Obviemos que el film está escrito y dirigido por un enfermo mental.

Hasta el momento de la violación puede parecer incluso interesante el planteamiento, aunque el ensañamiento y el sadismo se ceban desde entonces en una obra que lejos de conformarse con ser la bazofia que es, intenta ser interesante (que es lo que mosquea).

Desde luego, es imposible encontrar estética en ninguna de sus escenas y el argumento sólo llena su vacío sustancial con altas dosis de una violencia y un mal gusto insospechados.
La mejor manera de tirar el dinero a la basura.

Y el remate es que intente vender un trasfondo de justicia moral (mal entendida).

Es una oda al lado más despreciable del ser humano. Si quieren escupir al televisor, insultar y maldecir la falta de respeto al séptimo arte e incluso que hieran su sensibilidad hasta decir basta: ésta es su película.