Sin discrepar en lo esencial de las otras críticas que se han hecho de esta película, mi pobre puntuación sobre ella tiene que ver con las dificultades con las que progresa la narración. Me parece extraño que en una película de 90 minutos escasos, se inviertan unos 20 en empezar a exponer las sustancia del asunto. El recurso narrativo del militar abandonado por su novia lo encuentro pobre e innecesariamente estirado. Otro tanto se puede decir de la interminable escena de la misa del gallo. No es Siodmak sospechoso de tener problemas en su ritmo narrativo pero aqui, a mi juicio, si que los tiene.

Cuestión aparte y estrictamente subjetiva es mi imposible empatía con la actriz Deanna Durbin a la cual no me puedo creer ni en esta, ni en cualquier otra de sus películas. Ciertamente esperaba bastante más de esta película.

Estamos ante una buena película que tiene el indudable interés de abarcar una batalla compleja y unos personajes históricos que en algunos casos son totalmente idolatrados en USA. Y en esta última cuestión creo que se produce el lastre del film. Los actores, todos ellos, protagonistas y secundarios (e incluso los extras) son muy conscientes de la enorme responsabilidad que asumen a la hora de encarnar auténticas deidades paganas norteamericanas y se les nota. Los parlamentos de los personajes, la mera postura de los figurantes hace que más que estar trabajando en una película esten permanentemente posando para esas fotografías y pinturas que todos hemos visto alguna vez sobre la guerra civil americana. El ambiente de los personajes es muy artificial y a vece parece que estamos ante un documental dramatizado. A pesar de esta carga que a mi juicio perjudica notablemente el resultado final, lo cierto es que es muy valorable el indudable esfuerzo por reproducir lo más fielmente posible los acontecimientos que rodearon la batalla de Gettisburg. Solo para muy interesados en la página histórica que cuenta y que estén dispuestos a tragarse más de cuatro horas.

Estamos ante un producto alimenticio como casi todas las películas de su género. El valor añadido del spaguetti western fue la cantidad de películas que sin ninguna pretensión, consiguieron ser vistas y divertir a los niños de la época en aquellos fantásticos programas de cine de barrio de los setenta. En mi caso intento ver casi todas las que puedo por que me abren una ventana nostálgica a la infancia, pero casi siempre, salvo honrosas excepciones (que las hay), acabo muy decepcionado ya que vistas con los ojos de adulto no tienen mucho pase.

Ésta de "Judas..." no es de las excepciones. Con una trama que recuerda demasiado a algunos de los iconos del género (ese reloj de arena que sustituye el reloj musical del coronel Mortimer de la muerte tenía un precio), lo cierto es que además de la mentada reiteración argumental, esta pelicula está especialmente descuidada. No se tiene el menor cuidado a la hora de tratar los detalles. Caballos comprados sin silla de montar que la tiene al plano siguiente, dos tiros que matan a tres y cosas así. Por resaltar algo positivo se puede citar al simpático y desvergonzado personaje de Carrancho, interpretado cachazudamente por Fernando Sancho.

Por cierto y como reflexión final para este género. ¿por qué en todos los casting se elegían a aquellos que menos pinta de vaqueros podían tener?. Los que hacían de mexicanos vale, pero como yanquis... Misterio aparte es cual es la razón desconocida para que todos los sombreros tengan dos o tres tallas menos que lo que la cabeza correspondiente necesita. Misterios del celuloide...

Todo lo que se dice de esta película es cierto. Magnífico film policíaco y obra cumbre del cine negro. Hay muchas y muy buenas críticas en FA que resaltan acertadamente las innumerables virtudes de la peli. Poco puedo añadir a ellas, pero si que quisiera exponer lo que a mi se me ha quedado tras verla. Me ha transmitido la importancia de los valores morales y que estos, si los tienes, se pondrán de manifiesto cuando hay una situación grave que resolver. En el momento actual ver una película en el que el empresario que filibustea en los negocios abdica de sus pretensiones porque esta en juego la vida de un niño y el sacrificio que hace la polícia a partir del ejemplo que han visto en ese empresario, es un solo de aire fresco y te deja el sentimiento agrio de comprobar cuan diferente podrían ser las cosas.

Honor y sacrificio nada más y nada menos. Constantes en el cine de Kurosawa al que ya hemos visto narrar las vicisitudes de un polícia que ha "distraido" su pistola reglamentaria en la estupenda "El perro rabioso"o el sacrificio de un yakuza enfermo en "el angel ebrio". Valores que me recuerdan otras películas de otro maestro tuerto y que hacía westerns. Valores que de forma ciertamente romántica, inocente e ingenua me fueron llegando en mi infancia de pelis del oeste los sábados por la tarde junto a mi padre. Valores a los que no se si hoy, ya adulto talludito, sé hacer justicia. Todo esto y mucho más me ha hecho sentir "el infierno del odio". Hay que verla y comprobar si esta película transmite siempre o es que estoy aun más viejo de lo que pensaba. Hay veces que se puede decir ¡¡¡Que grande es el cine!!! y esta es una de esas ocasiones.

He leído detenidamente las críticas que hay en FA sobre la peli y estoy de acuerdo con bastante de las cosas que se han puesto de manifiesto. Cine amable, simpático, que resalta el éxito del buenismo frente al canalleo, mestizaje, multiculturalidad... todo eso ha salido acertadamente en las críticas, y estoy de acuerdo, pero echo de menos cualquier referencia a un elemento que quizás pueda ser políticamente incorrecto pero que es el que más me marcó cuando vi la película y es:

* El protagonista es un pringado que para conseguir a la mujer de la que está enamorado y que pasa de él como de comer m..., no solo tiene que tragar con neuras provocadas por su hermano, niño ajeno, padre insoportable y demás movidas, sino que además debe integrarse absolutamente en el entorno de su mujer, acoger su forma de vida olvidando la suya y practicar su religión, so pena de comerse un colín. Viva el buen rollito siempre y cuando tragues con lo que te impongo.

¿Este es el mestizaje que proclama Colomo?, ¿debemos abdicar de todo lo nuestro en aras de una convivencia pacífica y feliz sin concesiones del que debe intergrarse?. Ni soy xenófobo, ni católico, ni españolazo; además vivo al lado de Lavapiés, pero eso y no otra cosa es lo que me deja la peli y francamente el mensaje no me gusta. Por lo demás más que soportable e incluso agradable por momentos.