Inspirada sin tapujos en los asesinatos cometidos por Richard Speck, en Chicago, 1966.
Se coló una noche calurosa en una residencia de estudiantes de enfermería, secuestrando, torturando, violando, apuñalando a ocho estudiantes de enfermería.
La novena, se escondió y sobrevivió, facilitando una descripción detallada de lo ocurrido.
Speck, fue detenido días después, se sabe que luego de la matanza estuvo bebiendo en bares y jugando a las cartas.
La huella definitiva fue un tatuaje " Born to raise hell ". Nacido para desatar el infierno.

Lo que me interesó de este mediometraje fue el aspecto visual y sonoro que introduce.
Lo filmó, casi después de suceder estos espantosos y trágicos hechos.
Yo, conocía ya de tiempo atrás, el macabro suceso, de una salvaje y crueldad vesania.

Filmado en un blanco y negro logrado y contrastado, salvo los minutos finales que son en color.
Hay planos de enorme fuerza visual plástica y conseguido realismo poético sangriento.
Apenas introduce diálogos, lo cuál me resulta acertado, narra con hechos, no se necesitan palabras.
El constante rugido del eco del viento, el sonido del agua, como banda sonora, creo que es aterrador, revelador, adentrándose con estos elementos en la vorágine de sangre, miedo, tortura, dolor, locura.
Algunos movimientos de cámara adelantan el terror posterior, provocando intriga y mayor desasosiego.
La atmósfera lúgubre con relación a la muerte que logra es ciertamente inquietante, perturbadora, con una imaginería que hace énfasis en detalles truculentos, logra violentar la mirada.

Es una obra para pocos, estuvo prohibida en varios países.
Creo que rodó mucho más metraje pero finalmente no lo incluyó.
Algunos años después realizó una especie de secuela " Violent Virgin " 1969. De 66 minutos de duración.
Una obra realista, para escasos estómagos, con una asombrosa puesta en escena, potencia visual y economía de medios.
Una delirante rareza que tristemente ocurrió.

Navegando entre el melodrama, el drama costumbrista y el cine de época y con un aire neorrealista en ciernes.
No cuaja a mi entender, por el ensamblaje del guión, unas cuantas situaciones más que forzadas y encajadas con calzador de cualquier manera.
Uno de los firmantes del guión es Fellini, pues desde luego el guión es flojito rozando la bazofia, tosco y ramplón, sobre todo del nudo al desenlace, una auténtica maestría de chapucería.
Por mucho que esté basado en una novela de Gabrielle D'annunzio.
Que por cierto, influiría mucho muchísimo en la ideología fascista de Mussolini.

Aún así tiene, ciertos detalles en la filmación de las calles, intentado recrear esa época 1900, con la secuencia de año nuevo y alguna otra que ya reflejan la pericia visual de Lattuada.
Su padre Felice Lattuada, se encargo de la música, otro de los fiascos de la película.
Mal metida, con constantes subrayados y un mal gusto compositivo que chirria a los oídos.

La actriz griega Yvonne Sanson, está forzada en sus apariciones y nada creíble en el personaje de buscona pérdida, no encaja en el papel, pero ni siquiera Aldo Fabrizi, en muchos pasajes, se muestra inverosímil, está como perdido ante la cámara, una cosa muy extraña, desde luego el papel que interpreta es el de un pobre hombre, pero la composición que crea es poco plausible en muchos momentos, está además mal dirigido, es algo curioso, para analizar.

Las escenas del niño, están rodadas de cualquier manera, como si tuvieran mucha prisa por acabarlas, metidas de pegote y es de las interpretaciones más exageradamente pobres, forzadas que he visto de un niño.
La dirección actoral deja mucho que desear.
Sale Alberto Sordi, en un papel secundario de chulapo gañan.

Como he dicho falla la construcción del guión con unas cuantas situaciones escritas sin imaginación ni sentido narrativo, una pena, pues hubiera salido algo sólido, así es un buñuelo que se derrite antes de ser digerido.
Cayendo finalmente en un melodrama rancio.

Con todo, la película tiene un notable vestuario y algunas secuencias, como la del archivo al principio, rodadas con ese aire documental, que años después puliría con gran estilo Alberto Lattuada.
Para amantes y nostálgicos del melodrama agusanado con tintes bobalicones y situaciones forzadas.
P.D
Cómo curiosidad salen de figurantes, haciendo de bailarinas Silvana Mangano y Gina Lollobrigida.
Hay que aguzar la vista para localizarlas, sobre todo a la Gina.

A pesar de durar 56 minutos, a mi juicio da una visión y acercamiento de Fassbinder que huele a honestidad.
Habla gente que trabajaron mucho con él, desde Ulli Lommel, que actuó en muchas películas, desde el inició en el cine de Fassbinder, Hanna Shygulla, su musa o la principal, Michael Ballhaus, su director de fotografía en 12 filmes, Wim Wenders, que lo conoció y admiró, vamos personas muy cercanas a esta rareza que en 14 años creó su obra, unos 40 filmes, entre cortos y largos.
Falleció con 37 años tan solo.

Lo mencionan al final que tenía miedo de dormir, quedarse dormido, porque pensaba que se moriría, fue cómo en efecto, ocurrió su muerte, se durmió una noche de junio de 1982 para no despertar jamás.
Los últimos meses de su vida se mantenía despierto, insomne a base de toda clase de estupefacientes.
No lo menciona aquí, aunque es bien sabido y conocido, al final su corazón se paró en seco.
Con el título de una biografía, de Harry Baer, voy a titular esta breve reseña.
Es muy ilustrativo y fue premonitorio en la vida febril de Rainer Werner Fassbinder.

¿Qué hace esta obra de corte biográfico fallida?
A mí modo de ver, centrar el flujo de acontecimientos en las amarguras, desdichas, de la madre del pintor, una mujer, amargada, frustrada, que se vale de su victimismo para aprovecharse del trato de su generoso hijo.

Inocente, es malo ser inocente, y lo que descubro cada día y me sorprendo.
El diálogo pronunciado por el propio pintor ante un ataque de su frustrada madre, que se regodea en su dolor y lo transmite como virus sin contagiar por fortuna a su espléndido hijo.

No nos gusta ver, las desgracias y está película se regodea en mostrarlas.
El título no engaña, pero el contenido se hace reiterativo y va cayendo en la miseria argumental y en la podredumbre humana, como si fuera la explicación de la obra de este pintor.

Enseñar parte de su obra, de su proceso creativo, en vez de una madre que mejor estaría criando malvas, así serviría para algo, lo útil que sería para las plantitas.

Thimothy Spall, se come viva a la Redgrave, y mira que es buena actriz, en muchas secuencias, la devora.
Aparte de jugar con la ventaja que la madre es un ser miserabilista y hasta despreciable, mientra él, es bondadoso, tierno, gentil, generoso, siempre esperanzador y positivo, comprensivo, con una nota de humor, con frecuencia.

Centra en exceso la historia en interiores y no usa los inmensos parametros del paisaje urbano.
Cae con demasiada frecuencia en lo teatral y confunde cine con teatro.
Aunque la simbiosis de supervivencia entre madre e hijo, seguramente no muy sana pero que a ambos mantiene y riega las existencias o sostiene los días, de estos dos seres que se pertenecen, es sumamente curiosa.

La madre, una de estas mujeres que valoran la apariencia por encima de todo, que prefiere aparentar a ser y que se convierten en víctimas y vampiras de quienes las rodean.
Un ser como conocemos muchos, una especie común, demasiado común y por ello no menos despreciable.

Recordar que el propio Spall, ya dió vida a otro pintor, con mucha mejor suerte en lo visual, argumental y temático.
"Míster Turner", el pintor de la luz o uno de ellos.
Tres de su mejores creaciones están dirigidas por el propio Mike Leigh, la citada de Turner, "Todo o nada", "Secretos y mentiras"; En ellas despliega su enorme y poderoso arsenal emocional, de matices, gestos, miradas, todo un maestro de la interpretación, el Charles Laughton de esta época.

Lo mejor es que da a conocer un pintor poco conocido y aunque supuestamente valorado en Inglaterra, que es una de las sociedades más puritanas, hipócritas y ridículas que existen, el fariseo reino unido.
Aparte de las inmensas interpretaciones de estos dos enormes creadores de personajes, interpretes de luces y sombras.
P.D
Al propio Lowry, al final de su vida le fueron otorgados los galardones de sir y otro que no recuerdo ahora el nombre, ni falta que hace, lo reseñable es que no aceptó ninguno de los pomposos títulos y añadió, ahora que no está madre, de que servirían.
Una elogiosa personalidad, de una sencillez admirable y brutal coherencia vital.

Viaje y recorrido musical y vital a las entrañas de Mark Sandman y Morphine.
Mark Sandman murió mientras tocaba en vivo en Palestrina (Italia), en medio de un calor sofocante, su corazón decidió no proseguir el viaje y cayó en el escenario junto a su bajo para dejarnos físicamente.

Tocaba el bajo con dos cuerdas y slide y aún decía a veces, que le sobraba una cuerda.
Ese sonido característico, inconfundible que lograron Morphine se debe a:
Un bajo con estas peculiaridades, saxofón doble y una batería afinada muy baja.
Al enorme talento de estos tres músicos de Boston:
Mark Sandman. Bajo, teclados, voz.
Dana Colley. Saxofón, percusiones.
Bill Conway. Batería, percusiones.

El documental ahonda en la personalidad de su líder, conserva la virtud de ir más allá y hablarnos de la banda.
Estuvieron muy unidos y el legado que dejaron es fuera de tópicos, algo personal de verdad, inconfundibles por su sonido.
Un detalle importante es que no llevaban guitarra, cuando escuches cualquiera de sus discos preguntate si la echas en falta.
Una atmósferas densas y ligeras (ambas cualidades)
Emana de su música una melancolía irrepetible, que cala y deja huella.
Letras evocadoras, directas y con un lirismo entre poético realista, soñadoras, pegadizas.
Aunan sencillez y complejidad y ese, es uno de sus secretos, intranspasables que dan el sello único y genuino.

De haber seguido, su música es genial para el cine y les hubieran llovido proyectos para bandas sonoras, de hecho aún en vida de Mark, algunas películas ya incluyeron música de ellos.
La música que generaban tiene el aroma y el toque para compaginar con imágenes, pues son creadoras de múltiples sensaciones y evocadora de impresiones.

Es un grupo para minorías (por fortuna). Minoría mayoría absoluta.

Salen hablando desde el bajista de Primus, hasta un rendido admirador de ellos, Ben Harper, entre otros.
Los variados testimonios de familiares, novia, los músicos de la banda, amigos, etc, dan un variopinto y colorido retrato, así, como diversidad de miradas.

Al final, me pregunto y creo, da bastante igual como fuera como persona, lo que queda e importa es su música.
Que fuera reservado, tímido y bla, bla bla, es lo de menos, va para todos los artistas y más hoy día, que algunos medios tratan de desacreditar a artistas por su temperamento personal y vivencias.
La obra es lo que cuenta, lo transcendente y por lo que los recordaremos, no por si hicieron aquello o fueron de tal o cuál manera. Creo que eso es bucear en lo rosa y quedarse en la superficie.
Murmuraciones y cotilleos, gran trampa para impedir disfrutar del arte y la vida.
Me la pela que fueran tiranos o comecabras, igual sin eso no hubieran creado sus obras.

Aquí, recopilan imágenes de épocas muy distintas, de décadas de distancia, gran valor y trabajo de arqueología visual.

La discografía de Morphine se compone de:
"Bueno" 1992
"Cure for pain" 1993
"Yes" 1995
"Like swimming" 1997
"The night" 2000
Ésta es la oficial, luego hay diversos directos y rarezas.
Además y también sale en el documental:
La primera banda de Mark Sandman se llamó:
"Treat Her Right", Tocaba también el batería Bill Conway. (Bonito nombre) Más para los tiempos que corren.
Grabaron al menos tres albunes de estudio y hay un directo publicado grabado en New Jersey 1988.
Aquí son más bluseros y abunda la armónica.
Muy recomendables también.