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4
20 de mayo de 2013
20 de mayo de 2013
135 de 157 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intentaré ser objetivo, algo que, en mi humilde opinión, no percibo en el resto de críticas sobre esta película. Sinceramente, me gustaría dirigir una pregunta a toda aquella grandísima mayoría de usuarios que le ha cascado un 1: ¿en serio os parece tan mala? Podría dividir a las críticas con esa nota entre:
A) Calumniadores que afirman con absoluta certeza que la película tiene una grandísima mayoría de financiación pública, aunque ninguno se pone de acuerdo en el porcentaje, que va del 50% a cifras mucho mayores. Para los que quieran criticar con conocimiento de causa y/o salir de dudas, el aporte del ICAA fue de 99.595,00 €. Fuente: la propia web del ministerio. Echando un vistazo al presupuesto total (más de 800.000 €), sospecho que a más de un crítico las matemáticas le bajaron la media de la selectividad.
B) Otras críticas hacen hincapié en el hecho de que sean rusos y hablen en inglés, cosa nada común, ¿verdad? Luego, eso sí, le ponen un 10 a ciertas películas de espartanos o alemanes que hablan en inglés, pero eso ya es otra cosa. Cómo no hicieron la película en ruso, por el amor de Dios...
C) Aquellos que esperaban la nueva 2001 o Solaris versión castiza. O peor aún, los que añoraban que El cosmonauta fuera el VII episodio de Star Wars.
D) En último lugar, soy fan absoluto del chaval que dice en su crítica que el prota no tiene musculatura suficiente para ser astronauta. Ocho párrafos para decir eso. Debemos estar ante el Schwarzenegger de Filmaffinity, porque si no, no me lo explico. Que busque imágenes de Pedro Duque y saque sus conclusiones.
En mi opinión, no es una gran película. Pero no es un experimento totalmente fallido. Posee una bellísima fotografía, que haría enrojecer de vergüenza a muchos profesionales de Hollywood que se llaman a sí mismos cinematógrafos, la banda sonora es superior a la media y se adapta perfectamente a las escenas y las actuaciones, en general, funcionan sobradamente. En la parte negativa, aparece un guión pobremente diseñado, con un director que cumple en ocasiones pero al que le falta un verdadero talento narrativo, un montaje cuanto menos confuso y un final pobre. Desconozco si con las escenas "de pago" la película mejora o no. Y se agradece que puedas verla gratis en su web en vez de tener que pagar 10 eurazos en un cine, donde por cierto, suele haber productos mucho peores.
A) Calumniadores que afirman con absoluta certeza que la película tiene una grandísima mayoría de financiación pública, aunque ninguno se pone de acuerdo en el porcentaje, que va del 50% a cifras mucho mayores. Para los que quieran criticar con conocimiento de causa y/o salir de dudas, el aporte del ICAA fue de 99.595,00 €. Fuente: la propia web del ministerio. Echando un vistazo al presupuesto total (más de 800.000 €), sospecho que a más de un crítico las matemáticas le bajaron la media de la selectividad.
B) Otras críticas hacen hincapié en el hecho de que sean rusos y hablen en inglés, cosa nada común, ¿verdad? Luego, eso sí, le ponen un 10 a ciertas películas de espartanos o alemanes que hablan en inglés, pero eso ya es otra cosa. Cómo no hicieron la película en ruso, por el amor de Dios...
C) Aquellos que esperaban la nueva 2001 o Solaris versión castiza. O peor aún, los que añoraban que El cosmonauta fuera el VII episodio de Star Wars.
D) En último lugar, soy fan absoluto del chaval que dice en su crítica que el prota no tiene musculatura suficiente para ser astronauta. Ocho párrafos para decir eso. Debemos estar ante el Schwarzenegger de Filmaffinity, porque si no, no me lo explico. Que busque imágenes de Pedro Duque y saque sus conclusiones.
En mi opinión, no es una gran película. Pero no es un experimento totalmente fallido. Posee una bellísima fotografía, que haría enrojecer de vergüenza a muchos profesionales de Hollywood que se llaman a sí mismos cinematógrafos, la banda sonora es superior a la media y se adapta perfectamente a las escenas y las actuaciones, en general, funcionan sobradamente. En la parte negativa, aparece un guión pobremente diseñado, con un director que cumple en ocasiones pero al que le falta un verdadero talento narrativo, un montaje cuanto menos confuso y un final pobre. Desconozco si con las escenas "de pago" la película mejora o no. Y se agradece que puedas verla gratis en su web en vez de tener que pagar 10 eurazos en un cine, donde por cierto, suele haber productos mucho peores.

5,1
19.432
2
1 de noviembre de 2010
1 de noviembre de 2010
99 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como dato curioso, la obra en cuestión está dirigida por todo un bisnieto del legendario escritor H.G. Wells, aspecto que si bien en un principio podría invitar al optimismo, pronto descubrimos que daría igual que el director hubiera sido Roland Emmerich por ejemplo. Y es que la película en cuestión se parece más (desgraciadamente) a la Stargate del director alemán que a la obra homónima del escritor inglés.
Al ver este filme lo primero que notas es esa desagradable sensación que sientes cuando te das cuenta de que te están tomando descaradamente el pelo. De hecho, a quien se acabe de ver esta película yo le recomiendo leer el libro, que es mucho más sano y te mostrará que "La máquina del tiempo" auténtica es una obra infinitamente más interesante que este truño que acabas de presenciar.
Para empezar, el filme se desliga totalmente de la obra original. Ello no habría supuesto ningún problema si al menos nos contaran una historia con cierta coherencia. La película elimina por completo las disertaciones del libro sobre dimensiones y cómo nos podríamos mover en una cuarta dimensión, el tiempo, igual que en su día, con aparatos como los aviones, nos conseguimos mover en otra dimensión anteriormente inalcanzable: la altura. Simplemente se dedica a mostrarnos a Guy Pearce alias Alexander "volando" en su máquina (de una asombrosa perfección de acabados por cierto, y más teniendo en cuenta que se supone que la fabricó él mismo a mano) y buscando desesperadamente una forma de evitar la muerte de su amada Emma, primero viajando al pasado y luego a un absurdo futuro lejano post apocalíptico donde el ser humano ha evolucionado en dos formas distintas: los Eloi, seres de apariencia decepcionantemente humana que tras 800.000 años de evolución no han evolucionado nada, y los Morlocks, una especie de gorilas del Planeta de los Simios que se alimentan de los anteriores y son los malos. (sigue en spoiler)
Al ver este filme lo primero que notas es esa desagradable sensación que sientes cuando te das cuenta de que te están tomando descaradamente el pelo. De hecho, a quien se acabe de ver esta película yo le recomiendo leer el libro, que es mucho más sano y te mostrará que "La máquina del tiempo" auténtica es una obra infinitamente más interesante que este truño que acabas de presenciar.
Para empezar, el filme se desliga totalmente de la obra original. Ello no habría supuesto ningún problema si al menos nos contaran una historia con cierta coherencia. La película elimina por completo las disertaciones del libro sobre dimensiones y cómo nos podríamos mover en una cuarta dimensión, el tiempo, igual que en su día, con aparatos como los aviones, nos conseguimos mover en otra dimensión anteriormente inalcanzable: la altura. Simplemente se dedica a mostrarnos a Guy Pearce alias Alexander "volando" en su máquina (de una asombrosa perfección de acabados por cierto, y más teniendo en cuenta que se supone que la fabricó él mismo a mano) y buscando desesperadamente una forma de evitar la muerte de su amada Emma, primero viajando al pasado y luego a un absurdo futuro lejano post apocalíptico donde el ser humano ha evolucionado en dos formas distintas: los Eloi, seres de apariencia decepcionantemente humana que tras 800.000 años de evolución no han evolucionado nada, y los Morlocks, una especie de gorilas del Planeta de los Simios que se alimentan de los anteriores y son los malos. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Allí es donde nuestro "prota" se hace amiguísimo de los Eloi (que al principio lo quieren tirar al río, probablemente para ver si así acaba antes la película), que por supuesto son humanos guapos y buenos como él e incluso algunos hablan mejor en inglés que William Shakespeare, y se queda a vivir en su idílica aldea construida en el desfiladero de un río. Entonces, aparecen los malos malísimos y por supuesto caníbales Morlocks, quienes cazan a algunos human..., perdón, Elois, mediante el método de lanzarles unos dardos con una especie de sustancia negra (que tienen un efecto totalmente nulo en sus víctimas) y se llevan a la nueva amiguita de Guy Pearce. Por supuesto, los Morlock no soportan la luz, pero en esa escena parece que hacen una excepción atacando durante el día. Por otra parte, nuestro protagonista, que no está para nada de acuerdo en que le quiten por enésima vez a su novia, va con el niño (presumiblemente para usarlo como cebo) a la guarida de los Morlocks, a la que se accede por una puerta con forma de calavera de los Iron Maiden (lo cual es una perfecta alegoría de que las razas evolucionan, pero la buena música prevalece). Allí, tras pasearse durante una hora como Pedro por su casa por una cueva infestada de Morlocks (nótese que la cueva posee iluminación natural cortesía de Endesa, Guy no lleva ni una triste antorcha), finalmente es descubierto cuando se pone a gritar como una Spice Girl por la cueva (cosa que enfurece sobremanera a los Morlocks, amantes del buen heavy) y tras caerse en el vertedero municipal de restos humanos. Tras eso, es llevado ante el jefe de los Morlocks, una especie de elfo jorobado (pésimamente interpretado por Jeremy Irons, aunque el personaje tampoco le daba para mucho, todo hay que decirlo) que le da al profesor Alexander la opotunidad de irse; eso sí, sin la chica, que por mala suerte para ella cumple el estereotipo de belleza morlock y el líder la necesita para fabricar más jefes para la tribu. Entonces, tras una estúpida lucha a bordo de la máquina del tiempo (y una visión del futuro en la que podemos ver que los Maiden han llenado de calaveras heavys la faz de la Tierra), Alexander y la chica huyen, no sin antes encajar un reloj en los engranajes del artefacto, lo que por supuesto provoca una explosión nuclear que extingue a todos los morlocks del mundo mundial pero no mata a ningún Eloi de los buenos.
Conclusión: estoy más que seguro de que el propio H.G. Wells daría lo que fuera por haber podido viajar al futuro a detener el estreno de esta nefasta película.
Conclusión: estoy más que seguro de que el propio H.G. Wells daría lo que fuera por haber podido viajar al futuro a detener el estreno de esta nefasta película.

5,9
271
7
12 de febrero de 2011
12 de febrero de 2011
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me encontré con esta película de casualidad, mientras miraba la lista de nominados a mejor película de habla no inglesa en los Globos de oro de este año (premio que finalmente no ganó, en detrimento del largometraje danés "En un mundo mejor"), cosa que suelo hacer ya que normalmente los filmes nominados en esta categoría suelen ser en muchos casos mejores que los nominados al premio general.
La historia en sí empieza con la llegada de Ignat (Vladimir Mashkov) al pueblo, un héroe de guerra de una recién finalizada Segunda Guerra Mundial que encierra dos facetas bien definidas: por un lado, un profundo trauma provocado durante el conflicto bélico, que le confiere un carácter arisco y desconfiado y, por el otro, una irrefrenable pasión por conducir locomotoras. Así, el personaje, tras oír un relato acerca de una vieja locomotora abandonada en una isla, decide acudir en su busca, lo que le llevará al encuentro de Elsa (Anjorka Strechel), una joven alemana que se refugió en la isla hace 4 años y que desconoce totalmente la guerra que conmocionó al mundo durante todo ese tiempo. Así, pronto se tendrá que enfrentar al rechazo y la incomprensión de la gente del pueblo, que simplemente la rechaza por su procedencia germana a causa de una guerra que ella misma desconoce.
Dentro del equipo técnico sorprende en cierta medida la inclusión en el apartado musical del compositor irlandés David Holmes dentro de un equipo totalmente ruso, quien crea una banda sonora que se adapta con bastante soltura al ritmo de la película, sin la ambición de sobresalir demasiado en ningún momento. En cuanto al director, se desenvuelve con desparpajo en base a un guión bastante logrado y la fotografía, por su parte, es excepcional en todo momento, regalándonos impresionantes estampas de la taiga siberiana que contrasta con su impecable blancura con la suciedad de las locomotoras y los maquinistas manchados de hollín.
Buena película, en definitiva, que además de contener una interesante dosis de autocrítica nos muestra cómo el odio engendra odio y cómo éste se ve potenciado por la ignorancia de una población manipulada por su Gobierno (en el caso de la película por la administración estalinista; en el caso actual, valdría un partido demagogo cualquiera en el poder).
La historia en sí empieza con la llegada de Ignat (Vladimir Mashkov) al pueblo, un héroe de guerra de una recién finalizada Segunda Guerra Mundial que encierra dos facetas bien definidas: por un lado, un profundo trauma provocado durante el conflicto bélico, que le confiere un carácter arisco y desconfiado y, por el otro, una irrefrenable pasión por conducir locomotoras. Así, el personaje, tras oír un relato acerca de una vieja locomotora abandonada en una isla, decide acudir en su busca, lo que le llevará al encuentro de Elsa (Anjorka Strechel), una joven alemana que se refugió en la isla hace 4 años y que desconoce totalmente la guerra que conmocionó al mundo durante todo ese tiempo. Así, pronto se tendrá que enfrentar al rechazo y la incomprensión de la gente del pueblo, que simplemente la rechaza por su procedencia germana a causa de una guerra que ella misma desconoce.
Dentro del equipo técnico sorprende en cierta medida la inclusión en el apartado musical del compositor irlandés David Holmes dentro de un equipo totalmente ruso, quien crea una banda sonora que se adapta con bastante soltura al ritmo de la película, sin la ambición de sobresalir demasiado en ningún momento. En cuanto al director, se desenvuelve con desparpajo en base a un guión bastante logrado y la fotografía, por su parte, es excepcional en todo momento, regalándonos impresionantes estampas de la taiga siberiana que contrasta con su impecable blancura con la suciedad de las locomotoras y los maquinistas manchados de hollín.
Buena película, en definitiva, que además de contener una interesante dosis de autocrítica nos muestra cómo el odio engendra odio y cómo éste se ve potenciado por la ignorancia de una población manipulada por su Gobierno (en el caso de la película por la administración estalinista; en el caso actual, valdría un partido demagogo cualquiera en el poder).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- ¿Cuál es tu nombre?
- ¡Elsa!
- ¿Te pasaste toda la Guerra escondida en la Taiga?
- ¿Qué guerra?
- ¡Elsa!
- ¿Te pasaste toda la Guerra escondida en la Taiga?
- ¿Qué guerra?
7
19 de diciembre de 2010
19 de diciembre de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buen corto de animación del realizador ruso Garri Bardin, quien planteando el minimalismo como bandera realiza una amplia reflexión en apenas diez minutos que dura el vídeo.
A diferencia de su compatriota Alexandr Petrov, quien suele impresionarnos con sus cortos expresionistas, Bardin pretende contar una historia donde importa más el contenido que la forma, y en apenas diez minutos nos plantea una profunda disquisición sobre cómo se crea un ídolo, alguien a quien muchas veces se ignora o (como él mismo nos muestra) incluso se desprecia para luego endiosarlo y alabarlo una vez ha desaparecido. Me ha recordado un poco a la leyenda (no se me ocurre otra forma de llamarla pues no soy creyente) de Jesucristo, que también se supone que fue rechazado y asesinado por la gente de su tiempo, resucitó, subió al cielo y luego se pasó a adorarle como a un dios. Es posible que contenga una velada crítica al cristianismo, o al menos yo lo veo así. Dice filmaffinity que el film trata sobre la relación entre un líder y sus seguidores, cosa evidente, pero yo creo ver también desde mi modesto punto de vista una evidente crítica al racismo, mediante la representación de cómo, en nuestras sociedades organizadas, la aparición de un elemento diferente se interpreta automáticamente como una amenaza para el sistema que debe ser eliminada de inmediato.
Por cierto, inmejorable la elección como música de fondo del Adagio de Albinoni, especialmente en un par de escenas en las que las figuras se mueven al ritmo de la música en perfecta sintonía.
A diferencia de su compatriota Alexandr Petrov, quien suele impresionarnos con sus cortos expresionistas, Bardin pretende contar una historia donde importa más el contenido que la forma, y en apenas diez minutos nos plantea una profunda disquisición sobre cómo se crea un ídolo, alguien a quien muchas veces se ignora o (como él mismo nos muestra) incluso se desprecia para luego endiosarlo y alabarlo una vez ha desaparecido. Me ha recordado un poco a la leyenda (no se me ocurre otra forma de llamarla pues no soy creyente) de Jesucristo, que también se supone que fue rechazado y asesinado por la gente de su tiempo, resucitó, subió al cielo y luego se pasó a adorarle como a un dios. Es posible que contenga una velada crítica al cristianismo, o al menos yo lo veo así. Dice filmaffinity que el film trata sobre la relación entre un líder y sus seguidores, cosa evidente, pero yo creo ver también desde mi modesto punto de vista una evidente crítica al racismo, mediante la representación de cómo, en nuestras sociedades organizadas, la aparición de un elemento diferente se interpreta automáticamente como una amenaza para el sistema que debe ser eliminada de inmediato.
Por cierto, inmejorable la elección como música de fondo del Adagio de Albinoni, especialmente en un par de escenas en las que las figuras se mueven al ritmo de la música en perfecta sintonía.

5,1
1.325
2
22 de marzo de 2011
22 de marzo de 2011
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta aceptar que el legendario Hideo Nakata, el creador de la gran Ringu, quizás la mejor película de terror que un servidor haya visto (con permiso de Alien, el octavo pasajero), haya sido el autor de tamaña basura de secuela.
Y es que en esta ocasión el realizador japonés nos intenta colar un truño de refritos del típico cine de terror nipón con niños malditos unido a su ya famosa historia de la niña chunga de los pelos, todo ello metido en una batidora y complementado con unos efectos dignos de serie B, con unos actores cuya actuación roza el ridículo y en medio de un guión de encefalograma plano. Si la primera película conseguía inquietar al personal simplemente por su cuidada atmósfera, excelentemente trabajada, aquí nos intentan meter el miedo en el cuerpo por medio de "sustos" conseguidos mediante apariciones de la susodicha niña mientras la banda sonora corre a cargo del sobrino del director arañando una pizarra. Dichas apariciones ocurren, todo hay que decirlo, en la mente de los personajes, que ven Sadakos por todas partes. Detalles escabrosos en spoiler.
Comparada con ésta, incluso la Ring 0 de Norio Tsuruta, la precuela de la primera, es casi una obra maestra. Sólo recomendada para fanáticos de la saga. Yo por mi parte prefiero pensar que esta película nunca existió.
Y es que en esta ocasión el realizador japonés nos intenta colar un truño de refritos del típico cine de terror nipón con niños malditos unido a su ya famosa historia de la niña chunga de los pelos, todo ello metido en una batidora y complementado con unos efectos dignos de serie B, con unos actores cuya actuación roza el ridículo y en medio de un guión de encefalograma plano. Si la primera película conseguía inquietar al personal simplemente por su cuidada atmósfera, excelentemente trabajada, aquí nos intentan meter el miedo en el cuerpo por medio de "sustos" conseguidos mediante apariciones de la susodicha niña mientras la banda sonora corre a cargo del sobrino del director arañando una pizarra. Dichas apariciones ocurren, todo hay que decirlo, en la mente de los personajes, que ven Sadakos por todas partes. Detalles escabrosos en spoiler.
Comparada con ésta, incluso la Ring 0 de Norio Tsuruta, la precuela de la primera, es casi una obra maestra. Sólo recomendada para fanáticos de la saga. Yo por mi parte prefiero pensar que esta película nunca existió.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Total, que la película consiste en que la prota es la alumna del tipo que salía en la primera peli, que quiere investigar por qué extraña razón ha muerto su profesor. Como era de esperar, durante su ardua investigación van apareciendo diversos personajes intrascendentes que invariablemente irán visionando el vídeo maldito para que luego veamos como van muriendo uno a uno (cosa que nos la sopla, he visto rocas con más personalidad que ellos) hasta que llegamos a la escena culmen de la película, la delirante traca final en la que palma todo quisqui cada cual de la manera más absurda y patética posible (impresionante la muerte del doctor y la enfermera, digna de los Monthy Python) menos por supuesto el niño y la prota, que por supuesto se salvan en una escena que oscila entre el surrealismo y el humor absurdo.
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