¿Por qué se mueren tan pronto las luciérnagas? pregunta la pequeña Setsuko. Las cosas más hermosas parecen avocadas a la existencia efímera, la pureza y la virtud son elementos valiosos pero que solo parecen tener un valor moral, la supervivencia se nos ha expuesto de tal manera que solo siendo capaces de sustraernos de nuestras bondades y sentimientos nos haremos merecedores de ella, dicen que el metraje exagera y se regodea en el dolor, parece ser que la guerra exagera y se regodea en el dolor, que la situación es terrible y manipuladora, porque parece ser que la guerra entiende de compasión y mesura, que es dolor por dolor. La muerte de la inocencia es devastadora...pero lo es más aquellos ojos que la contemplan sin ningún tipo de compasión, ver un mundo que les rodea y hace que no existen es lo que te deja tocado, es un espejo cuyo reflejo no me gusta ver, es un mundo que no quiero. Setsuko y Seita son dos luciérnagas, que mueren muy pronto, en realidad ya habían muerto, su mundo les había matado, dos luciérnagas con un brillo maravilloso, corto y fugaz, pero alentador, seres maravillosos ajenos a un mundo que lo deja de ser poco a poco, y en su tumba está su recuerdo.