Creo que son dos las veces que he visto esta película, tres como mucho. La primera hace aproximadamente 8 años, cuando yo tenía 24, por casualidad, un viernes por la noche quizás, que la echaban por la tele. Y la segunda hará probablemente 4 años. Se trata de una de esas pequeñas cosas que pasan por la vida, ocultas, y que lamentablemente no tenemos acceso a ellas, acceso fácil, al menos. Una producción sin relevancia comercial, pero que, y es posible que la misma realizadora haya pensado alguna vez, acaba desatándose y superando cualquier tipo de expectativa, intención o registro. A la esencia misma de la adolescencia y la juventud, mostrada y expuesta de un modo limpio, puro, sin ningún tipo de aderezo, con la misma fuerza insultante que unas gambas todavía vivas y con el mismo sabor a mar, hay que unir un valor añadido, sin duda mérito de alguien que participó en el film, y es el concepto abstracto que se transmite con la escena del fondo de la piscina...., que paradójicamente choca con la atmósfera de la película, pero que si se le da la vuelta y se hace un conjunto de todo, ofrece múltiples posibilidades e incluso la posibilidad por algunos soñada de llegar a ese instante, no se sabe aunque se intuye dónde, cómo, de una mañana de verano posiblemente, en un entorno tranquilo, rural quizás, de paz, cansancio, tranquilidad, sosiego, complacencia, placer consumido y comprendido....
Sugerente para los tipos que eran niños como yo en el 92, la idea de pensar en el año del segundo tour de Indurain, inolvidable y afectivamente trangresiva la escena de la grabación del cassette, y preciosa la forma en la que se describe el gusto general por las jóvenes y el inicio de las relaciones a esas edades. Aunque de eso ya hace tiempo, claro.....
Muy recomendable para los reflexivos y nostálgicos, e imprescindible para los que como yo, hace ya un tiempo que su vida se tornó mucho más práctica, casi sin darse cuenta, pero que sin embargo, y aunque cada vez ya menos, todavía son capaces de abrir los poros, o simplemente ellos sólos se abren, aunque sea en contadas ocasiones.

Vi esta película en el cine hace más de 3 meses. Había tenido distintas referencias, en general todas buenas, pero que iban desde "bueno, pasas un rato muy entretenido" hasta "es muy buena". Y en realidad es más que esto último. Hay que decir que, posiblemente, esa diferencia de criterios inicial se deba a la distinción entre las personas. Los que fueron educados dentro de unas reglas y no tuvieron capacidad ni posibilidad de disfrutar, emocionarse o tener la ilusión y esperanza ante ciertas cosas de la vida, todo dentro de una naturalidad controlada y de un sosiego y vitalidad mandantes, tampoco tengan, probablemente, la posibilidad de comprender y saborear el film en su máxima magnitud.
Salí de la sala con la convicción de ser lo mejor que había visto en mucho tiempo en cine. Quizás influyera la predisposición del momento, tan importante en todas nuestras actuaciones en la vida, pero lo cierto es que estuve a punto de no poder contener las lágrimas de la emoción que me produjo en las escaleras de las salas del centro comercial a la salida.
Una película con la amistad como tema claramente central y todos sus aspectos relacionados y derivados. Magnífica la interpretación del actor francés en el papel de parapléjico y, por si fuera poco, una banda sonora más que apropiada con temas de Earth, Wind & Fire y Vivaldi. Imprescindible para los que saben de dónde vienen, dónde están y conjugan las circunstancias de su existencia con la tranquilidad, el optimismo, humor y ambición vital que hacen que se pueda sacar partido en cualquier momento y ante cualquier situación y, mucho más que eso, que se valore casi de igual manera la trayectoria anterior que la presente y la que esté por venir.