Cuando fui a verla sabía a lo que iba y mi único temor es que fuera aburrida, pero no lo es para nada. El ritmo es trepidante, la banda sonora es muy potente y, sobre todo, el concepto es muy radical. Objetivo logrado: la película sobre fiestas adolescentes más radical que nunca haya visto. Eso si, si tuviera hijos en esas edades casi preferiría que no la vieran, por que el mensaje no es nada educativo.

Me ha parecido un espectáculo visual increible, durante toda la película no pude dejar de sorprenderme con cada fotograma del metraje. Además el guión tiene sentido, me parece inteligente y me hizo pensar sobre ciertas cosas. Tampoco he apreciado fallos de trama o elementos absurdos, o al menos no de esos que, por molestos, me estropean la película.

En resumen, me ha gustado y mucho. Si el objetivo de una pelicula es dar espectáculo, divertirte y hacerte viajar a un mundo diferente al real, esta lo ha conseguido y con nota. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en el cine.