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Críticas ordenadas por utilidad
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7
26 de febrero de 2022
26 de febrero de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bratstvo es una película escrita y dirigida por Pavel Lungin. Este célebre director ruso es conocido por producciones impactantes pero atípicas en lo relativo a estructura narrativa. ¿Tendrá este drama bélico las mismas características o sus realizadores habrán adoptado un estilo más tradicional?
La trama sigue los pasos de múltiples soldados y agentes de inteligencia soviéticos durante los últimos días de la ocupación de Afganistán. Los primeros tienen la misión de rescatar al hijo de un general, secuestrado por un líder talibán. Los segundos negocian con dicho líder para habilitar una ruta terrestre que permita la evacuación del Ejercito Rojo. Sus caminos se entrecruzarán inevitablemente, resultando en otra crónica de una tragedia anunciada.
El guion de esta producción hace gala las mismas cualidades que otros escritos por Lungin, tales como Taxi Blues. El director aborda la narración con una estilo documental: el foco no está puesto en contar una historia con principio, nudo y desenlace sino en presentar los hechos de forma plana y "objetiva". Hechos de vital importancia para la trama se tratan con el mismo peso que otros de escasa trascendencia, grandes giros argumentales se resuelven de manera totalmente anti climática.
Por otro lado, cabe mencionar que esta película dista de ser propaganda reivindicativa de la guerra de Afganistán. La realidad retratada es crudísima, tanto para los soldados soviéticos como para los locales afganos. El mensaje final es uno de pacifismo y no de belicismo nacionalista.
El apartado técnico de esta producción es intachable: los vehículos, las armas, los uniformes y las locaciones de filmación, combinadas con los efectos especiales, crean una imagen muy creíble de la guerra. Las actuaciones también están a la altura de las circunstancias, esto constituye un gran elogio al reparto, dada la carga emocional de la película.
En conclusión, Bratstvo es un drama disfrazado de película de acción. Los que estén acostumbrados al atípico estilo de Pavel Lungin y busquen una denuncia a la guerra estarán conformes. Por otro lado, los que quieran ver una épica bélica o prefieran las narrativas tradicionales probablemente terminen decepcionados.
La trama sigue los pasos de múltiples soldados y agentes de inteligencia soviéticos durante los últimos días de la ocupación de Afganistán. Los primeros tienen la misión de rescatar al hijo de un general, secuestrado por un líder talibán. Los segundos negocian con dicho líder para habilitar una ruta terrestre que permita la evacuación del Ejercito Rojo. Sus caminos se entrecruzarán inevitablemente, resultando en otra crónica de una tragedia anunciada.
El guion de esta producción hace gala las mismas cualidades que otros escritos por Lungin, tales como Taxi Blues. El director aborda la narración con una estilo documental: el foco no está puesto en contar una historia con principio, nudo y desenlace sino en presentar los hechos de forma plana y "objetiva". Hechos de vital importancia para la trama se tratan con el mismo peso que otros de escasa trascendencia, grandes giros argumentales se resuelven de manera totalmente anti climática.
Por otro lado, cabe mencionar que esta película dista de ser propaganda reivindicativa de la guerra de Afganistán. La realidad retratada es crudísima, tanto para los soldados soviéticos como para los locales afganos. El mensaje final es uno de pacifismo y no de belicismo nacionalista.
El apartado técnico de esta producción es intachable: los vehículos, las armas, los uniformes y las locaciones de filmación, combinadas con los efectos especiales, crean una imagen muy creíble de la guerra. Las actuaciones también están a la altura de las circunstancias, esto constituye un gran elogio al reparto, dada la carga emocional de la película.
En conclusión, Bratstvo es un drama disfrazado de película de acción. Los que estén acostumbrados al atípico estilo de Pavel Lungin y busquen una denuncia a la guerra estarán conformes. Por otro lado, los que quieran ver una épica bélica o prefieran las narrativas tradicionales probablemente terminen decepcionados.
12 de enero de 2022
12 de enero de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El increíble viaje del faquir es una película de Ken Scott, basada en una novela de Romain Puertolas. Esta producción busca conjugar crítica social, fantasía, comedia y una pizca de drama con miras a crear una experiencia reveladora del calibre de películas como La vida de Pi ¿Cumplirá su cometido?
La trama de esta película cuenta la historia de Aja, un joven pobre que sobrevive como carterista y estafador de poca monta en las calles de Mumbai. Tras la muerte de su madre, el protagonista descubre una vieja carta de su padre (al que nunca conoció) enviada desde París. Entonces, el impulsivo Aja decide invertir sus magros ahorros para viajar a Francia, sin saber que se está embarcando en una fantástica travesía que lo llevará por toda Europa y lo obligará a enfrentarse con su condición de extranjero y desposeído.
Pese a no haber leído la novela en la que se basa esta película, creo reconocer algunas de las falencias típicas de la adaptación literaria en el guion de esta producción. La aventura en la que se embarca el protagonista lo lleva de Francia a Inglaterra, España, Italia y Libia. En cada nuevo lugar hay nuevos personajes con sus propias historias, resultando en un guión marcadamente episódico. Además, estos personajes no siempre son demasiado interesantes y sus historias no tienen el tiempo suficiente para desarrollarse de manera satisfactoria. En este aspecto, los 97 minutos de metraje de la película resultan un tanto escasos.
Por otro lado, el tono de la historia me parece un poco desacertado. En mi opinión, el contenido social del guion no se complementa bien con su estilo fantástico / "feel good". Escenas que documentan la cruda realidad de la crisis inmigratoria y la pobreza en el tercer mundo son sucedidas por momentos de filosofía digna de ser estampada en una taza color celeste claro en letra cursiva.
En cuanto al apartado técnico tengo pocas quejas, está claro que gente competente con recursos necesarios trabajó en esta producción. Las actuaciones son correctas, muchos interpretes razonablemente famosos como Barkhad Abdi o Bérénice Bejo hacen acto de presencia. Sin dudas el miembro más festejado del reparto es el joven Dhanush, cantante de pop y estrella de Bollywood, que interpreta al protagonista con todo el encato y la levedad propios de su estatus de super star.
En conclusión, El increíble viaje del faquir es una película que recubre todos sus aspectos filosos con embalaje de burbujas, dando como resultado un producto sugerente en teoría pero perfectamente inofensivo en la práctica. En última instancia, es esta falta de filo la que más le juega en contra. Los que quieran ver una comedia de aventuras y tengan tolerancia por los anteojos con tinte rosado seguramente disfrutarán con esta producción, para el resto recomiendo abstenerse.
La trama de esta película cuenta la historia de Aja, un joven pobre que sobrevive como carterista y estafador de poca monta en las calles de Mumbai. Tras la muerte de su madre, el protagonista descubre una vieja carta de su padre (al que nunca conoció) enviada desde París. Entonces, el impulsivo Aja decide invertir sus magros ahorros para viajar a Francia, sin saber que se está embarcando en una fantástica travesía que lo llevará por toda Europa y lo obligará a enfrentarse con su condición de extranjero y desposeído.
Pese a no haber leído la novela en la que se basa esta película, creo reconocer algunas de las falencias típicas de la adaptación literaria en el guion de esta producción. La aventura en la que se embarca el protagonista lo lleva de Francia a Inglaterra, España, Italia y Libia. En cada nuevo lugar hay nuevos personajes con sus propias historias, resultando en un guión marcadamente episódico. Además, estos personajes no siempre son demasiado interesantes y sus historias no tienen el tiempo suficiente para desarrollarse de manera satisfactoria. En este aspecto, los 97 minutos de metraje de la película resultan un tanto escasos.
Por otro lado, el tono de la historia me parece un poco desacertado. En mi opinión, el contenido social del guion no se complementa bien con su estilo fantástico / "feel good". Escenas que documentan la cruda realidad de la crisis inmigratoria y la pobreza en el tercer mundo son sucedidas por momentos de filosofía digna de ser estampada en una taza color celeste claro en letra cursiva.
En cuanto al apartado técnico tengo pocas quejas, está claro que gente competente con recursos necesarios trabajó en esta producción. Las actuaciones son correctas, muchos interpretes razonablemente famosos como Barkhad Abdi o Bérénice Bejo hacen acto de presencia. Sin dudas el miembro más festejado del reparto es el joven Dhanush, cantante de pop y estrella de Bollywood, que interpreta al protagonista con todo el encato y la levedad propios de su estatus de super star.
En conclusión, El increíble viaje del faquir es una película que recubre todos sus aspectos filosos con embalaje de burbujas, dando como resultado un producto sugerente en teoría pero perfectamente inofensivo en la práctica. En última instancia, es esta falta de filo la que más le juega en contra. Los que quieran ver una comedia de aventuras y tengan tolerancia por los anteojos con tinte rosado seguramente disfrutarán con esta producción, para el resto recomiendo abstenerse.
6
20 de diciembre de 2021
20 de diciembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Taxi, un encuentro es una película de Gabriela David. Este original thriller da muchos giros mientras se debate entre puntos altos y bajos ¿estará el conjunto final a la altura de las circunstancias?
En esencia, la trama de esta película es bastante simple: Gato, un ladrón de poca monta, roba un taxi para vendérselo a sus compañeros. Sin embargo, el delincuente sucumbe a la tentación y decide trabajar de taxista por una noche. Todo va sobre ruedas hasta que Laura, una joven malherida, sube al taxi de Gato. Entonces este deberá decidir si dejarla a su suerte y salvar el pellejo o arriesgarse para salvar la vida de la desconocida.
El guión de esta producción se divide en dos secciones bien definidas. Durante los primeros compases de la película seguiremos a Gato en su aventura taxista. Esta sección de la película funciona bien a modo de presentación del protagonista al tiempo que nos empapa en la noche porteña y sus habitantes. Sin embargo, ya desde este momento el guión va y viene en el tiempo de forma confusa, saltando entre distintos momentos de la noche sin motivo ni dirección aparentes en lo que parece un intento de alargar la duración de la película.
La introducción de Laura añade conflicto a la trama, pero no modifica su cadencia; la esta solo se desarrolla como una sucesión de escenas sin un destino final aparente. Para rematar, en los últimos treinta minutos de la producción el guión cambia radicalmente de tono. Las líneas argumentales que apuntaban a un desarrollo propio de thriller delictivo se truncan bruscamente y lo único que queda es una trama romántica melosa que no me termina de convencer (finalmente, el nombre de la película resulta mucho más descriptivo de lo que creía; el encuentro resulta ser la pieza central del guión).
El apartado técnico de esta producción es discreto. La amplia mayoría de las escenas están grabadas de madrugada, en las calles de Buenos Aires. Esta ciudad es un muy buen decorado para el tipo de historia que esta película cuenta (al menos la primer mitad) y las locaciones utilizadas suman realismo. Por otro lado, esta producción hace gala de una muy buena banda sonora original que la acompaña muy bien.
El reparto de esta película no es muy numeroso. Diego Peretti interpreta correctamente su papel de delincuente sentimental. No se puede decir lo mismo de Josefina Viton, la co protagonista. Esta joven interprete no termina de convencer con su interpretación. El resto del reparto está conformado por actores de reparto, pocos roles importantes, solo me gustaría destacar a un Joven Germán de Silva, a quién me gustaría haber visto un poco más en pantalla.
En conclusión, Taxi, un encuentro es una producción ambiciosa que termina resultando desordenada. La recomiendo para los fanáticos del cine argentino o a los que quieran ver un pantallazo de la capital bonaerense a principios de siglo XXI.
En esencia, la trama de esta película es bastante simple: Gato, un ladrón de poca monta, roba un taxi para vendérselo a sus compañeros. Sin embargo, el delincuente sucumbe a la tentación y decide trabajar de taxista por una noche. Todo va sobre ruedas hasta que Laura, una joven malherida, sube al taxi de Gato. Entonces este deberá decidir si dejarla a su suerte y salvar el pellejo o arriesgarse para salvar la vida de la desconocida.
El guión de esta producción se divide en dos secciones bien definidas. Durante los primeros compases de la película seguiremos a Gato en su aventura taxista. Esta sección de la película funciona bien a modo de presentación del protagonista al tiempo que nos empapa en la noche porteña y sus habitantes. Sin embargo, ya desde este momento el guión va y viene en el tiempo de forma confusa, saltando entre distintos momentos de la noche sin motivo ni dirección aparentes en lo que parece un intento de alargar la duración de la película.
La introducción de Laura añade conflicto a la trama, pero no modifica su cadencia; la esta solo se desarrolla como una sucesión de escenas sin un destino final aparente. Para rematar, en los últimos treinta minutos de la producción el guión cambia radicalmente de tono. Las líneas argumentales que apuntaban a un desarrollo propio de thriller delictivo se truncan bruscamente y lo único que queda es una trama romántica melosa que no me termina de convencer (finalmente, el nombre de la película resulta mucho más descriptivo de lo que creía; el encuentro resulta ser la pieza central del guión).
El apartado técnico de esta producción es discreto. La amplia mayoría de las escenas están grabadas de madrugada, en las calles de Buenos Aires. Esta ciudad es un muy buen decorado para el tipo de historia que esta película cuenta (al menos la primer mitad) y las locaciones utilizadas suman realismo. Por otro lado, esta producción hace gala de una muy buena banda sonora original que la acompaña muy bien.
El reparto de esta película no es muy numeroso. Diego Peretti interpreta correctamente su papel de delincuente sentimental. No se puede decir lo mismo de Josefina Viton, la co protagonista. Esta joven interprete no termina de convencer con su interpretación. El resto del reparto está conformado por actores de reparto, pocos roles importantes, solo me gustaría destacar a un Joven Germán de Silva, a quién me gustaría haber visto un poco más en pantalla.
En conclusión, Taxi, un encuentro es una producción ambiciosa que termina resultando desordenada. La recomiendo para los fanáticos del cine argentino o a los que quieran ver un pantallazo de la capital bonaerense a principios de siglo XXI.
23 de septiembre de 2021
23 de septiembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guerra en el aserradero es una producción de Julien Leclercq. Este es un director con múltiples películas de acción en su filmografía que van desde lo malo (Centinela, 2021) a lo pasable (Atracadores, 2015) ¿Logrará Guerra en el aserradero superar al statu quo?
La trama de esta producción es sumamente simple: Said es dueño de un aserradero al borde de la quiebra. También tiene un cancer pulmonar en estado avanzado, por este motivo decide vender el establecimiento para dejar dinero a su familia. Sin embargo, por la culpa de uno de sus empleados, Said termina en la mira grupo de narcotraficantes que lo asediarán en su propio aserradero. Tanto por la simpleza del guión como por su título, esta película recuerda a otras producciones como Asalto al precinto 13. "Guerra en el aserradero" ofrece exactamente lo que promociona, hay un aserradero y la gente muere como en la guerra (cabe mencionar que el título original, La terre et le sang, es mucho más poético y menos adecuado).
Desgraciadamente, este tipo de producciones triunfan o se hunden de acuerdo con la calidad de la acción, y en este aspecto Guerra en el aserradero no tiene demasiado que ofrecer. En vez de utilizar creativamente el entorno y hallar soluciones inteligentes para los problemas que se le presentan, el protagonista se pasea sigilosamente de un lado a otro, despachando de vez en cuando a los narcotraficantes más tontos de toda Francia. Tampoco hay una progresión en la situación del protagonista como la que manifiesta la destrucción gradual de la comisaría de Asalto al precinto 13 o la degradación física que sufren los personajes en Green Room (otra película con estructura similar pero mucho más recomendable). Los antagonistas van cayendo uno a uno hasta que no queda ninguno y se acaba el espectáculo.
Del apartado técnico la fotografía es el aspecto más destacable. El resto de los departamentos son discretos: efectos especiales aceptables, banda sonora "minimalista" (una linda forma de decir inexistente) y actuaciones adecuadas. Sin lugar a dudas esta película no apuntaba a ser nominada por el oscar al mejor diseño de producción.
En conclusión, Guerra en el aserradero es una película de acción falta de inspiración que comienza prometedora pero acaba siendo aburrida. Solo puedo recomendarla con mucha precaución para una tarde de domingo, aunque si lo que se busca es entretenimiento hay mil películas que pueden cumplir mejor ese rol.
La trama de esta producción es sumamente simple: Said es dueño de un aserradero al borde de la quiebra. También tiene un cancer pulmonar en estado avanzado, por este motivo decide vender el establecimiento para dejar dinero a su familia. Sin embargo, por la culpa de uno de sus empleados, Said termina en la mira grupo de narcotraficantes que lo asediarán en su propio aserradero. Tanto por la simpleza del guión como por su título, esta película recuerda a otras producciones como Asalto al precinto 13. "Guerra en el aserradero" ofrece exactamente lo que promociona, hay un aserradero y la gente muere como en la guerra (cabe mencionar que el título original, La terre et le sang, es mucho más poético y menos adecuado).
Desgraciadamente, este tipo de producciones triunfan o se hunden de acuerdo con la calidad de la acción, y en este aspecto Guerra en el aserradero no tiene demasiado que ofrecer. En vez de utilizar creativamente el entorno y hallar soluciones inteligentes para los problemas que se le presentan, el protagonista se pasea sigilosamente de un lado a otro, despachando de vez en cuando a los narcotraficantes más tontos de toda Francia. Tampoco hay una progresión en la situación del protagonista como la que manifiesta la destrucción gradual de la comisaría de Asalto al precinto 13 o la degradación física que sufren los personajes en Green Room (otra película con estructura similar pero mucho más recomendable). Los antagonistas van cayendo uno a uno hasta que no queda ninguno y se acaba el espectáculo.
Del apartado técnico la fotografía es el aspecto más destacable. El resto de los departamentos son discretos: efectos especiales aceptables, banda sonora "minimalista" (una linda forma de decir inexistente) y actuaciones adecuadas. Sin lugar a dudas esta película no apuntaba a ser nominada por el oscar al mejor diseño de producción.
En conclusión, Guerra en el aserradero es una película de acción falta de inspiración que comienza prometedora pero acaba siendo aburrida. Solo puedo recomendarla con mucha precaución para una tarde de domingo, aunque si lo que se busca es entretenimiento hay mil películas que pueden cumplir mejor ese rol.
Serie

7,1
487
7
28 de agosto de 2021
28 de agosto de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tumberos es una serie de televisión dirigida por Israel Adrián Caetano y producida por Ideas Del Sur. Esta producción retoma la línea temática de la marginalidad que supuso un rotundo éxito de raiting y críticas para la productora de la mano de Okupas dos años antes.
La trama sigue los pasos de Ulises Parodi, un exitoso y mediático abogado que es condenado a prisión por el asesinato de una joven vedette. Parodi sostiene que ha sido víctima de un complot y cuenta con sus amigos y compañeros para que prueben su inocencia, pero rápidamente todos sus colegas se desvinculan del caso y lo dejan a su suerte. Es entonces que se abren dos lineas argumentales: la primera narra las vicisitudes de la nueva vida carcelaria del protagonista. La segunda sigue a Lorena Rodríguez, una joven abogada del bufete de Parodi que acepta investigar su caso y se interna en una conspiración en la que se funden intrigas políticas, ritos Umbanda, y lazos familiares.
La línea argumental vinculada con la vida carcelaria es el alma de la serie. Los mejores actores del reparto conforman el repertorio de presos y carceleros con los que Ulises deberá congeniar para sobrevivir. Todos estos personajes están muy bien construidos; pese a que inicialmente algunos puedan resultar un tanto teatrales, con el transcurso de los episodios se irán revelando nuevas facetas de sus personalidades, conformando una imagen muy humana de cada uno. Este segmento de la serie tiene una estructura laxa; no se trata de seguir una historia con giros argumentales o una conclusión definida, sino de presenciar la dinámica de las relaciones dentro del presidio y la variedad de situaciones en las que Ulises y sus congéneres se ven envueltos. Pese a que algunos de los conflictos que se proponen son exagerados rayando lo morboso, todos encajan muy bien con la lógica del guión, conformando una imagen de la vida carcelaria ficcional pero coherente con sus propias reglas (y, más importante, con la personalidad de sus protagonistas).
En comparación, las intrigas político / esotéricas de la investigación de Lorena Rodríguez se vuelven aburridas y difíciles de seguir. Pese a que las revelaciones que se dan en esta linea argumental conforman la columna vertebral del guión, marcando el rumbo hacia el desenlace de la serie, su tono fantasioso contrasta con el realismo descarnado de la primera linea. En general, las peores actuaciones, los personajes peor desarrollados y las escenas menos creíbles suceden de este lado del guión.
Hacia los últimos capítulos la trama se vuelca completamente hacia la fantasía en un intento de alegoría que cuyo significado se me escapa y desmerece un poco los compases iniciales de la serie. Me parece que se podría haber escrito un guión que abordara las mismas temáticas y con una conclusión equivalente pero manteniendo el tono de los primeros episodios.
A nivel técnico esta es una serie muy digna. Las escenas que transcurren en prisión fueron grabadas en la Cárcel de Caseros, Capital Federal; este escenario no solo aporta realismo sino que es bien utilizado para filmar escenas visualmente interesantes y dinámicas. Los creadores de esta serie aprovecharon al máximo los limitados recursos con los que contaban, utilizando el entorno de formas creativas para crear escenas con mucha acción y movimiento. Como ya mencioné, esta producción cuenta con un reparto estelar que combina a sospechosos habituales del cine y la televisión argentina. Carlos Belloso, Roly Serrano y Alejandro Fiore son solo algunos de los actores que se desempeñan de manera ejemplar en esta serie.El apartado sonoro resulta un tanto irregular. Se combinan efectos y música original de calidad que recuerda a la telenovela con una variada banda sonora en la que se dan cita Los Redondos, Nino Bravo y Damas Gratis.
En conclusión, la ambición es el talón de Aquiles de Tumberos. A lo largo de sus once capítulos esta compleja obra toma rumbos muy diversos y, finalmente, se pierde en sus propias divagaciones. Sin embargo, pese a que las inconsistencias del guión me impiden ponerle una nota más elevada, muchas cosas buenas esperan a los que estén dispuestos a zambullirse en esta serie y puedan hacer la vista gorda ante algunos aspectos flojos.
La trama sigue los pasos de Ulises Parodi, un exitoso y mediático abogado que es condenado a prisión por el asesinato de una joven vedette. Parodi sostiene que ha sido víctima de un complot y cuenta con sus amigos y compañeros para que prueben su inocencia, pero rápidamente todos sus colegas se desvinculan del caso y lo dejan a su suerte. Es entonces que se abren dos lineas argumentales: la primera narra las vicisitudes de la nueva vida carcelaria del protagonista. La segunda sigue a Lorena Rodríguez, una joven abogada del bufete de Parodi que acepta investigar su caso y se interna en una conspiración en la que se funden intrigas políticas, ritos Umbanda, y lazos familiares.
La línea argumental vinculada con la vida carcelaria es el alma de la serie. Los mejores actores del reparto conforman el repertorio de presos y carceleros con los que Ulises deberá congeniar para sobrevivir. Todos estos personajes están muy bien construidos; pese a que inicialmente algunos puedan resultar un tanto teatrales, con el transcurso de los episodios se irán revelando nuevas facetas de sus personalidades, conformando una imagen muy humana de cada uno. Este segmento de la serie tiene una estructura laxa; no se trata de seguir una historia con giros argumentales o una conclusión definida, sino de presenciar la dinámica de las relaciones dentro del presidio y la variedad de situaciones en las que Ulises y sus congéneres se ven envueltos. Pese a que algunos de los conflictos que se proponen son exagerados rayando lo morboso, todos encajan muy bien con la lógica del guión, conformando una imagen de la vida carcelaria ficcional pero coherente con sus propias reglas (y, más importante, con la personalidad de sus protagonistas).
En comparación, las intrigas político / esotéricas de la investigación de Lorena Rodríguez se vuelven aburridas y difíciles de seguir. Pese a que las revelaciones que se dan en esta linea argumental conforman la columna vertebral del guión, marcando el rumbo hacia el desenlace de la serie, su tono fantasioso contrasta con el realismo descarnado de la primera linea. En general, las peores actuaciones, los personajes peor desarrollados y las escenas menos creíbles suceden de este lado del guión.
Hacia los últimos capítulos la trama se vuelca completamente hacia la fantasía en un intento de alegoría que cuyo significado se me escapa y desmerece un poco los compases iniciales de la serie. Me parece que se podría haber escrito un guión que abordara las mismas temáticas y con una conclusión equivalente pero manteniendo el tono de los primeros episodios.
A nivel técnico esta es una serie muy digna. Las escenas que transcurren en prisión fueron grabadas en la Cárcel de Caseros, Capital Federal; este escenario no solo aporta realismo sino que es bien utilizado para filmar escenas visualmente interesantes y dinámicas. Los creadores de esta serie aprovecharon al máximo los limitados recursos con los que contaban, utilizando el entorno de formas creativas para crear escenas con mucha acción y movimiento. Como ya mencioné, esta producción cuenta con un reparto estelar que combina a sospechosos habituales del cine y la televisión argentina. Carlos Belloso, Roly Serrano y Alejandro Fiore son solo algunos de los actores que se desempeñan de manera ejemplar en esta serie.El apartado sonoro resulta un tanto irregular. Se combinan efectos y música original de calidad que recuerda a la telenovela con una variada banda sonora en la que se dan cita Los Redondos, Nino Bravo y Damas Gratis.
En conclusión, la ambición es el talón de Aquiles de Tumberos. A lo largo de sus once capítulos esta compleja obra toma rumbos muy diversos y, finalmente, se pierde en sus propias divagaciones. Sin embargo, pese a que las inconsistencias del guión me impiden ponerle una nota más elevada, muchas cosas buenas esperan a los que estén dispuestos a zambullirse en esta serie y puedan hacer la vista gorda ante algunos aspectos flojos.
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