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Críticas ordenadas por utilidad
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7,0
9.615
9
23 de abril de 2011
23 de abril de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podríamos decir que el tema de The Wicker Man es la búsqueda de una niña desaparecida por parte de un policía, en una tierra extraña con habitantes por demás sospechosos. También podríamos advertir que quien la vea no va a saltar de su silla sobresaltado, taparse los ojos, o tener problemas para dormir luego de verla, si bien figura en numerosas listas de las mejores películas del género de terror. Podríamos decir todo esto, y sería verdadero; pero no por eso lo dicho sería justo. Para hacerle justicia a este gran film, es necesario resaltar no su temática ni su género, sino la originalidad de su argumento y del lenguaje fílmico utilizado para desarrollarlo.
El mecanismo que vertebra esta cinta es el de engañar al espectador (y al protagonista) acerca del verdadero sentido de los acontecimientos que desfilan en la pantalla: lo que nos parece obvio y ya resuelto en una escena, se revela como el principio de un nuevo enigma en la siguiente; mientras que elementos aparentemente triviales, azarosos o incluso incongruentes, van a terminar brindando la clave de la historia.
La supuesta obviedad de que los habitantes de Summerisle conocen el paradero de la niña y son cómplices de su desaparición, es un velo que esconde verdades más sutiles y difíciles de entrever antes del final.
Como ejemplo de incongruencia aparente, merece ser resaltada la banda sonora, que nos sorprende desde el momento en que aparecen los títulos iniciales. Uno no comprende inmediatamente cómo se acopla la primera canción - cuya letra refiere, de manera casi ingenua, el encuentro sexual de dos jóvenes entre las plantas de cebada - con el lento vuelo del hidroavión policíaco sobre las islas escocesas. Posteriormente nos daremos cuenta de que esa canción implica una doble anticipación, tanto del contenido de la película como de su forma. Del contenido, puesto que significa el ingreso del católico agente policial a un mundo pagano, en donde la sexualidad tiene el caracter de un rito, al cual le es esencial el acompañamiento melódico. De la forma, dado que esos ritos músico-sexuales se repetirán regularmente a lo largo de la historia, constituyéndose así en una verdadera decisión ritual de parte del director (la cual, sin embargo, no convierte a la cinta en lo que tradicionalmente catalogaríamos como "un musical").
Esta lógica narrativa de sucesivas apariencias de obviedad e incongruencia, se ve reforzada por la corta perspectiva del policía, incapacitado absolutamente de acceder a una visión de conjunto de la situación, dada su furibunda necesidad de postular al cristianismo como única fe verdadera y acorde al tiempo presente (ideas que serán irónicamente rebatidas por varios personajes). Siguiendo tales coordenadas, los acontecimientos se encadenarán hasta llegar al final, el cual no hace nada menos que develar el primer misterio: el del título.
En suma, una película única en su género (que no se sabe cuál es). Disfrútenla.
El mecanismo que vertebra esta cinta es el de engañar al espectador (y al protagonista) acerca del verdadero sentido de los acontecimientos que desfilan en la pantalla: lo que nos parece obvio y ya resuelto en una escena, se revela como el principio de un nuevo enigma en la siguiente; mientras que elementos aparentemente triviales, azarosos o incluso incongruentes, van a terminar brindando la clave de la historia.
La supuesta obviedad de que los habitantes de Summerisle conocen el paradero de la niña y son cómplices de su desaparición, es un velo que esconde verdades más sutiles y difíciles de entrever antes del final.
Como ejemplo de incongruencia aparente, merece ser resaltada la banda sonora, que nos sorprende desde el momento en que aparecen los títulos iniciales. Uno no comprende inmediatamente cómo se acopla la primera canción - cuya letra refiere, de manera casi ingenua, el encuentro sexual de dos jóvenes entre las plantas de cebada - con el lento vuelo del hidroavión policíaco sobre las islas escocesas. Posteriormente nos daremos cuenta de que esa canción implica una doble anticipación, tanto del contenido de la película como de su forma. Del contenido, puesto que significa el ingreso del católico agente policial a un mundo pagano, en donde la sexualidad tiene el caracter de un rito, al cual le es esencial el acompañamiento melódico. De la forma, dado que esos ritos músico-sexuales se repetirán regularmente a lo largo de la historia, constituyéndose así en una verdadera decisión ritual de parte del director (la cual, sin embargo, no convierte a la cinta en lo que tradicionalmente catalogaríamos como "un musical").
Esta lógica narrativa de sucesivas apariencias de obviedad e incongruencia, se ve reforzada por la corta perspectiva del policía, incapacitado absolutamente de acceder a una visión de conjunto de la situación, dada su furibunda necesidad de postular al cristianismo como única fe verdadera y acorde al tiempo presente (ideas que serán irónicamente rebatidas por varios personajes). Siguiendo tales coordenadas, los acontecimientos se encadenarán hasta llegar al final, el cual no hace nada menos que develar el primer misterio: el del título.
En suma, una película única en su género (que no se sabe cuál es). Disfrútenla.

4,6
1.450
8
9 de marzo de 2011
9 de marzo de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nekromantik es una película que cualquier amante del terror-gore podrá disfrutar, siempre y cuando considere que el rasgo definitorio de este género es su habilidad para pasar de producir un profundo asco a desencadenar la más violenta carcajada, de una escena a la otra. En esto consiste el gran logro de esta película, similar al que alcanzan cintas como "Mal gusto", de Peter Jackson (aunque en esta hay un tono general de jocosidad, ausente en Nekromantik, que sólo genera risas en momentos puntuales). Las risas surgirán aquí no sólo de los rudimentarios fx, sino de una exacerbación del morbo poco creíble pero altamente imaginativa (como es el caso de la escena final, genial por llevar hasta sus últimas consecuencias la lógica de muerte=placer), acompañadas por una música triunfal de piano, que desentona magistralmente con lo que se muestra en la pantalla. El asco, de escenas de necrofilia más cotidianas, que hacen pensar que tal vez esa patología no habite solamente en los lunáticos que se acuestan con cadáveres, sino también en los muchos despellejadores de animales de cuya práctica depende nuestro alimento diario.
Hechas estas aclaraciones y salvedades, recomiendo que le den una oportunidad al bueno de Jörg y vean su obra, no se van a arrepentir.
Hechas estas aclaraciones y salvedades, recomiendo que le den una oportunidad al bueno de Jörg y vean su obra, no se van a arrepentir.
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