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Críticas ordenadas por utilidad
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7,1
175
10
7 de abril de 2021
7 de abril de 2021
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llama la atención la baja nota media que tienen películas tan buenas en filmafinitty. Una posible explicación que se me ocurre es que la mayoría, como el caso que nos ocupa, no tienen en los créditos una figura consagrada o una estrella conocida, pese a su enorme calidad.
Este film, entre el noir y el drama, con tanto en común con Furia de Fritz Lang, resulta una película rodada sin grandes alardes, pero con mucha profesionalidad y un gran sentido de la narrativa. El film tiene un ritmo excelente, comenzando con un ritmo más pausado, hasta alcanzar el frenesí enloquecido y la tensión narrativa y emocional del final (algo que se ve reflejado en la actuación excelente de Lloyd Bridges, sobre todo en la parte final). Las imágenes de la cárcel son soberbias, la lectura de la carta pone los pelos de punta. La película no hace concesiones, es ruda, áspera, es violenta, pero tiene ese conflicto de la fatalidad del cine negro, y esa denuncia de la violencia desatada de la turba contra el individuo. Además, una dura crítica a la prensa, que se erige como elemento manipulador de las masas. No hay unas actuaciones portentosas, pero sí muy correctas (la mayoría han sido secundarios, muchas caras conocidas para el espectador del cine de estos gloriosos años) . En la película confluyen varias historias y diversos aspectos humanos que son tratados con habilidad y eficiencia. Unos grandes diálogos, en ocasiones podíamos achacar que en exceso moralizantes, pero funciona muy bien.
Una verdadera joya a descubrir, mi nota sube a 10 porque considero que es muy difícil con tan pocos medios hacer algo tan grande, tan bien elaborado y llevado, y que realmente logre emocionar.
No se la pierdan.
Este film, entre el noir y el drama, con tanto en común con Furia de Fritz Lang, resulta una película rodada sin grandes alardes, pero con mucha profesionalidad y un gran sentido de la narrativa. El film tiene un ritmo excelente, comenzando con un ritmo más pausado, hasta alcanzar el frenesí enloquecido y la tensión narrativa y emocional del final (algo que se ve reflejado en la actuación excelente de Lloyd Bridges, sobre todo en la parte final). Las imágenes de la cárcel son soberbias, la lectura de la carta pone los pelos de punta. La película no hace concesiones, es ruda, áspera, es violenta, pero tiene ese conflicto de la fatalidad del cine negro, y esa denuncia de la violencia desatada de la turba contra el individuo. Además, una dura crítica a la prensa, que se erige como elemento manipulador de las masas. No hay unas actuaciones portentosas, pero sí muy correctas (la mayoría han sido secundarios, muchas caras conocidas para el espectador del cine de estos gloriosos años) . En la película confluyen varias historias y diversos aspectos humanos que son tratados con habilidad y eficiencia. Unos grandes diálogos, en ocasiones podíamos achacar que en exceso moralizantes, pero funciona muy bien.
Una verdadera joya a descubrir, mi nota sube a 10 porque considero que es muy difícil con tan pocos medios hacer algo tan grande, tan bien elaborado y llevado, y que realmente logre emocionar.
No se la pierdan.

6,7
461
9
27 de marzo de 2021
27 de marzo de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Hijo de la Furia, 1942, John Cromwell.
Estelar reparto para un delicioso film de aventuras que se erige como un canto hacia la libertad de los esclavos, y sobre todo como una búsqueda del sentido de la vida que vuelve a remitir a la sencillez y a los sentimientos puros en contraposición a las riquezas, los altos puestos y las ciudades industriales. No tiene grandes pretensiones, sin embargo logra lo mejor que puede hacer el cine: emocionar, entretener y ser un deleite de belleza y buen gusto.
La fotografía es espléndida con un uso del blanco y negro magnífico, lleno de matices de luces y sombras que más que cine de aventuras recuerdan al noir, y ciertas escenas nos traen recuerdos de atmósferas góticas casi de terror. Un gran ritmo narrativo, quizá a la mitad decae un poco, pero se recupera muy bien,excelentes diálogos, maravillosa puesta en escena, y una enorme variedad de registros, desde las casas nobles con sus candelabros, cuadros, largas escaleras llenas de misterio, pasando por barcos, hasta islas con bellas nativas, peleas a puñetazos, cárceles...nada fácil condensar tanto en poco más de hora y media. Si bien hay algunas licencias que el film se toma, lo cierto es que no empañan el resultado de una cinta dinámica, con escenas bellísimas y buen gusto y grandes interpretaciones. George Sanders está muy bien, la bella Gene Tierney cumple muy bien, aunque el que más destaca ea Tyrone Power, enardecido por la.injusticia y sus ganas de venganza, cada escena le presenta arrebatado, lleno de energía, como una fuerza llena de furia que have justicia al título de la película. Cada mirada, cada movimiento ponen de manifiesto un deber más allá del presente que debe cumplir, un destino que le domina y llena de fuego sus venas. Extraordinario. Del director John Cromwell, solo decir que no tiene el prestigio que se merece: esmerado y cuidada dirección, que sabe sacar partido a los planos y escenas, la iluminición de los rostros, y la narrativa excelente. Infancia rebelde, viejos nobles y buenos, boxeo, barcos, bailes de máscaras, islas perdidas, bellas nativas, romance, traición, bailes exóticos...nada le falta. Totalmente recomendada.
Estelar reparto para un delicioso film de aventuras que se erige como un canto hacia la libertad de los esclavos, y sobre todo como una búsqueda del sentido de la vida que vuelve a remitir a la sencillez y a los sentimientos puros en contraposición a las riquezas, los altos puestos y las ciudades industriales. No tiene grandes pretensiones, sin embargo logra lo mejor que puede hacer el cine: emocionar, entretener y ser un deleite de belleza y buen gusto.
La fotografía es espléndida con un uso del blanco y negro magnífico, lleno de matices de luces y sombras que más que cine de aventuras recuerdan al noir, y ciertas escenas nos traen recuerdos de atmósferas góticas casi de terror. Un gran ritmo narrativo, quizá a la mitad decae un poco, pero se recupera muy bien,excelentes diálogos, maravillosa puesta en escena, y una enorme variedad de registros, desde las casas nobles con sus candelabros, cuadros, largas escaleras llenas de misterio, pasando por barcos, hasta islas con bellas nativas, peleas a puñetazos, cárceles...nada fácil condensar tanto en poco más de hora y media. Si bien hay algunas licencias que el film se toma, lo cierto es que no empañan el resultado de una cinta dinámica, con escenas bellísimas y buen gusto y grandes interpretaciones. George Sanders está muy bien, la bella Gene Tierney cumple muy bien, aunque el que más destaca ea Tyrone Power, enardecido por la.injusticia y sus ganas de venganza, cada escena le presenta arrebatado, lleno de energía, como una fuerza llena de furia que have justicia al título de la película. Cada mirada, cada movimiento ponen de manifiesto un deber más allá del presente que debe cumplir, un destino que le domina y llena de fuego sus venas. Extraordinario. Del director John Cromwell, solo decir que no tiene el prestigio que se merece: esmerado y cuidada dirección, que sabe sacar partido a los planos y escenas, la iluminición de los rostros, y la narrativa excelente. Infancia rebelde, viejos nobles y buenos, boxeo, barcos, bailes de máscaras, islas perdidas, bellas nativas, romance, traición, bailes exóticos...nada le falta. Totalmente recomendada.

6,7
81.243
10
17 de febrero de 2023
17 de febrero de 2023
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
He vuelto a ver este film, que fuera de mis favoritos de mi infancia, con el reparo y el miedo que siempre da el tiempo y los años. Y sin embargo, lo he visto desde otra perspectiva, diferente, pero quizá más ajustada a la realidad. Y mi nota tiene que ser un diez. No porque sea gran cine, sino porque es una gran película. Y como debe ser, justifico mi nota de la mejor manera que puedo.
No situamos a finales de los 70,una década que supuso para el cine una constante desmitificación de todo lo heroico, un elogio a la fealdad y al mal gusto. El cine "clásico" había caído, las estrellas estaban mayores o muertas, es la época de los "tacos", de ese "hiperrealismo" de lo chabacano, de mostrar lo peor del aspecto humano. Y creo que todo eso ya había cansado al público. De pronto, un hombre de aspecto noble, caballeroso, ideal eterno de caballero, se despoja de su traje mundano, abriendo su pecho (a pecho descubierto) dejando que toda la grandeza, lo bello, la valentía, el arrojo y la bondad, recobren sus alas en la forma de un superhéroe. Y la gente recupera el entusiasmo, Aplauden al héroe. La gente de todas partes, la de la película y el espectador. Porque ha vuelto. Nunca se terminó de ir, pero le habían olvidado. Y ese entusiasmo es el que despliega la película. Con el apoyo de la impresionante partitura de John Williams (que también en su lengua nos habla de un retorno a la grandeza, de algo que surge del misterio, con notas breves que anuncian y avanzan, para subir hasta la euforia orquestal majestuosa) hay entusiasmo en el film, entusiasmo que contagia, hay una convicción de que el hombre puede volar ("Usted creerá que un hombre puede volar") es decir, recorrer los cielos pero no sólo físicamente, sino también moralmente. Superman es Christopher Reeve, no digo que actúa, sino que es él; actúa de Clark Kent, pero Superman es él. Como sacado de otra época, no sólo de otra galaxia, la actuación es impecable, un hombre que no es humano, pero que al mismo tiempo es más humano que todos, el más humano de ellos. Lo reconocemos en cada instante. Un caballero de los que ya no existen, que irrumpe en la realidad, vestido de manera estrambótica pero totalmente verosimil, y que no se ve con extrañeza, sino con encendida admiración. y todo eso el gran Reeve lo hace a la perfección. Y todo, pese a ser fantasía, nos parece totalmente verosímil, real, y maravilloso.
El guión no es redondo, pero creo que el aspecto humano está tan bien tratado que trasciende cualquier "tema" del film. Las etapas de la película están bien diferenciadas, y bien construidas y dosificadas, pese a que los hechos de Kripton quedan inconclusos (esto seguramente debido a que se gestó con miras ya una segunda parte) Pero Superman trata de Superman y de Lois, fundamentalmente. Trata del amor. y quizá uno de los defectos es que Superman se come a la película. Tal es su fuerza, tal es el acierto del director al saber sacar tan buen partido a las escenas de acción y al talento de Reeve y su química con Margot Kidder, que el tema del film se empobrece un poco, para quedar eclipsado por la figura solitaria de Superman y por el amor. El paseo por los cielos es absolutamente delicioso, en la noche, bajo la luz de la luna, y la voz en off de la enamorada. Pero en ese amor hay una disputa importante, un elemento dramático, que es la doble personalidad de nuestro protagonista. Superman es demasiado perfecto para poder "ser", y esto él lo sabe. Clark es él pero no es él. Clark somos o hemos sido un poco todos al enfrentarnos a la mujer que amamos, un puñado de inseguridad e ingenuidad, sin iniciativa.
La película, como digo, se resiente en varios puntos, yo no lo niego, ni pretendo decir que sea una obra maestra del cine. Porque eso es insostenible. Pero está rodada con autenticidad, misterio, y entusiasmo, algo que ya no se ve. Está rodada con el espíritu del cómic, sin pretenciosidad alguna, pero afecto y esmero por el personaje. El casting fue todo un acierto, el clima que se respira en la oficina es soberbio, estresante, a veces ridículo, pero siempre totalmente verosímil de un gran diario en una mañana de ajetreo. Las escenas dramáticas poseen mucha fuerza, tienen mucho vigor, humanidad y grandeza.
La presencia de Marlon Brando y Glenn Ford hacen aún la película más grande. Gene Hackman está soberbio como Luthor, y tengo que insistir, el film hace hincapié constante en el aspecto humano, a pesar de ser una película de espectáculo, de prodigio técnico, nunca descuida a la persona.
Los "malos" son de puro cómic, llenos de peculiaridad, más bien planos, pero del todo eficientes, disparatados, pero creíbles en este mundo que nos brinda Richard Donner.
Es una película más de los 80 que de los 70. Tiene ese aire ingenuo que necesita el cómic, que lo exige. Y es una película que llama a esos valores eternos perdidos, al regreso de un mesías de un salvador. Apuesta por la grandeza y por el entusiasmo, por el exceso casi, y lo logra con creces. Nos quedamos con la boca abierta, porque vemos (y creemos en ello) un hombre que vuela, porque vemos el rostro noble y bueno de un hombre que ayuda a los demás, porque vemos a un hombre que ama por encima de todo. Reeve posee un rostro capaz de decir todo eso. Porque estamos ante el retorno del Héroe. Y cuando una película contagia de tal manera algo tan grande, no importan algunos chistes, no importa un guión un tanto inconexo, ni ciertas licencias; las aceptamos, las aplaudimos, porque todo eso es "peccata minuta" cuando suena la partitura de John Williams y volvemos a soñar, a ascender hacia los cielos y a sentir que en el mundo aún hay esperanza.
No situamos a finales de los 70,una década que supuso para el cine una constante desmitificación de todo lo heroico, un elogio a la fealdad y al mal gusto. El cine "clásico" había caído, las estrellas estaban mayores o muertas, es la época de los "tacos", de ese "hiperrealismo" de lo chabacano, de mostrar lo peor del aspecto humano. Y creo que todo eso ya había cansado al público. De pronto, un hombre de aspecto noble, caballeroso, ideal eterno de caballero, se despoja de su traje mundano, abriendo su pecho (a pecho descubierto) dejando que toda la grandeza, lo bello, la valentía, el arrojo y la bondad, recobren sus alas en la forma de un superhéroe. Y la gente recupera el entusiasmo, Aplauden al héroe. La gente de todas partes, la de la película y el espectador. Porque ha vuelto. Nunca se terminó de ir, pero le habían olvidado. Y ese entusiasmo es el que despliega la película. Con el apoyo de la impresionante partitura de John Williams (que también en su lengua nos habla de un retorno a la grandeza, de algo que surge del misterio, con notas breves que anuncian y avanzan, para subir hasta la euforia orquestal majestuosa) hay entusiasmo en el film, entusiasmo que contagia, hay una convicción de que el hombre puede volar ("Usted creerá que un hombre puede volar") es decir, recorrer los cielos pero no sólo físicamente, sino también moralmente. Superman es Christopher Reeve, no digo que actúa, sino que es él; actúa de Clark Kent, pero Superman es él. Como sacado de otra época, no sólo de otra galaxia, la actuación es impecable, un hombre que no es humano, pero que al mismo tiempo es más humano que todos, el más humano de ellos. Lo reconocemos en cada instante. Un caballero de los que ya no existen, que irrumpe en la realidad, vestido de manera estrambótica pero totalmente verosimil, y que no se ve con extrañeza, sino con encendida admiración. y todo eso el gran Reeve lo hace a la perfección. Y todo, pese a ser fantasía, nos parece totalmente verosímil, real, y maravilloso.
El guión no es redondo, pero creo que el aspecto humano está tan bien tratado que trasciende cualquier "tema" del film. Las etapas de la película están bien diferenciadas, y bien construidas y dosificadas, pese a que los hechos de Kripton quedan inconclusos (esto seguramente debido a que se gestó con miras ya una segunda parte) Pero Superman trata de Superman y de Lois, fundamentalmente. Trata del amor. y quizá uno de los defectos es que Superman se come a la película. Tal es su fuerza, tal es el acierto del director al saber sacar tan buen partido a las escenas de acción y al talento de Reeve y su química con Margot Kidder, que el tema del film se empobrece un poco, para quedar eclipsado por la figura solitaria de Superman y por el amor. El paseo por los cielos es absolutamente delicioso, en la noche, bajo la luz de la luna, y la voz en off de la enamorada. Pero en ese amor hay una disputa importante, un elemento dramático, que es la doble personalidad de nuestro protagonista. Superman es demasiado perfecto para poder "ser", y esto él lo sabe. Clark es él pero no es él. Clark somos o hemos sido un poco todos al enfrentarnos a la mujer que amamos, un puñado de inseguridad e ingenuidad, sin iniciativa.
La película, como digo, se resiente en varios puntos, yo no lo niego, ni pretendo decir que sea una obra maestra del cine. Porque eso es insostenible. Pero está rodada con autenticidad, misterio, y entusiasmo, algo que ya no se ve. Está rodada con el espíritu del cómic, sin pretenciosidad alguna, pero afecto y esmero por el personaje. El casting fue todo un acierto, el clima que se respira en la oficina es soberbio, estresante, a veces ridículo, pero siempre totalmente verosímil de un gran diario en una mañana de ajetreo. Las escenas dramáticas poseen mucha fuerza, tienen mucho vigor, humanidad y grandeza.
La presencia de Marlon Brando y Glenn Ford hacen aún la película más grande. Gene Hackman está soberbio como Luthor, y tengo que insistir, el film hace hincapié constante en el aspecto humano, a pesar de ser una película de espectáculo, de prodigio técnico, nunca descuida a la persona.
Los "malos" son de puro cómic, llenos de peculiaridad, más bien planos, pero del todo eficientes, disparatados, pero creíbles en este mundo que nos brinda Richard Donner.
Es una película más de los 80 que de los 70. Tiene ese aire ingenuo que necesita el cómic, que lo exige. Y es una película que llama a esos valores eternos perdidos, al regreso de un mesías de un salvador. Apuesta por la grandeza y por el entusiasmo, por el exceso casi, y lo logra con creces. Nos quedamos con la boca abierta, porque vemos (y creemos en ello) un hombre que vuela, porque vemos el rostro noble y bueno de un hombre que ayuda a los demás, porque vemos a un hombre que ama por encima de todo. Reeve posee un rostro capaz de decir todo eso. Porque estamos ante el retorno del Héroe. Y cuando una película contagia de tal manera algo tan grande, no importan algunos chistes, no importa un guión un tanto inconexo, ni ciertas licencias; las aceptamos, las aplaudimos, porque todo eso es "peccata minuta" cuando suena la partitura de John Williams y volvemos a soñar, a ascender hacia los cielos y a sentir que en el mundo aún hay esperanza.

6,3
35
9
21 de diciembre de 2023
21 de diciembre de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me explico la baja nota que tiene este film. Reconozco que lo vi con reparo al ver que aquí era puntuado por debajo de 6. Pero el reparto y el equipo que participaba me animaron. Max Steiner en la música y en la fotografía James Wong Howe ya son garantía de calidad. Y por supuesto John Garfield. La historia no es nueva, la hemos visto más veces en el cine: un hombre inocente es condenado por error, no tiene justicia, y esta situación parece formar parte de su destino. Lo que tiene este film más asentado es el romance entre Garfield y la maravillosa Priscilla Lane, pues está extraordinaria: una actuación impecable, pocas veces se habrá visto tal embeleso en la pantalla, tanta dulzura y frescura que derrochan las escenas en las que aparece.
La película posee un gran ritmo, peca a veces de ingenuidad, otras de situaciones poco consistentes, pero todo esto se puede pasar, ya que lo que interesa es la relación amorosa entre los protagonistas, y cómo va evoluiocnando, y esas maravillosas gentes que se cruzan en su camino. Pues este film tiene toques y momentos de Capra: a pesar de parecer un"noir" por la temática (aunque en 1939 quizá aún es temprano para este concepto), el film es una especie de drama romántico más bien. Nombro a Capra porque veremos al menos dos personajes extraordinarios que se cruzan en la vida de estos enamorados fugitivos, más salidos de un cuento, llenos de alegría y optimismo, lo que otorga momentos de gran alegría y casi de comedia. Pronto todo vuelve a la tragedia del destino del fugado, pero al final veremos un juicio donde todo cobra sentido. Ritmo, romance, belleza, es una película que merece mucho más crédito, y recomiendo a los amantes de la edad de oro del cine que la vean sin prejuicios: sin ser una obra maestra, yo he disfrutado muchísimo y ha llegado a emocionarme con algunas escenas magníficamente llevadas, con gran sensibilidad y sentimiento
La película posee un gran ritmo, peca a veces de ingenuidad, otras de situaciones poco consistentes, pero todo esto se puede pasar, ya que lo que interesa es la relación amorosa entre los protagonistas, y cómo va evoluiocnando, y esas maravillosas gentes que se cruzan en su camino. Pues este film tiene toques y momentos de Capra: a pesar de parecer un"noir" por la temática (aunque en 1939 quizá aún es temprano para este concepto), el film es una especie de drama romántico más bien. Nombro a Capra porque veremos al menos dos personajes extraordinarios que se cruzan en la vida de estos enamorados fugitivos, más salidos de un cuento, llenos de alegría y optimismo, lo que otorga momentos de gran alegría y casi de comedia. Pronto todo vuelve a la tragedia del destino del fugado, pero al final veremos un juicio donde todo cobra sentido. Ritmo, romance, belleza, es una película que merece mucho más crédito, y recomiendo a los amantes de la edad de oro del cine que la vean sin prejuicios: sin ser una obra maestra, yo he disfrutado muchísimo y ha llegado a emocionarme con algunas escenas magníficamente llevadas, con gran sensibilidad y sentimiento
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Acaba bien. Para mi sorpresa,e se toque Capra al final se cumple en un film que hacía presagiar lo peor. Para mi gusto, acaba muy bien, deja un gran sabor de boca y un aliento de esperanza. Extraña mezcla que ha salido muy bien.
9
5 de noviembre de 2021
5 de noviembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Une Si Jolie Petite Plage 1949 (Una playa tan bonita) Dirigida por Yves Allegret.
La presencia del genial actor Gerard Phillipe, y la temática, me llevaron a este film francés enmarcado en el noir. Vaya gran sorpresa. Ambiente nostálgico, atmósfera muy elaborada, entre lluvia y niebla junto a una playa interminable en la que jamás sale el sol. Una sombra de un hombre lleno de tristeza llega a un hotel, habla poco, se sienta en un rincón con la mirada perdida y a veces, a solas, se echa a llorar. Pasea, trata con algunos personajes misteriosos y poco a poco el.film va dando detalles de qué es lo que ocurre. Lo averiguamos rápido, sin embargo, la película lo que desea ilustrar es el perfil psicológico más que otra cosa. Los planos son soberbios, el ritmo es tranquilo pero sin pausa, como la lluvia. Los paisajes que vemos son gris ceniza, los vemos bajo la mirada de un extraordinario Gerard Phillipe, un personaje romántico, abatido, que transmite en todo momento un algo misterioso, una pérdida y una resignación hacia la pena. Extraordinaria Madelein Robinson, la actriz que hace de criada y su relación con él: dos personajes perdidos, perdedores, abatidos por la vida, dos árboles truncados ya que se apoyan el uno en el otro para no caer del todo. Impecables detalles, film denostado por la Nouvelle Vague de manera injustificada; es más, yo diría que Truffaut se basó en la soberbia y atrevida (y desoladora) escena final de la playa para su obra Los 400 golpes. A descubrir y a reivindicar.
La presencia del genial actor Gerard Phillipe, y la temática, me llevaron a este film francés enmarcado en el noir. Vaya gran sorpresa. Ambiente nostálgico, atmósfera muy elaborada, entre lluvia y niebla junto a una playa interminable en la que jamás sale el sol. Una sombra de un hombre lleno de tristeza llega a un hotel, habla poco, se sienta en un rincón con la mirada perdida y a veces, a solas, se echa a llorar. Pasea, trata con algunos personajes misteriosos y poco a poco el.film va dando detalles de qué es lo que ocurre. Lo averiguamos rápido, sin embargo, la película lo que desea ilustrar es el perfil psicológico más que otra cosa. Los planos son soberbios, el ritmo es tranquilo pero sin pausa, como la lluvia. Los paisajes que vemos son gris ceniza, los vemos bajo la mirada de un extraordinario Gerard Phillipe, un personaje romántico, abatido, que transmite en todo momento un algo misterioso, una pérdida y una resignación hacia la pena. Extraordinaria Madelein Robinson, la actriz que hace de criada y su relación con él: dos personajes perdidos, perdedores, abatidos por la vida, dos árboles truncados ya que se apoyan el uno en el otro para no caer del todo. Impecables detalles, film denostado por la Nouvelle Vague de manera injustificada; es más, yo diría que Truffaut se basó en la soberbia y atrevida (y desoladora) escena final de la playa para su obra Los 400 golpes. A descubrir y a reivindicar.
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