Pasable, y poco más. 2h 20 min, que podrían reducirse a menos de 1h.

La primera hora se hace insufrible, la actuación de Eydelshteyn es floja, la de Madison impresionante.

Se anima al final, y sabe mantener el equilibrio para hacer la historia creíble, aunque sólo a ratos.

Cada vez entiendo menos las notas tan altas a esta peli, aunque cada vez entiendo menos la sociedad en que vivimos.

Y es que no pasa nada, nada, pero nada de nada, jajaja!

Me estaba poniendo de los nervios con la voz femenina del sistema operativo, tan lista, tan comprensible, tan humana. ¡Venga ya! Y es que la peli va de eso, de un sistema operativo con voz femenina que parece humana, pero humana desde ya, desde el momento de instarlo (de nacer), y es pero súper-sensible, y lo sabe todo, porque lee no-sé-cuántos libros en un milisegundo, y hasta puede excitarse (¡flipa colega!). Esto se supone que es de lo más original.

Y bueno, pues él es antisocial y lo mejor que puede hacer es quedarse en casa y hablar con su súper sistema operativo, y hasta masturbarse con el (ella).

Fin.

Historia sensiblera que no aporta nada. No me creí la historia ni por un momento.

No entiendo cómo puede tener unas críticas tan buenas y tan unánimes.

Estuve mirando el reloj, con ganas de que acabara.

Folletín de domingo por la tarde para ver en casa, si no tienes nada mejor que hacer.

Y sí, las interpretaciones son buenas, pero nada más.

Me gusta el sabor que deja, me gusta lo bien definidos que están los personajes, todos con un algo que los hace tan humanos (imperfectos) y tan próximos.

Me gusta el poder que irradia la actriz principal. Me gusta cómo juega con todos, como los pone contra las cuerdas.

Me gustan las películas como ésta, que te hacen sentir, y que te recuerdan algo como que no es bueno juzgar a los demás, porque con un pequeño empujón bien dado, en el momento justo, todos podemos cruzar la raya.

No os la perdáis.

Me gustó el tono andaluz que impregna la película, me gustó la idea, me gustó el retrato cómico de los tópicos españoles que se presentan, y sí, me reí con algunos gags, pero a medida que se iba desarrollando la trama, todo me sonaba de algo, y al final, tenía yo más ganas de que todo terminara que los en exceso previsibles rehenes.