No sentí pena con la muerte de la mujer, tampoco con la del general y mucho menos con la de la madre. Los flashbacks a la película anterior y en el momento en el que suena "Now we are free" si que me consiguieron poner los pelos de punta, pero no sentí lo mismo que con la primera. Tampoco me gustó la escena de los tiburones, demasiado forzado el deseo de incluir algo más tecnológicamente avanzado que en la primera. El diálogo tampoco me supo a nada; me faltó algúna frase épica como la de Máximo cuando dice que obtendrá su venganza en esta vida o en la otra.