve a contarnos la historia de "American Beauty", pero abandona ese toque humorístico par acercarse a una mirada mas propia de "Secretos de un Matrimonio".
Me abruma que esta película solo tenga un 7.5, y se que bajara aun mas. Debería tener un 10, o al menos superar el 8. Pero no puede ser. Es una película que hiere, que destroza, y la gente no esta preparada para enfrentarse a la verdad. Esta contada con un paralelismo al modo de vida de los Wheeler: solo aquellos que puedan penetrar y escuchar las palabras de "el loco" pueden comprender lo que realmente quiere decir esta película: que tu vida es una mierda. Y solo una persona fuerte es capaz de aceptarlo, e intentar cambiar. Los demás no entenderán esta película y seguirán pensando que su vida es perfecta. Como dijo Nietzsche: “No me entienden. No soy la boca para esos oídos.”
Después de leer muchas criticas hablando sobre la historia, el guión, las interpretaciones, la dirección... Prefiero centrarme solo en dos escenas, las más importantes y que más resumen el contenido de esta película:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El personaje de Michael Shannon, el loco, el único cuerdo que se atreve a destruir el muro de falsedad que construye cada pareja en su casa, después de soltarle un martillazo dialéctico a los Wheeler y ser expulsado de su casa por temor a reconocer la verdad, se da la vuelta y dice la frase mas demoledora e impactante que jamás he escuchado en la historia del cine (no exagero). Le dice: "Me alegro de no ser yo ese niño", refiriéndose al niño que se esta gestando en el vientre de April, ese niño no deseado, condenado a una eterna falsedad.
La otra escena es en definitiva la que resume todo el film. April a muerto y Frank tiene que irse a vivir fuera. Entonces su supuesta amiga, papel que interpreta Kathy Bates, empieza a despotricar contra ellos, demostrando toda la envidia que sentía hacia ellos por considerarlos mejores, aunque realmente todos están igual de podridos. Su marido esta a su lado mirándola, oyéndola, entonces se lleva la mano a su audífono y baja su volumen, hasta quedar totalmente en silencio. La película termina.
Ya nada importa. A ese hombre le han enseñado que la felicidad reside en casarse, tener una familia y un trabajo digno y estable. Ahora esta casado con una persona a quien no quiere, tienen una casa que no le gusta y finge ser feliz. Apaga su audífono para no escuchar, pues detesta lo que esta oyendo, es mas, no quiere oír porque tiene miedo a enfrentarse con su realidad. Es también una metáfora: esta sentado, oyendo a su odiada mujer, esperando a la muerte, viendo como su vida se va apagando como el volumen del audífono.
Ningún final desde "El crepúsculo de los dioses" me ha marcado tanto
Eso es lo que quiere decir el tito Mendes. El sueño americano es tener un trabajo, una esposa, prosperar, tener tu casita en las afueras para criar a tu estirpe. ¿Pero quien te dice que esto debe ser así? Son tus propios amigos, celosos de ti, que no pueden asumir que su vida es una mierda y la tuya magnifica, así que deben criticarte para sentirse ellos mismos seguros, deben convencerte que lo tuyo no son mas que sueños inalcanzables y convencerte de que la realidad es que, como dice Michael Shannon, es "inevitable". Así te infectan, te convierten en uno de ellos, en un muerto-viviente.
Consigues lo que ellos dicen que es bueno, lo apropiado. Y eres eternamente infeliz. Esperas sentado a la muerte, viendo como tu mujer se hace cada vez más vieja y tu trabajo te oprime. Luchas para conseguir algo que no quieres. Y esperas a la muerte, mientras tu estirpe crece sin amor para que en un futuro este sueño americano se mantenga
Gracias Sam, por este martillazo
La otra escena es en definitiva la que resume todo el film. April a muerto y Frank tiene que irse a vivir fuera. Entonces su supuesta amiga, papel que interpreta Kathy Bates, empieza a despotricar contra ellos, demostrando toda la envidia que sentía hacia ellos por considerarlos mejores, aunque realmente todos están igual de podridos. Su marido esta a su lado mirándola, oyéndola, entonces se lleva la mano a su audífono y baja su volumen, hasta quedar totalmente en silencio. La película termina.
Ya nada importa. A ese hombre le han enseñado que la felicidad reside en casarse, tener una familia y un trabajo digno y estable. Ahora esta casado con una persona a quien no quiere, tienen una casa que no le gusta y finge ser feliz. Apaga su audífono para no escuchar, pues detesta lo que esta oyendo, es mas, no quiere oír porque tiene miedo a enfrentarse con su realidad. Es también una metáfora: esta sentado, oyendo a su odiada mujer, esperando a la muerte, viendo como su vida se va apagando como el volumen del audífono.
Ningún final desde "El crepúsculo de los dioses" me ha marcado tanto
Eso es lo que quiere decir el tito Mendes. El sueño americano es tener un trabajo, una esposa, prosperar, tener tu casita en las afueras para criar a tu estirpe. ¿Pero quien te dice que esto debe ser así? Son tus propios amigos, celosos de ti, que no pueden asumir que su vida es una mierda y la tuya magnifica, así que deben criticarte para sentirse ellos mismos seguros, deben convencerte que lo tuyo no son mas que sueños inalcanzables y convencerte de que la realidad es que, como dice Michael Shannon, es "inevitable". Así te infectan, te convierten en uno de ellos, en un muerto-viviente.
Consigues lo que ellos dicen que es bueno, lo apropiado. Y eres eternamente infeliz. Esperas sentado a la muerte, viendo como tu mujer se hace cada vez más vieja y tu trabajo te oprime. Luchas para conseguir algo que no quieres. Y esperas a la muerte, mientras tu estirpe crece sin amor para que en un futuro este sueño americano se mantenga
Gracias Sam, por este martillazo

6,9
9.143
8
4 de enero de 2011
4 de enero de 2011
141 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay cinematografías que me comen la cabeza y plantean preguntas que por más que le doy vueltas, no puedo responder. La coreana es sin duda la que más atolladeros me genera. Esta película, por ejemplo; uno termina de verla y está emocionadísimo, le parece sin duda una genialidad. Y sin embargo, se pone a pensar en lo que le hace especial, y te cuesta admitir que es un argumento que hemos visto miles de veces, con los mismos personajes, los mismos giros de guión… lo que ocurre es que en las películas similares (hollywoodienses, claro está) aparece el típico actorzuelo musculoso y está dirigida por un chaval que piensa que cuanto más mueva la cámara y ponga efectitos, mejor será el film.
En corea saben que es lo que hace buena una película. Tienen otro tipo de sensibilidad. Nadie como los coreanos domina la narratividad, nadie presenta los personajes de esa manera, ni consigue romper la frontera entre espectador/película para sumergirnos tan dentro de la historia que conseguimos tener total afinidad con sus personajes. Sin olvidar mencionar la maravillosa mezcla de géneros que consigue transmitirnos emociones totalmente encontradas.
“The Man from Nowhere”, deudora de “Memories of Murder” y del pulso narrativo de “Old Boy”, basa su éxito en varios factores claves. En primer lugar, la exageración. Todos los personajes están llevados al extremo. Los malvados, más malos imposibles. El buenazo solitario, más frío y brutal que el Eastwood de los western de Leone. La niña inocente, que desde el primer momento en que aparece sabemos que va a sacarnos lágrimas a la fuerza. En segundo lugar, la trama comienza antes de presentarnos a los personajes protagonistas, lo que consigue engancharnos desde el primer momento y nos da la sensación de estar atrapado por los acontecimientos. Otro detalle es la manera de cuidar a sus personajes. Hasta el más secundario está perfectamente definido y tiene su momento de gloria en la trama. Todo tiene un por qué en esta película.
Pero sin duda, la clave de esta película (y de la mayoría del cine coreano) se encuentra en los pequeños detalles.
En corea saben que es lo que hace buena una película. Tienen otro tipo de sensibilidad. Nadie como los coreanos domina la narratividad, nadie presenta los personajes de esa manera, ni consigue romper la frontera entre espectador/película para sumergirnos tan dentro de la historia que conseguimos tener total afinidad con sus personajes. Sin olvidar mencionar la maravillosa mezcla de géneros que consigue transmitirnos emociones totalmente encontradas.
“The Man from Nowhere”, deudora de “Memories of Murder” y del pulso narrativo de “Old Boy”, basa su éxito en varios factores claves. En primer lugar, la exageración. Todos los personajes están llevados al extremo. Los malvados, más malos imposibles. El buenazo solitario, más frío y brutal que el Eastwood de los western de Leone. La niña inocente, que desde el primer momento en que aparece sabemos que va a sacarnos lágrimas a la fuerza. En segundo lugar, la trama comienza antes de presentarnos a los personajes protagonistas, lo que consigue engancharnos desde el primer momento y nos da la sensación de estar atrapado por los acontecimientos. Otro detalle es la manera de cuidar a sus personajes. Hasta el más secundario está perfectamente definido y tiene su momento de gloria en la trama. Todo tiene un por qué en esta película.
Pero sin duda, la clave de esta película (y de la mayoría del cine coreano) se encuentra en los pequeños detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Algo tan simple como una uña pintada en la mano del protagonista, símbolo de esa inocencia perdida, que recuerda a Cha Tae-sik aquello por lo que debe luchar. O esa otra niña a la que So-mi le pinta las uñas y que podemos reconocer por su mano en el depósito de cadáveres. Un millón de imágenes de la niña destripada no conseguiría dolernos tanto como ese pequeño detalle.
O la cara de Won Bin cuando mira dentro del maletero del coche. Aunque después se nos muestre su contenido, es nuestra imaginación al ver la desesperanza reflejada en su cara la que hace que conectemos con la causa de Cha Tae-sik.
Incluso ese personaje, el sanguinario asesino rival de nuestro protagonista, adquiere su lado mas humano tan solo con la expresión de su cara (en la escena de “los ojos”), que sin decirnos nada sabemos de él tiene ese trabajo porque es para lo que esta preparado, pero que en ningún momento aprueba las crueldades que hace su organización, y que finalmente es él quien salva a So-mi.
La conversión del protagonista y el afecto escondido que siente por la niña es algo difícil de explicar, y consigue trasmitir su unión mediante… ¡un mp3! Algo tan cotidiano que no nos paramos a pensar en lo íntimo que puede llegar a ser compartir algo tan personal como la música. Algo tan cotidiano que sólo la sensibilidad coreana sabe captar con su particular mirada cinematográfica.
En definitiva, nos encontramos ante un gran thriller de acción, que nos cuenta algo muy visto desde un punto de vista novedoso. Donde la acción está perfectamente coreografiada y los sentimientos afloran a raudales. Donde lo grande y espectacular está al servicio de lo pequeño e íntimo.
Donde podemos ver en la misma película a “León el profesional”, “El Fuego de la venganza”, a Harry el sucio o a Travis Bickle.
Donde el Yojimbo de Kurosawa parece haber llegado a Corea del Sur, y ante la cantidad de violencia que vemos en pantalla, queremos que el Hombre sin Nombre se quede para siempre con nosotros.
O la cara de Won Bin cuando mira dentro del maletero del coche. Aunque después se nos muestre su contenido, es nuestra imaginación al ver la desesperanza reflejada en su cara la que hace que conectemos con la causa de Cha Tae-sik.
Incluso ese personaje, el sanguinario asesino rival de nuestro protagonista, adquiere su lado mas humano tan solo con la expresión de su cara (en la escena de “los ojos”), que sin decirnos nada sabemos de él tiene ese trabajo porque es para lo que esta preparado, pero que en ningún momento aprueba las crueldades que hace su organización, y que finalmente es él quien salva a So-mi.
La conversión del protagonista y el afecto escondido que siente por la niña es algo difícil de explicar, y consigue trasmitir su unión mediante… ¡un mp3! Algo tan cotidiano que no nos paramos a pensar en lo íntimo que puede llegar a ser compartir algo tan personal como la música. Algo tan cotidiano que sólo la sensibilidad coreana sabe captar con su particular mirada cinematográfica.
En definitiva, nos encontramos ante un gran thriller de acción, que nos cuenta algo muy visto desde un punto de vista novedoso. Donde la acción está perfectamente coreografiada y los sentimientos afloran a raudales. Donde lo grande y espectacular está al servicio de lo pequeño e íntimo.
Donde podemos ver en la misma película a “León el profesional”, “El Fuego de la venganza”, a Harry el sucio o a Travis Bickle.
Donde el Yojimbo de Kurosawa parece haber llegado a Corea del Sur, y ante la cantidad de violencia que vemos en pantalla, queremos que el Hombre sin Nombre se quede para siempre con nosotros.
3 de enero de 2007
3 de enero de 2007
19 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a ser sincero, yo no me he leído el libro, pero todo el mundo me dijo que era muy bueno. Así que fui a ver la película con gran ilusión. Justo antes de entrar en la sala me encontré con un grupo de amigos que me dio opiniones muy diversas: que si estaba muy bien, que si era aburrida... empecé a dudar de la película. No obstante, desde que empezó hasta que terminó consiguió cosas que muy pocas películas han conseguido: que no pueda mover los ojos de la pantalla, que no quiera que se acabe, y que gruesas lágrimas cayesen por mis mejillas.
Realmente es una historia asombrosa. La búsqueda de la belleza, de la propia identidad, las ansias de vivir, quedan registradas de manera espectacular. Es tan magistral que te ves identificado con el asesino, y tienes miedo debido a comprendes porqué mata, y lo apoyas. Consigues ver el mundo desde sus ojos.
Dejo de hablar del plano argumental, pues este es creado por el autor del libro, no por el director. Pero en el plano que a este respecta, también la película es una obra sobresaliente. Tiene un maravilloso cuidado del color. La vida de Baptiste es fría y gris, tanto como esos planos oscuros y sinuosos donde transcurre su vida. Pero en los cambios que efectúa a mejor, como llegar a la ciudad, como matar a la última chica, como cuando va a ser ejecutado, la escena es luminosa, con colores muy calidos. Se puede decir que la iluminación va en armonía con el ánimo del personaje, y con su auto superación.
Ni hablar siquiera de la capacidad genial de trasmitir los olores mediante simples planos visuales. Cuanto mas intenso es el olor, o más desagradable, más rápida es la sucesión de escenas. Y cuanto más embriagador, más lentas y armoniosas, hasta llegar a la cumbre de la película, donde no sólo puedes oler el perfume, sino que quieres formar parte de la orgía desenfrenada.
Es, en definitiva, una de las mejores películas que he visto y que más me ha transmitido únicamente con imágenes.
Realmente es una historia asombrosa. La búsqueda de la belleza, de la propia identidad, las ansias de vivir, quedan registradas de manera espectacular. Es tan magistral que te ves identificado con el asesino, y tienes miedo debido a comprendes porqué mata, y lo apoyas. Consigues ver el mundo desde sus ojos.
Dejo de hablar del plano argumental, pues este es creado por el autor del libro, no por el director. Pero en el plano que a este respecta, también la película es una obra sobresaliente. Tiene un maravilloso cuidado del color. La vida de Baptiste es fría y gris, tanto como esos planos oscuros y sinuosos donde transcurre su vida. Pero en los cambios que efectúa a mejor, como llegar a la ciudad, como matar a la última chica, como cuando va a ser ejecutado, la escena es luminosa, con colores muy calidos. Se puede decir que la iluminación va en armonía con el ánimo del personaje, y con su auto superación.
Ni hablar siquiera de la capacidad genial de trasmitir los olores mediante simples planos visuales. Cuanto mas intenso es el olor, o más desagradable, más rápida es la sucesión de escenas. Y cuanto más embriagador, más lentas y armoniosas, hasta llegar a la cumbre de la película, donde no sólo puedes oler el perfume, sino que quieres formar parte de la orgía desenfrenada.
Es, en definitiva, una de las mejores películas que he visto y que más me ha transmitido únicamente con imágenes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tal vez sea muy rebuscado, pero yo no podía dejar de ver a Nietzsche en toda la obra. La voluntad de poder de que nos habla el amigo Friedrich era lo que impulsaba a Jean-Baptiste a vivir, y lo que hacia que la gente muriera a su paso. Y fue el hedor del mundo lo que le hizo salvarle cuando era solo un recién nacido. Es la vida y la belleza lo que buscaba. Es él un artista, tan venerado por el filosofo, con la capacidad de analizar el mundo mediante su nariz y capaz de representarlo a su antojo. Y el perfume es su representación particular del mundo, de la belleza y de la vida. Si, amigos míos, porque el perfume no es otra cosa que la misma vida. El pueblo rechaza la vida y al asesino, pero este, una vez que consigue llegar al superhombre, cuando tiene el perfume entre las manos, lo ofrece a la gente. No se le puede decir no a la vida misma, y el pueblo se entrega a ella, a los sentidos y al exceso descontrolado. Pero cuando despiertan, vuelven a rechazar la vida, vuelven a la castidad, y nadie menciona nada de lo ocurrido.

7,0
47.055
3
22 de octubre de 2013
22 de octubre de 2013
45 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vergüenza es lo que siento cuando veo una película como esta. Vergüenza de que nos sigan vendiendo el rollo americano white power de que buenos somos todos los estadounidenses y que bien funciona la marina. Vergüenza que nos pongan otra vez a los negros (en este caso, cuando no son los moros o cualquier tipo de persona no aria) como los super chungos marroneros drogadictos y desalmados. Vergüenza de la planitud de los personajes, sin explicación ninguna de sus situaciones, no más de tres pinceladas por encima de la situación que tienen en África. Y por supuesto, el personaje principal… ¿para qué explicar nada? es Tom Hanks, ese tío cae bien, no hace falta ni escribir al personaje. Vergüenza que la única manera de crear emoción sea con planos cerrados del señor Hanks poniendo cara de preocupación y haciendo como si de verdad le importaran una mierda los personajes que tiene alrededor.
Vergüenza que para generar tensión tengan que recurrir a una banda sonora estridente, repetitiva, y ensordecedora que no cesa en todo el maldito metraje de la película. Vergüenza que no haya ni un solo jodido plano estéticamente bello en todo el film. Que si, que la cámara en mano crea tensión y dinamismo… pero cojones, hazla bien, trata al plano como lo que es, componlo, ilumínalo, piénsalo, no lo grabes como te salga de las gónadas porque sí. Esa manía de Greengrass de usar cámara en mano y movimientos rápidos (ojo, rápidos, que no fluidos) ya huele y canta. Al principio podía quedar como estética “novedosa”, pero con tantas películas en su haber lo que denota es que no tiene ni idea de cine.
Vergüenza haberme gastado 3 euros en semejante bodrio, que encima se hace largo cual día sin pan. Una historia que no conduce a ningún lado, que no aporta nada, y que cualquiera habría podido contar en una hora, pero que el señor Paul alarga y estira hasta 130 insufribles minutos.
Pero no todo ha de ser malo en esta película, tiene su parte buena. Gracias a su visionado, sé que no he de volver a ver ninguna película dirigida por Greengrass.
Vergüenza que para generar tensión tengan que recurrir a una banda sonora estridente, repetitiva, y ensordecedora que no cesa en todo el maldito metraje de la película. Vergüenza que no haya ni un solo jodido plano estéticamente bello en todo el film. Que si, que la cámara en mano crea tensión y dinamismo… pero cojones, hazla bien, trata al plano como lo que es, componlo, ilumínalo, piénsalo, no lo grabes como te salga de las gónadas porque sí. Esa manía de Greengrass de usar cámara en mano y movimientos rápidos (ojo, rápidos, que no fluidos) ya huele y canta. Al principio podía quedar como estética “novedosa”, pero con tantas películas en su haber lo que denota es que no tiene ni idea de cine.
Vergüenza haberme gastado 3 euros en semejante bodrio, que encima se hace largo cual día sin pan. Una historia que no conduce a ningún lado, que no aporta nada, y que cualquiera habría podido contar en una hora, pero que el señor Paul alarga y estira hasta 130 insufribles minutos.
Pero no todo ha de ser malo en esta película, tiene su parte buena. Gracias a su visionado, sé que no he de volver a ver ninguna película dirigida por Greengrass.
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