Esto es cine español del bueno, con un guión, un suspense y una trama de auténtica película de calidad. Tan buena que hacía ya tiempo que no sentía atractivo por ninguna cinta de cine español y ésta me ha devuelto la afición por el mismo.

El argumento narra varias historias paralelas que convergen en un punto dramático coincidente. Nos cuenta la historia de un viajante vendedor de aspiradoras (Manuel Morón) que cruza en su coche por un pueblo; de dos viejos solitarios, Amós y Cecilio (Cesáreo Estébanez, en una insuperable interpretación), que viven como únicos vecinos en la periferia del mismo y pequeño pueblo, pero que sin embargo no se soportan y se comportan como enemigos; también está la historia del espeolólogo, su novia (Judith Diakhate, una más que aceptable actriz) y un colaborador, que vienen a inspeccionar una cueva descubierta en el susodicho pueblo; también la historia del Cabo 1º de la Guardia Civil (Celso Bugallo, en una interpretación muy convincente), a cargo en ese momento de la comandancia del lugar, hombre viejo y a punto de jubilarse que analiza todos los datos que ve a su alrededor; y por último, la historia de su hija y de su yerno también guardia civil (Vicente Romero), joven que se aburre mucho en este destino pueblerino y que desearía cambiar, experimentar una vida más pudiente y emocionante.

En fin, una película de las buenas de verdad que se hacen en España de vez en cuando. La descripción que hace de distintos perfiles de miembros de la Guardia Civil, es perfecto, tan reales como son ellos mismos en general. Merece la nota de 9 o sobresaliente.

Sí, esta es de esas películas que desbancan de una vez a las cien que nos llegan desde los EE.UU. cada temporada de junio-septiembre. Una película interesante y dichosa de veras. Le doy un diez, por ser una narración de cine que encanta a los que nos gusta ir al cine a ver cine encantador.

El guión nos narra como un viejo hombre, algo inválido y achacoso, recibe la noticia de que su hermano, que vive en otro Estado de los EE.UU., ha tenido un infarto; dado que llevan diez años enemistados y que no se hablan (como suele ser frecuente entre hermanos), este anciano decide en una decisión inaudita y demostrativa de su tozudez o cabezonería, ir a verlo no en autocar o en coche llevado por algún vecino o familiar, como sería lo más lógico, rápido y natural, sino ir a verlo él mismo de la manera más lenta, conduciendo una pequeña segadora de campo por la carretera.

¡¡¡Viejo cabezón!!! ¿Qué pretende?

Película toda ella empapada de sentimentalismo al más viejo estilo estadounidense. No es para deleitarse, se puede ver; pero es un film del montón.

El lehendakari es un cargo del Estado (del Estado español), cuya autoridad es autoridad en base a que se la otorga la Constitución y la legalidad española. Fuera de esta Constitución o legalidad, ese cargo político no existe.

Si el lehendakari utiliza su cargo político, en el seno de España, para prevaricar contra este mismo Estado (algo que estos momentos está haciendo el actual lehendakari Ibarreche), en contra de la ley que le otorga a él y a su cargo la autoridad que posee, entonces OBVIAMENTE ese tipo debe ser depuesto. Esta es la lógica; es como jugar al parchis, si los jugadores se ponen de acuerdo para sacar las fichas de cada casilla inicial cuando surga el número cinco y resuelta que luego durante el desarrollo del juego un tal lehendakari Ibarreche hace trampa sacando la ficha de su casilla cuando le aparece un uno, un tres o un cuatro, INDUDABLEMENTE el resto de jugadores le paran los pies, ¡A VER SI ESTE TÍO SE CREE QUE LOS DEMÁS JUGADORES NOS CHUPAMOS EL DEDO! Pues, a nivel estatal y político el juego es prácticamente lo mismo.

Lo que es evidente es que el lehendakari no puede desobedecer, amenazar ni tratar de tú a tú a la Constitución de España ni al Presidente del Gobierno español porque el lehendakari vasco NO es un jefe de Estado sino sólo un jefecillo de una región del norte de España, y por tanto no puede contravenir la soberanía de todos los habitantes del Estado bajo el que se halla. Y si se atreve a prevaricar contra el Estado (ESPAÑA) que le da de comer, que lo mantiene y que le otorga todos los honores de pequeño diocesillo político, entonces que se atenga a las consecuencias de ser suspendido, detenido o expulsado, por tramposo, y no respetar las reglas del juego que todos hemos pactado.

El lehendakari está sometido al ESTADO ESPAÑOl, que es del que emana su autoridad, su pequeño olimpo de diocesillo vasco. Cuando el Lehendakari Ibarreche actúa públicamente DE MANERA PREVARICADORA (algo que está haciendo en la actualidad), deben de saber él y todos los que con él sintonizan que el ESTADO ESPAÑOL, en cuyo interior se haya la región de Euskadi, puede en cualquier instante con todo derecho responderle con la SUSPENCIÓN DEL CARGO Y HASTA DE LA AUTONOMÍA POLÍTICO-REGIONAL —al menos esto es lo que inmediatamente ocurriría en cualquier Estado DEMOCRACIA del mundo, Gran Bretaña, Francia, USA, Alemania, Irlanda, Brasil, México, Italia, incluso Cuba o Venezuela, etc., con uno de sus jefecillos regionales que amenace y prevarique contra el conjunto del Estado—.

(Nada de lo dicho lo insinúa Medem, todo lo contrario su cinta es un puro ensalzamiento del victimismo de los prevaricadores nacionalistas vascos y de los familiares de TERRORISTAS que matan a niños, a emigrantes y a mujeres embarazadas, entre otros).

Creo que he expuesto mi crítica de manera nítida, entendible y razonable. Ahora, por favor, facistas vasconacionalistas, NO ME EMBISTÁIS ASESINAMENTE por ello, como suele ser vuestra costumbre.