Haz click aquí para copiar la URL
Reino Unido Reino Unido · Canal de La Mancha
You must be a loged user to know your affinity with Spaniard
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
1 de agosto de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la cena en el centro comercial, ligera pero abundante, tomamos asiento en las butacas, a la izquierda del pasillo central, fila 8. Inmejorable ubicación y quedan un par de tráilers por ver, todo va bien. Empieza levemente, una tenue calma tensa y una lluvia de pasquines en la ciudad fantasma. Soldados que se saben acorralados acarician la meta de la playa y un billete para casa. Silencio. Y las balas empiezan a silbar entre las paredes de la sala, a acribillar al rezagado, a perforar nuestros estómagos; y ya no nos recuperaríamos en ciento y pico minutos en los que sentimos que nos ahogábamos, que saltábamos por los aires, que se nos acababa el combustible a mil pies de altura, o que nunca llegaríamos a casa. O, que al llegar, tendríamos que agachar la cabeza derrotados y humillados.
En esos minutos de agonía, esperando en la inmensa playa hasta la pleamar con el estómago encogido y los puños apretados, también respiramos la ingravidez sobre el océano y descubrimos nuevos tonos metalizados en el horizonte. El mundo es ese paraíso escenario del apocalipsis y el exterminio.
Y encontramos el calor del hogar y el consuelo moral en un humilde barquito que cruza el Canal para ayudar. Generosidad y heroísmo, supervivencia y egoísmo; el miedo real y tangible. El Horror.

Para todo esto vinimos.
13 de agosto de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine realista y crudo es aquel que cuenta una historia con la que podemos identificarnos sin la necesidad de maquillarla. Es lo que ves todos los días en la calle, en la mayoría de las calles, en las vidas de la gente. No a todos les gusta. Esta película no le gustará a todo el mundo, aunque no creo que lo pretenda. Impactar con una historia de autodestrucción adolescente, con la confusión y desorientación propias de quien no sabe manejar sus impulsos, sí, y bien que lo consigue.
Vivir en el barrio, donde los niñatos sólo entienden de palizas, siendo un potencial genio, no puede ser fácil o acabar bien; ahí está el drama, ahí está la intensidad de este drama que en momentos te coge por la solapa y, mirándote con el ceño muy fruncido, te pregunta: y tú, listo, qué harías tú?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tocado por la mano de Dios, John tenía un talento innato, una brillante luz, una bendición... Que rodeado de mediocres, pusilánimes y desgraciados solo podía acabar siendo una maldición, la del diferente, la del pacífico; la gran maldición de no ser vulgar, violento y analfabeto (=guay) en medio de un ambiente semejante. Durante su infancia aguanta y resiste, en parte gracias a ser hermano de un admirado matón ("chav"), los ataques. Ni siquiera es repelente, no pretende llamar la atención, sólo disfruta leyendo vorazmente y aprender no representa un castigo o una dificultad; es interesante, es lo natural para él.

Al llegar a la pubertad, la tentación de ser respetado se torna voluptuosa. Respetado significa, para empezar, que no se rían de ti. Y para ello, lo primero es no ser brillante. A continuación, hacerse el gallito le hará ganar puntos en su nueva imagen, aunque para ello deba vacilarle a quien podría haber sido su mentor. Arruinar su futuro académico es el punto de partida del nihilismo que le hará llegar a la cima de la pandilla, donde el respeto se va ganando a base de ostias -y navajazos- a los demás miembros de otras pandillas. Una vez dentro de la espiral de violencia, una vez abierta esa puerta, las frustraciones y traumas mas íntimos (llámese tener un padre horrible, llámese el desprecio recibido por ser hijo de currante por parte de la clase social acomodada, o la sed de venganza hacia quien te acosó de niño) alimentan con el combustible del odio ese fuego que se convierte en cegador, en una falsa respuesta a todas las diatribas del protagonista. Es, como alguien ya había expuesto, el salto al lado oscuro: es tentador y te hará poderoso. Llega un momento en el que John desiste en el cara a cara con el jefecillo de la banda: "Es que no quiero matarte"; no estaba alardeando.

Narrar esta historia no requiere mayor explicación acerca de la transición del personaje principal. Se sobreentiende que la perspectiva de sobrevivir en ese clima durante el resto de la adolescencia como un empollón, blanco fácil para todo tipo de abusos y humillaciones, es una que requiere de una abnegación casi sobrehumana, sobre todo cuando los años de empezar a interesarse por la chicas -y por supuesto a impresionarlas- hacen bullir la sangre. La pandilla le absorbe ya que representa el triunfo social, ser guay, ser respetado y, en ultima instancia, ser temido.
La violencia que vemos aqui no es divertida, no es estética, tiene consecuencias y no tiene absolutamente ningún sentido; quizás un buen film para enseñar a muchos chavales a no caer en la estupidez.
8 de abril de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Comienza la película. Vemos la génesis de Batman en la ya clásica escena del asesinato de los padres de Bruce Wayne, sólo que en esta ocasión hay algo distinto, un detalle en segundo plano pero que permanece a la vista, dando tiempo incluso a espectadores poco atentos a reparar en ello. Se trata del título en la marquesina del cine del que salen: Excalibur. Durante los siguientes minutos, algo aturdido, me pregunto el porqué de semejante guiño, y me digo a mí mismo “será un homenaje, poco más”; no podía presagiar que las siguientes 2 horas y media beberían literalmente del cáliz artúrico de John Boorman para sentar las bases filosóficas del film y recrear algunos de los momentos más memorables.

Una vez dicho esto, no es Bruce Wayne el protagonista. Ese papel recae en el único superhéroe cuyos superpoderes son de nacimiento, y que dejan a la Humanidad a la merced de su buena voluntad. No a todos les gusta este sometimiento al arbitrio de un solo ser -que no persona-, superior en tanto que más poderoso que nosotros los “mortales”, y ajeno a las leyes y a los gobiernos. Pero la respuesta a si Superman es Dios es No.
Porque el rol que él ha elegido es el de sacrificarse por nosotros, como el Elegido, el Mesías. El Elegido como Arturo, el escudero que era Rey sin saberlo; el único que podía extraer a Excalibur de la roca para devolver la paz y la prosperidad a un país dejado de la mano de Dios.

Clark Kent, Superman, transita el camino recto de la moral, circula por la amplia avenida llena de luz de quien actúa desinteresadamente. Ayudar sin otra recompensa que el placer de hacer el bien, sin esperar nada material a cambio. Leemos en una pancarta desagradecida que Superman es antiamericano; y de hecho lo es, ya que reniega de la lógica capitalista. Pero ¿somos los humanos sus congéneres, sus hermanos? Quizás él sí sea una especie de hermano mayor, que vela por nosotros cuando las cosas se ponen feas pero mientras tanto nos deja a nuestro aire. No interfiere en nuestras vidas cotidianas, no abusa de su poder. Los Dioses son orgullosos y vanidosos, y nos miran con desprecio desde el Olimpo. Los Hombres se mueven llevados por la AMBICIÓN. Superman, a medio camino de ambos, es humilde, y su empatía para con nosotros es su motor vital. Quizás es nuestro Ángel de la Guarda, pero No es Dios.

Humilde, empático… y sencillo. Criado por su padre y madre adoptivos, personas sencillas, del campo, nobles, y no contaminadas por la avaricia, la corrupción y la podredumbre de la urbe, sea ésta Metrópolis o Gotham. Como cantaban Lynyrd Skynyrd, baby be a simple kind of man… pues, siendo un hombre sencillo, es como realmente se alcanza la felicidad. El recuerdo de su padre adoptivo le reconfortará y reafirmará en sus valores. Su madre será su Kriptonita emocional. Su amor incondicional por ella se torna en una debilidad tal que le convierte en Humano, vulnerable y atribulado. Descubre, por primera vez en su persona, la decepción moral y el miedo, el desengaño y el asco, los rasgos de la miseria humana
.
Pero volvamos a Excalibur. Recordamos el papel que juega Morgana, la bruja, la hechicera que ambiciona controlar al Dragón. Aquí ese papel lo encarna Luthor, que se recrea en su Megalomanía y disfruta transitando el Lado Oscuro. Entre los guiños y homenajes podemos ver la palabra bruja, witch, pintorreada en la frente de la madre del Ángel Caído...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...y en el momento de engendrar -cual brujo que invoca al mal desde un caldero- al monstruo que deberá enfrentarse al Elegido en una justa épica, la justa final donde Él enfrenta y acepta su destino, mira a esa Muerte a la que se creía ajeno a los ojos, siendo ensartado y a la vez ensartando con la única Arma capaz, en el homenaje definitivo al glorioso final de Arturo, avanzando con su último aliento de vida por la lanza que le atraviesa hasta hundir a Excalibur en el pecho de ese engendro.

Y así es, como el Héroe, el Elegido o el Mesías, se sacrifica para salvarnos e inspirarnos.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para