James Cameron en este film es capaz de realizar un gran número de ilusionismo. Y no me refiero a que presente ante nosotros una gran obra al estilo de El Truco Final de Christopher Nolan. Hace ilusionismo con (gran parte de) los espectadores. Con el uso del color, del 3d, de la naturaleza, los avatares marinos y una historia de éxito que reutiliza sin apenas modificar en esta secuela, consigue rendir a sus pies a gran parte del público y critica, que la tildan de excelente película, incluso de obra maestra. Pero si no te dejas hipnotizar, o quizás tengas expectativas más altas, quizás te preguntes tras ver la película, ¿es que unas grandes interpretaciones y un guión original, que sorprenda, no son parte imprescindible de una obra maestra? Resulta que los premios, hasta ahora menores, como efectos especiales o banda sonora, ¿deberían pasar ahora a ser los últimos en repartirse ya que son los que definen al cine moderno?
Como puedes imaginar, para mi esta película es simplemente eso, luz y sonido. Excelentemente hecho si, pero veo con resentimiento como no se valora más críticamente otros aspectos, porque el guion es simple y la historia ya la conocimos en 2009.
Además para rematar su truco final, Cameron consciente de que iba a generar ese estado hipnótico, se da el privilegio de ahorrarse trabajo de post-producción, pues es increíble que con tan poco que contar, la película dure 3h y 20 min. Podría durar 4h, da igual, seguiría siendo excelente para sus incondicionales.
Concluyó opinando, incluso reivindicado diría, que el cine merece más calidad y cantidad de obras, que no debería reducirse a una especie de sala de exposiciones de artes digitales con secuelas y precuelas varias. Cameron puede dar más, pero me temo que se centrará más en las profundidades marinas que en el guion si la crítica se lo pone tan fácil.

La Ballena es una película que muy probablemente te tocará el corazón y te hará experimentar diferentes emociones. A poco que empatices con el protagonista, sentirás un abrumador sentimiento de tristeza, lástima, angustia e incluso repulsión ante algunas de sus escenas explícitas.

Pero esta cinta no solo relata una devastadora historia, de cómo aferrarse al dolor y la pérdida te puede llevar a la más completa autodestrucción. Esta película habla también de la ternura, de lo que esconden muchas personas tras esa fachada inicial, del amor y positividad que esta “ballena” en horas bajas tiene también consigo.

De la trama ,al no querer hacer spoiler, solo decirte que me parece que tiene un ritmo muy adecuado, con una duración justa que no te hará pesada la película. Y que esta transcurre en el apartamento del protagonista, que difícilmente puede salir de casa debido a su estado físico. El resto de personajes serán diferentes individuos que tienen relación con el protagonista o están tratando de ayudarle. La película se aleja del binomio del bueno y el malo, y estos personajes tendrán su parte oscura y luminosa. Gran guión en ese aspecto.

Por último , destacar que la actuación de Brendan Fraser es genial, como genial es ver este año a Dan Kwan (“Everything, everywhere all at once”) y el “resucitar”, y mostrar a la sociedad que a veces no hay que rendirse, porque aunque la suerte no te sonría durante lustros, no todo está perdido y cuando menos te lo esperas puedes volver a lo alto. Bravo por ellos dos y bravo por esta tierna ballena dirigida por Dan Kwan.