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Críticas 89
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
6
15 de octubre de 2021
141 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente le doy vueltas a cómo las (tele)series están dominando el lenguaje audiovisual, imponiéndose claramente a las películas convencionales. "Madres paralelas" ejemplifica para mí este hecho, que me parece indudable.
Las series disponen de tiempo (no ilimitado, pero sí muy amplio) para introducir y desarrollar tramas paralelas, y ya depende del talento de guionistas y directores que logren confluir para que el conjunto sea compacto, interrelacionen y no se disperse.
A la película en formato clásico, en cambio, a menudo no le da tiempo a abrir todo lo que quiere plantear, y cerrar la trama de manera coherente. En ocasiones no importa demasiado; otras veces (esta) la sucesión de peripecias vitales de los personajes saturan, agobian, y terminan por desconectar: no puede caer una bomba atómica cada cuarto de hora, y dejar al espectador preparado para la siguiente, como si cada vez fuera nueva. El resultado en esta película es que los temas propuestos, más o menos interesantes, no terminan de ligar en una salsa al punto.
Llegados a este punto, hay que hablar de las tramas, y para estar tranquilo me mudo a la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el melodrama de las cuatro mujeres (dos madres, dos hijas), se mete con calzador la asignatura no resuelta de las fosas de ciudadanos asesinados y enterrados como basura en el contexto de nuestra Guerra Civil. El gesto queda un poco torcido porque son dos temas que no terminan de casar...
Lo mismo ocurre con el origen del embarazo de Ana-Milena. Violación grupal, indefensión de la víctima, sistema judicial que no llega. Da la impresión de que al Almodóvar guionista le interesó este tema, y aquí lo metió como lo podía haber metido en cualquier otra película.
De la saturación de problemas en torno a la salud y el infortunio ya había dado muestras en obras anteriores ("Dolor y gloria", sobre todo "Julieta"), la muerte súbita de Anita, el cáncer de la esposa de Israel Elejalde. Acaba por cansar.
¿Metemos también con calzador un personaje trans? Venga, va. Total, ya puestos.
La historia de Aitana-Teresa es patética. E irritante. Pedro, mira, verás, en España hay ley de divorcio desde 1981. Toda vez que Ana-Milena nació en 2000 (año arriba, año abajo) la mención que hace Teresa al Tribunal de la Rota es, más que una inexactitud, una estupidez, y con mala leche además: el cine de Almodóvar se ve en el mundo, y no será que mi país tenga todos los problemas resueltos, pero de ahí a que España, entrado el nuevo milenio, sea un estado teocrático en el que el clero tenga decisión sobre relaciones personales y su legalidad... Así se construyen las leyendas negras, luego no nos quejemos.
Israel Elejalde no sale bien parado, le cuesta imprimir intensidad a su personaje, y termina siendo un pegote. Milena Smit tampoco se hace con el suyo. Despliega bien, pero en el momento de la verdad (la confesión de Penélope-Janis) se desploma cuando el director la hace víctima de una reacción a lo Tele5, y ya no remonta. Rossy de Palma y Julieta Serrano no pintan nada en esta película.
Por último, el final. Atolondrado y apresurado, resta mucho. Ese colegueo, ese buenismo (elijo conscientemente tan manido término), no cuadra para nada, remata mal el despliegue de intensidad con que nos ha obsequiado la película.

... ¿Y sin embargo, un 6? Pasen y vean. Vean a Penélope Cruz comiéndose la pantalla. A una actriz excelsa, en madurez y plenitud. Sobrevolando todas las disfunciones del guión, que sólo su mirada sostiene. Yo vería a esta actriz incluso leyendo el BOE.
26 de noviembre de 2013
93 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
... de esta película que entre todos los estrenos de una semana.
En todo caso, más que en todo el resto de la Sección Oficial del Festival de Cine de Gijón, 2013.

Desde el punto de vista formal, un hipnótico (y bellísimo) blanco y negro; la recuperación de un formato insólito en estos tiempos, 3 X 4; un encuadre forzado, con foco bajo, con muchísimo aire por encima de los personajes, que permanecen "aplastados" por esa cantidad de espacio que los rodea por encima. Un ritmo lento sin apenas movimientos de cámara que configuran secuencias pictóricas (Vermeer, Millet); ritmo lento no retórico, sino coherente con una trama argumental que pide esa lentitud a gritos: recordemos que transcurre en la Polonia de 1960, ¿habrá un escenario y un ritmo que exija más un ritmo pausado...?
Y sin embargo, a pesar de estos aspectos formales casi disuasorios, una película apasionante. Una película necesaria, que no un ajuste de cuentas. Una adolescente que dará un paso en la vida, metáfora de lo que es hoy unas sociedades centroeuropeas desorientadas, con obvias dificultades para asumir el pasado, para conciliar los hechos ciertos que se van conociendo con la propaganda recibida desde el final de la 2ª G.M..
Cada fotograma de la película sobrecoge porque es magistral a la hora de trasladarnos a ese momento de la historia y a ese lugar de Europa.
Un mundo desolado, brutal, en el que Pawlikowski tuvo el acierto pleno de contarnos que, a pesar de todo, las gentes se empeñaban en amar y en buscar la luz: en este caso, la parte más luminosa viene de la música de John Coltrane...

Cine necesario a la hora de hacerlo; cine imprescindible a la hora de verlo...
27 de noviembre de 2016
90 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego, razón tenía Garci: qué grande es el cine y la diversidad de opiniones que genera una misma obra. Siempre me asombra que personas cuyo criterio valoro, estimo y me referencia, tengan una apreciación tan diametralmente opuesta a la mía... Líbreme Dios (y Billy Wilder, valga la redundancia) del espíritu de contradicción, de llevar la contraria por llevarla; y ojalá hubiera disfrutado yo también de lo que para mis amigos constituye una delicatessen y a mi me ha resultado un engrudo indigesto.

Para empezar, niego la mayor. O esto no es una comedia, o yo he perdido todo sentido del humor.
La machacona reiteración de los supuestos gags hacen que Toni no me parezca un tipo ocurrente y divertido cuyas bromas inviten a su receptora a reflexionar sobre su vida en general y su profesión en particular, sino un estomagante personaje que nos recuerda sin piedad a ese cuñado pelmazo que en la cena de navidad se empeña en reiterar su misma única broma año tras año desde que hace treinta alguien le rio esa gracieta: él la incorporó a su repertorio, y el resto la soporta como una liturgia tan inevitable como el discurso del Rey: que se ponga y se quite los dientes postizos (y la peluca, no olvidemos la peluca, debe ser la misma de Carrillo en 1975) treinta veces en la película, tiene gracia?, lo dudo; tiene sentido?, pues tampoco me parece, pero en fin...

(Para no reventar su argumento, señalo algunos detalles en la zona spoiler).

Pasemos a la calidad de la película como tal: el debate sobre su planteamiento político y social no debería menoscabarla si la tuviera; nadie en su sano juicio (bueno, nadie no: acaba de ganar Trump) reivindica el mensaje de "El nacimiento de una nación" (la peli de Griffith, aclaro: va a estrenarse otra homónima), pero la infamia de su planteamiento no anula su consideración de obra seminal del cine.

El sentido de la síntesis es inexistente: de ahí el título de este comentario, tomado de una canción de Pablo Milanés, "La vida no vale nada". Y de ahí también la queja de la mayoría de las críticas: no es larga, es larguíiiiiiiiiísima para lo que cuenta.

Igual podríamos referirnos al desconocimiento de la directora del concepto de la elipsis: esta señora cree que tiene que mostrárnoslo todo, en un montaje pesado y sin ritmo, olvidando una máxima irrenunciable en el cine (y en la vida): lo que no suma, resta.

Su supuesta novedad no me resulta tal. Todo esto ya lo hemos visto, y sin tanto ditirambo ni pretenciosidad, en "La ciudad no es para mí", en "El diablo viste de Prada"; en las películas del landismo (un tanto aggiornado, claro, en apartamentos de diseño), en "Un día de furia"... Por cierto, si no nos reímos de Michael Douglas cuando su carga de estrés lo rompe, ¿donde está la gracia del ataque de ansiedad de Inés, al recibir a sus invitados desnuda porque la tensión puede con ella? Lo mismo podríamos decir de Bridget Jones, ¿por qué Renée Zellweger en la escena final de su "Diario..." persiguiendo a Colin Firth medio desnuda es cine barato de sobremesa dominical, y resulta que Inés persiguiendo al pelmazo de su padre disfrazado de Chewbacca es una escena desopilante, exquisito bocado de cinéfilos?

Termino ya, que me paso de espacio, falta lo peor: lo peor de todo es que esta irritante película resulta insoportablemente aburrida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En general, las situaciones absurdas no me hacen gracia, y me incomodan mucho. Pero no por empatía con personaje alguno, sino por vergüenza ajena ante su pura tosquedad. Por ejemplo, la escena de sexo la vi con profundísimo desagrado; yo, que no me creo un puritano mojigato, e incluso considero a Rocco Siffredi un buen actor de género (pese a su escasez de registros). Desde luego esa escena no encaja en modo alguna con el género de comedia... Y de ahí en adelante, por el estilo; como irrumpir en la casa de personas que no tenían nada que ver con la historia para pintar unos huevos de Pascua y dejar su fiesta patas arriba, sólo para que la detestable liquidadora pueda cantarnos por Whitney Huston..., sí, sí, el amor más grande, ja!, y su posible redención de la canalla en que se convirtió: su personaje revela quien fatalmente es ya: Inés Conradi está perdida, se dejó abducir por el lado oscuro de la fuerza, la música de la Huston no evitó que cambiara de empresa pasando de Bucarest a Singapur..., a hacer lo mismo, claro, según yo entendí. Por lo demás, me resulta obscena esa sucesión de escenas: ella viene de comentar con su padre que cuantos más obreros despida el encargado, menos tendrá que despedir ella..., y luego canta que se lo podrán quitar todo, menos la dignidad... Jajajaj, me rompo la garganta de reír, qué gracia, por favor, pero qué gracia... Vamos, me hace tanta gracia que me apetece asaltar la Bastilla otra vez.

Completo este acercamiento a la lectura política del argumento alertando sobre su obvio mensaje reaccionario hasta decir basta. Y es que ya estoy un poco cansado de estos dramas que aquejan a estas mujeres-piraña, que es habitual que se nos contrapongan a las marujas: yo quiero mujeres (como hombres, pero nosotros no nos vemos afectados por este asunto tan específica y explícitamente) de verdad; ni mantis, ni mujeres felpudo; quiero creer que para romper el techo de cristal ni hay que convertirse en una hija de puta, ni renunciar a una vida personal plena a cambio de un (discutible) éxito profesional.
6 de septiembre de 2018
70 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ficción prehistórica es un maravilloso campo abierto. Fascina porque se puede construir casi cualquier argumento sin especial preocupación por la exactitud: nadie que viviera aquellas épocas las testimonió, más que por escasísimos vestigios con que los arqueólogos intentan organizar un puzle irremrdiablemente incompleto. A condición, eso sí, de que la historia resulte verosímil y su desarrollo tenga un mínimo de credibilidad. Vamos, que si no podemos certificar que sea vero, debe al menos ser bien trovatto.
Nada de ello presenta esta deplorable película. No es sólo que la historia carezca del menor interés; es que cada escena canta más falsa que un máster universitario de donde ustedes ya saben...
A su lado, una medianía como El clan del oso cavernario es una obra maestra; por no hablar de la película de referencia, En busca del fuego, bien es verdad que ambas están separadas por un buen puñado de milenios.
La ambientación resulta menos que mediocre; la fotografía empalagosa y cargante, y los detalles argumentales absurdos hasta lo inimaginable.
Contraria, y lamentablemente (me encantaría haberlo sentido, para eso sigue yendo uno al cine), a lo que leo en las consideraciones de otros usuarios, no hay un solo gramo de emoción en toda la peripecia de este chavalín en busca del hogar: no lo hace mal del todo, teniendo en cuenta que no tiene personaje que defender ni historia en que situarse.
Antes de dejar algún comentario en zona spoiler, decir que lo pasé bien al final de la peli: como a la contraparte de Sabina en 19 días y 500 noches, en vez de fingir, me dio por reír..., los premios Razzie este año lo tienen claro...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Me embiste un bisonte de dos toneladas, en varios viajes, y ni muero ni nada: mi papi le tira una jabalinina, y bisonte a cascala...
- Me parto una pierna, pongo unos palitos alrededor de las canillas, y corro y salto que me las pelo.
- Caigo en un lago congelado, quedo bajo su capa de hielo, y con un cuchillito de luna lunera rompo un cacho y ayudado por Alpha, salgo a la superficie: tampoco muero, ni ahogado ni ultracongelado como un guisante de frudesa: seco mi ropita, y adelante.
- Me desplazo por un inabarcable páramo gélido (hielo que cayó de la noche a la mañana), pero cada noche encuentro leña seca para hacer una candelita vacilona.
- Soy lampiño, pero en un estupendo giro argumental (astutos guionistas), en cuanto me quedo solín, me sale un bigotito (un poco ridículo, pero bigotito al fin y al cabo) confirmando mi hombría.
- Estoy solo en el mundo, pero me baño en un lago con un meyba de gamuza, que me da vergüencilla que me vea en bolas mi chucho.
- Esta es muy buena. Un león de las cavernas llega a casa, y se la encuentra ocupada por un lobo averiado y famélico y su dueño, por el estilo. El lobo ataca al león, lo acojona y lo acorrala, y el chaval, de un solo flechazo lo remata instantáneamente.
- Para el final, el desgüeve: el lobo era hembra, y estaba preñada, y con los cinco lobitos que tuvo la loba seguramente se inició la historia de las canciones infantiles...
27 de diciembre de 2012
39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, sí, no pasa nada, el tema da para ello. Otra de cómo una persona con una discapacidad tan severa que lo sitúa en las fronteras de la vida decide vivir. Algunas críticas que me han precedido valoran el respeto que muestra la película por los personajes; otras estiman su inteligente sentido del humor; el virtuosismo de los intérpretes; la honestidad con que se trata toda la historia. Estoy de acuerdo con todas, y añadiría como otra virtud la elegancia. Donde "Intocable" nos ofrecía brocha gorda sin sustancia (Ay, mucho quejarse del cine español, pero ¿alguien ha visto más de dos pelis francesas de calidad por temporada en los últimos años?), "Las sesiones" nos ofrece sutileza y muy buen trabajo de los guionistas en los diálogos. Donde "La escafandra y la mariposa" nos sometía a un electroshock casi insoportable, esta película nos cuenta que hay otra manera de enfrentarse a los límites de la vida. Para completar referencias, la he visto más cercana a la fuera de serie "Las alas de la vida" que a la pelín sobrevalorada "Mar adentro". Y no es fácil acercarse a este asunto sin condescendencias paternalistas; aunque bordea peligrosamente el sentimentalismo, rara vez cae en él (si acaso, ese final discursivo y algo innecesario, ese sermón sacerdotal prescindible: ya lo habíamos visto en la propia película).
Me llamó la atención que evita el morbo con la receta más simple: si no hay ocultación de algo, ese algo deja de ser morboso; y aquí hay sexo casi explícito: no es necesario ir más allá, Helen Hunt no pretende ser Sasha Grey.
Creí ver en el personaje de William Macy una cierta envidia cuando el protagonista le cuenta sus avances en el terreno sentimental-sexual. Un hombre físicamente completo, envidiando a un tipo con las limitaciones de John Hawkes. Me pareció una metáfora divertida y conmovedora, que completa con la escena de la visita en plan colega con unas birras, sobre cómo somos, qué sentimos, el precio de la existencia del ser humano, de vivir una vida que valga la pena... ¿vi más de lo que hay, algún otro espectador comparte esta impresión?.
Hay muchos momentos en los que asoma la sonrisa, y alguno en el que hay risas abiertamente. El momento más divertido lo dejo anotado en spoiler...

En definitiva, una película que cuenta una historia, de una manera eficaz y desenfadada (sin embargo, no engañarse: no ahorra la brutal tragedia que vive el protagonista). Aúna calidad y accesibilidad, ideal para recomendar a esos espectadores para quienes la afición al cine no supone el veneno que es para un servidor...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El momento de celos del marido de Helen Hunt resulta objetivamente desternillante: si tienes cierta tendencia a los celos, no parece apropiado que tu mujer sea terapeuta sexual. Lo cual, bien pensado, viene a poner de manifiesto otra metáfora de la película: el cómo se manifiesta el sexo, el amor, la relación entre ambos, en fin, el lío de siempre...
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