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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
7
17 de agosto de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente, me debo la lectura del libro “El guardián entre el centeno” de J. D. Salinger, pues, como me ha ocurrido anteriormente con al menos otro par de obras (“El filo de la navaja” y “Un curso de milagros”), éste me persigue de tal manera que solo puedo atribuirlo a la ley de causalidad. Sin proponérmelo en lo más mínimo y sin referencia alguna, en menos de un mes llegaron a mi ¡cuatro películas! que hacen referencia al polémico libro (“Pleasantville”, “El coleccionista”, “Bowling for Columbine” y “Conspiración”). Algún tiempo después volví a verlo citado en “Regalo para soltero”… y ahora me encuentro con “DESCUBRIENDO A FORRESTER” cuya historia nos recuerda, de alguna manera, los tiempos de ermitaño de su atribulado escritor.

J. D. Salinger (Jerome David Salinger, 1919-2010) fue un newyorkino de clase alta que llegó a ser novio de Oona O’Neill, quien le dejaría para casarse con Charles Chaplin. Fue soldado de infantería durante la Segunda Guerra Mundial e hizo contraespionaje luego de terminada la guerra. Escribió numerosos relatos que le publicaron en diversas revistas y finalmente, en 1951, publica su corta novela “El guardián entre el centeno” que se hizo muy popular entre los jóvenes de colegios y universidades, pues su personaje central, Holden Caufield, al parecer es un adolescente inmaduro y desadaptado, pero de estimable agudeza. El carácter mítico de este pequeño libro, se lo ha ganado tras descubrir que diversos criminales, entre ellos el que atentó contra John Lennon, lo tenían entre sus pertenencias. Con posterioridad a su gran éxito, Salinger publicó varias series de relatos, pero un día entró en un fuerte ostracismo, asumió un encierro voluntario y sus últimos escritos jamás los publicó. “Los sentimientos de anonimato y oscuridad de un escritor –declararía un día- constituyen la segunda propiedad más valiosa que le es concedida”.

Inspirado en la vida de Salinger, con base en un guión de Mike Rich, y siguiendo la huella de su gran éxito “El indomable Will Hunting” de la cual retoma diversos tópicos narrativos (relación maestro-alumno bastante huraña en principio, chicos genios y marginales, recomendaciones para autoencontrarse y para enamorar, profunda empatía superada la hostilidad…), Gus Van Sant logra contarnos una historia interesante, pero sin duda menos vital, veraz y significativa que la de su filme precedente.

Sean Connery luce un tanto cansado y no consigue, ni de lejos, el poderoso tono que logra Robin Williams en “El indomable…”. Mejor -pero sin llegar tampoco a la altura de ese Matt Damon que aquí se da una pasadita como para recordarnos el éxito de tres años atrás-, es la labor del joven debutante Rob Brown, quien como Jamal Wallace, logra redondear una figura bastante carismática y significativa para los avances del entendimiento que sigue consolidando la era Obama.

Interesantes lecciones de cómo escribir, algunos apuntes necesarios a nuestra prejuiciosa sociedad, y diversos momentos de sentida calidez, hacen de “DESCUBRIENDO A FORRESTER” una película digna de cierto aprecio.
Luis Guillermo Cardona
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10
9 de agosto de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“En verdad, hay más en nosotros de lo que soñamos porque somos parte de algo intenso y grandioso. Apenas nos conocemos de forma imperfecta y quizás nunca seamos conscientes de nuestro enorme potencial, pero muy cerca de nosotros, dentro de cada uno, está la Fuente de toda luz, el Alquimista Soberano que nos permite transformar el plomo de la vida en oro, si conseguimos desearlo con todo nuestro ser”.

Las anteriores, son palabras escritas por la estadounidense, Helen Keller (1880-1968), cuando logró la trascendencia de su vida convirtiéndose en escritora de varios libros y de numerosos artículos que siempre da gusto leer. Helen -quien sirve de especial ejemplo de los alcances a los que puede llegar una niña nacida ciega, sorda y muda-, había estudiado en la universidad Radcliffe y fue la primera persona de la historia que, con tales discapacidades, obtuvo un título universitario. De orientación socialista, Helen se mantuvo comprometida con la causa de los marginados y su experiencia espiritual consiguió hacer de ella una persona de elevada conciencia y altamente estimada por todos los que la conocieron o han sabido de ella.

Su relación, desde los 7 años, con Anne Sullivan -la maravillosa maestra que, con su primera alumna, se arma de paciencia, denuedo y firmeza, para conducirla al autoencuentro y al aprendizaje de los recursos necesarios que hicieron de ella un ser sociable debidamente interrelacionado con su entorno- la misma, Helen Keller, la convertiría en una autobiografía titulada, "The Story of My Life" (1903)... y después de ingentes esfuerzos, consiguió convertirse en un guion televisivo (presentado ya como, "The Miracle Worker", en la serie Playhouse 90) y luego en una exitosa obra teatral, escritos ambos por William Gibson, que tres años después su mismo director, Arthur Penn, con las protagonistas, Anne Bancroft y Patty Duke (de 16 años entonces), trasladaría al cine logrando una de las más significativas y valiosas obras de arte de los años 60'. Un verdadero tour de force es el que llevan a cabo las dos actrices -justamente compensadas con el premio Oscar- dejando para la posteridad un ejemplar ejercicio de compromiso, autoridad y redención.

Ejemplares actuaciones de todos los intérpretes; una sentida banda sonora que da fuerza a cada escena; y una sorprendente historia donde el drama se entremezcla, muy gratamente, con equilibrantes toques de comedia, hacen que, <<EL MILAGRO DE ANA SULLIVAN>>, se convierta en un filme cálido y aleccionador por donde se le mire.

“¿Y acaso la vida del alma es menos importante que la del cuerpo?”... Tienes que haberlo vivido para poder comprenderlo.

Título para Latinoamérica: ANA DE LOS MILAGROS
Luis Guillermo Cardona
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9
6 de agosto de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una modesta escuela de Francia, enseña un maestro de los que no abundan. Se llama, Daniel Lefevbre, y aunque ha visto como los cacos desmantelan el plantel en tres ocasiones y siente cada día la incompetencia de la asistencia social del Estado -en la que el exceso de labores de las escasas empleadas en servicio no les permite satisfacer las demandas de las numerosas instituciones educativas-, él se mantiene firme frente a su compromiso de sacar adelante a tantísimos pequeños que cada día reclaman afecto y formación.

Daniel, es un hombre del común. Su pedagogía incluso le merece reparos “al gran jefe”, pero, tiene a su favor un gran corazón y un fervoroso empeño en la labor que desempeña. Habiendo sido víctima de una infancia difícil, quizás eso lo alienta a procurar que, los niños de hoy, tengan mejores oportunidades. Su presente podría decirse que es satisfactorio, no solo por su profesión donde los niños con sus sonrisas y su entusiasmo lo premian cada día, sino porque tiene a su lado a Valéria, una preciosa artista plástica que le brinda su apoyo y su especial afecto.

Pero cada día, en su labor como rector, Lefevbre asistirá a un nuevo drama familiar… a la visión de un niño maltratado... al encuentro de una bebé abandonada… a la ausencia de recursos para abrir nuevos espacios… y en medio de cada conflicto cotidiano, él hace habitualmente lo mejor que puede, y su excelente grupo de colaboradoras le ayuda con enorme voluntad a sobrellevar la carga.

Tengo un grato recuerdo del director, Bertrand Tavernier, pues, con varias de sus notables películas (“Le juge et l'assassin”, “L'Horloger de Saint-Paul” y otras que, en los 80's, conseguíamos en 16 mm, realizamos diversas proyecciones del Cine-club Itagüí que, por entonces, tuve el gusto de dirigir. El público las acogía muy bien, porque sus temáticas nos tocaban directamente ya que muchos habíamos sentido en carne propia, o muy de cerca, las improcedencias de la “justicia”.

<<HOY EMPIEZA TODO>>, me renueva en el reconocimiento de su notable talento y me complace saber que sigue dándole al cine obras tan meritorias como ésta. El guion, escrito por él mismo en compañía de su hija, Tiffany Tavernier, y de, Dominique Sampiero, es sociológico y humano hasta la médula, y da plena evidencia del enorme descuido en que se sigue teniendo a las escuelas en una gran parte del mundo... y una sociedad que descuide la educación de sus niños, está atentando contra su futuro.

Philippe Torreton, logra una carismática representación del rector-profesor contestatario e inconforme, a quien algunos de juicio fácil asumen como comunista, pero, bien sabe él que, en ciertos sistemas, todo el que defienda la dignidad y la justicia será tildado de alguna forma que lo estigmatice y lo ponga en riesgo. Maria Pitarresi, logra también dar vida a una adorable Valéria, cuyo compromiso con el hombre que ama trasciende su intenso romance y se proyecta hasta la labor educativa que ambos ejercen con denuedo.

Siento que, Bertrand Tavernier, ha puesto el dedo en la llaga y ha encendido una luz de esperanza.

Título para Latinoamérica: TODO COMIENZA HOY
Luis Guillermo Cardona
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6
25 de julio de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que un profesor jamás puede olvidar que, así como él es un instrumento de formación en el proceso del alumno, también el alumno es un instrumento de formación en su sendero personal. La enseñanza está orientada siempre en ambas direcciones. Pero, lo curioso en algunas de estas películas de colegio, es que dejan la falsa sensación de que el profesor fue quien lo dio todo y los alumnos solo fueron sus felices y privilegiados receptores.

La historia de “PROFESOR HOLLAND”, está bien apegada al esquema que traía el notable filme de Herbert Ross “Adiós, Mr. Chips”: Primer día de clases en plena juventud del docente, cierta resistencia de los alumnos, un amigo leal, un directivo hostil, una esposa sin reparos, la guerra que se lleva consigo a un ser querido, el sentimiento de frustración, la nostálgica vejez y hasta el convencional homenaje a una vida de compromiso.

Al uso de semejante aliciente, poco esforzada quedó la tarea al acomodado guionista, Patrick Sheane Duncan, pues lo que añadió incluye unas cuantas anécdotas fáciles y una serie de falsos finales que perjudican sensiblemente el clima de la historia… Aunque también debo decir, que se le abonan unos eficaces y elocuentes diálogos, y sobre todo, una labor pedagógica más presencial y en el casi nunca bien ponderado terreno de la música, marcando así una cierta diferencia con el filme de Ross.

Un director recursivo, capaz de crear elementos dramáticos fuertes y lo suficientemente relacionado con el terreno educativo, hubiera dado una gran fuerza a muchas cosas que quedaron resueltas como fritando huevos. Stephen Herek desaprovecha, casi por completo, situaciones potencialmente fuertes como el lograr que Gertrud Lang se compenetrara con su instrumento; los alcances musicales y deportivos del joven Russ; el estado de angustia en que queda Iris Holland al presentir que su esposo está flirteando con la preciosa Rowina… y al final, uno siente que fueron muy escasos los buenos momentos de un filme que se hace excesivamente largo.

Demasiados cuentos, muchos seres que pasan como fantasmas por la historia, pesan significativamente en la compenetración que consigue lograr el espectador que quizás ansíe algo más sobrio e intimista.

Inicialmente uno se entusiasma aunque, sin ser un remake, bien se sabe de donde se está chupando para conseguir un hilo. Pero, comienzan a producirse grandes saltos en el tiempo y en la historia… y el clima se viene al piso levantándose luego a punta de bastón.

Al final, yo quedé con un pie en un balde de agua fría y el otro en agua caliente. Pero la corajuda actitud del profesor ante la tentadora Rowina, me golpeó en todo el plexo solar. Solo un carácter muy sólido puede animar a un hombre a actuar como él lo hizo.

Título para Latinoamérica: “MAESTRO DE ILUSIONES”
Luis Guillermo Cardona
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6
26 de abril de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor, guionista y productor, John Herzfeld, no pudo resistir la tentación de lanzarse a la dirección cinematográfica, y la ocasión se le presentó al serle aprobado por la Twentieth Century Fox, un guión que él mismo escribió, con la oportunidad de reunir de nuevo a la exitosa pareja de “Grease”, John Travolta y Olivia Newton-John. Pero, el público que acogió masivamente aquella película, esperaba quizás más de lo mismo: pegajosas canciones disco, bailes sugerentes y muchos jóvenes atractivos, y se sintió hondamente decepcionado al ver aquí a la exitosa pareja, convertida en un par de fracasados, delincuentes en ciernes, y con un grupo de maduritos ángeles a su lado, dispuestos a darles unos cuantos empujones para conseguir salvar al mundo de la amenaza de un nuevo diluvio.

Dios está cansado, la inteligencia humana no ha prosperado en los últimos diez mil años y –recordando a Shakespeare- Él siente que ha perdido el tiempo y el tiempo está a un paso de perderlo a Él. Pero los ángeles siguen teniendo fe en el hombre y están dispuestos a probar que, esta vez, no irán las cosas como en aquel triste caso de Sodoma y Gomorra, y ellos podrán demostrar que, cuando menos, hay un hombre dispuesto a morir por la mujer que ama.

“TAL PARA CUAL”, es una simpática comedia donde las canciones de la linda Olivia sólo se oirán como música de fondo, y el célebre bailarín de “Fiebre de sábado noche“, solo usará sus piernas para caminar y correr. Pero en su corta aventura, habrá un atractivo romance, una agradable lucha conjunta para salir avantes de la mayor salida en falso que cada uno ha dado en su vida… y a su alrededor, cuatro ángeles y un travieso diablo, entrarán en pugna para arruinar o salvar sus vidas, y de paso, permitir que se le eche agua o mantener en su equilibrada humedad a este -pese a todo- bonito planeta.

Aunque un tanto liviana, la historia entretiene con sus toques de humor, con la calidez de sus personajes a los que se contrasta oportuna y debidamente, y con ese creativo juego de manipulación de la realidad, que asumen ángeles y diablo, con tal de salirse con la suya.

Grandes actores de reparto como Oliver Reed, Charles Durning, Scatman Crothers y Beatrice Straight, complementan este juego donde lo terrestre y lo celestial entran en un arriesgado y divertido cruce de caminos.
Luis Guillermo Cardona
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