La adaptación darwiniana de la selección natural es una premisa interesante para este film lleno de buenas intenciones. Está claro que una buena dirección de fotografía no sólo es encuadrar o encontrar un perfecto ángulo, como escribir un gran guión, que tiene que ir más allá de unos diálogos coherentes.
De argumentos elegantes saben Tarantino o los Cohen, pero también Ken Loach con sus estupendos guiones de critica social firmados por Laverty.
Con un metraje excesivo, el director de Memories of Murder acaba agotando y, no sólo la paciencia del espectador, sino la coherencia de un entramado a priori interesante que siempre pide más. Por eso, todos sabemos que "no es lo mismo" disfrutar de una peli completa de principio a fin que, simplemente, aguantar y esperar a los títulos de crédito finales.

Scott Ryan consigue reinventar la comedia negra y lo hace con un estilo atractivo. Cuenta muchas cosas en muy poco tiempo, en episodios de apenas media hora, con personajes a veces surrealistas pensados para que destaquen en sus historias, con situaciones verosímiles o no, diálogos duros, y también cómicos. Su film "The Magician se ha transformado en una serie que combina las relaciones humanas con consecuencias que traspasan en ocasiones la crueldad, la inocencia e incluso el sentido común. En definitiva, cuenta algo mil veces contado pero lo hace de forma correcta y puede que improvisado, con escenas de acción donde se nota el buen asesoramiento y el buen gusto, consiguiendo que al final, pases un buen rato.

Cuando eres capaz de visionar una historia y además empatizar con ella entonces es cuando sientes el "respeto" que realmente merecen las personas que se preocupan por hacer buen cine y tienen la suerte de que les salga bien. Seré, de nuevo, breve, como lo fui con The Night Of, por respeto, porque es lo que transmite esta estupenda historia muy contada e interpretada, una investigación policial cuidada y, lo que es mejor o peor, según se mire, que sucedió de verdad.

El secreto de un trabajo elegante. Si empezamos por la historia donde no hay fisuras espacio temporales y donde todo se conecta, con aparente sencillez, sin que pierdas detalle ni te pierdas preguntándote qué o cómo, porque todo fluye como una gran novela negra perfectamente escrita pero tocándote el alma, que es lo que realmente afecta cuando te sientes parte de las vidas, de los defectos y de los encuentros bellos de esta magistral obra. Todo lo que cuentan lo hacen con amor, con dolor, con cariño, con violencia..., y te llega porque todo es honesto, no hay trampa, es lo que hay. Y además están ellos, los actores, Soledad Villamil, que te mira y te cautiva y se adapta a su papel como si lo hubieran escrito para ella. O Ricardo Darín, capaz de transmitir todas las sensaciones necesarias para una historia desgarradora. O el magnífico Guillermo Francella, que parece que no actúa cuando interpreta un personaje como si una personalidad propia se hubiera adueñado de él. Hay mucha riqueza en esta película, hay mucho amor, una amistad inquebrantable y demasiado dolor, todo junto consiguiendo tocarte el corazón.

Hace tiempo que quería hablar sobre The Night Of, ocho episodios del mejor cine, y seré breve. La historia está perfectamente contada: el guión es sublime, la fotografía elegante, los personajes todos son buenos, y no lo digo porque sí, sino porque dentro de ese magnífico argumento todos hacen lo que tienen que hacer y lo hacen bien, desde el abogado defensor hasta el policía investigador o la fiscal, y todos perfectamente interpretados desmontando un sistema judicial en el que, a veces y muy a menudo, las cosas pasan. El ambiente bien rodado y la música ayudan sin duda a sumergirte en la trama, con guiño musical (a mi juicio) a El hombre que nunca estuvo allí, "The trial of Ed Crane".