Esta película es maravillosa... La banda sonora es la más bonita que he oído en mi vida. Meg Ryan interpreta varios papeles: el primer personaje es infeliz y no sabe que lo es, el segundo en cambio es consciente de no estar satisfecha con su vida, pero no hace nada por cambiar, porque el miedo y la cobardía la mantienen maniatada, encadenada, el tercer personaje, por último, es el más valiente pues se lanza a vivir la vida que siempre ha deseado, y por ello se lanza a navegar...
El personaje principal, interpretado por Tom Hanks, pasa por las tres fases anteriores, pero, en mi opinión, no lo hace de modo voluntario, sino pasivo, al comunicarle que se va a morir. Como le quedan pocos meses de vida, ya no hay lugar para el miedo, para la preocupación, en fin, para seguir viviendo completamente esclavizado. Ya no hay nada que perder, por lo que decide vivir de una manera más auténtica.
Bajo mi punto de vista, todo aquello que hacemos por obligación, todas las convenciones sociales bajo las que estamos sometidos, obedecen a nuestros miedos: miedo a la pobreza, a la exclusión, a las carencias tanto materiales como afectivas..., siendo el miedo a la muerte el más grande y el que los engloba a todos.
Yo pienso que la solución reside en ser honestos con nosotros mismos, pararse un segundo a pensar qué queremos hacer en la vida y hacerlo ya, porque la vida es terriblemente corta. Y como dice uno de los personajes al final: "No te preocupes por lo que pueda pasar una vez que decides el tipo de vida que realmente quieres vivir". Piensa en cómo quieres vivir y házlo, pero hazlo ya...

Se han superado, se han superado... Yo pensaba que "Tren nocturno a Venecia" era lo más vergonzoso jamás proyectado en una pantalla de cine, algo que era sencillamente imbatible... bueno, pues no, me equivoqué, porque este engendro lo supera, y con creces.
La cosa es más o menos así: hay un tío con cara de atontado y que lleva unos pelánganos de alucina vecina (para que el personaje quede muy friki y muy en plan underground). El fulano este, en lugar de ir al dentista o bajar a comprar el pan, contrata los servicios de unos detectives existenciales (al loro) para que encuentren un sentido a su existencia porque ha dado la maldita casualidad que se ha tropezado tres veces con un sudanés y tanta coincidencia le mosquea (vamos, como la vida misma). Los detectives son Lily Tomlin (no confundir con Tontín aunque algunas veces te cueste resistirte), una "actriz" que pasará a la historia del cine por protagonizar peliculones como "Ensalada de gemelas"( hito del séptimo arte, una obra de arte tan honda y hermosa que seguro que hasta Ingmar Bergman se arrepintió por no haber podido dirigirla) y Dustin Hoffman (con pelucón, para que todo siga quedando muy friki), que aceptó participar en esta "película" más que nada porque han subido el recibo de la luz y el pobre hombre tendrá que pagarlo como todo hijo de vecino, vamos, digo yo (y eso que no vive en España...). El caso es que la pareja de detectives empieza a investigar de arriba abajo la vida del atontado para intentar encontrar el significado de su existencia. En esto aparecen los personajes de Jude Law y Naomi Watts, que aceptaron salir en esta basura mal llamada película no se sabe tampoco muy bien por qué y que interpretan a un matrimonio que trabaja en la misma empresa donde curra el atontado. Los dos son muy rubios, muy guapos y muy altos, vale, pero, eso sí, se tiran toda la santísima película haciendo el garrulo sin venir a cuento. Luego aparece una pájara francesa con cara de vinagre (vamos, que parece que alguien la debe dinero) y que afirma, al contrario de los detectives existenciales (es que tiene tela), que la vida no tiene sentido, lo cual se traduce en que se dedica todo el rato a practicar sexo con el atontado (aunque el acto sexual no debe de ser muy satisfactorio porque la cara de vinagre no se le quita) y a darle en la cara con un globo para que contemple la oscuridad de la nada en la que todos vivimos. Luego aparece Mark Whalberg que se supone hace de bombero, pero más bien de bombero torero del ridículo que hace el menda durante toda la película

Pues sí, si los responsables de la película se la hubieran tomado menos en serio, podría haber devenido en un delicioso filme surrealista, en una brillante comedia grotesca, del estilo de las películas de los Farrelly, por así decirlo. Pero al no hacerlo el resultado es una ridiculez, un producto burdo y, para colmo, sin la más mínima gracia. La historia del caballo muerto o la del mendigo (¿en qué estaba pensando Christopher Walken al aceptar este papel?) hubieran cobrado otra dimensión en manos de un Lubistch o en las comedias de los hermanos Marx; aquí simplemente te hacen enrojecer de verguenza.
En lo que respecta a las interpretaciones, están todos espantosos a excepción, como siempre, de Jack Black.
Y entrando ya en los detalles no se corresponde el aspecto exterior (ruinosa, miserable) de la casa de Stiller con su interior (muebles caros, impecables).
En resumen, no perdáis el tiempo viéndola. Realmente no merece la pena.