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Críticas ordenadas por utilidad
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7,0
58.362
7
16 de febrero de 2009
16 de febrero de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este pequeño clásico contiene todos los ingredientes del cine made in De Palma: la obsesión por Hitchcock, los planos secuencia, los travellings circulares, la cámara lenta (y rápida) o la fragmentación de la pantalla. Además sale Travolta haciendo el ganso y William Katt (El Gran Héroe Americano) de guaperas .
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ah ! Lástima de tanta sangre en aquel pelo tan rubio y rizado... Y lástima que el desarrollo de los personajes sea tan tosco, y que no se le saque partido a la relación madre-ultracatólica/hija adolescente acomplejada. Sissy Spacek, de gallina de piel.

4,3
14.985
5
17 de febrero de 2009
17 de febrero de 2009
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Puede el amor entre dos personas perpetuarse a través de 4 generaciones de clones?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De eso habla esta película, enriquecida por la arquitectura berlinesa de vanguardia y el espectacular vestuario de la prota. La micro-sociedad del futuro, una anécdota.

7,2
33.942
7
17 de febrero de 2009
17 de febrero de 2009
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Shaun (Thomas Turgoose) es un niño panocha, feúcho, huérfano de padre, impopular y solitario. Un grupo de skins lo acoge y, por primera vez en mucho tiempo, se siente parte de algo.
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La cosa se tuerce cuando reaparece el antiguo cabecilla de la banda, recién salido del trullo. Shane Meadows filma un relato de iniciación al mundo adulto, ambientado en la plomiza Inglaterra de principios de los 80: la Inglaterra del Tatcherismo, de Lady Di, del desempleo, de la guerra de las Malvinas y las canciones de The Smiths. El relato es en gran parte autobiográfico, no hay duda de que Meadows sabe de lo que habla; una muestra es la visión que ofrece de la panda skinhead, un grupo heterogéneo donde tienen cabida jóvenes caracterizados por una estetica común, pero por ideologías diferentes, tanto que acaba por romperse cuando la vacua y enfervorecida retórica racista del Frente Nacional intenta imponerse. Excelente ambientación e interpretaciones (extraordinario Turgoose, que solo quería filmar para sacarse unas pelillas) para una mas que apreciable película.

5,6
55.236
6
16 de febrero de 2009
16 de febrero de 2009
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Y esta vez no sabemos si fue el afán recaudatorio o la falta de ideas, pero el caso es que algún lumbreras de Hollywood se las ingenió para resucitar a Sigourney Weaver-Ripley (vía clonación) y prolongar su tormento, enfrascándola en la 4 parte de la saga.
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spoiler:
J-P. Jeunet hizo los honores en la dirección, aportando como novedad una pizca de humor y parodia completamente inéditas en las cintas anteriores y una aproximación más tebeística. Para hacerlo más familiar, reclutó a algunos de sus sospechosos habituales (Pinon, Perlman). En el culmen del buen gusto, le dio un papel (el de mayor potencial, una suerte de Nexus-6 versión idealista de buen corazón, desaprovechado) a la exquisita Winona Ryder (que alguien la rescate ya, por Dios !). No escatimó esfuerzos en la dirección artística, excelente 'as usual'. Nos regaló una brillante escena submarina. Por si fuera poco, se divirtió jugando con todas las posibilidades de la ingenieria genética, presentando en sociedad a una Mamá Alien convertida en parturienta y a un Bebé Alien que es un alucinante híbrido entre monstruo y humano.
Desgraciadamente, pese a llevar a la saga al límite de sus posibilidades (evolutivas), fracasó en lo principal: Ripley. Muerta la teniente, su clon no es más que un pálido reflejo del personaje original sobre el que recayó todo el peso de Aliens y Alien 3. El abanico de múltiples registros (la valentía, el ingenio, la ternura, la perseverancia) de la vieja Ripley se pierde y sólo queda un pedazo de carne, una carcasa hueca incapaz de provocar empatía y emoción. Ni siquiera con sus (nuevos) devaneos maternales con BabyAlien, que resultan grotescos y fallidos. Una lástima, porque si hay algo que no se le puede perdonar a un 'Alien' es que le falle Ripley. Habría que esperar todavia 4 años para que Jeunet diera a luz a su personaje femenino definitivo, icono del cine europeo contemporáneo: Amélie.
Desgraciadamente, pese a llevar a la saga al límite de sus posibilidades (evolutivas), fracasó en lo principal: Ripley. Muerta la teniente, su clon no es más que un pálido reflejo del personaje original sobre el que recayó todo el peso de Aliens y Alien 3. El abanico de múltiples registros (la valentía, el ingenio, la ternura, la perseverancia) de la vieja Ripley se pierde y sólo queda un pedazo de carne, una carcasa hueca incapaz de provocar empatía y emoción. Ni siquiera con sus (nuevos) devaneos maternales con BabyAlien, que resultan grotescos y fallidos. Una lástima, porque si hay algo que no se le puede perdonar a un 'Alien' es que le falle Ripley. Habría que esperar todavia 4 años para que Jeunet diera a luz a su personaje femenino definitivo, icono del cine europeo contemporáneo: Amélie.

6,9
79.194
6
16 de febrero de 2009
16 de febrero de 2009
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Enésima reescritura del mito bondiano, esta vez embutido en las carnes prietas de un rubicundo inglés (Craig) con pintas de boxeador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Este Bond arranca con una buena mano: el recién estrenado 00 se presenta como un asesino sin escrúpulos, inteligente, intuitivo y manipulador. Protagoniza una extraordinaria secuencia de persecución en Madagascar y otro adrenalítico tour de force en el aeropuerto de las Bahamas. En ese primer tercio del filme, Daniel Craig convence y Martin Campbell demuestra estar sobradamente dotado para las escenas de acción, a las que despoja de la mercadotecnia de los gadgets habituales para centrarse en una fisicidad al estilo 'Bourne' (curiosa simbiosis).
Un par de ases le permiten ir confiado a la hora jugar la segunda mano...Pero ahi le vienen malas cartas. La trama pierde interés. El antagonista posee el rostro, pero no la entidad suficiente (como demuestra la indiferencia con la que lo liquidan). Por si fuera poco, Bond se nos enamora. Y lo siento, pero yo no me lo creo, entre otras cosas porque Craig carece de la ductilidad suficiente como para mostrar adecuadamente los pliegues del personaje. En el momento, pues, de subir las apuestas, es cuando empiezan las dudas, aparecen los tics, y el público empieza a olerse que este nuevo artefacto de la serie va de farol. El cansino segmento del Casino (no joke intended) lastra la película, que apenas remonta con un interesante atisbo de sadomasoquismo en la escena de la tortura (probablemente inintencionado, más debido a la mente turbia que la contempla y que esto escribe, que no a un apunte del guión).
No hay más ases en la manga, ningún comodín postrero. Para cuando las cartas estan sobre la mesa, Bond arriba a Venecia, con su novieta vestida con un jersey a rayas (puestos a derribar convencionalismos, podrían haberlo hecho con ese), donde la partida se cierra con el (simbólico) hundimiento de un vetusto pero primoroso palacete. El tan esperado poker termina en una decepcionante pareja. Un trío, si me apuran.
Un par de ases le permiten ir confiado a la hora jugar la segunda mano...Pero ahi le vienen malas cartas. La trama pierde interés. El antagonista posee el rostro, pero no la entidad suficiente (como demuestra la indiferencia con la que lo liquidan). Por si fuera poco, Bond se nos enamora. Y lo siento, pero yo no me lo creo, entre otras cosas porque Craig carece de la ductilidad suficiente como para mostrar adecuadamente los pliegues del personaje. En el momento, pues, de subir las apuestas, es cuando empiezan las dudas, aparecen los tics, y el público empieza a olerse que este nuevo artefacto de la serie va de farol. El cansino segmento del Casino (no joke intended) lastra la película, que apenas remonta con un interesante atisbo de sadomasoquismo en la escena de la tortura (probablemente inintencionado, más debido a la mente turbia que la contempla y que esto escribe, que no a un apunte del guión).
No hay más ases en la manga, ningún comodín postrero. Para cuando las cartas estan sobre la mesa, Bond arriba a Venecia, con su novieta vestida con un jersey a rayas (puestos a derribar convencionalismos, podrían haberlo hecho con ese), donde la partida se cierra con el (simbólico) hundimiento de un vetusto pero primoroso palacete. El tan esperado poker termina en una decepcionante pareja. Un trío, si me apuran.
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