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Críticas ordenadas por utilidad
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Cortometraje

7,6
10.458
2
28 de diciembre de 2010
28 de diciembre de 2010
174 de 307 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Si tuviera que puntuar este producto en función de los huevos que Nick Vujicic le echó a la vida, se llevaría un sobresaliente, fijo. Yo, en su lugar, no hubiese sido tan valiente. Hasta ahí, el hombre, su discapacidad y su arrojo y valentía.
2. Si tuviera que puntuar este producto en función de lo que Nick Vujicic me ha parecido como persona, no llegaría ni a sufi. Actualmente Vujicic viaja por todo el mundo dando charlas en las que en teoría incentiva el amor por la vida de aquellos que han perdido las esperanzas y todo eso; y lo hace ostentando contínuamente su amor por Dios y su amor por el dinero:
(de Youtube:) "Soy un inversionista en bienes raíces, soy un inversionista en bolsa. Amo el comercio de opciones. Se está convirtiendo en una de mis profesiones. Amo las inversiones de bienes raíces. Amo el hecho de que podemos hacer dinero haciendo desarrollo de bienes raíces. Hacer dinero y más dinero."
... y lo siento, amigos, pero éste tipo de personas, al margen sus capacidades o discapacidades, no me gustan. Soy de esa clase de malas personas sin corazón ni empatía ni nada de nada, que cree que, en el plano moral, todo el mundo ha de ser juzgado bajo la misma lupa. A mí, que no me gustan ni el cristianismo ni el capitalismo feroz de aquellos obsesionados por hacer más y más dinero, éste tipo no me merece más respeto que cualquier otro con piernas y brazos. Así de cabrón que es uno.
3. Si tuviese que evaluar esta cinta por sus aspectos cinematográficos (guión, interpretaciones, etc.) le pondría un cero mayúsculo marca ACME de esos que amoratan ojos e hinchan dedos pulgares. Estoy cansado de la basura sensacionalista a la que le llueven premios y aplausos por su temática y cuyos únicos "méritos" se traducen en simplemente eso y nada más. Escribir algo en torno a sectores desfavorecidos o sujetos discapacitados es, en este mundo hipócrita, sinónimo de galardones. El corto es una puta y maldita bazofia. Su contínuo sensacionalismo me ha dado ganas de vomitar, las interpretaciones hacen daño a los sentidos y la fotografía no puede ocultar su mala calidad detrás de un par de filtros canela.
Voy al infierno fijo, pero espero que el diablo al menos tenga algo de criterio artístico. Con que tenga sentido común me conformo.
2. Si tuviera que puntuar este producto en función de lo que Nick Vujicic me ha parecido como persona, no llegaría ni a sufi. Actualmente Vujicic viaja por todo el mundo dando charlas en las que en teoría incentiva el amor por la vida de aquellos que han perdido las esperanzas y todo eso; y lo hace ostentando contínuamente su amor por Dios y su amor por el dinero:
(de Youtube:) "Soy un inversionista en bienes raíces, soy un inversionista en bolsa. Amo el comercio de opciones. Se está convirtiendo en una de mis profesiones. Amo las inversiones de bienes raíces. Amo el hecho de que podemos hacer dinero haciendo desarrollo de bienes raíces. Hacer dinero y más dinero."
... y lo siento, amigos, pero éste tipo de personas, al margen sus capacidades o discapacidades, no me gustan. Soy de esa clase de malas personas sin corazón ni empatía ni nada de nada, que cree que, en el plano moral, todo el mundo ha de ser juzgado bajo la misma lupa. A mí, que no me gustan ni el cristianismo ni el capitalismo feroz de aquellos obsesionados por hacer más y más dinero, éste tipo no me merece más respeto que cualquier otro con piernas y brazos. Así de cabrón que es uno.
3. Si tuviese que evaluar esta cinta por sus aspectos cinematográficos (guión, interpretaciones, etc.) le pondría un cero mayúsculo marca ACME de esos que amoratan ojos e hinchan dedos pulgares. Estoy cansado de la basura sensacionalista a la que le llueven premios y aplausos por su temática y cuyos únicos "méritos" se traducen en simplemente eso y nada más. Escribir algo en torno a sectores desfavorecidos o sujetos discapacitados es, en este mundo hipócrita, sinónimo de galardones. El corto es una puta y maldita bazofia. Su contínuo sensacionalismo me ha dado ganas de vomitar, las interpretaciones hacen daño a los sentidos y la fotografía no puede ocultar su mala calidad detrás de un par de filtros canela.
Voy al infierno fijo, pero espero que el diablo al menos tenga algo de criterio artístico. Con que tenga sentido común me conformo.

7,1
13.739
3
23 de febrero de 2009
23 de febrero de 2009
35 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entre todos los musicales, quizás sea Hair el que menos haya cuidado el guión, las interpretaciones, la fotografía, o aspectos tan esenciales para un musical como lo es la coreografía.
Hair debe su supervivencia al tiempo a una música fabulosa que lo ha convertido en clásico. Fuera de de este soplo de aire fresco, la película no se aleja de las producciones de serie B de los años 70's de las que hoy apenas llegan noticias, por su inminente caducidad.
Este torpe musical, más cercano a la vulgaridad de The Rocky Horror Picture Show (aunque en este último caso, el resultado sea premeditado) que a los cuidados de West side story, ni siquiera puede considerarse como representación ingenua de una generación.
Los hippies que representa el film asaltan fiestas privadas, roban coches y, en alguna secuencia, parecen no tener un respeto muy sano hacia la mujer, todo lo cual, y visto desde ninguna prespectiva sensacionalista, les sitúa en el rol de indeseables, manifiesten el antibelicismo que quieran manifestar. En otras palabras, unos hippies que se escandalizan de los horrores de la guerra, pero que no son capaces de un respeto básico para con los demás.
Hair debe su supervivencia al tiempo a una música fabulosa que lo ha convertido en clásico. Fuera de de este soplo de aire fresco, la película no se aleja de las producciones de serie B de los años 70's de las que hoy apenas llegan noticias, por su inminente caducidad.
Este torpe musical, más cercano a la vulgaridad de The Rocky Horror Picture Show (aunque en este último caso, el resultado sea premeditado) que a los cuidados de West side story, ni siquiera puede considerarse como representación ingenua de una generación.
Los hippies que representa el film asaltan fiestas privadas, roban coches y, en alguna secuencia, parecen no tener un respeto muy sano hacia la mujer, todo lo cual, y visto desde ninguna prespectiva sensacionalista, les sitúa en el rol de indeseables, manifiesten el antibelicismo que quieran manifestar. En otras palabras, unos hippies que se escandalizan de los horrores de la guerra, pero que no son capaces de un respeto básico para con los demás.

6,8
25.334
7
11 de enero de 2009
11 de enero de 2009
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo ser objetivo con esta película. Soy un amante incondicional de la música desde finales de los 60's hasta mediados de los 70's. La historia se sitúa en 1973, y en el joven protagonista, que descubre explosiones de sonidos en los vinilos de su hermana, puedo verme reflejado yo, y prácticamente a su misma edad. También me veo en el chaval, ya adolescente, que crea sueños y los persigue, que mitifica, que conoce, que descubre.
Sensacional Kate Hudson. Sensacional Billy Crudup, el prota. Si sendas interpretaciones hubieran formado parte de guines con aspiraciones más introvertidas, habrían tenido el reconocimiento que merecen (si bien Kate Hudson obtuvo el Globo de Oro, que todo quede dicho).
¿Que la película está llena de tópicos? Sí ¿Que el perfil de los personajes peca de simplista en ocasiones? También. Pero todas y cada una de las secuencias tienen un barniz de impronta personal (Crowe se inspira en su propia experiencia de joven), de cariño y de carácter nostáligico, unos aromas de añoranza que hacen muy muy disfrutable esta película.
Sensacional Kate Hudson. Sensacional Billy Crudup, el prota. Si sendas interpretaciones hubieran formado parte de guines con aspiraciones más introvertidas, habrían tenido el reconocimiento que merecen (si bien Kate Hudson obtuvo el Globo de Oro, que todo quede dicho).
¿Que la película está llena de tópicos? Sí ¿Que el perfil de los personajes peca de simplista en ocasiones? También. Pero todas y cada una de las secuencias tienen un barniz de impronta personal (Crowe se inspira en su propia experiencia de joven), de cariño y de carácter nostáligico, unos aromas de añoranza que hacen muy muy disfrutable esta película.

7,9
36.714
7
7 de diciembre de 2008
7 de diciembre de 2008
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tengo que valorar un motivo por el cual Kubrick es uno de mis directores favoritos, es que poco se preocupó por el impacto que cada una de sus películas iba a causar en el público mayoritario. Kubrick fue un esteta, como creador y como consumidor de arte, y esto es notorio en su enfoque cinematográfico. Los tiempos en los que un film se impregnaba de labor artesanal y manifestaciones estéticas casi se han extinguido. Barry Lyndon constituye un documento que bien pudiera ilustrar esos tiempos, en los que los realizadores se encontraban tan ligados al siglo XX como al XIX, en los que las nuevas generaciones de realizadores surgidas entre los años 60 y 70 se veían en el trance de dejar huella histórica, una huella vanguardista, fresca, renovada, a partir de toda la cultura absorbida del pasado, desde el más próximo (todo el cine producido y estudiado hasta sus respectivos primeros films) hasta ese otro pasado que imaginamos regado de grandes pilares con nombres principalmente germánicos. Esta generación encuentra un inmenso representante en la figura de Kubrick, quien parece querer rubricar en Barry Lyndon una cúspide de perfección técnica aún más arriesgada incluso que en sus antecesoras, 2001 y La Naranja Mecánica, por cuanto en esta ocasión se sirve exlusivamente de luz natural, y el encuadre de cada plano está escogido con sumo cuidado.
Con todo, estas prioridades visuales contaminan el resto de los componentes del film, tales como las interpretaciones, que oscilan entre lo poco destacable y lo mediocre, o el ritmo, artificiosamente lento. Kubrick parece querer hacer una película con cuadros de época, de modo que sus personajes y entresijos terminan por volverse tan estáticos como los de un lienzo del siglo XVIII. En otras palabras, relata una historia situada en cierto lugar histórico bajo el prisma de irrealidad con que envestimos en nuestra imaginación a aquellos antepasados cuyo arte plástico nunca ilustraría con fidelidad su verdadero carácter, mucho menos sus ademanes y expresiones cotidianas.
Con todo, estas prioridades visuales contaminan el resto de los componentes del film, tales como las interpretaciones, que oscilan entre lo poco destacable y lo mediocre, o el ritmo, artificiosamente lento. Kubrick parece querer hacer una película con cuadros de época, de modo que sus personajes y entresijos terminan por volverse tan estáticos como los de un lienzo del siglo XVIII. En otras palabras, relata una historia situada en cierto lugar histórico bajo el prisma de irrealidad con que envestimos en nuestra imaginación a aquellos antepasados cuyo arte plástico nunca ilustraría con fidelidad su verdadero carácter, mucho menos sus ademanes y expresiones cotidianas.

7,5
69.614
2
6 de enero de 2009
6 de enero de 2009
29 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablo a Lars von Trier en mi imaginación mientras veo la película. Espero, en virtud de una efusiva recomendación que un amiguete me ha hecho una y otra vez de esta película, reconciliarme con el autor de dos de las películas más sobrevaloradas del cine de nuestros días, Breaking the waves y Dancer in the dark. Comienza la película:
"¿Utilizas narrador en voz en off, Lars? Bueno, desde luego, al público al que van dirigidas tus películas le pasará desapercibido el hecho de que este recurso facilón te ahorra muchos quebraderos de cabeza en cuanto a explicar las cosas por medio de acciones y personajes. Toma ya economía narrativa. Basta con que una voz informe de cómo se siente o qué piensa Fulano o Mengano. Ya empezamos con este tipo de mediocridades, Lars?"
No le digo nada a cerca de que el exceso de cámara en mano no sólo se limita a ser su sello distintivo, sino que además, como tal, resulta la consecuencia de una patología que le ha estado acompañando toda su vida; acaso ciertas inseguridades adquiridas en la infancia desembocaron en un inatajable deseo de protagonismo que salpica cada una de sus cintas.
"Un director, creo yo, amigo Lars, debería ser el mejor de los intermediarios. Un catalizador equilibrado, que no nos recuerde cada segundo quién cuenta la historia, sino que se limite a contar la historia lo mejor posible, que enfoque la atención del público lo más posible en la historia en sí. Tu excentricidad visual no nos deja olvidar que todo lo que vemos es ficticio, que está interpretado por actores y que está rodado por un señor cuyos pasos y movimientos se hacen contínuamente manifiestos".
A Lars todo esto que le digo le parece basura. Su arraigada inseguridad de ayer y hoy, su subsecuente narcisismo de hoy, convierten toda crítica en la convicción de que todo aquel que no entienda sus chistes es tonto, lo cual, y sigo preocupado por su patología, no es distinto de la conducta que muestran los "artistas" plásticos o musicales de nuestros días. Uno de aquellos expone un lienzo en blanco con un garbanzo pegado en el centro, uno de éstos estrena un concierto para eructos, pedos y orquesta, y aquellos y éstos acompañan sus zafias creaciones de un largo panfleto (imprescindible), que explica las razones de por qué esa mierda ha de ser considerada arte. Casi todo en público lo acepta, claro, no sea que se les tache de incultos, que Dios nos cuide de tal ignominia. A los que denunciamos la farsa, siempre hay algún iluminado que nos denuncia nuestra falta de sensibilidad y perspectivas.
“A pesar de todo, Lars, reconozco que la idea de rodarlo todo en un solo escenario me parece atractiva, y el resultado, estéticamente hablando, me gusta. Eso sí, tus personajes siguen siendo tan esterotipados como los de un cuento para niños (…)
"¿Utilizas narrador en voz en off, Lars? Bueno, desde luego, al público al que van dirigidas tus películas le pasará desapercibido el hecho de que este recurso facilón te ahorra muchos quebraderos de cabeza en cuanto a explicar las cosas por medio de acciones y personajes. Toma ya economía narrativa. Basta con que una voz informe de cómo se siente o qué piensa Fulano o Mengano. Ya empezamos con este tipo de mediocridades, Lars?"
No le digo nada a cerca de que el exceso de cámara en mano no sólo se limita a ser su sello distintivo, sino que además, como tal, resulta la consecuencia de una patología que le ha estado acompañando toda su vida; acaso ciertas inseguridades adquiridas en la infancia desembocaron en un inatajable deseo de protagonismo que salpica cada una de sus cintas.
"Un director, creo yo, amigo Lars, debería ser el mejor de los intermediarios. Un catalizador equilibrado, que no nos recuerde cada segundo quién cuenta la historia, sino que se limite a contar la historia lo mejor posible, que enfoque la atención del público lo más posible en la historia en sí. Tu excentricidad visual no nos deja olvidar que todo lo que vemos es ficticio, que está interpretado por actores y que está rodado por un señor cuyos pasos y movimientos se hacen contínuamente manifiestos".
A Lars todo esto que le digo le parece basura. Su arraigada inseguridad de ayer y hoy, su subsecuente narcisismo de hoy, convierten toda crítica en la convicción de que todo aquel que no entienda sus chistes es tonto, lo cual, y sigo preocupado por su patología, no es distinto de la conducta que muestran los "artistas" plásticos o musicales de nuestros días. Uno de aquellos expone un lienzo en blanco con un garbanzo pegado en el centro, uno de éstos estrena un concierto para eructos, pedos y orquesta, y aquellos y éstos acompañan sus zafias creaciones de un largo panfleto (imprescindible), que explica las razones de por qué esa mierda ha de ser considerada arte. Casi todo en público lo acepta, claro, no sea que se les tache de incultos, que Dios nos cuide de tal ignominia. A los que denunciamos la farsa, siempre hay algún iluminado que nos denuncia nuestra falta de sensibilidad y perspectivas.
“A pesar de todo, Lars, reconozco que la idea de rodarlo todo en un solo escenario me parece atractiva, y el resultado, estéticamente hablando, me gusta. Eso sí, tus personajes siguen siendo tan esterotipados como los de un cuento para niños (…)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
(…) Oye Lars, por qué a Grace se lo ponen tan difícil para entrar en el pueblo? Es un puto pueblo de mala muerte! Y ella tiene casi que esclavizarse a todos sus habitantes para ser aceptada? Pero hombre, no ves que esto es inverosímil? Cualquiera optaría por ir a otro lugar. Cómo? Que intenta ser una fábula? A vale, perdón (…)
(…) Oye Lars, no te parece muy tonto que al principio Grace las pase putas para que la acepten y ahora le resulte imposible salir del pueblo? No puede irse como ha venido, a pie? Necesita pagar al tipo de la furgoneta, casualmente a ese que se va de putas y que ya lleva dibujado en el rostro que va a pedirle a cambio favores sexuales? Ah, no!! Que no te limitas a violarla con dos personajes… JOJOJO… que resulta que la violan todos y cada uno de los varones adultos del pueblo!! Y las mujeres, a falta de falo con que agredirla, la maltratan de muchas otras muchas formas. Pero venga, hombre, Lars, cómo puedes ser tan gilipollas!? Qué conclusión sacamos de todo esto? Que todos los hombres somos violadores en potencia y las mujeres unas degeneradas? Has vuelto a caer en ese maniqueísmo tuyo recalcitrante tan bobo, y mira que al principio tenía cierta esperanza en que lo hubieras dejado un poco de lado”
Lars se ofende y lo único que me responde es que soy un burro, que tengo que terminar de verla, que sus obras tienen sentido en conjunto, que si el verbo fabular otra vez por aquí y por allá. Y me gustaría decirle lo cansado que estoy del abuso que hacen estos vanguardistas de mierda de las palabras fábula, metáfora y alegoría para justificar su mediocridad.
“Vaya, Lars, resulta que James Caan es el padre mafioso de Grace. Esto sí que no me lo esperaba. He de reconocer que me ha sorprendido gratamente el giro argumental”.
Grace discute con su padre a cerca de la venganza, de los lícitos errores humanos. Me digo a mí mismo que como no tomen represalias, la película va a caer en picado, no sólo por lo inverosímil que resulta la ausencia de rencor de Grace, sino por la de su padre, que parece dejar la decisión en manos de su hija.
“Lars, en serio no te parece una estupidez que un cabecilla de una familia mafiosa negocie tanto con su hija las medidas a tomar con un pueblo cuyos habitantes la han violado y maltratado a esos niveles? Mira, Lars, yo soy James Caan, y me los cargo uno a uno personalmente y sin consulta filial, pero no de un tiro en la cabeza, que es una muerte generosamente rápida. Vámos, hombre! No querías tragedias y miserias humanas que mostrar a tu incondicional público? Pues esa sí sería la cruda realidad, el hecho de que los más crueles de los actos vienen inspirados por el odio que produce la sed de venganza”
Agradezco esbozando una sonrisa el final, aunque el diálogo pseudofilosófico previo entre padre e hija le haya restado veracidad y fuerza.
(…) Oye Lars, no te parece muy tonto que al principio Grace las pase putas para que la acepten y ahora le resulte imposible salir del pueblo? No puede irse como ha venido, a pie? Necesita pagar al tipo de la furgoneta, casualmente a ese que se va de putas y que ya lleva dibujado en el rostro que va a pedirle a cambio favores sexuales? Ah, no!! Que no te limitas a violarla con dos personajes… JOJOJO… que resulta que la violan todos y cada uno de los varones adultos del pueblo!! Y las mujeres, a falta de falo con que agredirla, la maltratan de muchas otras muchas formas. Pero venga, hombre, Lars, cómo puedes ser tan gilipollas!? Qué conclusión sacamos de todo esto? Que todos los hombres somos violadores en potencia y las mujeres unas degeneradas? Has vuelto a caer en ese maniqueísmo tuyo recalcitrante tan bobo, y mira que al principio tenía cierta esperanza en que lo hubieras dejado un poco de lado”
Lars se ofende y lo único que me responde es que soy un burro, que tengo que terminar de verla, que sus obras tienen sentido en conjunto, que si el verbo fabular otra vez por aquí y por allá. Y me gustaría decirle lo cansado que estoy del abuso que hacen estos vanguardistas de mierda de las palabras fábula, metáfora y alegoría para justificar su mediocridad.
“Vaya, Lars, resulta que James Caan es el padre mafioso de Grace. Esto sí que no me lo esperaba. He de reconocer que me ha sorprendido gratamente el giro argumental”.
Grace discute con su padre a cerca de la venganza, de los lícitos errores humanos. Me digo a mí mismo que como no tomen represalias, la película va a caer en picado, no sólo por lo inverosímil que resulta la ausencia de rencor de Grace, sino por la de su padre, que parece dejar la decisión en manos de su hija.
“Lars, en serio no te parece una estupidez que un cabecilla de una familia mafiosa negocie tanto con su hija las medidas a tomar con un pueblo cuyos habitantes la han violado y maltratado a esos niveles? Mira, Lars, yo soy James Caan, y me los cargo uno a uno personalmente y sin consulta filial, pero no de un tiro en la cabeza, que es una muerte generosamente rápida. Vámos, hombre! No querías tragedias y miserias humanas que mostrar a tu incondicional público? Pues esa sí sería la cruda realidad, el hecho de que los más crueles de los actos vienen inspirados por el odio que produce la sed de venganza”
Agradezco esbozando una sonrisa el final, aunque el diálogo pseudofilosófico previo entre padre e hija le haya restado veracidad y fuerza.
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