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Críticas ordenadas por utilidad
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7,7
80.356
10
6 de septiembre de 2019
6 de septiembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas, una de las mejores películas de los años 90, en la que todo brilla a gran altura, desde un guión a modo de puzle sin fisuras, una ambientación en unos tonos sepia muy acorde con la época y la historia que se nos cuenta, una banda sonora inspirada en los mejores clásicos del cine negro y unos actores que, aunque casi desconocidos en 1997, parecen haber nacido para el papel: Russell Crowe (ante su verdadero descubrimiento, el cual le sirvió para saltar a la fama después con "Gladiator" en el año 2000) como el rudo y duro policía, protector de las mujeres maltratadas, que no duda en utilizar métodos al margen de la ley para sacar confesiones a testigos, protegido de su corrupto capitán por su apego a la violencia en la práctica de los interrogatorios, pero que luego tiene su corazoncito y se enamora perdidamente de Veronica Lake (o de su sosias, más bien); Guy Pearce como el poli trepa y sabelotodo que no duda en denunciar a sus compañeros si con ello puede beneficiarse, y que sólo busca ascender en la carrera policial; Kevin Spacey (éste sí ya era famoso por haber brillado 2 años antes el la estupenda "Sospechosos habituales") como el engreído y presumido asesor de una serie policíaca de tv ("sólo los hechos, Jack") al que sólo le importa su imagen; Danny de Vito ("secretitos") como el periodista que maneja los hilos de la corrupción y el chantaje, hasta que los hilos le acaban manejando a él; James Cromwell como el capitán de policía que dirige y ejecuta, desde la sombra, la corrupción. Y sin olvidar, por supuesto, a la maravillosa Kim Basinger, resurgida en el cine tras ser casi olvidada después de la mítica "9 semanas y media" (1986), en un papel que diríase hecho a su medida: el de prostituta operada para parecerse a la estrella cinematográfica Veronica Lake.
Esta es una de esas películas que te atrapa de principio a fin y que debes seguir con gran atención, ya que si te despistas un instante, puedes perder el hilo de la trama. Con cada visionado vas descubriendo nuevas cosas, porque la primera vez que la ves sólo acaricias su superficie, y al final te das cuenta de que en el cine, tan importante es tener un buen guión como unos actores que estén a la altura. En este caso, ambos confluyen en esta cinta, por lo que la película no puede sino calificarse de pequeña obra maestra.
El único problema con el que tuvo que enfrentarse el film (y por esto quizás no es lo mundialmente conocido por el público que se merecería) fue la coincidencia en los premios Óscar de ese año 1997 con la megalómana "Titanic", que recibió 11 Óscar. La película de Curtis Hanson se tuvo que contentar con 2 Óscar (guión adaptado y actriz de reparto para Basinger) y 9 nominaciones.
Destacaría sobre todo de este film:
- Cómo se nos presentan a sus personajes: los policías no son héroes, sino antihéroes que no dudan en utilizar métodos poco éticos para conseguir sus fines particulares. Algo así como sucedía en la espléndida "El bueno, el feo y el malo" (1966).
- La interpretación y la dirección de todos los actores. Especial mención merece Russell Crowe, el gran descubrimiento de la cinta, con quien con su personaje de Bud White puso rumbo firme hacia el estrellato.
- Los labios y la pasional mirada de Kim Basinger.
- La sonrisa terminal con la que nos deja el personaje interpretado por Spacey.
- Algunas de las frases son mitológicas: El capitán corrupto a un capo: "Vuelve a Jersey, Sonny. Ésta es la ciudad de Los Ángeles y tu no tienes alas." O la que le suelta la Basinger a Pearce antes de encamarse: "Joderme a mí y joder a Bud no es la misma cosa, sabe!".
- El guión (el mejor de los años 90) y la trama, construida a modo de rompecabezas. Recordemos que está basada en una novela del maravilloso James Ellroy. Sin embargo, la película es mejor incluso que la novela.
- La ambientación: esos trajes, esos sombreros, esa forma de hablar, esos coches de época, esos bares ("El búho") tan bien detallados, etc.
- La crítica a la sociedad de Los Ángeles, su corrupción y sus alfombras rojas con cadáveres bajo las mismas.
- El sabor a buen cine clásico que desprende por todos sus poros.
P.D.: Sólo tuvo cuatro años de vida (1952 – 1957), pero la revista Confidential logró destruir un buen puñado de carreras cinematográficas. El papel cuché más empañado y soez de la historia sirve de inspiración a L.A. Confidential, la publicación que da nombre a la película y está dirigida por el periodista Hudgeons (Danny DeVito). Un hombre inquietante, siempre a la caza de las miserias y debilidades con las que desterrar a los dioses de la alfombra roja, especialmente en temas relacionados con prostitución y tráfico de drogas.
Esta es una de esas películas que te atrapa de principio a fin y que debes seguir con gran atención, ya que si te despistas un instante, puedes perder el hilo de la trama. Con cada visionado vas descubriendo nuevas cosas, porque la primera vez que la ves sólo acaricias su superficie, y al final te das cuenta de que en el cine, tan importante es tener un buen guión como unos actores que estén a la altura. En este caso, ambos confluyen en esta cinta, por lo que la película no puede sino calificarse de pequeña obra maestra.
El único problema con el que tuvo que enfrentarse el film (y por esto quizás no es lo mundialmente conocido por el público que se merecería) fue la coincidencia en los premios Óscar de ese año 1997 con la megalómana "Titanic", que recibió 11 Óscar. La película de Curtis Hanson se tuvo que contentar con 2 Óscar (guión adaptado y actriz de reparto para Basinger) y 9 nominaciones.
Destacaría sobre todo de este film:
- Cómo se nos presentan a sus personajes: los policías no son héroes, sino antihéroes que no dudan en utilizar métodos poco éticos para conseguir sus fines particulares. Algo así como sucedía en la espléndida "El bueno, el feo y el malo" (1966).
- La interpretación y la dirección de todos los actores. Especial mención merece Russell Crowe, el gran descubrimiento de la cinta, con quien con su personaje de Bud White puso rumbo firme hacia el estrellato.
- Los labios y la pasional mirada de Kim Basinger.
- La sonrisa terminal con la que nos deja el personaje interpretado por Spacey.
- Algunas de las frases son mitológicas: El capitán corrupto a un capo: "Vuelve a Jersey, Sonny. Ésta es la ciudad de Los Ángeles y tu no tienes alas." O la que le suelta la Basinger a Pearce antes de encamarse: "Joderme a mí y joder a Bud no es la misma cosa, sabe!".
- El guión (el mejor de los años 90) y la trama, construida a modo de rompecabezas. Recordemos que está basada en una novela del maravilloso James Ellroy. Sin embargo, la película es mejor incluso que la novela.
- La ambientación: esos trajes, esos sombreros, esa forma de hablar, esos coches de época, esos bares ("El búho") tan bien detallados, etc.
- La crítica a la sociedad de Los Ángeles, su corrupción y sus alfombras rojas con cadáveres bajo las mismas.
- El sabor a buen cine clásico que desprende por todos sus poros.
P.D.: Sólo tuvo cuatro años de vida (1952 – 1957), pero la revista Confidential logró destruir un buen puñado de carreras cinematográficas. El papel cuché más empañado y soez de la historia sirve de inspiración a L.A. Confidential, la publicación que da nombre a la película y está dirigida por el periodista Hudgeons (Danny DeVito). Un hombre inquietante, siempre a la caza de las miserias y debilidades con las que desterrar a los dioses de la alfombra roja, especialmente en temas relacionados con prostitución y tráfico de drogas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mejor: la escena del poli bueno y el poli malo con el fiscal del distrito a punto de ser lanzado por la ventana. También la forma que tiene Bud White de resolver sus problemas (como un elefante entrando en una cacharrería)
Lo peor: que maten al personaje interpretado por Kevin Spacey, justo cuando nos empezaba a caer bien. Rolo Tomasi.
Lo peor: que maten al personaje interpretado por Kevin Spacey, justo cuando nos empezaba a caer bien. Rolo Tomasi.

5,5
22.775
5
8 de marzo de 2021
8 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cintas de Bond tienen todas algo en común: que las últimas que protagoniza cada actor en la piel del agente 007 son las peores de sus series. Así "Diamantes para la eternidad" es la peor de Connery, "Panorama para matar" la más floja de Moore (y probablemente, de toda la franquicia), "007 licencia para matar" es la más vulgar de las dos de Dalton y, por ahora, "Spectre" está muy lejos de "Casino Royale" y "Skyfall".
Lamentablemente, esta "Muere otro día" no iba a ser la excepción. Es, sin duda, la más floja de las cintas en las que Brosnan se pone en la piel del agente del MI6, por los siguientes motivos:
- La película quiere ser un homenaje a la serie, a modo de despedida. Es su 20 episodio y pretende emocionar al espectador con guiños y recuerdos de la misma. Se nota, por ejemplo, en la escena en la que Halle Berry sale del agua con su bikini y su cuchillo (en la que copia sin disimulo a Ursula Andress en "Dr. No"), o en el departamento-almacén de Q (donde podemos ver artilugios de anteriores filmes como el cocodrilo de "Octopussy", el jetpack de "Operación Trueno", el zapato con la cuchilla en su punta de "Desde Rusia con amor", etc), o en la escena en la que Jinx (Berry) casi es cortada por un rayo ("Goldfinger"), o en el archiconocido rayo galáctico que pretende destruir el mundo desde el espacio (ya habíamos visto un artilugio semejante en "Diamantes para la eternidad", "El hombre de la pistola de oro", "Moonraker" o "Goldeneye, entre otros"). Esto no es en sí malo, pero suena demasiado a despedida.
- La escena precréditos vuelve a estar demasiado "inspirada" en la anterior de Brosnan "El mañana nunca muere". Es como si a los guionistas se les hubiesen acabado las ideas.
- A Brosnan le empiezan a pesar demasiado los años y no es en absoluto creíble en sus escenas de acción y persecuciones, montadas con demasiado ordenador, lo que las hace absolutamente impersonales a la par que irreales (la cabalgada a través de las olas provocadas en Islandia con tabla de surf improvisada o la escena final del helicóptero saltado desde el avión son tan absurdas e imposibles que desmerecen el film).
- Halle Berry está bien en la escena de la playa saliendo del agua y en la encamada con Brosnan, pero por lo demás, no aporta prácticamente nada a la película. Rosamund Pike está demasiado fría (y no por culpa del palacio de hielo), sino porque su personaje está poco desarrollado. Además, tiene 0 feeling con Pierce Brosnan, y esto es imperdonable en una chica Bond. Tampoco tiene las medidas mínimas exigibles para pasar el casting como chica Bond. No entendemos porqué los productores pensaron en ella para el papel.
- Los secundarios son un claro error de casting (otro más en la lista de los Bond de Brosnan): Toby Stephens no da la talla en ningún momento. Si en los films de Bond cuanto mejor es el malo, mejor es la película, ésta sería la peor película de la saga por detrás de la anterior "El mundo nunca es suficiente". A Rick Yune se le podía haber sacado mucho más partido, pues físico tenía. Sin embargo, nuevamente queda muy desaprovechado y su interpretación se diluye en duelo a motor con 007, cuando lo suyo hubiera sido un duelo a muerte a puñetazos. Del cameo de Madonna mejor no hablar demasiado (no sabemos todavía qué pinta en esta película, ni quién la engañó para aparecer en ella). Finalmente, respecto de John Cleese, como nuevo "Q", señalar que ésta fue, afortunadamente, su segunda y última aparición en la serie, cosa que ya lo dice todo.
- Incluso los chistes son malos: "Mi nombre es señor Kill. Tiene usted un apellido de muerte". Los guionistas no estaban demasiado inspirados. Parecía como si el cansancio de la saga (que pedía una renovación a gritos) afectase a todo el equipo.
- ¿De qué te sirve tener un Aston Martin invisible si a la que le disparan dos o tres balas falla su camuflaje y se vuelve visible? Pues como la película: a la que la ves una vez, no aguanta un segundo visionado.
- La película no es siquiera entretenida ni en sus múltiples escenas de acción. Falla en el ritmo, y esto supone, al fin, un lastre, especialmente para una película de Bond. Al final, el film no es más que una sucesión de escenas dentro de una trama que no pintan nada, hasta llegar a un final que es de los peores de la serie.
Lo mejor: La expectativa que despierta siempre una película de James Bond.
Lo peor: Que la presencia de Brosnan no es suficiente por sí misma para conseguir una película decente, pero sí ayuda en taquilla (ésta fue la cinta de Bond más taquillera hasta la fecha de su estreno) y, sobre todo, mantiene vivo al personaje. Los demás actores. El guión. El abuso de dobles en las escenas de acción. El abuso de escenas hechas con ordenador. Ni siquiera hay una escena en un casino (y esto sí es difícil de ver en un film de 007). Tampoco las escenas que se supone rodadas en Cuba están rodadas en el país caribeño, sino en Cádiz. El cansancio de la saga, la carencia absoluta de ideas y la falta de originalidad.
Se esperaba mucho de Brosnan, que empezó muy fuerte en "Goldeneye", y prometía mucho como 007. Era el Bond más largamente esperado (culpa de tener contrato en la serie de Remington Steel). Sin embargo, a partir de aquella "Goldeneye", las tres restantes películas fueron a peor. Y es una pena, porque teníamos al mejor intérprete desde Connery ¿Cómo se puede haber desperdiciado así a quien tenía todos los números para haberse convertido en el mejor James Bond hasta la fecha?
Menos mal que después apareció un tal Daniel Craig para darle a la serie el nivel que se merecía.
Lamentablemente, esta "Muere otro día" no iba a ser la excepción. Es, sin duda, la más floja de las cintas en las que Brosnan se pone en la piel del agente del MI6, por los siguientes motivos:
- La película quiere ser un homenaje a la serie, a modo de despedida. Es su 20 episodio y pretende emocionar al espectador con guiños y recuerdos de la misma. Se nota, por ejemplo, en la escena en la que Halle Berry sale del agua con su bikini y su cuchillo (en la que copia sin disimulo a Ursula Andress en "Dr. No"), o en el departamento-almacén de Q (donde podemos ver artilugios de anteriores filmes como el cocodrilo de "Octopussy", el jetpack de "Operación Trueno", el zapato con la cuchilla en su punta de "Desde Rusia con amor", etc), o en la escena en la que Jinx (Berry) casi es cortada por un rayo ("Goldfinger"), o en el archiconocido rayo galáctico que pretende destruir el mundo desde el espacio (ya habíamos visto un artilugio semejante en "Diamantes para la eternidad", "El hombre de la pistola de oro", "Moonraker" o "Goldeneye, entre otros"). Esto no es en sí malo, pero suena demasiado a despedida.
- La escena precréditos vuelve a estar demasiado "inspirada" en la anterior de Brosnan "El mañana nunca muere". Es como si a los guionistas se les hubiesen acabado las ideas.
- A Brosnan le empiezan a pesar demasiado los años y no es en absoluto creíble en sus escenas de acción y persecuciones, montadas con demasiado ordenador, lo que las hace absolutamente impersonales a la par que irreales (la cabalgada a través de las olas provocadas en Islandia con tabla de surf improvisada o la escena final del helicóptero saltado desde el avión son tan absurdas e imposibles que desmerecen el film).
- Halle Berry está bien en la escena de la playa saliendo del agua y en la encamada con Brosnan, pero por lo demás, no aporta prácticamente nada a la película. Rosamund Pike está demasiado fría (y no por culpa del palacio de hielo), sino porque su personaje está poco desarrollado. Además, tiene 0 feeling con Pierce Brosnan, y esto es imperdonable en una chica Bond. Tampoco tiene las medidas mínimas exigibles para pasar el casting como chica Bond. No entendemos porqué los productores pensaron en ella para el papel.
- Los secundarios son un claro error de casting (otro más en la lista de los Bond de Brosnan): Toby Stephens no da la talla en ningún momento. Si en los films de Bond cuanto mejor es el malo, mejor es la película, ésta sería la peor película de la saga por detrás de la anterior "El mundo nunca es suficiente". A Rick Yune se le podía haber sacado mucho más partido, pues físico tenía. Sin embargo, nuevamente queda muy desaprovechado y su interpretación se diluye en duelo a motor con 007, cuando lo suyo hubiera sido un duelo a muerte a puñetazos. Del cameo de Madonna mejor no hablar demasiado (no sabemos todavía qué pinta en esta película, ni quién la engañó para aparecer en ella). Finalmente, respecto de John Cleese, como nuevo "Q", señalar que ésta fue, afortunadamente, su segunda y última aparición en la serie, cosa que ya lo dice todo.
- Incluso los chistes son malos: "Mi nombre es señor Kill. Tiene usted un apellido de muerte". Los guionistas no estaban demasiado inspirados. Parecía como si el cansancio de la saga (que pedía una renovación a gritos) afectase a todo el equipo.
- ¿De qué te sirve tener un Aston Martin invisible si a la que le disparan dos o tres balas falla su camuflaje y se vuelve visible? Pues como la película: a la que la ves una vez, no aguanta un segundo visionado.
- La película no es siquiera entretenida ni en sus múltiples escenas de acción. Falla en el ritmo, y esto supone, al fin, un lastre, especialmente para una película de Bond. Al final, el film no es más que una sucesión de escenas dentro de una trama que no pintan nada, hasta llegar a un final que es de los peores de la serie.
Lo mejor: La expectativa que despierta siempre una película de James Bond.
Lo peor: Que la presencia de Brosnan no es suficiente por sí misma para conseguir una película decente, pero sí ayuda en taquilla (ésta fue la cinta de Bond más taquillera hasta la fecha de su estreno) y, sobre todo, mantiene vivo al personaje. Los demás actores. El guión. El abuso de dobles en las escenas de acción. El abuso de escenas hechas con ordenador. Ni siquiera hay una escena en un casino (y esto sí es difícil de ver en un film de 007). Tampoco las escenas que se supone rodadas en Cuba están rodadas en el país caribeño, sino en Cádiz. El cansancio de la saga, la carencia absoluta de ideas y la falta de originalidad.
Se esperaba mucho de Brosnan, que empezó muy fuerte en "Goldeneye", y prometía mucho como 007. Era el Bond más largamente esperado (culpa de tener contrato en la serie de Remington Steel). Sin embargo, a partir de aquella "Goldeneye", las tres restantes películas fueron a peor. Y es una pena, porque teníamos al mejor intérprete desde Connery ¿Cómo se puede haber desperdiciado así a quien tenía todos los números para haberse convertido en el mejor James Bond hasta la fecha?
Menos mal que después apareció un tal Daniel Craig para darle a la serie el nivel que se merecía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como curiosidad: Halle Berry estuvo a punto de morir en el rodaje del film mientras rodaba la escena en la que está en la cama con 007, tratándole de seducir comiendo higo, momento en el que ella empezó a atragantarse. Brosnan se dio cuenta y estuvo rápido: le salvó la vida haciendo la maniobra de Heimlich. Ahí sí que Brosnan le dijo a Berry "Muere otro día".
17 de febrero de 2021
17 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del fracaso de "Panorama para matar", en la que Moore estaba más preocupado de que no se le vieran las arrugas a que su Bond pareciera realista, los productores decidieron que era el momento de volver a los orígenes del personaje, con un 007 más duro pero, a la vez, más humano y creíble. Un Bond que combinase a la perfección la dureza de Connery con el glamour y la ironía de Moore. En definitiva, un mejor actor para el personaje. Para ello, contrataron al actor de teatro galés Timothy Dalton, el cual estuvo soberbio en la primera "007 alta tensión", pero muy tibio en la segunda y última "Licencia para matar" (de la que lo más reseñable es la presencia de la ex de Richard Gere, la ligeramente estrábica Carey Lowell). Después del breve paréntesis de Dalton, los productores pudieron recuperar un viejo sueño: contratar nada más y nada menos que a Pierce Brosnan, a quien los productores ya habían querido para el papel tiempo antes, pero que no habían podido contar con él por tener entonces contrato en la serie "Remington Steele".
La primera de Brosnan ("Goldeneye") fue un acierto, en todos los sentidos. La segunda ("El mañana nunca muere") una pequeña decepción. Tocaba, por tanto, desempatar. El resultado fue de tablas, por cuanto si bien esta "El mundo nunca es suficiente" es para mí la mejor y más intensa interpretación de Brosnan en la piel del agente secreto, el resto de la película (si exceptuamos a la magnífica Sophie Marceau) deja mucho que desear, y la convierte, como película, en una de las más flojas de la franquicia. A continuación expongo los motivos:
- La escena precréditos, que con 17 minutos de duración es la más larga de la serie, está dividida en dos partes claramente diferenciadas: la primera, que es la mejor, en Bilbao (en donde lo más destacable son los números perfectamente redondos de la increíble Maria Grazia Cucinotta), y una segunda en el Thames de Londres, con una persecución entre lanchas que se hace larga hasta decir basta.
- Los actores principales (Brosnan, Marceau) en un notable duelo interpretativo, son lo mejor de la cinta.
- Los secundarios son un claro error de casting. Carlyle (como Renard, el anarquista) es el malo menos glamuroso y más anodino jamás aparecido en un film de 007. Si en los films de Bond cuanto mejor es el malo, mejor es la película, ésta sería la peor película de la saga. Denise Richards está para un anuncio de champú (o de silicona), pero su improbable personaje de física nuclear no tiene credibilidad alguna, como la historia que se nos cuenta. Robbie Coltrane pretende ser gracioso, pero ello constituye un error de guión, y le da al film un toque de autoparodia que lo hace desmerecer. El simiesco guardaespaldas de Marceau (no se merece ni recordar aquí su nombre) es tan mal actor que no entiendo cómo se le seleccionó para el papel. Finalmente, respecto de John Cleese, como ayudante de Q, mejor decir poco: ni está ni se le espera para este papel.
- Yo me quedo con el cuerpo de la Cucinotta (qué buen apellido si la moza fuera catalana y no italiana!), y su breve aparición como la chica del puro. Igual le faltó pasar por el "puro" de 007 para "redondear sus cifras".
- La película no es siquiera entretenida ni en sus escenas de acción. Falla en el ritmo, y esto supone, al fin, un lastre, especialmente para una película de Bond.
- Los diálogos sí son ingeniosos: "No tiene sentido vivir si no puedes sentirte viva" (Electra a Bond). Y especialmente: "Recuerde 007, la sobra se sitúa siempre delante o detrás, nunca encima" (de M a Bond, cuando le encarga vigilar a Electra King, pronosticando lo que irremediablemente va a pasar debido al apetito sexual de nuestro héroe). O la de Moneypenny a Bond ("la historia de nuestra vida, juntos pero sin puro").
Lo mejor: Brosnan y Marceau. La breve presencia de la Cucinotta. Las gafas con visión rayos x de Bond.
Lo peor: Que la presencia de Brosnan no es suficiente por sí misma para conseguir una gran película, pero sí ayuda en taquilla y, sobretodo, mantiene vivo al personaje. Los demás actores. El guión. El abuso de dobles en las escenas de acción. Ni siquiera hay una escena digna en un casino. La breve partida de Elektra en el casino es más sosa que Iniesta. Todo el film en general es muy flojo y carente de originalidad.
Le doy un 6 por ser de Bond. Si fuera de otro (Flint, por ejemplo), le daría un 5.
La primera de Brosnan ("Goldeneye") fue un acierto, en todos los sentidos. La segunda ("El mañana nunca muere") una pequeña decepción. Tocaba, por tanto, desempatar. El resultado fue de tablas, por cuanto si bien esta "El mundo nunca es suficiente" es para mí la mejor y más intensa interpretación de Brosnan en la piel del agente secreto, el resto de la película (si exceptuamos a la magnífica Sophie Marceau) deja mucho que desear, y la convierte, como película, en una de las más flojas de la franquicia. A continuación expongo los motivos:
- La escena precréditos, que con 17 minutos de duración es la más larga de la serie, está dividida en dos partes claramente diferenciadas: la primera, que es la mejor, en Bilbao (en donde lo más destacable son los números perfectamente redondos de la increíble Maria Grazia Cucinotta), y una segunda en el Thames de Londres, con una persecución entre lanchas que se hace larga hasta decir basta.
- Los actores principales (Brosnan, Marceau) en un notable duelo interpretativo, son lo mejor de la cinta.
- Los secundarios son un claro error de casting. Carlyle (como Renard, el anarquista) es el malo menos glamuroso y más anodino jamás aparecido en un film de 007. Si en los films de Bond cuanto mejor es el malo, mejor es la película, ésta sería la peor película de la saga. Denise Richards está para un anuncio de champú (o de silicona), pero su improbable personaje de física nuclear no tiene credibilidad alguna, como la historia que se nos cuenta. Robbie Coltrane pretende ser gracioso, pero ello constituye un error de guión, y le da al film un toque de autoparodia que lo hace desmerecer. El simiesco guardaespaldas de Marceau (no se merece ni recordar aquí su nombre) es tan mal actor que no entiendo cómo se le seleccionó para el papel. Finalmente, respecto de John Cleese, como ayudante de Q, mejor decir poco: ni está ni se le espera para este papel.
- Yo me quedo con el cuerpo de la Cucinotta (qué buen apellido si la moza fuera catalana y no italiana!), y su breve aparición como la chica del puro. Igual le faltó pasar por el "puro" de 007 para "redondear sus cifras".
- La película no es siquiera entretenida ni en sus escenas de acción. Falla en el ritmo, y esto supone, al fin, un lastre, especialmente para una película de Bond.
- Los diálogos sí son ingeniosos: "No tiene sentido vivir si no puedes sentirte viva" (Electra a Bond). Y especialmente: "Recuerde 007, la sobra se sitúa siempre delante o detrás, nunca encima" (de M a Bond, cuando le encarga vigilar a Electra King, pronosticando lo que irremediablemente va a pasar debido al apetito sexual de nuestro héroe). O la de Moneypenny a Bond ("la historia de nuestra vida, juntos pero sin puro").
Lo mejor: Brosnan y Marceau. La breve presencia de la Cucinotta. Las gafas con visión rayos x de Bond.
Lo peor: Que la presencia de Brosnan no es suficiente por sí misma para conseguir una gran película, pero sí ayuda en taquilla y, sobretodo, mantiene vivo al personaje. Los demás actores. El guión. El abuso de dobles en las escenas de acción. Ni siquiera hay una escena digna en un casino. La breve partida de Elektra en el casino es más sosa que Iniesta. Todo el film en general es muy flojo y carente de originalidad.
Le doy un 6 por ser de Bond. Si fuera de otro (Flint, por ejemplo), le daría un 5.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como curiosidades del film, destacaría:
- La enorme tubería en la base de las Montañas Caucásicas de Turquía era, en realidad, un modelo a escala de 100 pies construido en Pinewood por el experto en efectos especiales en miniatura John Richardson y su equipo.
- En una secuencia dentro de la base del MI6 en el Castillo Thane (que en realidad es el Castillo de Eilean Donan, en Escocia), los fans más veteranos de la serie reconocerán un retrato del anterior M – el personaje interpretado durante tantos años por el malogrado Bernard Lee.
- Excepto dos días en los que se rodó en la ciudad de Bakú, dicha ciudad y las Montañas Caucásicas se ambientaron en realidad en Chamonix (Francia) y en la región desértica de Tudela (España).
- El nombre de Elektra King es irónico. Electra es un personaje de la mitología griega y protagonista de la tragedia griega homónima de Eurípides; era hija del rey Agamenón del cual vengó su asesinato. Eso ha dado nombre al “complejo de Electra”, referido en el psicoanálisis a la atracción patológica de una hija hacia su padre. En este caso es todo lo contrario: un odio patológico de Electra hacia su padre por no pagar el rescate cuando fue secuestrada por Renard.
- La enorme tubería en la base de las Montañas Caucásicas de Turquía era, en realidad, un modelo a escala de 100 pies construido en Pinewood por el experto en efectos especiales en miniatura John Richardson y su equipo.
- En una secuencia dentro de la base del MI6 en el Castillo Thane (que en realidad es el Castillo de Eilean Donan, en Escocia), los fans más veteranos de la serie reconocerán un retrato del anterior M – el personaje interpretado durante tantos años por el malogrado Bernard Lee.
- Excepto dos días en los que se rodó en la ciudad de Bakú, dicha ciudad y las Montañas Caucásicas se ambientaron en realidad en Chamonix (Francia) y en la región desértica de Tudela (España).
- El nombre de Elektra King es irónico. Electra es un personaje de la mitología griega y protagonista de la tragedia griega homónima de Eurípides; era hija del rey Agamenón del cual vengó su asesinato. Eso ha dado nombre al “complejo de Electra”, referido en el psicoanálisis a la atracción patológica de una hija hacia su padre. En este caso es todo lo contrario: un odio patológico de Electra hacia su padre por no pagar el rescate cuando fue secuestrada por Renard.

5,9
8.095
6
4 de diciembre de 2020
4 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como digo en el título de la crítica, Moore no debió rodar ni ésta ni, mucho menos, la siguiente "Panorama para matar", y así, al menos, se hubiera despedido con cierta dignidad de su personaje del agente 007, por los siguientes motivos:
- La escena précreditos (teaser) ya augura que esta película no será de las mejores de Bond. Es un teaser insulso, en donde se notan en demasía los efectos especiales, y en donde Moore pretende estar más gracioso que en otras ocasiones ("llene el depósito, por favor"), supliendo con guiños y sonrisas su falta de eficacia interpretativa y su deplorable estado de forma para lo que es exigible a todo un 007. Mal augurio para un film que pretendía devolver a Bond a sus orígenes (después de la mediocre y sosa "Sólo para sus ojos").
- Desde el inicio de la cinta, la trama (?) se convierte en un sinsentido, el guión hace aguas por todas partes y la película pierde todo interés. Sólo se salva la interpretación de la bellísima Kristina Wayborn y algunos chistes fáciles, pero con gracia.
- Moore parece un jubilado cachondo corriendo tras las faldas de la espectacular Kristina Wayborn y la repetitiva (por aquello de que ya apareció como chica Bond en "El hombre de la pistola de oro"), aunque extremadamente bella, Maud Adams. La sueca es toda una garantía de clase y glamour para una película que se precie, pero en las escenas de cama de Bond con Adams, él parece más un viejete del Inserso acostándose en un hotel de Benidorm con una cara fulana que un macho británico en plena forma dándole un repaso a la sueca.
- Moore está más preocupado para que no se le vean las arrugas que por perseguir al malo. Un ejemplo de ello es que en la mayoría de las escenas dinámicas o que pueden comportar cierto riesgo para la artrosis (no sólo interpretativa) de Moore, se utiliza a un doble. Y del resto, pocos primeros planos de nuestro agente con licencia para matar, si no es para soltar un chiste de dudoso humor británico.
- Kabir Bedi (Sandokan), que para nada es un buen actor, se lo come vivo en esta película (en todos los sentidos), y esto que no dice ni mu. Su presencia es aterradora, y su rostro serio (no tiene otro) digno de los mejores repertorios de malos de la franquicia.
- Ni siquiera Louis Jourdan, que sí es un buen actor (lo recuerdo francamente bien en "El proceso Paradine" de Hitchcock), realiza una interpretación que vaya más allá de lo aceptable. Y es una pena, porque tablas no le faltan. igual es que "es cuestión de muñeca".
- El ritmo es muy lento, y el guión muy pobre. La película se hace larga, y esto es un gran problema para una cinta de 007. Hay escenas metidas con calzador que no aportan nada (por ejemplo, la de la persecución en la selva en donde de repente aparece un tigre que casi se come a nuestro protagonista. No tiene pies ni cabeza. Por no decir el ridículo grito de Tarzán, que da más vergüenza ajena que otra cosa, o el disfraz de payaso de 007 para infiltrarse en el circo e intentar desactivar la bomba).
- Hay una menor presencia de gadgets que en otros films de la serie (encima). La avioneta del principio está bien, pero ni se acerca a la Pequeña Nelly de "Sólo se vive dos veces". Un transmisor para seguir el huevo es muy poco gadget para una cinta de Bond de 1983. Del globo aerostático, mejor no hablar demasiado (si este es el gran invento de Q para asaltar la fortaleza donde tienen preso a 007 es que la franquicia está cayendo en picado).
- Algunas escenas son puro plagio/homenaje de anteriores films de Bond. En esta "Octopussy" se plagia descaradamente a la brillante "007 contra Goldfinger". De entrada, la chica Bond (En Golfinger se llamaba "Pussy" Galore. Aquí "Octopussy"). La escena en la que el guardaespaldas del malo (Kabir Bedi) aplasta con su mano los dados que coge de 007. Es una copia a la escena de Goldfinger en que Objob aplasta con su mano la pelota de golf de Connery. Otra escena es la del malo estafando a su contrincante en el juego, que nos vuelve a remitir a Goldfinger: allí el orondo rey midas del oro hacía trampas al poker y en esta Kamal Khan hace trampas a los dados. El cocodrilo que es un minisubmarino en donde se mete Bond para que no le descubran para acceder a lo fortaleza es el mismo truco que el pato de Connery al principio de Goldfinger. La parte final, con el duelo en la avioneta, también es parecida en las dos cintas. La desconexión de la bomba es muy similar también en ambas películas. Y así podríamos seguir un buen rato. En definitiva, un homenaje al que le falta originalidad.
- Ni siquiera el final (uno de los más flojos de la serie) está a la altura de lo que se espera en un Bond. Es como si no hubieran sabido cerrar bien la película.
Pero no todo es malo. De la película salvaría la belleza de Kristina Wayborn (esta sí le da un buen repaso a Bond. Dios mío, ¡qué manera de besar!), la determinación de Kabir Bedi para acabar con Bond, algunos chistes fáciles pero muy divertidos ("tenía usted razón, es cuestión de muñeca") y el castillo de Octopussy (por continente y, sobretodo, por contenido...quien la haya visto ya me entiende).
En definitiva, una cinta interesante, que en muchos momentos constituye casi una parodia de las cintas de Bond, por cuanto hay escenas y situaciones que se asemejan mucho a otros Bond ("Goldfinger") pero adaptadas convenientemente al estilo de comedia ligera de Roger Moore.
- La escena précreditos (teaser) ya augura que esta película no será de las mejores de Bond. Es un teaser insulso, en donde se notan en demasía los efectos especiales, y en donde Moore pretende estar más gracioso que en otras ocasiones ("llene el depósito, por favor"), supliendo con guiños y sonrisas su falta de eficacia interpretativa y su deplorable estado de forma para lo que es exigible a todo un 007. Mal augurio para un film que pretendía devolver a Bond a sus orígenes (después de la mediocre y sosa "Sólo para sus ojos").
- Desde el inicio de la cinta, la trama (?) se convierte en un sinsentido, el guión hace aguas por todas partes y la película pierde todo interés. Sólo se salva la interpretación de la bellísima Kristina Wayborn y algunos chistes fáciles, pero con gracia.
- Moore parece un jubilado cachondo corriendo tras las faldas de la espectacular Kristina Wayborn y la repetitiva (por aquello de que ya apareció como chica Bond en "El hombre de la pistola de oro"), aunque extremadamente bella, Maud Adams. La sueca es toda una garantía de clase y glamour para una película que se precie, pero en las escenas de cama de Bond con Adams, él parece más un viejete del Inserso acostándose en un hotel de Benidorm con una cara fulana que un macho británico en plena forma dándole un repaso a la sueca.
- Moore está más preocupado para que no se le vean las arrugas que por perseguir al malo. Un ejemplo de ello es que en la mayoría de las escenas dinámicas o que pueden comportar cierto riesgo para la artrosis (no sólo interpretativa) de Moore, se utiliza a un doble. Y del resto, pocos primeros planos de nuestro agente con licencia para matar, si no es para soltar un chiste de dudoso humor británico.
- Kabir Bedi (Sandokan), que para nada es un buen actor, se lo come vivo en esta película (en todos los sentidos), y esto que no dice ni mu. Su presencia es aterradora, y su rostro serio (no tiene otro) digno de los mejores repertorios de malos de la franquicia.
- Ni siquiera Louis Jourdan, que sí es un buen actor (lo recuerdo francamente bien en "El proceso Paradine" de Hitchcock), realiza una interpretación que vaya más allá de lo aceptable. Y es una pena, porque tablas no le faltan. igual es que "es cuestión de muñeca".
- El ritmo es muy lento, y el guión muy pobre. La película se hace larga, y esto es un gran problema para una cinta de 007. Hay escenas metidas con calzador que no aportan nada (por ejemplo, la de la persecución en la selva en donde de repente aparece un tigre que casi se come a nuestro protagonista. No tiene pies ni cabeza. Por no decir el ridículo grito de Tarzán, que da más vergüenza ajena que otra cosa, o el disfraz de payaso de 007 para infiltrarse en el circo e intentar desactivar la bomba).
- Hay una menor presencia de gadgets que en otros films de la serie (encima). La avioneta del principio está bien, pero ni se acerca a la Pequeña Nelly de "Sólo se vive dos veces". Un transmisor para seguir el huevo es muy poco gadget para una cinta de Bond de 1983. Del globo aerostático, mejor no hablar demasiado (si este es el gran invento de Q para asaltar la fortaleza donde tienen preso a 007 es que la franquicia está cayendo en picado).
- Algunas escenas son puro plagio/homenaje de anteriores films de Bond. En esta "Octopussy" se plagia descaradamente a la brillante "007 contra Goldfinger". De entrada, la chica Bond (En Golfinger se llamaba "Pussy" Galore. Aquí "Octopussy"). La escena en la que el guardaespaldas del malo (Kabir Bedi) aplasta con su mano los dados que coge de 007. Es una copia a la escena de Goldfinger en que Objob aplasta con su mano la pelota de golf de Connery. Otra escena es la del malo estafando a su contrincante en el juego, que nos vuelve a remitir a Goldfinger: allí el orondo rey midas del oro hacía trampas al poker y en esta Kamal Khan hace trampas a los dados. El cocodrilo que es un minisubmarino en donde se mete Bond para que no le descubran para acceder a lo fortaleza es el mismo truco que el pato de Connery al principio de Goldfinger. La parte final, con el duelo en la avioneta, también es parecida en las dos cintas. La desconexión de la bomba es muy similar también en ambas películas. Y así podríamos seguir un buen rato. En definitiva, un homenaje al que le falta originalidad.
- Ni siquiera el final (uno de los más flojos de la serie) está a la altura de lo que se espera en un Bond. Es como si no hubieran sabido cerrar bien la película.
Pero no todo es malo. De la película salvaría la belleza de Kristina Wayborn (esta sí le da un buen repaso a Bond. Dios mío, ¡qué manera de besar!), la determinación de Kabir Bedi para acabar con Bond, algunos chistes fáciles pero muy divertidos ("tenía usted razón, es cuestión de muñeca") y el castillo de Octopussy (por continente y, sobretodo, por contenido...quien la haya visto ya me entiende).
En definitiva, una cinta interesante, que en muchos momentos constituye casi una parodia de las cintas de Bond, por cuanto hay escenas y situaciones que se asemejan mucho a otros Bond ("Goldfinger") pero adaptadas convenientemente al estilo de comedia ligera de Roger Moore.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para constituir el plagio/homenaje definitivo a Goldfinger, en la escena de la desconexión de la bomba, el reloj debía de haberse parado en 007, no en 001 segundos.

6,6
54.947
8
1 de diciembre de 2020
1 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando creíamos que Connery era insuperable en el papel del agente 007, va y los productores nos presentan a un tal Craig, Daniel Craig: varonil, machista, jugador, sabelotodo, asesino, letal, sufridor, fuerte y encantador. Además, a diferencia del actor escocés, el 007 de Craig tiene debilidades y sentimientos, incluso se enamora perdidamente de Vesper (cosa impensable en el Bond escocés, que usaba a las mujeres y luego las tiraba). Y esto hace que sea un Bond más realista ante los ojos del espectador, y que nos identifiquemos plenamente con él.
Yo no sé si es mejor Bond el de Connery o el de Craig (pienso que a Craig le faltan unos centímetros y que Connery es mucho Connery, y que sin él hoy no habría Craig ni Bond). Lo que sí tengo claro es que Craig es el perfecto Bond de este milenio.
La cinta que nos ocupa, Skyfall, es para mí el segundo mejor Bond de Craig (por detrás de la insuperable "Casino Royal"), y que redime a sus productores después del fracaso de "Quantum of Solace", por los siguientes motivos:
- La dirección de Sam Mendes (un verdadero artesano) es infinitamente mejor que la de Marc Forster, autor de la anterior entrega de la serie. Sólo hay que ver la interpretación de Judy Dench en una y otra película para darse cuenta de lo que digo.
- Vuelve el Bond más introspectivo. En este sentido, la actuación de Craig es, para mí, la mejor de sus hasta ahora 4 películas como agente 007. Las escenas en las que muestra sus debilidades y su falta de puntería por el tiempo de ausencia en el trabajo son de lo mejor que ha rodado. Además, toca casi todos los registros. Un 10 para él. Demuestra que el Bond actual nada tiene que ver con los anteriores. Qué atrás quedaron los tiempos de la comedia ligera de Roger Moore!
- Si Craig está sublime, no menos podemos decir de todos los demás actores. Pocas veces una película de Bond ha contado con tantos y tan buenos actores (Craig, Dench, Bardem, Fiennes, Finney, etc). Sin duda, ello evidencia que los buenos actores compiten por obtener un papel en las cintas del agente al servicio secreto de su majestad.
- Judi Dench está infinita. La pequeña actriz británica está perfecta en su papel (en la cinta es como la segunda madre de 007). Javier Bardem, a pesar de su horrible peluca rubia, está muy divertido y compone un malo a medio camino entre Hannibal Lecter y Alec Trevelyan (de la anterior "Goldeneye"). Ralph Fiennes está muy flemático y aporta el toque inglés a la cinta. Naomie Harris realiza un trabajo voluntarioso. Del gran Albert Finney poco más se puede decir (suyo es el último cuarto del film). Y respecto de la belleza de Bérénice Marlohe prefiero no decir nada, puesto que todo lo que diga se quedará pequeño y no hará justicia a tanta perfección. Por fin los productores han cogido una buena racha con las chicas Bond: Eva Green, Olga Kurylenko, Bérénice Marlohe,...que siga así.
- Es la película de Bond más sombría e intimista, con un guión y unos escenarios muy británicos. Es quizás la cinta de Bond en que de un modo más evidente se homenajea Londres y el MI6. Ya era hora, después del despropósito de "Quantum of Solace", en donde todo se reducía a escenas de acción rodadas en distintos países y sin mucho sentido.
- Vuelve a aparecer el mítico Aston Martin DB5, que hiciera su debut en "Goldfinger". Su guiño cuando 007 amenaza a M de pulsar el botón rojo situado en el cambio de marchas es muy divertido y emotivo.
- La localización de la parte final en Escocia es un gran acierto de guión.
Lo mejor: El guión. La dirección. Los actores. El tributo a Inglaterra. La sensación de que has visto una muy buena película cuando aparecen los créditos finales.
Lo peor: Lo digo en el spoiler.
Un muy buen título dentro de la saga, que demuestra que Bond está más vivo que nunca.
Yo no sé si es mejor Bond el de Connery o el de Craig (pienso que a Craig le faltan unos centímetros y que Connery es mucho Connery, y que sin él hoy no habría Craig ni Bond). Lo que sí tengo claro es que Craig es el perfecto Bond de este milenio.
La cinta que nos ocupa, Skyfall, es para mí el segundo mejor Bond de Craig (por detrás de la insuperable "Casino Royal"), y que redime a sus productores después del fracaso de "Quantum of Solace", por los siguientes motivos:
- La dirección de Sam Mendes (un verdadero artesano) es infinitamente mejor que la de Marc Forster, autor de la anterior entrega de la serie. Sólo hay que ver la interpretación de Judy Dench en una y otra película para darse cuenta de lo que digo.
- Vuelve el Bond más introspectivo. En este sentido, la actuación de Craig es, para mí, la mejor de sus hasta ahora 4 películas como agente 007. Las escenas en las que muestra sus debilidades y su falta de puntería por el tiempo de ausencia en el trabajo son de lo mejor que ha rodado. Además, toca casi todos los registros. Un 10 para él. Demuestra que el Bond actual nada tiene que ver con los anteriores. Qué atrás quedaron los tiempos de la comedia ligera de Roger Moore!
- Si Craig está sublime, no menos podemos decir de todos los demás actores. Pocas veces una película de Bond ha contado con tantos y tan buenos actores (Craig, Dench, Bardem, Fiennes, Finney, etc). Sin duda, ello evidencia que los buenos actores compiten por obtener un papel en las cintas del agente al servicio secreto de su majestad.
- Judi Dench está infinita. La pequeña actriz británica está perfecta en su papel (en la cinta es como la segunda madre de 007). Javier Bardem, a pesar de su horrible peluca rubia, está muy divertido y compone un malo a medio camino entre Hannibal Lecter y Alec Trevelyan (de la anterior "Goldeneye"). Ralph Fiennes está muy flemático y aporta el toque inglés a la cinta. Naomie Harris realiza un trabajo voluntarioso. Del gran Albert Finney poco más se puede decir (suyo es el último cuarto del film). Y respecto de la belleza de Bérénice Marlohe prefiero no decir nada, puesto que todo lo que diga se quedará pequeño y no hará justicia a tanta perfección. Por fin los productores han cogido una buena racha con las chicas Bond: Eva Green, Olga Kurylenko, Bérénice Marlohe,...que siga así.
- Es la película de Bond más sombría e intimista, con un guión y unos escenarios muy británicos. Es quizás la cinta de Bond en que de un modo más evidente se homenajea Londres y el MI6. Ya era hora, después del despropósito de "Quantum of Solace", en donde todo se reducía a escenas de acción rodadas en distintos países y sin mucho sentido.
- Vuelve a aparecer el mítico Aston Martin DB5, que hiciera su debut en "Goldfinger". Su guiño cuando 007 amenaza a M de pulsar el botón rojo situado en el cambio de marchas es muy divertido y emotivo.
- La localización de la parte final en Escocia es un gran acierto de guión.
Lo mejor: El guión. La dirección. Los actores. El tributo a Inglaterra. La sensación de que has visto una muy buena película cuando aparecen los créditos finales.
Lo peor: Lo digo en el spoiler.
Un muy buen título dentro de la saga, que demuestra que Bond está más vivo que nunca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A pesar de ser un magnífico film, hay dos cosas de guión que no me gustaron:
1.- La muerte de Bérénice Marlohe. No tiene sentido que Bardem se la cargue y, acto seguido, en menos de 10 segundos, aparezca el séptimo de caballería para detener al malo. Si hubieran aparecido medio minuto antes, nos habríamos ahorrado su muerte y, de paso, Bond podría habérsela cepillado de nuevo (aunque igual a 007 no le gusta repetir, y por esto le dió igual que la matasen).
2.- La escapada de Barden del cuartel del MI6. ¿Cómo se explica que, desarmado y metido dentro de la jaula, se cargue a sus dos vigilantes que van armados y, se supone, son de lo mejor del MI6?
1.- La muerte de Bérénice Marlohe. No tiene sentido que Bardem se la cargue y, acto seguido, en menos de 10 segundos, aparezca el séptimo de caballería para detener al malo. Si hubieran aparecido medio minuto antes, nos habríamos ahorrado su muerte y, de paso, Bond podría habérsela cepillado de nuevo (aunque igual a 007 no le gusta repetir, y por esto le dió igual que la matasen).
2.- La escapada de Barden del cuartel del MI6. ¿Cómo se explica que, desarmado y metido dentro de la jaula, se cargue a sus dos vigilantes que van armados y, se supone, son de lo mejor del MI6?
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