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5,7
23.021
1
23 de febrero de 2018
23 de febrero de 2018
57 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaba reservando esta película para verla con mi madre, que es fan de OT, y me estaba costando verdadero esfuerzo: había visto el tráiler, el discurso de Javier Calvo en los Feroz y la unánime alabanza de crítica y público, y estaba segura de que iba a acertar. Me imaginaba una peli que hacía honor a su original premisa y la aliñaba con unos cuantos números musicales simpáticos y una buena dosis de carcajadas.
Qué error. Lo mejor de "La llamada" es el tráiler; a partir de ahí, va todo cuesta abajo.
La película no es graciosa. Los gags son simples, las interpretaciones carecen de sutileza y no hay ironía, sátira, profundidad o humor negro. Lo que sí hay, como en tantas películas españolas, son gritos. Entiendo que los españoles gritamos, sí, y que las interpretaciones pretenden ser "naturales" pero, francamente, yo voy al cine para ver la realidad de una forma distinta, no para que me entren ganas de cruzar la cuarta pared y decirles "perdonad, ¿podéis bajar un poco el tono? Que hay más gente en la sala".
Tampoco es emotiva: para que lo fuera, los personajes tendrían que evolucionar, y en lugar de eso son peones planos sin historia o motivaciones complejas. El guión carece de ritmo o complejidad narrativa, y se limita a cortar y pegar la premisa inicial con un par de "giros" de guión y pseudo-subtramas que el espectador tiene que tragarse con calzador.
Todo esto sería, quizá, disculpable, si la parte musical funcionara. Pero ahí también se queda corta "La llamada": los temas no tienen ningún tipo de coherencia, falta espectáculo, falta un flashmob con el campamento al completo y sobra ese Dios viejuno y raro cantando por Whitney Houston durante una parte demasiado larga del metraje.
Pensándolo con detenimiento, creo que el mayor problema de "La llamada" es su lentitud. Los autores han sacrificado la agilidad a unos diálogos agotadores donde apenas se mueve nada y a algunas escenas visualmente resultonas. Como es lenta, la poca gracia que tiene se diluye y nos falta historia a la que hincarle el diente.
Incluso la gente a la que no le ha gustado la película ha alabado las actuaciones. Yo las veo igual de terribles que el resto. Macarena Díaz parece el gato de Shrek, con los ojos muy brillantes y mucha cara de emoción desde el minuto uno. Anna Castillo tiene una sola expresión facial y no para de chillar. No se sabe si el personaje de Belén Cuesta tiene una discapacidad intelectual o necesita un logopeda, pero la exagerada caracterización despista más de lo que enriquece. Gracia Olayo hace lo que puede con su papel topicazo de monja severa-pero-guay.
Para terminar, ¿es esta una película con algún tipo de mensaje? ¿Reivindicativa? ¿Satírica? Carece de la profundidad para ser cualquiera de estas cosas. No presenta una descripción lo bastante rica de los temas que trata como para generar una reflexión verdadera.
En resumen: una pérdida de tiempo y, sobre todo, de la ilusión de que una peli española haga, para variar, justicia al bombo y platillo que se le da. Mientras la crítica siga diciendo que el emperador está vestido, seguiremos con este cine simplista y sobrevalorado, salpicado de tetas y culos, al que solo le queda aferrarse a la Guerra Civil para no quedar perdido en tierra de nadie.
Qué error. Lo mejor de "La llamada" es el tráiler; a partir de ahí, va todo cuesta abajo.
La película no es graciosa. Los gags son simples, las interpretaciones carecen de sutileza y no hay ironía, sátira, profundidad o humor negro. Lo que sí hay, como en tantas películas españolas, son gritos. Entiendo que los españoles gritamos, sí, y que las interpretaciones pretenden ser "naturales" pero, francamente, yo voy al cine para ver la realidad de una forma distinta, no para que me entren ganas de cruzar la cuarta pared y decirles "perdonad, ¿podéis bajar un poco el tono? Que hay más gente en la sala".
Tampoco es emotiva: para que lo fuera, los personajes tendrían que evolucionar, y en lugar de eso son peones planos sin historia o motivaciones complejas. El guión carece de ritmo o complejidad narrativa, y se limita a cortar y pegar la premisa inicial con un par de "giros" de guión y pseudo-subtramas que el espectador tiene que tragarse con calzador.
Todo esto sería, quizá, disculpable, si la parte musical funcionara. Pero ahí también se queda corta "La llamada": los temas no tienen ningún tipo de coherencia, falta espectáculo, falta un flashmob con el campamento al completo y sobra ese Dios viejuno y raro cantando por Whitney Houston durante una parte demasiado larga del metraje.
Pensándolo con detenimiento, creo que el mayor problema de "La llamada" es su lentitud. Los autores han sacrificado la agilidad a unos diálogos agotadores donde apenas se mueve nada y a algunas escenas visualmente resultonas. Como es lenta, la poca gracia que tiene se diluye y nos falta historia a la que hincarle el diente.
Incluso la gente a la que no le ha gustado la película ha alabado las actuaciones. Yo las veo igual de terribles que el resto. Macarena Díaz parece el gato de Shrek, con los ojos muy brillantes y mucha cara de emoción desde el minuto uno. Anna Castillo tiene una sola expresión facial y no para de chillar. No se sabe si el personaje de Belén Cuesta tiene una discapacidad intelectual o necesita un logopeda, pero la exagerada caracterización despista más de lo que enriquece. Gracia Olayo hace lo que puede con su papel topicazo de monja severa-pero-guay.
Para terminar, ¿es esta una película con algún tipo de mensaje? ¿Reivindicativa? ¿Satírica? Carece de la profundidad para ser cualquiera de estas cosas. No presenta una descripción lo bastante rica de los temas que trata como para generar una reflexión verdadera.
En resumen: una pérdida de tiempo y, sobre todo, de la ilusión de que una peli española haga, para variar, justicia al bombo y platillo que se le da. Mientras la crítica siga diciendo que el emperador está vestido, seguiremos con este cine simplista y sobrevalorado, salpicado de tetas y culos, al que solo le queda aferrarse a la Guerra Civil para no quedar perdido en tierra de nadie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para colmo, ¿cómo puedes hacer una película con un argumento tan pobre, y que lo poco que cuentas no se entienda? ¿Qué quiere decir que María al final se va con Dios? ¿Se muere? ¿Se hace monja? Acabar la historia ahí es pura pereza por parte de los guionistas. Como no sabemos muy bien qué pasa, pues lo dejamos así y que el espectador lo resuelva. No, majos, no; explicad bien qué pasa y exprimid un poco los cerebros para dar a la peli una conclusión satisfactoria.
El romance entre las dos mujeres es ridículo. De hecho, resulta terrible que dos representantes de la comunidad LGBT simplifiquen de esta manera la atracción entre dos personas del mismo sexo, un poco rollo "me voy con esta porque es lo que tengo más a mano". No hay ningún tipo de preparación previa para el romance: la relación entre Milagros y Susana carece de sensualidad y, de hecho, es más bien de madre-hija, o de hermana mayor-hermana pequeña, así que cuando de repente se vuelve sexual, da bastante grima. Las relaciones homosexuales son igual de complejas que las heterosexuales y necesitan ser tratadas con el mismo cuidado.
La trama de María oyendo a Dios, que se supone que es la principal, resulta plana. María oye a Dios y de inmediato tiene claro que ella pasa del electro-latino y que quiere responder a la llamada.No hay progresión de sus sentimientos, no hay conflicto, no hay un mínimo de bagaje previo que nos haga comprender qué hace una chica como ella en un lugar como aquel.
Lo de Milagros harta de ser monja tampoco tiene mucho de donde agarrar. Resulta que se acuerda de Presuntos Implicados, se pone un vestido de flores y hala, a tomar viento la vocación; la otra monja, por otra parte, ni trata de convencerla, ni de ver si puede ayudarle, ni nada. No soy religiosa, pero me parece triste que los valores y los compromisos se trivialicen de esa manera.
Por último, una mención especial al baño de casposidad que recubre gran parte de la peli. Las niñas monísimas, que se pasan toda la peli enseñando cacho, van a hablar con un productor (hombre) gracias al novio de una de ellas (hombre), y acaban bailándole semidesnudas a un Dios que, por supuesto, también es un hombre sexagenario de dudoso atractivo. La cocinera lo que quiere es un hombre que la saque a bailar. La monja lo primero que piensa cuando se entera de lo del milagro es en hablar con el papa. Al final la pretendida originalidad se disuelve en una masa de clichés y los personajes femeninos siguen siendo marionetas. Es curioso, y un poco triste, que ni siquiera los miembros de una minoría se den cuenta de esto.
El romance entre las dos mujeres es ridículo. De hecho, resulta terrible que dos representantes de la comunidad LGBT simplifiquen de esta manera la atracción entre dos personas del mismo sexo, un poco rollo "me voy con esta porque es lo que tengo más a mano". No hay ningún tipo de preparación previa para el romance: la relación entre Milagros y Susana carece de sensualidad y, de hecho, es más bien de madre-hija, o de hermana mayor-hermana pequeña, así que cuando de repente se vuelve sexual, da bastante grima. Las relaciones homosexuales son igual de complejas que las heterosexuales y necesitan ser tratadas con el mismo cuidado.
La trama de María oyendo a Dios, que se supone que es la principal, resulta plana. María oye a Dios y de inmediato tiene claro que ella pasa del electro-latino y que quiere responder a la llamada.No hay progresión de sus sentimientos, no hay conflicto, no hay un mínimo de bagaje previo que nos haga comprender qué hace una chica como ella en un lugar como aquel.
Lo de Milagros harta de ser monja tampoco tiene mucho de donde agarrar. Resulta que se acuerda de Presuntos Implicados, se pone un vestido de flores y hala, a tomar viento la vocación; la otra monja, por otra parte, ni trata de convencerla, ni de ver si puede ayudarle, ni nada. No soy religiosa, pero me parece triste que los valores y los compromisos se trivialicen de esa manera.
Por último, una mención especial al baño de casposidad que recubre gran parte de la peli. Las niñas monísimas, que se pasan toda la peli enseñando cacho, van a hablar con un productor (hombre) gracias al novio de una de ellas (hombre), y acaban bailándole semidesnudas a un Dios que, por supuesto, también es un hombre sexagenario de dudoso atractivo. La cocinera lo que quiere es un hombre que la saque a bailar. La monja lo primero que piensa cuando se entera de lo del milagro es en hablar con el papa. Al final la pretendida originalidad se disuelve en una masa de clichés y los personajes femeninos siguen siendo marionetas. Es curioso, y un poco triste, que ni siquiera los miembros de una minoría se den cuenta de esto.
1
1 de octubre de 2017
1 de octubre de 2017
26 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustan las comedias románticas. Lo admito. He visto "Love Actually" varias veces, y todas las veces me calienta el corazón. Por eso me cuesta comprender que esta película tenga tantísima fama y sea considerada un clásico del género.
La historia de amor no se entiende y no convence. ¿En serio Hugh Grant se queda encandilado por una mujer que le cuenta, uno por uno, con quién se ha acostado antes que con él? Chicas, no probéis esto en la vida real. El personaje de Andie Macdowell es inmaduro, plano y aburrido; su único mérito, al parecer, es poner ojos de intensa y no tener ningún tipo de límite ético ni emocional en su relación con Charles.
Los supuestos gags tienen más de supuestos que de gags, y se alargan durante lo que parecen horas (por ejemplol, la escena de la boda con Rowan Atkinson). Me pregunto si esto no será simplemente una cuestión de la antigüedad de la cinta y de alguna forma hemos evolucionado colectivamente como público de comedia.
Los personajes no evolucionan o, si lo hacen, no entendemos por qué sucede (más en el spoiler). Quizá aquí el problema es que quieren meterse demasiadas mini-tramas secundarias y al final no cuaja ninguna.
En resumen: un tostón absoluto sin ningún mérito. Si te apetece ver una comedia romántica enternecedora y facilita, busca otra cosa, porque esta no llega ni a los mínimos del género.
La historia de amor no se entiende y no convence. ¿En serio Hugh Grant se queda encandilado por una mujer que le cuenta, uno por uno, con quién se ha acostado antes que con él? Chicas, no probéis esto en la vida real. El personaje de Andie Macdowell es inmaduro, plano y aburrido; su único mérito, al parecer, es poner ojos de intensa y no tener ningún tipo de límite ético ni emocional en su relación con Charles.
Los supuestos gags tienen más de supuestos que de gags, y se alargan durante lo que parecen horas (por ejemplol, la escena de la boda con Rowan Atkinson). Me pregunto si esto no será simplemente una cuestión de la antigüedad de la cinta y de alguna forma hemos evolucionado colectivamente como público de comedia.
Los personajes no evolucionan o, si lo hacen, no entendemos por qué sucede (más en el spoiler). Quizá aquí el problema es que quieren meterse demasiadas mini-tramas secundarias y al final no cuaja ninguna.
En resumen: un tostón absoluto sin ningún mérito. Si te apetece ver una comedia romántica enternecedora y facilita, busca otra cosa, porque esta no llega ni a los mínimos del género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Saltos de la historia:
- De "creo que podré resistir acostarme contigo" a "ups, vaya, nos hemos acostado". ¿Qué pasa ahí? ¿Por qué no podemos ver esa escena de seducción, de tira y afloja, o de pasión desenfrenada, o lo que quiera que pase ahí?
- De "estos dos son colegas y ya" a "son una pareja gay que se AMA y uno de los dos muere y el otro tiene el corazón roto y suelta un pastelón". Hay un límite entre sorprender al espectador y no darle absolutamente ninguna pista de lo que va a pasar después.
- De "mi ex está loca" a "me caso con mi ex". Esto sin comentarios.
- De "me caso enamoradísima de un escocés" a "me separo de un escocés porque tiene tres veces mi edad". Carrie, la americana, pensándose las cosas un montón antes de hacerlas.
Luego tenemos las tácticas sádicas de seducción de Carrie, como enseñarle a Charles vestidos de novia para su boda con otro o repasar, uno por uno, a todos sus amantes, y decir de él que era "lovely". Uf, normal que acto seguido Charles le declare su amor. ¿Quién podría resistirse a semenjante despliegue?
Por otra parte, son tal para cual, porque él vaya cabrón con pintas liándosela a la pobre Hen el día de la boda. ¿Desde cuándo es bonito, romántico y encantador dejar plantada a una persona con la que hasta hace cinco minutos tenías claro que querías pasar el resto de tu vida, por otra con la que has compartido dos polvos y cinco minutos de conversación? Muy maduro, todo, sí señor.
De esta peli se podrían recortar sus buenos 30-40 minutos de subtramas absurdas y gags sobreexplotados, y emplearse en algo tan aburrido y predecible como contar bien las historias.
Casi dos horas de mi vida que nadie me devolverá.
- De "creo que podré resistir acostarme contigo" a "ups, vaya, nos hemos acostado". ¿Qué pasa ahí? ¿Por qué no podemos ver esa escena de seducción, de tira y afloja, o de pasión desenfrenada, o lo que quiera que pase ahí?
- De "estos dos son colegas y ya" a "son una pareja gay que se AMA y uno de los dos muere y el otro tiene el corazón roto y suelta un pastelón". Hay un límite entre sorprender al espectador y no darle absolutamente ninguna pista de lo que va a pasar después.
- De "mi ex está loca" a "me caso con mi ex". Esto sin comentarios.
- De "me caso enamoradísima de un escocés" a "me separo de un escocés porque tiene tres veces mi edad". Carrie, la americana, pensándose las cosas un montón antes de hacerlas.
Luego tenemos las tácticas sádicas de seducción de Carrie, como enseñarle a Charles vestidos de novia para su boda con otro o repasar, uno por uno, a todos sus amantes, y decir de él que era "lovely". Uf, normal que acto seguido Charles le declare su amor. ¿Quién podría resistirse a semenjante despliegue?
Por otra parte, son tal para cual, porque él vaya cabrón con pintas liándosela a la pobre Hen el día de la boda. ¿Desde cuándo es bonito, romántico y encantador dejar plantada a una persona con la que hasta hace cinco minutos tenías claro que querías pasar el resto de tu vida, por otra con la que has compartido dos polvos y cinco minutos de conversación? Muy maduro, todo, sí señor.
De esta peli se podrían recortar sus buenos 30-40 minutos de subtramas absurdas y gags sobreexplotados, y emplearse en algo tan aburrido y predecible como contar bien las historias.
Casi dos horas de mi vida que nadie me devolverá.
30 de agosto de 2017
30 de agosto de 2017
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quería que me gustara esta peli, de verdad. Pero mientras avanzaba el metraje, lo único que se me venía a la cabeza era que esta misma peli, con este mismo guion, pero filmada en EEUU, tendría unas críticas horrendas y un 5 aquí, como mucho. Es la pátina indie de lo europeo lo que le sube la nota.
Porque, a ver, la sucesión de tópicos es demoledora. El guión es plano y predecible. Los personajes secundarios se quedan en terciarios: como comentaba otro usuario, los chicos de la banda son, con diferencia, lo más interesante de la película, y se les ignora prácticamente todo el rato a favor de glorificar a Conor y meter con calzador el romance con la repateante Raphina. Lo que no sería tan terrible si dicha relación estuviera desarrollada con algo más de originalidad o de matices, pero la historia "chico bueno conoce a chica mala en problemas y la salva" está ya más que vista.
De verdad, haced el ejercicio de trasladar todo esto a Hollywood. Mismo guión, idénticos personajes, chicos de instituto en vez de colegio católico, el matón es un quarterback en vez de un skin, el baile de fin de curso es la graduación... y la mitad de la gente que le da buena nota, ni se molestaría en verla.
Ah, y encima lo poco rescatable de la película: la música buenrollera, los elementos divertidos como tocar en la calle, la escena en que se van añadiendo instrumentos a la canción recién compuesta y el buen rollito de la banda, ya los vimos antes en "Begin Again" que, para mi gusto, escapa algo más de los clichés y ofrece personajes ligeramente más sólidos.
Lo mejor: las canciones, que suenan agradables al oído a la primera; el humor de algunas escenas, como cuando van a buscar al chico negro como el que va al zoo; y un ritmo que hace que la peli fluya bien, pese a sus defectos.
Lo peor: la carencia absoluta de sorpresa, si exceptuamos el hecho de que los chicos toquen como profesionales desde el minuto dos.
Porque, a ver, la sucesión de tópicos es demoledora. El guión es plano y predecible. Los personajes secundarios se quedan en terciarios: como comentaba otro usuario, los chicos de la banda son, con diferencia, lo más interesante de la película, y se les ignora prácticamente todo el rato a favor de glorificar a Conor y meter con calzador el romance con la repateante Raphina. Lo que no sería tan terrible si dicha relación estuviera desarrollada con algo más de originalidad o de matices, pero la historia "chico bueno conoce a chica mala en problemas y la salva" está ya más que vista.
De verdad, haced el ejercicio de trasladar todo esto a Hollywood. Mismo guión, idénticos personajes, chicos de instituto en vez de colegio católico, el matón es un quarterback en vez de un skin, el baile de fin de curso es la graduación... y la mitad de la gente que le da buena nota, ni se molestaría en verla.
Ah, y encima lo poco rescatable de la película: la música buenrollera, los elementos divertidos como tocar en la calle, la escena en que se van añadiendo instrumentos a la canción recién compuesta y el buen rollito de la banda, ya los vimos antes en "Begin Again" que, para mi gusto, escapa algo más de los clichés y ofrece personajes ligeramente más sólidos.
Lo mejor: las canciones, que suenan agradables al oído a la primera; el humor de algunas escenas, como cuando van a buscar al chico negro como el que va al zoo; y un ritmo que hace que la peli fluya bien, pese a sus defectos.
Lo peor: la carencia absoluta de sorpresa, si exceptuamos el hecho de que los chicos toquen como profesionales desde el minuto dos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Conor, el protagonista, no tiene ningún fallo. Le pasan cosas malas, claro, pero él es perfecto y responde a todo con una perfección y madurez dignas de un señor de 50 años. Desde la forma de hablarle al profesor, hasta cómo se enfrenta al matón del colegio, hasta cómo seduce a la chica, cómo compone, cómo canta... por Dios, que alguien me diga qué desayunan los irlandeses, que yo también quiero. Me recuerda a Keira Knightley en Begin Again, que también es perfecta, y me pregunto si John Carney no se enamora demasiado de sus protagonistas.
El problema del matón y del cura abusador están desarrollados con nula credibilidad. En mi adolescencia, quince años después de la época en que se ambienta la película y en un colegio mucho más civilizado, vi casos de acoso escolar, y no funcionan así: no te llevas un par de catecillos y luego el matón te deja tranquilo para que ensayes con tu banda y te pintes los ojos. El acoso se llama acoso porque es insistente y demoledor. Lo mismo pasa con el abuso de poder de un profesor: ¿en serio el bruto del Hermano Comosellame se limita a salir airado del gimnasio mientras todos bailan con su careta? Todo sea para la gloria y el triunfo de Conor.
Raphina desayunó lo mismo que Conor, porque es huérfana, se da a entender que su padre abusaba de ella y está estupendamente: ni siente, ni padece. Monta una mini-pataleta al final, pero después vuelve a bailar contentísima en el baile de fin de curso y se fuga con Conor.
Alguien ha mencionado lo increíble del guardarropa de Conor en el contexto económico de la peli, pero a su favor diré que todo parece ropa prestada de los padres y hermanos. Lo que no me cuadra es cómo una familia que no puede comprar zapatos se permite tener a tres hijos adultos sin trabajar. Tampoco me cuadra cómo aprenden chicos tan marginales a tocar instrumentos tan bien. Tocar un instrumento es caro: material, el instrumento en sí, profesores, repuestos...
En fin, que sería pasable como fábula, y cerraría los ojos a esos detalles, si tuviera algún mérito la historia que cuenta, pero cuando algo no te gusta, ya le ves las costuras a todo.
Lo único que se me ocurre para que tenga tan buenas críticas es que un montón de usuarios, con O, de esta web se ven a sí mismos como el pardillo que tocaba la guitarra (mal) en el instituto y nunca se comió un colín, y esta peli les permite fantasear con lo que pudo haber sido.
Me habría parecido una peli con mucho más de donde agarrar si la relación amorosa hubiera tenido menos protagonismo, y el metraje sobrante se hubiera dedicado a la relación de amistad entre los chicos de la banda y a explorar más sus personalidades e historias.
Especial mención para la escena final de huida hacia la puesta de sol (que como es Irlanda, es huida hacia la lluvia), y para la idea espléndida de meter a una chica que no sabe nadar en una cascarita de nuez en un día de tormenta. Mientras la veía, pensaba "si ella se muere ahora, salva la peli, porque sería lo único que habría logrado sorprenderme". Pero no. No se muere. Terminamos con un plano de Conor y sus rosaditos mofletes irlandeses.
Pues vale.
El problema del matón y del cura abusador están desarrollados con nula credibilidad. En mi adolescencia, quince años después de la época en que se ambienta la película y en un colegio mucho más civilizado, vi casos de acoso escolar, y no funcionan así: no te llevas un par de catecillos y luego el matón te deja tranquilo para que ensayes con tu banda y te pintes los ojos. El acoso se llama acoso porque es insistente y demoledor. Lo mismo pasa con el abuso de poder de un profesor: ¿en serio el bruto del Hermano Comosellame se limita a salir airado del gimnasio mientras todos bailan con su careta? Todo sea para la gloria y el triunfo de Conor.
Raphina desayunó lo mismo que Conor, porque es huérfana, se da a entender que su padre abusaba de ella y está estupendamente: ni siente, ni padece. Monta una mini-pataleta al final, pero después vuelve a bailar contentísima en el baile de fin de curso y se fuga con Conor.
Alguien ha mencionado lo increíble del guardarropa de Conor en el contexto económico de la peli, pero a su favor diré que todo parece ropa prestada de los padres y hermanos. Lo que no me cuadra es cómo una familia que no puede comprar zapatos se permite tener a tres hijos adultos sin trabajar. Tampoco me cuadra cómo aprenden chicos tan marginales a tocar instrumentos tan bien. Tocar un instrumento es caro: material, el instrumento en sí, profesores, repuestos...
En fin, que sería pasable como fábula, y cerraría los ojos a esos detalles, si tuviera algún mérito la historia que cuenta, pero cuando algo no te gusta, ya le ves las costuras a todo.
Lo único que se me ocurre para que tenga tan buenas críticas es que un montón de usuarios, con O, de esta web se ven a sí mismos como el pardillo que tocaba la guitarra (mal) en el instituto y nunca se comió un colín, y esta peli les permite fantasear con lo que pudo haber sido.
Me habría parecido una peli con mucho más de donde agarrar si la relación amorosa hubiera tenido menos protagonismo, y el metraje sobrante se hubiera dedicado a la relación de amistad entre los chicos de la banda y a explorar más sus personalidades e historias.
Especial mención para la escena final de huida hacia la puesta de sol (que como es Irlanda, es huida hacia la lluvia), y para la idea espléndida de meter a una chica que no sabe nadar en una cascarita de nuez en un día de tormenta. Mientras la veía, pensaba "si ella se muere ahora, salva la peli, porque sería lo único que habría logrado sorprenderme". Pero no. No se muere. Terminamos con un plano de Conor y sus rosaditos mofletes irlandeses.
Pues vale.

7,4
47.321
9
7 de noviembre de 2016
7 de noviembre de 2016
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Disfruté inmensamente de Captain Fantastic por muchas razones.
La primera es que me entretuvo. Yo veo películas, sobre todo, para que me cuenten historias y lo hagan bien, y ahí Captain Fantastic cumple con su cometido, con un planteamiento arriesgado y un ritmo brioso.
Además, me hizo pensar sin darme una postura masticada. El tema de la educación en casa aún no es demasiado conocido aquí, pero en EEUU ya es tendencia. Esta peli plantea muchos de los interrogantes que surgen cuando se cede a dos únicos adultos la capacidad de educar a un niño: ¿en qué momento se convierte un hijo en el proyecto personal del padre o en el vivo retrato de sus neurosis? ¿Dónde termina la libertad y empieza el abuso? ¿Es mejor educar a los niños para que sean genios, o para que sepan manejarse en esta sociedad, con todos sus defectos?
Todas estas son cuestiones que Captain Fantastic deja sin responder, o responde a medias, forzándote a construir tu propia perspectiva y a fluctuar entre la admiración y el rechazo, a veces en el espacio de unos minutos. Utiliza el humor sin caer en el chiste fácil, y el drama sin exceso de dramatismo.
Viggo Mortensen está fantástico, y se aleja de la caricatura en un papel que se presta a ello. Los niños lo hacen muy bien; quizá el mayor se pasa con la cara de atormentado, pero nada demasiado terrible. La hermana de Ben da un contrapunto sensato y preocupado a la excentricidad de la familia protagonista.
La fotografía es muy bella, y los planos luminosos de los bosques donde viven te hacen querer mudarte allí a cazar ciervos con machete.
Una película original con mucha garra, que sin duda recomiendo como punto de partida para muchas conversaciones interesantes sobre paternidad, educación y elecciones de vida.
La primera es que me entretuvo. Yo veo películas, sobre todo, para que me cuenten historias y lo hagan bien, y ahí Captain Fantastic cumple con su cometido, con un planteamiento arriesgado y un ritmo brioso.
Además, me hizo pensar sin darme una postura masticada. El tema de la educación en casa aún no es demasiado conocido aquí, pero en EEUU ya es tendencia. Esta peli plantea muchos de los interrogantes que surgen cuando se cede a dos únicos adultos la capacidad de educar a un niño: ¿en qué momento se convierte un hijo en el proyecto personal del padre o en el vivo retrato de sus neurosis? ¿Dónde termina la libertad y empieza el abuso? ¿Es mejor educar a los niños para que sean genios, o para que sepan manejarse en esta sociedad, con todos sus defectos?
Todas estas son cuestiones que Captain Fantastic deja sin responder, o responde a medias, forzándote a construir tu propia perspectiva y a fluctuar entre la admiración y el rechazo, a veces en el espacio de unos minutos. Utiliza el humor sin caer en el chiste fácil, y el drama sin exceso de dramatismo.
Viggo Mortensen está fantástico, y se aleja de la caricatura en un papel que se presta a ello. Los niños lo hacen muy bien; quizá el mayor se pasa con la cara de atormentado, pero nada demasiado terrible. La hermana de Ben da un contrapunto sensato y preocupado a la excentricidad de la familia protagonista.
La fotografía es muy bella, y los planos luminosos de los bosques donde viven te hacen querer mudarte allí a cazar ciervos con machete.
Una película original con mucha garra, que sin duda recomiendo como punto de partida para muchas conversaciones interesantes sobre paternidad, educación y elecciones de vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo de desenterrar a la madre y luego sacarla del ataúd en el autobús me pareció bizarro pero encantador.
La escena de la cremación con Sweet Child O'Mine es hermosa.
La escena de la cremación con Sweet Child O'Mine es hermosa.

6,8
27.177
7
7 de noviembre de 2016
7 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película no es solo una película, sino lo que representa en el momento de nuestra vida en que la vemos. Yo vi Begin Again en un autobús, un domingo lluvioso, volviendo a casa, en medio de una época complicada. Me alegró la tarde, me hizo sentir que la vida merece la pena y, solo por eso, le voy a poner un siete. Además, admito que a mí lo "feelgood" me gusta y que no le hago ascos en casi ningún formato (libros, pelis, música...).
Dicho esto, Begin Again podría haber pasado de peli entretenida/encantadora a buena película solo con un pelín más de valentía para hacer sufrir a sus protagonistas. Que sí, que Keira está muy mona y esa estética luminosa y pastel mola mucho, pero parece que todo le da igual (doy más detalles en los spoilers) y que además es perfecta y majísima de forma ininterrumpida.
La supuesta crítica a la industria musical es más bien blandengue: una posición facilona y buenrollista frente a un tema complejo. Los protagonistas dan la talla con personajes sin demasiadas aristas, y la química entre ellos es aceptable. Lo mejor es la fluidez con la que se desliza la historia y lo bien encajadas que están las canciones: los fragmentos musicales no se hacen nada pesados.
La recomiendo si quieres pasar un buen rato sin demasiado gasto de glucosa cerebral. Si lo que te va es el cine más intenso o te apetece una peli con una mínima carga intelectual, emocional o dramática, mejor búscate otra.
Dicho esto, Begin Again podría haber pasado de peli entretenida/encantadora a buena película solo con un pelín más de valentía para hacer sufrir a sus protagonistas. Que sí, que Keira está muy mona y esa estética luminosa y pastel mola mucho, pero parece que todo le da igual (doy más detalles en los spoilers) y que además es perfecta y majísima de forma ininterrumpida.
La supuesta crítica a la industria musical es más bien blandengue: una posición facilona y buenrollista frente a un tema complejo. Los protagonistas dan la talla con personajes sin demasiadas aristas, y la química entre ellos es aceptable. Lo mejor es la fluidez con la que se desliza la historia y lo bien encajadas que están las canciones: los fragmentos musicales no se hacen nada pesados.
La recomiendo si quieres pasar un buen rato sin demasiado gasto de glucosa cerebral. Si lo que te va es el cine más intenso o te apetece una peli con una mínima carga intelectual, emocional o dramática, mejor búscate otra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cosas que le dan igual a Keira:
- Grabar canciones que no grabarlas.
- Venderlas a un dólar que no venderlas (eso sí: ¿que la malvada discográfica se lleve nueve dólares por cada disco? Ni hablar del peluquín).
- Servir cafés a su novio en lugar de buscarse, qué sé yo, su propia vida o su propio proyecto.
- Que su novio la deje por otra en una ciudad desconocida, después de haber alcanzado una fama por la que trabajaron los dos. Hace su maleta en un plis, se compra un billete y en unas horas de nada está cantando en público con solo un poquito de desgana.
Cosas que se le dan bien a Keira:
- Tener suerte. Da con un productor, músicos gratis, el disco queda genial, vive del aire en Nueva York, a su colega no le importa que se le acople en el sofá, le dice a la hija del otro que toque la guitarra y es una crack, unos niños cantan en su canción y lo hacen estupendamente.
- Llevarse bien con la gente. No tiene apenas roces con nadie. Todo el mundo la adora. La hija adolescente de Dan come de su mano.
- Negociar. No ha visto una discográfica en su vida, pero va tan sobrada y le da todo tan igual que regatea como una profesional.
Si hubiéramos visto a Keira sufrir un poquito más, la peli habría ganado en profundidad sin perder frescura.
Lo que más me gustó fue la subtrama de la ex de Dan. Mira que la historia solo aparece durante unos segundos, mientras la cuenta el personaje, pero eso de volver del romance, poner su vida patas arriba y quedarse esperando una llamada que nunca llega me fascinó.
- Grabar canciones que no grabarlas.
- Venderlas a un dólar que no venderlas (eso sí: ¿que la malvada discográfica se lleve nueve dólares por cada disco? Ni hablar del peluquín).
- Servir cafés a su novio en lugar de buscarse, qué sé yo, su propia vida o su propio proyecto.
- Que su novio la deje por otra en una ciudad desconocida, después de haber alcanzado una fama por la que trabajaron los dos. Hace su maleta en un plis, se compra un billete y en unas horas de nada está cantando en público con solo un poquito de desgana.
Cosas que se le dan bien a Keira:
- Tener suerte. Da con un productor, músicos gratis, el disco queda genial, vive del aire en Nueva York, a su colega no le importa que se le acople en el sofá, le dice a la hija del otro que toque la guitarra y es una crack, unos niños cantan en su canción y lo hacen estupendamente.
- Llevarse bien con la gente. No tiene apenas roces con nadie. Todo el mundo la adora. La hija adolescente de Dan come de su mano.
- Negociar. No ha visto una discográfica en su vida, pero va tan sobrada y le da todo tan igual que regatea como una profesional.
Si hubiéramos visto a Keira sufrir un poquito más, la peli habría ganado en profundidad sin perder frescura.
Lo que más me gustó fue la subtrama de la ex de Dan. Mira que la historia solo aparece durante unos segundos, mientras la cuenta el personaje, pero eso de volver del romance, poner su vida patas arriba y quedarse esperando una llamada que nunca llega me fascinó.
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