Impacta primero, te mantiene en tensión después, para al final desinflarse. Hubiese deseado más Náufrago y menos Noche de los muertos vivientes, pero yo sólo soy un mero espectador.
Desde luego, el que fuera el Príncipe de Bell Air no es Tom Hanks, pero se desenvuelve dígnamente. Aunque por otro lado Hanks no podría hacer de Milla Yovovich

La peli se sostiene por el carisma de Tom Holland, es el mejor Spider-man de hoy y siempre, igual que Robert D. Jr. es el gran Iron Man. Pero a diferencia de la entrega anterior, el malo no está a la altura...

Me encantó al principio por ser una serie desinhibida, donde los personajes viven y se ríen de las situaciones más vergonzosas imaginables. Si estas mismas situaciones las protagonizaran las chicas de Mujeres Desesperadas, acabarían en llantos y lamentos, mientras que Hank y compañía se ríen de todo y todos y lo celebran con una juerga+borrachera+orgía.

Poco a poco la serie madura, evoluciona, se hace más trascendental (ojo, tan solo mínimamente trascendental) para darle un poco de perspectiva y así asegurarse renovar por otras dos, tres o más temporadas.

En definitiva, es una serie sobre las reponsabilidad familiar, los celos, los cuernos, el éxito y el fracaso, donde los protagonistas viven todos los excesos inimaginables de Hollywood (sexo, drogas y rock&roll) pero narrado con un guión muy inteligente, desenfadado y mordaz.

La serie arranca a todo trapo presentando a los personajes, escenas de acción, situaciones rocambolescas sin tregua y malos malísimos (Asier Etxeandia enorme).

Por momentos diría que el espíritu de Airbag (palabras mayores) ha vuelto reencarnado en formato de serie con las chicas como protagonistas (al estilo de los reboots de Cazafantasmas u Oceans's eleven) pero resulta que... (spoilers)