Mi gran pasión han sido las películas de animación, y estoy ante una de las mejores, con una historia original y fresca, un lindo humor sano, una magnífica música y un protagonista que logra romper barreras y alcanzar su sueño a pesar de todos los obstáculos que se le impusieron, fui a ver la película con buenas expectativas, pero nunca me espere algo tan maravilloso como lo fue Ratatouille, y con esto estoy totalmente convencido de que los mejores artistas en animación son Pixar (aunque ellos no hayan creado Shrek), obras maestras como Buscando a Nemo, Monsters Inc. y Ratatouille demuestran que Pixar es la mejor de su terreno (a pesar de tropiezos como Cars). Ratatouille demuestra que una gran película te lleva a mundos extraordinarios mas allá de nuestra imaginación y no tienes que ser un niño para disfrutarla ya que la película misma te vuelve uno de nuevo. No hay otra película este año que le pueda arrebatar el Oscar de Animación a Ratatouille.

En realidad yo nunca fui fan de Batman, el nunca fue mi superheroe favorito, pero hay alguien del universo de Batman que siempre he visto como el mejor: El Joker (Guasón en Latinoamérica) desde que vi la maravillosa película de Tim Burton supe que el Joker era uno de los más grandes villanos, obviamente interpretado por el grandioso Jack Nicholson, que le robó descaradamente el protagonismo a Batman.
Después de ver Batman Inicia, y ver que al final te dicen que el Joker ya está empezando a causar tumultos, no pude esperar a ver esta segunda parte, que definitivamente, es una de las mejores películas que he visto, y claro, todo es gracias al Joker, el mejor villano de todos, que es realmente el protagonista de The Dark Knight, Heath Ledger ha hecho lo imposible, crear un verdadero villano, un villano que hace ver que el mal no siempre puede ser detenido, un villano que te da una mezcla inexplicable de sentimientos al verlo (miedo, suspenso, admiración), el mejor villano de la historia. Simplemente, El Caballero de la Noche es una obra maestra del séptimo arte, que no debe perderse por nada del mundo.