Sinceramente esta vez no me dediqué a ver cada una de las películas candidatas a todos los famosos premios habidos y por haber. Solamente había visionado “La sustancia”.

El domingo 02 de marzo, cuando fueron los Oscar, miré de a ratos la premiación pero sin mucho entusiasmo. Finalmente me enteré que el máximo galardón se lo llevó “Anora”. Entonces me dije…”Esta por lo menos hay que verla”.

¡Qué desilusión!. Es una película más del montón, cualquier otra comedia “romántica” que hayamos visto. Si, tal vez con unos toques un tanto desopilantes, pero en cuanto a historia…una más. Cuesta creer entonces que ganó el premio a mejor guión original. Igualmente no me quiero detener en la trama porque es básicamente lo que hace absolutamente todo el mundo. Nadie se dedica a analizar las formas, solo les preocupa el contenido.

Si pasamos a lo técnico…bueno…ni un solo plano memorable tiene la película. Ni uno solito. Parece un videoclip. Y eso ya lo vimos mucha veces y mejor presentado. ¿Premio al mejor montaje?. Inexplicable. Siguiendo esta línea. La fotografía es pésima. Los colores ni fú ni fá. La banda sonora no me trasmite nada, lo mismo que los sonidos en general.

Mikey Madison actúa muy bien pero…¿Oscar a mejor actriz? Me parece demasiado. Es destacable como supo empaparse de los gestos y movimientos típicos de las bailarinas eróticas pero frente a Demi Moore no tiene nada que hacer.

En definitiva. Una película entretenida para pasar el rato y reírse un poco. Pero bajo ninguna circunstancia una obra maestra como todos dicen.