Mis altas expectativas quedaron fulminadas en menos de cinco minutos, en un arranque de película en el que la calidad de las actuaciones o de los diálogos brillaba por su ausencia y en el que de sobra se intuye TODO lo que ocurrirá a continuación.
Las actuaciones son más forzadas y malas que en cualquier película porno: DiCaprio va tan caricaturizado que hace imposible meterse en el argumento con credibilidad. Hasta Ben Kingsley (alias "mi currículum apesta") lo hace mejor, y ni aún así... Todos los personajes son tópicos: polis con voz grave que fuman todo el tiempo, médicos pedantes y de aspecto siniestro, enfermos mentales salidos de un espectáculo freak...
La trama es más predecible que un capítulo del equipo A. Nada más arrancar la película ya intuyes por dónde irán los tiros. Pasada una hora se adivina el desenlace sin esfuerzo, de modo que la otra media película restante es sólo una tediosa prolongación de lo que ya sabemos (los últimos veinte minutos son de lo más prescindible, diseñados para personas cortitas que aún no hayan olido el hedor de un argumento cadáver).
Por otra parte, la banda sonora está en algún punto entre lo cutre y lo cargante. Música de tensión en escenas vacías de contenido, momentos de melodía cortada sin venir a cuento...
Y para colmo la película está llena de errores de montaje, con fallos de racord constantes que es imposible que pasen desapercibidos.

Lo positivo es que no es una película cutre, sino mala. Peor hubiera sido dedicar estas dos horas a ver algo del estilo "Boa vs. Pitón".