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Críticas ordenadas por utilidad
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9
4 de septiembre de 2016
4 de septiembre de 2016
Sé el primero en valorar esta crítica
Me encaminé a la sala avalado por el gusto que me había dejado el documental de Pere Joan Ventura "El efecto Iguazú". Con él ganó el premio Goya al Mejor Lagometraje Documental en el año 2002. Y, para mi, el que más me ha gustado de los que he visto hecho en España junto a "Más allá del tiempo" sobre la vida de Tino Casal.
En aquel documental narraba la historia de los trabajadores de Sintel (filial de Telefónica) acampados en el Paseo de la Castellana de Madrid durante 187 días en lo que se dio por llamar "el campamento de la esperanza". A parte de la historia de esa lucha, me encantó el enfoque de contarlo a través de la gente que viviía y sufría la lucha.
Ahora Pere Joan quiere ir un poco más lejos. Después de todas las revueltas que ha traido la gran crisis, se han formado cientos de grupos de lucha activa. El pueblo español ha entrado en una etapa reivindicativa. Cansados de políticas represivas de ley mordaza o del aborto, corrupciones en toda la geografía nacional y de cualquier color político, la gente ha decidido tomar el mando que la Constitución le otorga.
Eso es lo que cuenta este documental. Un canto a las masas que se han movilizado contado a través de las pequeñas historias y de las personas que las han forjado. Me pareció genial. Alguna lágrima se me escapó. El mismo estilo del documental con el que ganó el Goya. Muchas veces las más grandes historias las hace la gente más simple. Y este relato lo que hace es sacar a la luz pública esas anónimos habitantes que hacen grandes las luchas. Desde un señor que se dedicó a hacer pancartas en la casa para repartirlas en las manifestaciones porque se dio cuenta que “una manifestación sin pancartas es igual a la gente cuando sale de ver el fútbol”. Conmueve la figura de Las Comadres asturianas que fletaron un tren para llegar a Madrid para luchar por sus ideas contra la Ley del Aborto. Brillante exposición.
Me gusta la forma que tiene de contar las historias Pere Joan. Hechos y acciones contados desde el punto de vista del sentimiento que causan. Gentes que a parte de contarnos lo que hacen, nos cuentan que se siente cuando lo hacen. Eso me llega. Una hora y cuarto de encariñarte de las personas a las que se les rinde un justo homenaje en esta película. Me encantó descubrir a los Yayoflautas, unos abuelos que se dedican a pelear por los derechos de sus hijos y nietos ocupando pacíficamente y en silencio embajadas, bancos o autobuses urbanos y a David Alegre que dirige La Solfónica, orquesta y coro nacidos al amparo de la acampada del 15M y que ahora actúan durante las manifestaciones.
Podría citar más personajes, pero me quiero quedar con el mensaje. La lucha siempre tiene sus beneficios. Esta película es positiva en ese aspecto. El mensaje es que hay que movilizarse. De nada sirve quedarse parado. Las movilizaciones de masas cambian las cosas. Gracias Pere por seguir infundiéndonos ganas de levantar la voz y por aportar un poco de luz a la desinformación, como bien dijiste el día de la presentación, a la que nos someten los medios de comunicación muchas veces manipulados o, lo que es peor, sometidos.
La única duda que me queda es cuál sería la reacción de algún espectador ante todo esta coral relato de gente si no conociera de antemano el contexto de la historia de lo que se está narrando. Quizás fui yo que entendí todas las micro historias porque conocía todo lo acontecido en estos años tan enrevesados que nos está tocando vivir. Y como dijo una sentencia final uno de los personajes. Esto es solo el principio. Eestamos dando un giro al orden mundial que, por ahora, no sabemos hasta donde y de que forma va a llegar... pero estamos sólo en el principio.
Valoración: IMPRESCINDIBLE
@luisalserrano
En aquel documental narraba la historia de los trabajadores de Sintel (filial de Telefónica) acampados en el Paseo de la Castellana de Madrid durante 187 días en lo que se dio por llamar "el campamento de la esperanza". A parte de la historia de esa lucha, me encantó el enfoque de contarlo a través de la gente que viviía y sufría la lucha.
Ahora Pere Joan quiere ir un poco más lejos. Después de todas las revueltas que ha traido la gran crisis, se han formado cientos de grupos de lucha activa. El pueblo español ha entrado en una etapa reivindicativa. Cansados de políticas represivas de ley mordaza o del aborto, corrupciones en toda la geografía nacional y de cualquier color político, la gente ha decidido tomar el mando que la Constitución le otorga.
Eso es lo que cuenta este documental. Un canto a las masas que se han movilizado contado a través de las pequeñas historias y de las personas que las han forjado. Me pareció genial. Alguna lágrima se me escapó. El mismo estilo del documental con el que ganó el Goya. Muchas veces las más grandes historias las hace la gente más simple. Y este relato lo que hace es sacar a la luz pública esas anónimos habitantes que hacen grandes las luchas. Desde un señor que se dedicó a hacer pancartas en la casa para repartirlas en las manifestaciones porque se dio cuenta que “una manifestación sin pancartas es igual a la gente cuando sale de ver el fútbol”. Conmueve la figura de Las Comadres asturianas que fletaron un tren para llegar a Madrid para luchar por sus ideas contra la Ley del Aborto. Brillante exposición.
Me gusta la forma que tiene de contar las historias Pere Joan. Hechos y acciones contados desde el punto de vista del sentimiento que causan. Gentes que a parte de contarnos lo que hacen, nos cuentan que se siente cuando lo hacen. Eso me llega. Una hora y cuarto de encariñarte de las personas a las que se les rinde un justo homenaje en esta película. Me encantó descubrir a los Yayoflautas, unos abuelos que se dedican a pelear por los derechos de sus hijos y nietos ocupando pacíficamente y en silencio embajadas, bancos o autobuses urbanos y a David Alegre que dirige La Solfónica, orquesta y coro nacidos al amparo de la acampada del 15M y que ahora actúan durante las manifestaciones.
Podría citar más personajes, pero me quiero quedar con el mensaje. La lucha siempre tiene sus beneficios. Esta película es positiva en ese aspecto. El mensaje es que hay que movilizarse. De nada sirve quedarse parado. Las movilizaciones de masas cambian las cosas. Gracias Pere por seguir infundiéndonos ganas de levantar la voz y por aportar un poco de luz a la desinformación, como bien dijiste el día de la presentación, a la que nos someten los medios de comunicación muchas veces manipulados o, lo que es peor, sometidos.
La única duda que me queda es cuál sería la reacción de algún espectador ante todo esta coral relato de gente si no conociera de antemano el contexto de la historia de lo que se está narrando. Quizás fui yo que entendí todas las micro historias porque conocía todo lo acontecido en estos años tan enrevesados que nos está tocando vivir. Y como dijo una sentencia final uno de los personajes. Esto es solo el principio. Eestamos dando un giro al orden mundial que, por ahora, no sabemos hasta donde y de que forma va a llegar... pero estamos sólo en el principio.
Valoración: IMPRESCINDIBLE
@luisalserrano

7,0
20.922
9
26 de febrero de 2023
26 de febrero de 2023
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encantó. Es del tipo de películas que me gustaría dirigir. Por un lado, es entretenida pese a lo lenta y calmada que es la narración, obviamente reflejando lo tediosa que era la vida en Inisherin, una pequeñísima aldea en una isla remota, en la que el tiempo pasa cadencioso para los pocos habitantes que convierten sus amistades en círculos familiares. Ahí radica el detonante de esta historia. A Colm le llega a aburrir tanto su amigo Pádraic que decide cortar por lo sano: que no le hable más. Como detonante, brillante y creíble hasta el punto que todos, creo, hemos tenido tentaciones de hacer eso alguna vez con algún amigo. Yo sí.
Pero, como buen amigo, Pádraic intentará reconducir la amistad. Y aquí es donde empiezan los puntos de giro en el que la terquedad, la tozudez y los egos le juegan malas pasadas a los personajes. Siempre digo que todas las virtudes, cuando son desmedidas, se convierten en defectos. Ser fiel a los juramentos que hace uno mismo, a veces nos convierten en prisioneros de ellos mismos. Pero hay que saber encontrar las situaciones en las que nos hemos equivocado. Cuando lo haces, pero tienes que ser fiel a tu palabra, lo que venga después te puede perjudicar más de lo que lo haría el pedir disculpas. Y de eso va esta película, de egos y egoísmos.
Al más puro estilo de mis proyectos, los que quieran entretenerse, lo harán; pero para los que quieran desarrollar el intelecto, hay mensajes y moralejas escondidas. La película está muy bien construida, con unos actores que están inmensos, intuyo por una genial dirección y construcción de sus personalidades desde el guion. Y si quieren disfrutarla, véanla descifrando los mensajes subliminales ocultos, porque éstos, están. Ante todo, esta peli es una película antibelicista. Aunque no sólo es un alegato contra todo tipo de guerras, lo es; también, contra todo tipo de conflictos: laborales, conyugales, políticos, etc. No podemos llevar nuestra tozudez a extremos en los que generaremos sufrimiento en los demás o en nosotros mismos. El mensaje final es que todo se arregla hablando. Y yo soy de los que piensa que todas las guerras de este mundo, menos las que se desarrollan por avaricia económica (que esas el único diálogo que admiten es: “dame lo tuyo para mí”), se solucionan con palabras. En esta película el enfrentamiento es tan ridículo por ambas partes que te das cuenta que era de las peores soluciones de todas: la del enfrentamiento.
Nominada a 9 Oscars, no destaca en ninguno. Pero me alegran todos. Ojo, porque la mejor Banda Sonora Original puede ser la sorpresa de la noche. Los actores impecables. Me encanta lo creíble de Colin Farrell haciendo de tontito; Brendan Gleeson está esplendoroso aunque no sé porque está nominado al mejor actor secundario cuando es tan protagonista como el que más; el contrapunto perfecto de Kelly Cordon, con la que el director ya trabajó en “Tres anuncios en las afueras” (Martin McDonagh, 2017) que tanto me encantó y el joven Barry Keoghan al que hay que seguir porque les aseguro que va a ser una de las grandes estrellas de esta década (si no se echa a perder como otros). No veo ganador a ninguno, pero el que todos lo estén habla del trabajo del director Martin McDonagh. De hecho, voy a buscar más películas de él. Me encanta el cinismo de sus personajes. Reales como la vida misma.
Séptima crítica que hago de las películas nominadas al Óscar y sigo sin ver un nivelazo. Eso sí, les digo que esta es la que más me ha gustado de todas si atiendo al estilo de cine que me gusta a mí y que no tiene por qué coincidir con el de los demás.
@MiPropiaLuna
Pero, como buen amigo, Pádraic intentará reconducir la amistad. Y aquí es donde empiezan los puntos de giro en el que la terquedad, la tozudez y los egos le juegan malas pasadas a los personajes. Siempre digo que todas las virtudes, cuando son desmedidas, se convierten en defectos. Ser fiel a los juramentos que hace uno mismo, a veces nos convierten en prisioneros de ellos mismos. Pero hay que saber encontrar las situaciones en las que nos hemos equivocado. Cuando lo haces, pero tienes que ser fiel a tu palabra, lo que venga después te puede perjudicar más de lo que lo haría el pedir disculpas. Y de eso va esta película, de egos y egoísmos.
Al más puro estilo de mis proyectos, los que quieran entretenerse, lo harán; pero para los que quieran desarrollar el intelecto, hay mensajes y moralejas escondidas. La película está muy bien construida, con unos actores que están inmensos, intuyo por una genial dirección y construcción de sus personalidades desde el guion. Y si quieren disfrutarla, véanla descifrando los mensajes subliminales ocultos, porque éstos, están. Ante todo, esta peli es una película antibelicista. Aunque no sólo es un alegato contra todo tipo de guerras, lo es; también, contra todo tipo de conflictos: laborales, conyugales, políticos, etc. No podemos llevar nuestra tozudez a extremos en los que generaremos sufrimiento en los demás o en nosotros mismos. El mensaje final es que todo se arregla hablando. Y yo soy de los que piensa que todas las guerras de este mundo, menos las que se desarrollan por avaricia económica (que esas el único diálogo que admiten es: “dame lo tuyo para mí”), se solucionan con palabras. En esta película el enfrentamiento es tan ridículo por ambas partes que te das cuenta que era de las peores soluciones de todas: la del enfrentamiento.
Nominada a 9 Oscars, no destaca en ninguno. Pero me alegran todos. Ojo, porque la mejor Banda Sonora Original puede ser la sorpresa de la noche. Los actores impecables. Me encanta lo creíble de Colin Farrell haciendo de tontito; Brendan Gleeson está esplendoroso aunque no sé porque está nominado al mejor actor secundario cuando es tan protagonista como el que más; el contrapunto perfecto de Kelly Cordon, con la que el director ya trabajó en “Tres anuncios en las afueras” (Martin McDonagh, 2017) que tanto me encantó y el joven Barry Keoghan al que hay que seguir porque les aseguro que va a ser una de las grandes estrellas de esta década (si no se echa a perder como otros). No veo ganador a ninguno, pero el que todos lo estén habla del trabajo del director Martin McDonagh. De hecho, voy a buscar más películas de él. Me encanta el cinismo de sus personajes. Reales como la vida misma.
Séptima crítica que hago de las películas nominadas al Óscar y sigo sin ver un nivelazo. Eso sí, les digo que esta es la que más me ha gustado de todas si atiendo al estilo de cine que me gusta a mí y que no tiene por qué coincidir con el de los demás.
@MiPropiaLuna

7,0
20.226
8
24 de febrero de 2025
24 de febrero de 2025
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela de Robert Harris, el principal valor de esta película es que se te pasan volando las casi 2 horas de tramas vaticanas. Y qué oportuna esta historia, a tenor de la salud del actual Sumo Pontífice, que le ha llevado a permanecer en ingreso hospitalario. Tenía ganas de ver lo nuevo de este director: Edward Berger, después de su anterior trabajo y mi favorita a ganar el Óscar hace dos años, «Sin novedad en el frente«. No me decepcionó en absoluto. Es más, me identifico con el carácter rebelde de su última trayectoria. En la película anterior, nos exponía un antimilitarismo con el que me identifico. En este, nos muestra un anticlericalismo que refleja la postura adoptada por muchos de nuestros lectores, quizás hasta yo mismo, si me apuran un poco.
Una de las cosas que más valoro de este director es el esfuerzo en los planos. Muy cuidado y meticuloso, combina los planos tradicionales, los que nos enseñaron en la escuela de cine, con unos travellings cámara en mano que son una delicia. Ya los habíamos visto en su película anterior y nos los muestra en esta. Aunque si en aquella había bastante acción, aquí cotizo hacer una película con un ritmo que te atrapa, cuando muchas de sus secuencias están cargadas de silencios. Esos silencios que retumban como un grito, algunas veces. Valorables, también, esos primeros planos al protagonista Ralph Fiennes. Quizás, plano a plano le fue regalando una nominación al Óscar.
Sin haber visto todas las películas, no veo claro ganador de la estatuilla a este actorazo que siempre me ha encantado. Ya estuvo nominado por «El paciente inglés» (Anthony Mighella, 1996) y por el que yo le hubiera dado con gusto, «La lista de Schindler» (Steven Spielberg, 1993), en el papel de Amon Goeth, el oficial nazi. Aquí, la conversión del personaje a través de la película es evidente. Su personaje, el Cardenal Lawrence, va pasando de la neutralidad de gestos en los momentos iniciales en que le encargan organizar la elección de un nuevo Papa, por toda una amalgama de emociones conforme va viendo las guerras y trucos sucios que emplean los Cardenales con el fin de obtener el preciado trono de Roma. Destacar que esos primeros planos del actor, mirando casi toda la película hacia abajo, me encantan.
Otra de las nominaciones recae en el papel secundario de Isabella Rosellini. Brillante. No he visto a todas sus competidoras, pero no creo que pueda hacerle sombra al papel de Zoe Saldaña en «Emilia Pérez» (Jacques Audiard, 2024). Y en los apartados artísticos y de vestuario, tampoco creo que impresione tanto como «Wicked» (Jon M. Chu, 2024) o «La sustancia» (Coralie Fargeat, 2024).
La única cosa que me desencuadra un poco de esta cinta es su carácter subjetivo, llevado al exceso hasta hacerse tan evidente que desmerece. Que los candidatos de tendencia conservadora sean reflejados como los malos de la película y los progresistas como los salvadores del mundo es una lectura que muchos tenemos de una iglesia que debería colocarse más en la labor apostólica y social que muchas veces parece que ha perdido en épocas pasadas. Pero el radicalismo mostrado por la visión del autor, a ratos, me parece un poco desmedido. Y en su favor, que el hilado de la trama principal (la elección del nuevo Papa) y las tramas secundarias creadas a cada votación de los cardenales hasta que es elegido el nuevo pontífice está hilvanado con una perfección que hace que no haya momentos de tregua entre las guerras de los clanes clericales que actúan como auténticas mafias.
Y bueno, sin intentar hacer spoiler, el final no me parece acorde a todo lo realista que parece el resto de la historia. Aunque, visto lo visto en las últimas elecciones, aunque pudiera pasar, no me lo creo del todo.
NOTA: Entretenida e instructiva. Dos horas bien echadas… le pongo un 8.
Una de las cosas que más valoro de este director es el esfuerzo en los planos. Muy cuidado y meticuloso, combina los planos tradicionales, los que nos enseñaron en la escuela de cine, con unos travellings cámara en mano que son una delicia. Ya los habíamos visto en su película anterior y nos los muestra en esta. Aunque si en aquella había bastante acción, aquí cotizo hacer una película con un ritmo que te atrapa, cuando muchas de sus secuencias están cargadas de silencios. Esos silencios que retumban como un grito, algunas veces. Valorables, también, esos primeros planos al protagonista Ralph Fiennes. Quizás, plano a plano le fue regalando una nominación al Óscar.
Sin haber visto todas las películas, no veo claro ganador de la estatuilla a este actorazo que siempre me ha encantado. Ya estuvo nominado por «El paciente inglés» (Anthony Mighella, 1996) y por el que yo le hubiera dado con gusto, «La lista de Schindler» (Steven Spielberg, 1993), en el papel de Amon Goeth, el oficial nazi. Aquí, la conversión del personaje a través de la película es evidente. Su personaje, el Cardenal Lawrence, va pasando de la neutralidad de gestos en los momentos iniciales en que le encargan organizar la elección de un nuevo Papa, por toda una amalgama de emociones conforme va viendo las guerras y trucos sucios que emplean los Cardenales con el fin de obtener el preciado trono de Roma. Destacar que esos primeros planos del actor, mirando casi toda la película hacia abajo, me encantan.
Otra de las nominaciones recae en el papel secundario de Isabella Rosellini. Brillante. No he visto a todas sus competidoras, pero no creo que pueda hacerle sombra al papel de Zoe Saldaña en «Emilia Pérez» (Jacques Audiard, 2024). Y en los apartados artísticos y de vestuario, tampoco creo que impresione tanto como «Wicked» (Jon M. Chu, 2024) o «La sustancia» (Coralie Fargeat, 2024).
La única cosa que me desencuadra un poco de esta cinta es su carácter subjetivo, llevado al exceso hasta hacerse tan evidente que desmerece. Que los candidatos de tendencia conservadora sean reflejados como los malos de la película y los progresistas como los salvadores del mundo es una lectura que muchos tenemos de una iglesia que debería colocarse más en la labor apostólica y social que muchas veces parece que ha perdido en épocas pasadas. Pero el radicalismo mostrado por la visión del autor, a ratos, me parece un poco desmedido. Y en su favor, que el hilado de la trama principal (la elección del nuevo Papa) y las tramas secundarias creadas a cada votación de los cardenales hasta que es elegido el nuevo pontífice está hilvanado con una perfección que hace que no haya momentos de tregua entre las guerras de los clanes clericales que actúan como auténticas mafias.
Y bueno, sin intentar hacer spoiler, el final no me parece acorde a todo lo realista que parece el resto de la historia. Aunque, visto lo visto en las últimas elecciones, aunque pudiera pasar, no me lo creo del todo.
NOTA: Entretenida e instructiva. Dos horas bien echadas… le pongo un 8.
5
9 de marzo de 2024
9 de marzo de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la mejor película de Scorsese, pero sí la más larga. Cerca de las 4 horas de película es la nota más significante que todo el mundo comenta cuando habla de ella. Y si esto es lo más destacable, mal vamos. Aun así, la cinta tiene muchos valores. Está basada en el libro homónimo de David Grann, influenciado por la investigación de Linda Hoogan en su libro “Mean Spirit” que optó al premio Pulitzer en 1991. Ya solo esto era premonitorio de una historia atractiva.
Lo primero que me extraño al ver la película es que no estuviera nominada al Mejor Guion Adaptado, porque creo que es uno de los fuertes de esta película. Pero al enterarme como se gestó el trabajo, parado por la pandemia, lo entendí. Realmente esta era una historia de una tribu que estaba siendo asesinada bajo el desamparo de las autoridades y de como surgió la creación del FBI (la famosa policía norteamericana). Leonardo DiCaprio sería el funcionario encargado de la investigación. Varias reescrituras del guión acabaron por generar una historia nueva. En la que vemos, observarán que la trama de la policía investigando es prácticamente irrelevante, cuando era una de las tramas principales del libro de Grann.
Este cambio afectó al resto de toda la historia y Leonardo pasó a ser el sobrino compinchado con los planes de poder de su tio. Creo que tanta reescritura y tanto cambio, terminó por desfigurar muchos aspectos. Les diré que esta película se podría haber hecho desde dos puntos de vista. Desde el trágico de la Nación Osange, viendo como masacraban a sus súbditos con unos asesinos de elementos secundarios para dar ritmo; o la elegida por Scorsese: la de alzar al protagonismo a los asesinos y los indios sean la excusa para hacer una película de intrigas familiares por el control del poder del dinero. Visto lo que me aburrí con esta película (bueno, a ratos, no) creo que me hubiera quedado con la opción número uno.
Cinematográficamente hablando, es impecable. Scorsese es un maestro con la elección de planos. Y del manejo de los actores, excelente. Todos están brillantes. Quiero empezar por una de las grandes candidatas al Óscar: Lily Gladstone. Eclipsar a DiCaprio y a De Niro no está a la altura de muchas. Y lo hace. Trasmitir, casi inexpresivamente, las distintas emociones por las que pasa su personaje es de clase de interpretación y que los jóvenes actores lo vean muchas veces en bucle. [SPOILER] En una conversación con su esposo, trasmitir el odio de saber que te está traicionando y el inmenso amor que todavía le tiene, le puede valer ese Óscar que aplaudiré con ganas. [/SPOILER] Me gusta Leonardo, transmite inseguridad y seguridad a su antojo en los momentos adecuados. No es su mejor papel, pero no decepciona. Sí me congratula Robert De Niro, con aquel que era. Su papel también es agradecido en matices. Pasar de la falsa ternura a la ira, lo hace como nadie. Siempre diré que los buenos actores ríen como De Niro y se enfadan como De Niro.
Resumo en que, pese a que me parece un buen guion con las consabidas dosis de motivaciones personales contrapuestas, avaricia, poder, víctimas inocentes, traiciones y con giros dramáticos en los sitios adecuados. La pena es lo que le sobra. Algunas cuantas elipsis, los diálogos más fluidos (que, a veces, se me hacían eternos) y un poco más de tensión en la tribu Osange, le hubieran dotado de algún atractivo más a esta película. Para mí no parte como favorita para el Óscar, pero tampoco partía como favorita cuando se lo dieron a la peli de Scorsese “Infiltrados” en lo que me pareció un robo a “Babel” (2006), la película de Alejandro G. Iñárritu. Ahí lo dejo.
Más críticas en: https://luisalbertoserrano.wordpress.com/oscars-2024
Lo primero que me extraño al ver la película es que no estuviera nominada al Mejor Guion Adaptado, porque creo que es uno de los fuertes de esta película. Pero al enterarme como se gestó el trabajo, parado por la pandemia, lo entendí. Realmente esta era una historia de una tribu que estaba siendo asesinada bajo el desamparo de las autoridades y de como surgió la creación del FBI (la famosa policía norteamericana). Leonardo DiCaprio sería el funcionario encargado de la investigación. Varias reescrituras del guión acabaron por generar una historia nueva. En la que vemos, observarán que la trama de la policía investigando es prácticamente irrelevante, cuando era una de las tramas principales del libro de Grann.
Este cambio afectó al resto de toda la historia y Leonardo pasó a ser el sobrino compinchado con los planes de poder de su tio. Creo que tanta reescritura y tanto cambio, terminó por desfigurar muchos aspectos. Les diré que esta película se podría haber hecho desde dos puntos de vista. Desde el trágico de la Nación Osange, viendo como masacraban a sus súbditos con unos asesinos de elementos secundarios para dar ritmo; o la elegida por Scorsese: la de alzar al protagonismo a los asesinos y los indios sean la excusa para hacer una película de intrigas familiares por el control del poder del dinero. Visto lo que me aburrí con esta película (bueno, a ratos, no) creo que me hubiera quedado con la opción número uno.
Cinematográficamente hablando, es impecable. Scorsese es un maestro con la elección de planos. Y del manejo de los actores, excelente. Todos están brillantes. Quiero empezar por una de las grandes candidatas al Óscar: Lily Gladstone. Eclipsar a DiCaprio y a De Niro no está a la altura de muchas. Y lo hace. Trasmitir, casi inexpresivamente, las distintas emociones por las que pasa su personaje es de clase de interpretación y que los jóvenes actores lo vean muchas veces en bucle. [SPOILER] En una conversación con su esposo, trasmitir el odio de saber que te está traicionando y el inmenso amor que todavía le tiene, le puede valer ese Óscar que aplaudiré con ganas. [/SPOILER] Me gusta Leonardo, transmite inseguridad y seguridad a su antojo en los momentos adecuados. No es su mejor papel, pero no decepciona. Sí me congratula Robert De Niro, con aquel que era. Su papel también es agradecido en matices. Pasar de la falsa ternura a la ira, lo hace como nadie. Siempre diré que los buenos actores ríen como De Niro y se enfadan como De Niro.
Resumo en que, pese a que me parece un buen guion con las consabidas dosis de motivaciones personales contrapuestas, avaricia, poder, víctimas inocentes, traiciones y con giros dramáticos en los sitios adecuados. La pena es lo que le sobra. Algunas cuantas elipsis, los diálogos más fluidos (que, a veces, se me hacían eternos) y un poco más de tensión en la tribu Osange, le hubieran dotado de algún atractivo más a esta película. Para mí no parte como favorita para el Óscar, pero tampoco partía como favorita cuando se lo dieron a la peli de Scorsese “Infiltrados” en lo que me pareció un robo a “Babel” (2006), la película de Alejandro G. Iñárritu. Ahí lo dejo.
Más críticas en: https://luisalbertoserrano.wordpress.com/oscars-2024

6,7
31.888
9
23 de marzo de 2017
23 de marzo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anoche al salir del cine empezaba a confirmar mi presagio: este año no ha sido relevantemente creativo. De las 9 nominadas al Óscar a la mejor Película ya he podido ver 6 (todas menos "Figuras ocultas", "Lion" y "Comancheria") y, en realidad creo que ninguna de ellas va a convertirse en un clásico y que no se hablará de ninguna de ellas con el tiempo a no ser para recordar la bochornosa lectura de la película ganadora en la entrega de premios de la Academia de Hollywood.
Aun así, esta película es muy inquietante y agradecí poder verla. Dura, contundente y con una crítica social muy realista. Me suelen gustar este tipos de relatos. En ese aspecto se me pareció a "Manchester frente a mar" de Keneth Lonnergan. Qué casualidad, las dos ganaron el Óscar al mejor guión (el adaptado para la historia de negros y el original para la de blancos) escritos por sus propios directores. Así, trabajando la industria americana como si de cine europeo se tratara.
"Moonlight" cuenta la historia de un joven negro descubriéndose así mismo y su sexualidad desde la infancia hasta la madurez en un entorno duro y cruel. Igual de despiadada es este film que, como digo en el título, tampoco me pareció una merecedora de clara de un premio tan grande. Pero, claro, para mi ninguna lo merece.
De todas formas, esta producción tiene muchos valores. Lo primero, el guión y lo arriesgado que es. El cine necesita contar historias así porque el séptimo arte no sólo es entretenimiento, también es comunicación y esta historia nos adentra en un mundo sórdido y de bajo fondo en el que nunca nos vamos a poder mover. Gracias a estos retratos aprendemos de una realidad que no es la nuestra y que dista mucho de ella. Por otro lado, el elenco de actores es impecable. No sobresaco a ninguno porque me parece un trabajo coral admirable. Él Óscar al mejor actor de reparto se le otorgó a Mahershala Ali que le tendrá que agradecer este premio a todos los demás integrantes del reparto. Me pareció una interpretación acorde a la rudeza de la película. Ya había podido ver a este actor sus buenas maneras en la saga de "Los juegos del hambre: Sinsajo" de Francis Lawrence.
El guion es del propio director Barry Jenkins. Con su primer largometraje ha tocado el cielo. Le haremos seguimiento a ver si no es flor de un día. Quizás esa bisoñez le llevó al que, a mi, me parece el peor error que tiene asta cinta: las faltas de ritmo narrativo. Hay secuencia dilatadas en exceso y diálogos que llegan a convertirse en monótonos y aburridos. Es más, el estilo de que los puntos de giro sean tan suaves hace que la película parezca demasiado plana de principio a fin. El co-escritor de esta historia es Tarell Alvin McCraney y basada en su obra de teatro "In moonlight black boys look blue".
Total, que un grupo de novatos han hecho un trabajo envidiable y an alcanzado la gloria adelantando a grandes superproducciones. Me encanta el giro que lleva años dando la Academia de Hollywood en este aspecto desde "Crash" (2004) de Paul Haggins o la del año pasado "Spotlight" de Thomas McCarthy
Valoración: MEJOR QUE REGULAR
TWITTER: @luisalserrano
Aun así, esta película es muy inquietante y agradecí poder verla. Dura, contundente y con una crítica social muy realista. Me suelen gustar este tipos de relatos. En ese aspecto se me pareció a "Manchester frente a mar" de Keneth Lonnergan. Qué casualidad, las dos ganaron el Óscar al mejor guión (el adaptado para la historia de negros y el original para la de blancos) escritos por sus propios directores. Así, trabajando la industria americana como si de cine europeo se tratara.
"Moonlight" cuenta la historia de un joven negro descubriéndose así mismo y su sexualidad desde la infancia hasta la madurez en un entorno duro y cruel. Igual de despiadada es este film que, como digo en el título, tampoco me pareció una merecedora de clara de un premio tan grande. Pero, claro, para mi ninguna lo merece.
De todas formas, esta producción tiene muchos valores. Lo primero, el guión y lo arriesgado que es. El cine necesita contar historias así porque el séptimo arte no sólo es entretenimiento, también es comunicación y esta historia nos adentra en un mundo sórdido y de bajo fondo en el que nunca nos vamos a poder mover. Gracias a estos retratos aprendemos de una realidad que no es la nuestra y que dista mucho de ella. Por otro lado, el elenco de actores es impecable. No sobresaco a ninguno porque me parece un trabajo coral admirable. Él Óscar al mejor actor de reparto se le otorgó a Mahershala Ali que le tendrá que agradecer este premio a todos los demás integrantes del reparto. Me pareció una interpretación acorde a la rudeza de la película. Ya había podido ver a este actor sus buenas maneras en la saga de "Los juegos del hambre: Sinsajo" de Francis Lawrence.
El guion es del propio director Barry Jenkins. Con su primer largometraje ha tocado el cielo. Le haremos seguimiento a ver si no es flor de un día. Quizás esa bisoñez le llevó al que, a mi, me parece el peor error que tiene asta cinta: las faltas de ritmo narrativo. Hay secuencia dilatadas en exceso y diálogos que llegan a convertirse en monótonos y aburridos. Es más, el estilo de que los puntos de giro sean tan suaves hace que la película parezca demasiado plana de principio a fin. El co-escritor de esta historia es Tarell Alvin McCraney y basada en su obra de teatro "In moonlight black boys look blue".
Total, que un grupo de novatos han hecho un trabajo envidiable y an alcanzado la gloria adelantando a grandes superproducciones. Me encanta el giro que lleva años dando la Academia de Hollywood en este aspecto desde "Crash" (2004) de Paul Haggins o la del año pasado "Spotlight" de Thomas McCarthy
Valoración: MEJOR QUE REGULAR
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