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3
27 de enero de 2009
27 de enero de 2009
62 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algo más de tras años que vi esta película; fue en el festival de cine de Sevilla donde, además, unos pocos privilegiados pudimos charlar con Bela Tarr, invitado de renombre. Y aunque ocurrió en noviembre de 2005, aún recuerdo que tuve un episodio de paranoia, como si la mayoría de la sala, con el director a la cabeza, se estuviesen burlando de mí. Tras la proyección, en el turno de réplicas, unos pocos osados le preguntamos a Bela Tarr por el significados de algunos aspectos del film. A lo que el húngaro contestaba que no existían ni simbolismos ni metáforas en el film, y agregaba respuestas tópicamente ambiguas. Sinceramente, a mí me sonaron como “ni yo mismo sé lo que significa, pero si divago y nadie me entiende, pensaréis que soy un genio”. En Armonías de Werckmeister aprecié demasiada pretenciosidad; y si ha sido calificada como obra maestra, en más de un caso ha sido simplemente por temor a parecer un ignorante si se reconoce que no se ha entendido nada. A día de hoy, ni mis compañeros del festival ni nadie me ha otorgado una explicación convincente de dónde radica la genialidad de Bela Tarr.
Estéticamente la cinta tiene algunos “momentos” bellos, pero nada del otro mundo. Los interminables planos (me torturó sobre todo un plano fijo de varios minutos, que dicho parece poco, pero vivido en una sala de cine se hace una eternidad, de unos obreros saliendo de una fábrica, creo recordar) y lo insulso de su argumento hacen que el metraje de está película sea prescindible en el 90%. Soy de los que piensan que el cine debe expresar algo, o simplemente divertir. Esto último está claro que no (realmente creo que a nadie en el mundo), y en lo segundo, al menos a mí no me dijo nada. Aún así es un cine arriesgado, algo siempre digno de elogiar, y por tanto se debe corresponder con un visionado (jeje, qué son 145 minutos en la vida de un ser humano?) y que cada uno juzgue por sí mismo. Pero para ilustrar la situación, diré a los que hayan visto Ghost World (Terry Zwigoff, 2001): fue como en la clase de Arte, donde Thora Birch se queda anonada de que es la única que está percibiendo que la proyección del corto realizado por la profesora es una solemne memez. Bela Tarr es uno de esos realizadores que juguetean en la delgada línea entre el genio y el fraude. Y me temo que tiene los dos pies en lo segundo.
Estéticamente la cinta tiene algunos “momentos” bellos, pero nada del otro mundo. Los interminables planos (me torturó sobre todo un plano fijo de varios minutos, que dicho parece poco, pero vivido en una sala de cine se hace una eternidad, de unos obreros saliendo de una fábrica, creo recordar) y lo insulso de su argumento hacen que el metraje de está película sea prescindible en el 90%. Soy de los que piensan que el cine debe expresar algo, o simplemente divertir. Esto último está claro que no (realmente creo que a nadie en el mundo), y en lo segundo, al menos a mí no me dijo nada. Aún así es un cine arriesgado, algo siempre digno de elogiar, y por tanto se debe corresponder con un visionado (jeje, qué son 145 minutos en la vida de un ser humano?) y que cada uno juzgue por sí mismo. Pero para ilustrar la situación, diré a los que hayan visto Ghost World (Terry Zwigoff, 2001): fue como en la clase de Arte, donde Thora Birch se queda anonada de que es la única que está percibiendo que la proyección del corto realizado por la profesora es una solemne memez. Bela Tarr es uno de esos realizadores que juguetean en la delgada línea entre el genio y el fraude. Y me temo que tiene los dos pies en lo segundo.
6
24 de marzo de 2016
24 de marzo de 2016
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Steamboy tiene un impecable dirección técnica. Visualmente es una espectacula, una obra de arte. Cada plano es un cuadro. El universo tecnológico-decimonónico que se ha creado el colega Ôtomo es una pasada, muy currado.
Lástima que falle algo que suele venir fallando en los ánimes: el guión. La historia no tiene nada del otr mundo, ni fu ni fa... los personajes totalmente planos y estereotipados... El argumento muy infantil (Steamboy va dirigido a un público adulto)... La trama se pierde en acción y movidas tecnológicas...
Digamos que si fuera una peli de Hollywood, los Oscar de efectos especiales, vestuario y fotografía se los llevaría del tirón... Pero para los importantes no estaría ni nominada
Lástima que falle algo que suele venir fallando en los ánimes: el guión. La historia no tiene nada del otr mundo, ni fu ni fa... los personajes totalmente planos y estereotipados... El argumento muy infantil (Steamboy va dirigido a un público adulto)... La trama se pierde en acción y movidas tecnológicas...
Digamos que si fuera una peli de Hollywood, los Oscar de efectos especiales, vestuario y fotografía se los llevaría del tirón... Pero para los importantes no estaría ni nominada

5,7
30.360
6
22 de enero de 2014
22 de enero de 2014
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Hay que ser estúpido para hacer una película sobre Kung Fu y llamarla 'The Karate Kid'.
Hay que ser estúpido para ambientarla en un colegio de Pekín y que la película transcurra en inglés (unos torpes chinos intentando chapurrear el idioma del protagonista yankee; cuanto más malos son, peor hablan inglés).
En fin, la peli es todo lo que se espera de un remake de una peli mítica de los 80. La historia de Karate Kid, pero con Kung Fu, en China y con un prota superguay, que va en monopatín, baila breakdance y es el terror de las nenas. Los protagonistas hacen una bastante correcta interpretación, pero cuando haces un remake cuentas ya con una buena historia y un nombre, pero la sombra de la original es demasiado alargada.
Hay que ser estúpido para ambientarla en un colegio de Pekín y que la película transcurra en inglés (unos torpes chinos intentando chapurrear el idioma del protagonista yankee; cuanto más malos son, peor hablan inglés).
En fin, la peli es todo lo que se espera de un remake de una peli mítica de los 80. La historia de Karate Kid, pero con Kung Fu, en China y con un prota superguay, que va en monopatín, baila breakdance y es el terror de las nenas. Los protagonistas hacen una bastante correcta interpretación, pero cuando haces un remake cuentas ya con una buena historia y un nombre, pero la sombra de la original es demasiado alargada.
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