Desde mi punto de vista, una película redonda en cuanto a conducción emocional. Sin poder separar la vista, se vive la película con las lágrimas y el florecimiento de cada una de las sensaciones de los personajes. Las actuaciones son impecables. La fotografía es preciosa. Y el mensaje también lo es. Aunque resulta inevitable afirmar que hay engranajes que no encajan del todo, es una trama con suficiente cuerpo como para salir con sensación de plenitud de ella.