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7,6
90.725
9
13 de agosto de 2007
13 de agosto de 2007
150 de 186 usuarios han encontrado esta crítica útil
Filme de belleza exquisita, ambientación neogótica... por momentos casi de atmósfera videoclip, deslumbrante y embriagador... Con una musicalización magistral del talentoso señor Kilar. Llega a rozar lo erótico y lo aterrador, aborda la maldad y el bien, la perversión y el amor, todo al mismo tiempo... No tiene ningún encuadre ni escena fuera de lugar (pese a las apariencias)...
Una obrita maestra que se ha convertido en icono y referente de un tipo de cine visual y sensitivo que ofrece un auténtico paroxismo cinematográfico, revitalizando y reinventando un mítico personaje antaño soso y aburrido...
¿Fiel a la obra de Stoker o no?
Ninguna adaptación más fiel. Incluso la supera y amplía, llena las lagunas enormes que aquella dejara sin resolver y muestra los..., digamos, "verdaderos acontecimientos" que rodearon los hechos que Stoker muestra a través de los fríos, aburridos y conservadores diarios personales de los personajes...
A lo sumo el único delito de Coppola habrá sido el de dotar a estos personajes de Stoker con apariencias y fisionomías diferentes a las descritas por el autor, por lo demás, los ha hecho más creíbles y ha agregado en ellos matices mucho más interesantes...
Una obrita maestra que se ha convertido en icono y referente de un tipo de cine visual y sensitivo que ofrece un auténtico paroxismo cinematográfico, revitalizando y reinventando un mítico personaje antaño soso y aburrido...
¿Fiel a la obra de Stoker o no?
Ninguna adaptación más fiel. Incluso la supera y amplía, llena las lagunas enormes que aquella dejara sin resolver y muestra los..., digamos, "verdaderos acontecimientos" que rodearon los hechos que Stoker muestra a través de los fríos, aburridos y conservadores diarios personales de los personajes...
A lo sumo el único delito de Coppola habrá sido el de dotar a estos personajes de Stoker con apariencias y fisionomías diferentes a las descritas por el autor, por lo demás, los ha hecho más creíbles y ha agregado en ellos matices mucho más interesantes...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En uno de los pasajes de la novela de Stoker, cuando las novias del vampiro seducen y victimizan a Johnathan Harker y derrepente aparece Drácula, el mismo autor, ¡el mismo Stoker!, anuncia de boca del propio conde: "Sí, yo también puedo amar, y amaré de nuevo...". Resulta evidente que el propio Stoker sugiere que el personaje del vampiro es más complejo de lo que él mismo presenta, aunque jamás desarrolla tales posibilidades... Coppola en cambio las sabrá aprovechar sugiriendo que el vampiro posee un conflicto esencial que lo ubica en la eterna batalla entre el bien y el mal, entre el odio y el amor. Esto es lo que dice el pasaje exacto de Stoker...
"—¿Cómo se atreve cualquiera de vosotras a tocarlo? ¿Cómo os atrevéis a poner vuestros ojos sobre él cuando yo os lo he prohibido? ¡Atrás, os digo a todas! ¡Este hombre me pertenece! Cuidaos de meteros con él, o tendréis que véroslas conmigo.
La muchacha rubia, con una risa de coquetería rival, se volvió para responderle:
—Tú mismo jamás has amado; ¡tú nunca amas!
Al oír esto las otras mujeres le hicieron eco, y por el cuarto resonó una risa tan lúgubre, dura y despiadada, que casi me desmayé al escucharla. Parecía el placer de los enemigos. Entonces el conde se volvió después de mirar atentamente mi cara, y dijo en un suave susurro:
—Sí, yo también puedo amar; vosotras mismas lo sabéis por el pasado. ¿No es así? Bien, ahora os prometo que cuando haya terminado con él os dejaré besarlo tanto como queráis. ¡Ahora idos, idos!"
¿Acaso todo el mundo ha pasado por alto este pasaje de la novela? Aquí Stoker deja escapar una auténtica revelación sobre la persona del conde, quizá la única de su propia voz... Pueden retorcerse los críticos ante la herejía de que el conde siquiera piense en el amor... pues que se retuerzan porque el mismo Stoker lo afirma: Sí, Drácula también puede amar, por eso va en busca de Mina...
En cualquier caso, esta visión de Coppola, de un Drácula más complejo, es cuando menos mucho más llamativa que el soso personaje chupasangre que el cine había construido hasta antes de esta cinta...
"—¿Cómo se atreve cualquiera de vosotras a tocarlo? ¿Cómo os atrevéis a poner vuestros ojos sobre él cuando yo os lo he prohibido? ¡Atrás, os digo a todas! ¡Este hombre me pertenece! Cuidaos de meteros con él, o tendréis que véroslas conmigo.
La muchacha rubia, con una risa de coquetería rival, se volvió para responderle:
—Tú mismo jamás has amado; ¡tú nunca amas!
Al oír esto las otras mujeres le hicieron eco, y por el cuarto resonó una risa tan lúgubre, dura y despiadada, que casi me desmayé al escucharla. Parecía el placer de los enemigos. Entonces el conde se volvió después de mirar atentamente mi cara, y dijo en un suave susurro:
—Sí, yo también puedo amar; vosotras mismas lo sabéis por el pasado. ¿No es así? Bien, ahora os prometo que cuando haya terminado con él os dejaré besarlo tanto como queráis. ¡Ahora idos, idos!"
¿Acaso todo el mundo ha pasado por alto este pasaje de la novela? Aquí Stoker deja escapar una auténtica revelación sobre la persona del conde, quizá la única de su propia voz... Pueden retorcerse los críticos ante la herejía de que el conde siquiera piense en el amor... pues que se retuerzan porque el mismo Stoker lo afirma: Sí, Drácula también puede amar, por eso va en busca de Mina...
En cualquier caso, esta visión de Coppola, de un Drácula más complejo, es cuando menos mucho más llamativa que el soso personaje chupasangre que el cine había construido hasta antes de esta cinta...
8
13 de enero de 2007
13 de enero de 2007
72 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indudablemente una joya que logró existir momentáneamente, lo suficiente para insinuar sus posibilidades.
Todos conocemos de sobra los relatos e intentos de retratar la eterna batalla entre el bien y el mal, pero hasta ahora ningún producto comercial había tocado tan hondo las posibilidades de hacerlo con tal maestría como esta serie de HBO. 24 inigualables episodios de una calidad técnica insuperable, riqueza dramática, matices y cuidado envidiables.
La historia de Ben y Justin (Alexsei), encarnación del bien y del mal, ambientada en una época deprimida de la historia norteamericana, se va desarrollando con una lentitud y precisión que aseguran efectivamente envolver a los espectadores sedientos de originalidad y arte...
Personalmente siempre me ha seducido la posibilidad de un enfrentamiento entre el bien absoluto y el mal absoluto, sean lo que sean... y sobre todo, el reto de retratar una encarnación del Bien y del mal me ha parecido un ejercicio dantesco pero digno de intentarse en una historia de ficción. Carnivlae lo intenta y los resultados son sobrecogedoramente buenos... Sobre este particular los capítulos 23 y 24 son especialmente inquietantes y tocan la cúspide de un tal enfrentamiento entre el bien y el mal, y lo logra con solvencia y verosimilitud
Esta serie ha sido la primera posibilidad seria de acercarme a tal idea llevada a la pantalla. Lamentablemente cuando las cartas ya estaban sobre la mesa y los personajes lo suficientemente bien desarrollados para dar cuerpo pleno a la historia... ¡crash! la serie es cortada de tajo y echada al vacío... Aunque quizá recientes intentos de pasarla por medios masivos de televisión puedan sugerir la intención de crear el público suficiente que garantice la audiencia de una tercera temporada...
Magistral música de Jeaf Beal, ambientación perfecta y sobre todo genial manejo de esa cualidad que solo pocas series saben explotar de ir construyendo una atmósfera que funciona como un mecanismo de relojería: poco, poco y de repente... la sorpresa...
Altamente recomendada...
Todos conocemos de sobra los relatos e intentos de retratar la eterna batalla entre el bien y el mal, pero hasta ahora ningún producto comercial había tocado tan hondo las posibilidades de hacerlo con tal maestría como esta serie de HBO. 24 inigualables episodios de una calidad técnica insuperable, riqueza dramática, matices y cuidado envidiables.
La historia de Ben y Justin (Alexsei), encarnación del bien y del mal, ambientada en una época deprimida de la historia norteamericana, se va desarrollando con una lentitud y precisión que aseguran efectivamente envolver a los espectadores sedientos de originalidad y arte...
Personalmente siempre me ha seducido la posibilidad de un enfrentamiento entre el bien absoluto y el mal absoluto, sean lo que sean... y sobre todo, el reto de retratar una encarnación del Bien y del mal me ha parecido un ejercicio dantesco pero digno de intentarse en una historia de ficción. Carnivlae lo intenta y los resultados son sobrecogedoramente buenos... Sobre este particular los capítulos 23 y 24 son especialmente inquietantes y tocan la cúspide de un tal enfrentamiento entre el bien y el mal, y lo logra con solvencia y verosimilitud
Esta serie ha sido la primera posibilidad seria de acercarme a tal idea llevada a la pantalla. Lamentablemente cuando las cartas ya estaban sobre la mesa y los personajes lo suficientemente bien desarrollados para dar cuerpo pleno a la historia... ¡crash! la serie es cortada de tajo y echada al vacío... Aunque quizá recientes intentos de pasarla por medios masivos de televisión puedan sugerir la intención de crear el público suficiente que garantice la audiencia de una tercera temporada...
Magistral música de Jeaf Beal, ambientación perfecta y sobre todo genial manejo de esa cualidad que solo pocas series saben explotar de ir construyendo una atmósfera que funciona como un mecanismo de relojería: poco, poco y de repente... la sorpresa...
Altamente recomendada...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Knauf, su creador, pensaba lograr una serie de unos 70 capítulos, solo pudo llegar a 24... Se sabe que la serie narraría una historia que iría desde el año 1930 hasta 1945, coincidiendo el final de su historia de ficción (hacia el capítulo 70) con un doloroso acontecimiento real con el cual la batalla entre el bien y el mal de Carnivale se cruzaría: el estallido de la bomba atómica de Hiroshima.
Este entrecruzamiento de hecho real con la ficción de Knauf revela su original intención de ir llevando la historia de Carnivale cada vez a horizontes más amplios, sacándola incluso del escenario norteamericano, para sugerir que la batalla que vendría en sucesivas temporadas entre los personajes de Sofie y Ben afectaría en la ficción la vida de millones de seres humanos en el mundo, incluso habría reminiscencias sobre cómo en la actualidad nos toca tal enfrentamiento...
El ritmo de la serie aseguraba un guión en este sentido bastante verosímil... De hecho, la frase de la serie revela este final, "Su batalla, Su camino, Nuestro futuro.", insinúa las dimensiones que Knauf pretendió con esta excelente serie. Lástima la miopía mercantil de HBO y bendita la creatividad de esta clase de artistas como Knauf...
Este entrecruzamiento de hecho real con la ficción de Knauf revela su original intención de ir llevando la historia de Carnivale cada vez a horizontes más amplios, sacándola incluso del escenario norteamericano, para sugerir que la batalla que vendría en sucesivas temporadas entre los personajes de Sofie y Ben afectaría en la ficción la vida de millones de seres humanos en el mundo, incluso habría reminiscencias sobre cómo en la actualidad nos toca tal enfrentamiento...
El ritmo de la serie aseguraba un guión en este sentido bastante verosímil... De hecho, la frase de la serie revela este final, "Su batalla, Su camino, Nuestro futuro.", insinúa las dimensiones que Knauf pretendió con esta excelente serie. Lástima la miopía mercantil de HBO y bendita la creatividad de esta clase de artistas como Knauf...

7,4
121.197
10
9 de junio de 2007
9 de junio de 2007
45 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia genialmente concebida y una puesta en escena estéticamente deslumbrante desde el principio... Atípica en cuanto a ciencia ficción se refiere, atípica en cuanto a uso de efectos visuales, atípica en manejo de recursos narrativos..., mejor dicho: atípico producto de la industria Made in Hollywood...
El director da cátedra sobre cómo presentar con altura una historia compleja y repleta de matices, una historia capaz de reinventarse a sí misma cada vez que la película es vista de nuevo. Es notable cómo es necesario verla una y otra vez para seguir hallando en ella nuevos detalles e ingredientes, no basta con verla una vez solamente. ¿De qué trata? Nada menos que de la aniquilación casi total de la especie humana..., de la manipulación del espacio y del tiempo mediante tecnologías imprecisas y peligrosas..., pero sobretodo... de la imposibilidad de cambiar lo que ya está escrito... ¿El resultado? Una historia sobre la locura, sobre la dificultad de entender un ambiente convulsionado y de asimilar la sensación de relatividad espacio-temporal -que naturalmente podría experimentar una persona que viajase por el tiempo-...
Gilliam captura muy bien la complejidad contenida en lo que narra y se esmera en mostrar la subsiguiente angustia y caos mentales que sobrevienen a los viajes temporales y al retorno a una sociedad a punto de ser exterminada. Un acierto impecable de la cinta es confrontar a los personajes y al mismo espectador con las explicaciones de la psiquiatría como elemento de juicio racional... Finalmente ¿Qué es la realidad? ¿Está en nuestra mente o está en lo que se nos dice que es? O, acaso, ¿es tan compleja, tan desquiciadamente compleja, que es preferible permanecer como borregos para no perder la cabeza y enloquecer pensando qué es lo real y cuál es nuestro lugar en ella y cuáles nuestras posibilidades?
Nos encontramos con una joya que rompe cánones: no hay aventuras colosales, no hay héroes, no hay heroínas, no se salva al mundo ni a la humanidad, a nadie... , ni siquiera hay espectaculares efectos porque no hacen falta, se trata de una puesta en escena ejemplar, de una posibilidad de hacer cine diferente sin caer en excesos o malabarismos, ...y tampoco le hace falta caer en un vano pesimismo para ser capaz de sugerir una inquietante reflexión sobre nuestra inexorable banalidad como seres racionales...
Obra maestra.
El director da cátedra sobre cómo presentar con altura una historia compleja y repleta de matices, una historia capaz de reinventarse a sí misma cada vez que la película es vista de nuevo. Es notable cómo es necesario verla una y otra vez para seguir hallando en ella nuevos detalles e ingredientes, no basta con verla una vez solamente. ¿De qué trata? Nada menos que de la aniquilación casi total de la especie humana..., de la manipulación del espacio y del tiempo mediante tecnologías imprecisas y peligrosas..., pero sobretodo... de la imposibilidad de cambiar lo que ya está escrito... ¿El resultado? Una historia sobre la locura, sobre la dificultad de entender un ambiente convulsionado y de asimilar la sensación de relatividad espacio-temporal -que naturalmente podría experimentar una persona que viajase por el tiempo-...
Gilliam captura muy bien la complejidad contenida en lo que narra y se esmera en mostrar la subsiguiente angustia y caos mentales que sobrevienen a los viajes temporales y al retorno a una sociedad a punto de ser exterminada. Un acierto impecable de la cinta es confrontar a los personajes y al mismo espectador con las explicaciones de la psiquiatría como elemento de juicio racional... Finalmente ¿Qué es la realidad? ¿Está en nuestra mente o está en lo que se nos dice que es? O, acaso, ¿es tan compleja, tan desquiciadamente compleja, que es preferible permanecer como borregos para no perder la cabeza y enloquecer pensando qué es lo real y cuál es nuestro lugar en ella y cuáles nuestras posibilidades?
Nos encontramos con una joya que rompe cánones: no hay aventuras colosales, no hay héroes, no hay heroínas, no se salva al mundo ni a la humanidad, a nadie... , ni siquiera hay espectaculares efectos porque no hacen falta, se trata de una puesta en escena ejemplar, de una posibilidad de hacer cine diferente sin caer en excesos o malabarismos, ...y tampoco le hace falta caer en un vano pesimismo para ser capaz de sugerir una inquietante reflexión sobre nuestra inexorable banalidad como seres racionales...
Obra maestra.
10
1 de septiembre de 2009
1 de septiembre de 2009
34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Road movie es el género de los viajes: no importa el destino, lo que importa es el recorrido. La diferencia de esta historia es que, en vez de ser en carro, es en burrito. Esta es la historia de Ignacio Carrillo, un reconocido juglar de la costa colombiana, quien tiene una misión: devolver el acordeón que su maestro le entregó. Para esto, debe viajar desde Majagual, en Sucre, hasta Taroa, el último rincón de la Guajira. El joven Fermín decide unirse al viaje ya que desea ser un gran juglar, y con un poco de disgusto de Ignacio comienzan el recorrido en el que irán al ritmo que el acordeón toque.
La música va por las venas de Ignacio y Fermín, va por los habitantes de la costa Caribe colombiana, y esa música es la reflexión de su propia vida, es la representación del caminar diario entre el sol y el desierto, entre el arriar ganado e ir a la piquería.
Es la primera vez que siento que una película colombiana nos representa de verdad, y creo que lo logra porque habla de la vida diaria de la mayoría de habitantes de nuestro país, que no están en las ciudades, sino en los pueblos polvorientos que hay que atravesar con burrito, donde se bebe chirrinchi casero y siempre habrá espacio para la fiesta de 3 días. La verdadera esencia, acompañada con la verdadera música.
En cuanto al paisaje, la película habla por sí sola. Tanto, que el diálogo es el estrictamente necesario y el recorrido, hecho en buena parte sin diálogos, lo que da la reflexión del silencio, permite mirar y dejar de lado las frases hechas para campañas publicitarias sobre el paraíso tropical de Colombia y, simplemente, el espectador se siente perdido en un mundo donde quiere estar, donde quiere dejar el mundo urbano, tomar el burrito y sentarse a ver el atardecer desde cualquier lugar de la Sierra del Perijá o en medio de las Salinas de Manaure.
Decir más de la película es dañar la expectativa. Uno, porque las palabras se quedan cortas para expresar el contenido de las imágenes; y dos, porque la historia se desenvuelve sola, como cuando uno sale de viaje: nadie quiere que le cuenten a uno qué es lo que va a pasar.
La música va por las venas de Ignacio y Fermín, va por los habitantes de la costa Caribe colombiana, y esa música es la reflexión de su propia vida, es la representación del caminar diario entre el sol y el desierto, entre el arriar ganado e ir a la piquería.
Es la primera vez que siento que una película colombiana nos representa de verdad, y creo que lo logra porque habla de la vida diaria de la mayoría de habitantes de nuestro país, que no están en las ciudades, sino en los pueblos polvorientos que hay que atravesar con burrito, donde se bebe chirrinchi casero y siempre habrá espacio para la fiesta de 3 días. La verdadera esencia, acompañada con la verdadera música.
En cuanto al paisaje, la película habla por sí sola. Tanto, que el diálogo es el estrictamente necesario y el recorrido, hecho en buena parte sin diálogos, lo que da la reflexión del silencio, permite mirar y dejar de lado las frases hechas para campañas publicitarias sobre el paraíso tropical de Colombia y, simplemente, el espectador se siente perdido en un mundo donde quiere estar, donde quiere dejar el mundo urbano, tomar el burrito y sentarse a ver el atardecer desde cualquier lugar de la Sierra del Perijá o en medio de las Salinas de Manaure.
Decir más de la película es dañar la expectativa. Uno, porque las palabras se quedan cortas para expresar el contenido de las imágenes; y dos, porque la historia se desenvuelve sola, como cuando uno sale de viaje: nadie quiere que le cuenten a uno qué es lo que va a pasar.

7,1
72.168
9
17 de enero de 2007
17 de enero de 2007
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es verdad que una vez finaliza esta película queda la sensación de que asuntos importantes quedan pendientes, pero habría que ser muy miope para no entender que los cabos sueltos que quedan son lo que menos interesa ante la reflexión que esta cinta es capaz de proponer.
En un tiempo como el que vivimos -de terrorismo y anuncios de barbarie por parte de gobiernos poderosos y de manipulación de los medios masivos de comunicación- observar una película que explora las posibilidades del ser humano en un contexto extremo de injusticia social, atropellos sistemáticos y una suerte de anarquía angustiante, resulta casi una labor pedagógica por parte de un director de cine... permite a una gran audiencia -entumecida por la sed de shows y espectacularidad circense- pensar, al menos un segundo, en qué se parece nuestra sociedad a aquella que la película nos muestra, pero también, sobretodo, cuál sociedad tenemos en la realidad y... más aún, cuál sociedad deseamos...
Este filme de Cuarón presenta el asunto en clave de una ficción hiperreal, a través de un planteamiento extraño como lo es la pérdida de la fertilidad; sin embargo, aceptando tal extraña posibilidad habrá que aceptar también que la cosas bien podrían salir del modo que la película presenta: desolación moral, suicidios colectivos, descomposición social... Por otro lado, no es una locura que gobiernos y ciudadanos terminen "cazando como cucarachas" a la población inmigrante al verse amenazados por esta.. Este aspecto, de corte político, es crucial en la película, aún más que la historia de la infertilidad y del "milagro" de Kee y es el que permite sacarle el mayor provecho en reflexión a todo el filme...
En cuanto a su factura técnica..., ¿Qué decir? Exquisita, un placer visual y auditivo que ya se añoraba en el cine comercial; secuencias realmente impactantes y conmovedoras, actuaciones decentes, Un Michael Caine inigualable y unos matices y detalles en los personajes que los dotan de una humanidad conmovedora... ¿Pudo ser mejor o diferente? Probablemente; pero el resultado es altamente satisfactorio.
En resumen, una lucecita en el camino... Una joya cinematográfica imperdible del actual soso y sin sorpresas cine comercial.
En un tiempo como el que vivimos -de terrorismo y anuncios de barbarie por parte de gobiernos poderosos y de manipulación de los medios masivos de comunicación- observar una película que explora las posibilidades del ser humano en un contexto extremo de injusticia social, atropellos sistemáticos y una suerte de anarquía angustiante, resulta casi una labor pedagógica por parte de un director de cine... permite a una gran audiencia -entumecida por la sed de shows y espectacularidad circense- pensar, al menos un segundo, en qué se parece nuestra sociedad a aquella que la película nos muestra, pero también, sobretodo, cuál sociedad tenemos en la realidad y... más aún, cuál sociedad deseamos...
Este filme de Cuarón presenta el asunto en clave de una ficción hiperreal, a través de un planteamiento extraño como lo es la pérdida de la fertilidad; sin embargo, aceptando tal extraña posibilidad habrá que aceptar también que la cosas bien podrían salir del modo que la película presenta: desolación moral, suicidios colectivos, descomposición social... Por otro lado, no es una locura que gobiernos y ciudadanos terminen "cazando como cucarachas" a la población inmigrante al verse amenazados por esta.. Este aspecto, de corte político, es crucial en la película, aún más que la historia de la infertilidad y del "milagro" de Kee y es el que permite sacarle el mayor provecho en reflexión a todo el filme...
En cuanto a su factura técnica..., ¿Qué decir? Exquisita, un placer visual y auditivo que ya se añoraba en el cine comercial; secuencias realmente impactantes y conmovedoras, actuaciones decentes, Un Michael Caine inigualable y unos matices y detalles en los personajes que los dotan de una humanidad conmovedora... ¿Pudo ser mejor o diferente? Probablemente; pero el resultado es altamente satisfactorio.
En resumen, una lucecita en el camino... Una joya cinematográfica imperdible del actual soso y sin sorpresas cine comercial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hacía tiempo que una película no me sacudía de tal manera: la escena en que muere Julian es realmente impresionante, no sólo por su calidad sino porque logra transmitir con verosimilitud las sensaciones del caso, lo mismo que la escena en que muere el personaje de Caine...
Por su parte, la escena de la salida de la madre con su bebé de aquel edificio en ruinas ante la estupefacción de los militares, civiles y "terroristas" es de un lirismo poco habitual hoy en día, una metáfora antibélica bellísima que ella sola sostiene toda esta película.
Muy buena...
Por su parte, la escena de la salida de la madre con su bebé de aquel edificio en ruinas ante la estupefacción de los militares, civiles y "terroristas" es de un lirismo poco habitual hoy en día, una metáfora antibélica bellísima que ella sola sostiene toda esta película.
Muy buena...
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