Haz click aquí para copiar la URL
You must be a loged user to know your affinity with copérnico
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
30 de diciembre de 2008
32 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mantenía con cierto recelo el visionado de esta serie por razones obvias: una apuesta temeraria con formato arriesgado y emisión diaria. Como aval, dos actores consagrados: Gabriel Byrne (Sospechosos habituales) y Dianne Wiest (2 oscar), y una cadena: la HBO (Roma, A dos metros bajo tierra, Los Soprano).

A partir de aquí, es necesario concienciarse de lo que tiene delante suya. Posiblemente nada de lo que ha visto hasta ahora se parece a In Treatment. Manual de instrucciones:

1. Elimine los prejuicios iniciales. Esto no es Lost, ni Prison Break, ni Heroes. Cada capítulo de In Treatment posiblemente tenga el mismo presupuesto que una escena en una de esas series. Olvídese de los tiros, las persecuciones y demás.

2. Ni se le ocurra tragarse más de un capítulo diario. La miel hay que saborearla con delicadeza, para no empalagarnos.

3. Intente encontrar media hora al día, siempre la misma y a ser posible, de lunes a viernes, tal y como se confeccionó la serie.

4. No se impaciente, el ritmo es lento y puede cansarle rápidamente. Dese una oportunidad e intente al menos aguantar dos semanas

Si después de estas breves indicaciones, sigue sin encandilarle In Treatment, le recomiendo encarecidamente que lo deje. El teatro no es para usted.

A mí sin embargo sí me funcionó: el lunes era el día para enamorarnos, el martes para conmovernos , el miércoles para contemplar una promesa de futuro, el jueves para dejarse llevar y el viernes... El viernes era el día para redimirse y arrepentirnos de nuestros pecados.

Estoy ansioso que comience la segunda temporada. Los actores ya no será los mismos, pero la magia de los guiones se conservará sin lugar a dudas

Enero, 2009: acómodese y disfrute del teatro en la pequeña pantalla
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los premios los están recibiendo Byrne y Wiest, pero quédese con dos nombres: Mia Wasikowska y Glynn Turman
31 de agosto de 2010
33 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante tal acontecimiento multitudinario, un humilde servidor ha decidido dignarse a opinar en estos fueros, con el objetivo desmitificar la grandísima falacia a la que nos han sometido durante 6 largos años.

Ahora que se ha terminado esta bazofia, debemos dejar de un lado las conjeturas y analizar los hechos, lo que tenemos entre manos. Si hacemos retrospectiva, la última temporada se ha caracterizado por el uso excesivo de la improvisación, el relleno y el desconcierto, y un cierto olorcillo de cutrerío en la mayoría de las escenas claves. Para el que no lo sepa, el relleno es un recurso que se utiliza en las series de TV, donde las productoras preparan un número de capítulos determinado para contar una historia, la cadena impone otra cantidad, y la diferencia resultante son relleno. En el caso de Lost había mucho que contar, pero el berenjenal donde se habían metido los guionistas era tan farragoso, que era tarea imposible abarcar todo.

El recurso del relleno ha sido ampliamente empleado durante todas las temporadas, alcanzando su máximo exponente en los inicios de la tercera, donde los guionistas estuvieron meditando qué rumbo debería seguir la serie, iniciando el declive en ese punto de inflexión, y dando un giro de tuerca hacia el género de la ciencia ficción.

Todavía sigo alucinando de la cantidad sujetos que siguen a día de hoy con la venda en los ojos y no quieren ver hasta qué punto han sido engañados. Como ya he dicho otras veces, Lost ha sido una obra de marketing, cuyos vendedores habéis sido vosotros, pobres ilusos, propagando un subproducto de muy baja calidad por foros, blogs, redes sociales, boca a boca, simplemente porque la serie generaba debate gracias a los misterios que se planteaban. Nos han engañado. Lost fue concebida como serie de misterio, pero la improvisación la ha derivado hacia otros derroteros. Las preguntas no fueron resueltas y el resultado es de suspenso. No existe otra opción posible. El balance final ya se nos ha presentado.

Los fans sin embargo, seguirán autoflagelándose, analizando fotograma a fotograma de cada capítulo desde la temporada 1, intentando buscar lo que no hay, mermando también su síndrome de abstinencia, y dilatando un poco más este calvario, que debe terminar ya. Hoy. Y es que de donde no hay, no se puede sacar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esperaba que en el capítulo final superaran el momento estelar de la rueda xD, que sufrimos hace poco. Veo que las expectativas fueron ampliamente rebasadas con el tema de la luz xD. Al final era eso, una puta luz. Y la luz es básicamente un estanque con un tapón, que si se quita, se apaga todo. Pero tranquilos, que si lo vuelvo a poner, volvemos al estado inicial xD. Por dios, he sentido un escalofrío de repulsión ante semejante ridículo. ¿Ese era el corazón de la isla? ¿6 temporadas para una puta luz? Seamos serios, por favor. Qué puta vergüenza.

Luego está el tema de la iniciativa Dharma. Tres temporadas tiradas a la puta basura. Al final no sabemos lo más importante, y es cómo llegaron a la isla. Con lo fácil que lo tenían, seguir por ahí, y acabaron inventándose la mamarrachada de Jacob y el otro tontopollas.
Personajes como Iliana, Chang, Rousseau (un puto flashback, coño), Radzinsky y Mikhail, y todo lo que aportó el asunto del templo, los dos grupos, los cambios de los miembros de un lado a otro, los paseitos por la isla, los diálogos de vergüenza ajena (Hola!!! Qué haces?? Nada ¿Dónde está Jack? Ni idea. Vale. Adiós), no hacen más que demostrarme que la planificación llevada a cabo por los guionistas ha sido catastrófica, pésima.
Del capítulo final poco más hay que añadir a lo que se ha dicho ya. Ha sido una bajada de pantalones de los guionistas en toda regla. Su contenido ha tenido una carga emocional importante, con un popurrí de ojos vidriosos, sonrisas, besos y música barata que ya hemos escuchado hasta la saciedad. Esa ha sido la propuesta de la serie: enternecer al espectador para que deje de un lado lo verdaderamente importante.

Lost se concibió como una serie de misterio, no como una historia de personajes, pero si finalmente se decantaron por esto último, es porque simplemente fallaron en lo primero. Las ambigüedades que da lugar la serie no son fruto de la magia de Lost, sino del desconcierto propiciado por la propia narración, y el uso hasta la extenuación de sorprender al espectador y causarle una confusión continua. Lost crea debate, es cierto, pero es solo el batiburrillo y la incoherencia de la historia lo que favorece a ello. Es una consecuencia del patetismo de la serie.

Lost ha sido un fenómeno cuya trascendencia social ha sido más significativa que el desarrollo propio de los acontecimientos. Un subproducto de entretenimiento, para individuos que se conforman solo con eso, con resignarse a aceptar que todo ocurrió porque sí. Muy triste y penoso

Como digo la sensación final es muy pobre. Los guionistas jugaron sus cartas y perdieron (aunque se fueron con los bolsillos llenos), y los espectadores, desamparados ante tal descalabro, se quedaron en ascuas, decepcionados, y tirando de hemeroteca para agarrarse a momentos puntuales de las serie, porque el compendio global ha sido un fracaso, una estafa, y uno de los mayores engaños en la historia de la TV reciente.
21 de junio de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen momentos en la vida en los cuales ciertas percepciones no físicas, procedentes de algún estímulo foráneo, aflora en uno mismo sensaciones desconocidas que se encuentran sumergidas en lo más recóndito de nuestro ser. A veces se logra transmitirlo mediante imágenes o palabras, logrando un incomensurable letargo que permanece durante instantes perecederos y que aturdece todos nuestros sentidos, alcanzando un climax efímero que desemboca en un llanto desconsolado.

A dos metros bajo tierra no es como otra serie de televisión cualquiera. Es una representación visual de pequeños lienzos desdibujados, difuminados por la existencia de la muerte y realzados con la importancia de la vida, de vivir. A veces olvidamos la razón de todo, y nos limitamos a ir dejando pasar el tiempo, a ir mirando cómo transcurre la vida, a observar cómo se acerca la muerte, y a ser conscientes de que, en nuestro último momento, nos arrepentiremos de aquello y terminaremos llorando de rabia, por no haber sabido o querido tomar aquel paso: aquella decisión que habría cambiado todo. Y ese es el gran logro de Allan Ball: colocar a personajes que ya permanecerán para siempre en nuestra retina, en el teatro de la vida, y narrar historias sencillas con un transfondo sumamente lleno de significado, que haga despertar al espectador aquello que nunca suponía que existía.

Acabo de terminar ver el último capítulo y solo tengo palabras de agradecimiento para todos aquellos que hicieron posible que A dos metros bajo tierra viera la luz. Cualquier elogio simplemente sobra y solo puedo contribuir escribiendo esta mini-crítica, aleccionando a todo el que la lea, que evite cualquier prejuicio y que simplemente se deje llevar. Que vea la serie. No le va a dejar indiferente. Eso sí, en versión original.
29 de diciembre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nótese compadre, que resulta una tarea ardua y complicada encontrar elementos juiciosos suficientes para juzgar un subproducto de semejante calibre con tan solo el visionado de un capítulo. Yo lo he conseguido compadre, y por ende, me siento en la obligación de prohibirle que usted encienda su televisor en el horario de emisión de este engendro.

El éxito de aberraciones como "Tísica o Mímica", "HUPA" y "Folladeros" han derivado en abortos disfuncionales como HKM y 18, que llevan lo chabacano y hortero a límites insospechados compadre. El maestro Dani Martín nos enseñó que cualquier individuo puede protagonizar una serie en horario de máximo audiencia, con una experiencia interpretativa previa nula. A3 ha predicado con el ejemplo y ha colocado a 10 querubines de buen ver de la generación ESO en prime time.

Resulta que el otro día, y por supuesto, una vez cenado, me dispuse a ver la serie compadre, con toda la buena fe del mundo, pero sin poder evitar colocar un cronómetro cerca de mí, para contemplar cuánto tiempo tardaba el señor Rosales en despojarse de su camiseta, para regocijo de mi parienta.

Los minutos transcurren, el momento no llega, tranquilizo a mi novia. Está tensa, angustiada, no deja de moverse en el asiento. Finalmente el cronómetro se para alrededor del minuto 14. Mucho ha tardado. Para mí ha sido una eternidad compadre. He vomitado la cena y sudores fríos recorren mi frente. Sin embargo, aún tengo la entereza de acabar el capítulo. Me arrelllano como puedo y aguanto estoicamente, en contra de la voluntad de mi novia, preocupada por mi salud. Sufro. Las escenas finales del tren y la muerte son las peores rodadas que he visto en mi vida. No aguanto más compadre, desintonizo A3, uniéndose a la lista ya de T5, y me juro a mí mismo no ver ningún programa de este canal hasta nueva orden: hasta que cancelen el feto éste de serie. Estoy tranquilo, solo será un par de semanas. Lo peor ya ha pasado...
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para