Lo peor que puede pasar con una película o serie es... Que no te interese lo que cuenta. Aquí se produce un parloteo continuo, donde debes seguir a su protagonista, para descubrir por qué está tan desequilibrada.

Como yo no necesito más desequilibrios en mi vida, no la he terminado. Es una completa estupidez que desea aparentar algo que no tiene, ni ofrece porque no puede.

Me aburrí... No, no es cierto, no me aburrí... Me enfadé un montón. Es lastimoso que no se produzcan series o películas de argumentos normales, con historias normales y bien contadas.

Estoy cansado de tanta cosa absurda, ridícula, que no entiendo que desea aparentar. Mi reseña ha sido escrita para advertir que es: PROFUNDAMENTE ABSURDA.

Esta es una de las escasas ocasiones que entro en conflicto conmigo. Blue Jay es un tipo de cine que me gustaba hace años, donde se interiorizaba la búsqueda de los emociones. Y lo han logrado porque consigue transmitir todo aquello que pretende: Cercanía, nostalgia, conflicto no resuelto, e incluso dolor.

Pero Blue Jay, también es una película tan antigua como su blanco y negro, con una narrativa, de la que el espectador del presente siglo, lamentablemente, ya no participa.

Buena dirección de sus cinco actores, evidenciando la superioridad de John Gallagher Jr, al hacer muy creíble su interpretación, mostrando una personalidad psicopática sin caer en el exceso, tan fácil para el desarrollo de este tipo de papeles.

En algunos tramos recuerda a un telefilm, pero nunca se hunde en su previsibilidad. La caracterización de Gallagher Jr., ha sido lo más cuidado de un guión resuelto con alguna secuencia trampa. Final alejado de lo que podría esperarse; los últimos momentos del espectáculo, lo mejor de Hush.

No conseguí en ningún momento entrar en ella. Tampoco conecté con lo que allí se narraba; tras los primeros minutos mas o menos interesantes, a medida que avanzaba crecía mi desinterés.

Entiendo su planteamiento, y hacia donde trata de dirigirnos, como también lo que relata de manera... Podríamos decir... ocurrente, no distinta, si explícita en muchos momentos. Voy a ser muy sincero. ME ABURRÍ.

Incluso su protagonista: Klaus Maria Brandauer, no me pareció el más adecuado para interpretarla, reconociendo su buen posicionamiento como actor.

Tenía cierta esperanza puesta en ella, como entretenimiento de calidad. Debo suspenderla.

Un poco sedimentada en el absurdo. Creo que el lado cómico añadido, resulta innecesario tratándose de una serie sobre un asesino a sueldo, eso si... con bastantes dudas existenciales.

Las series necesitan cubrir muchos minutos de entretenimiento, en ocasiones no tan básico. Hubiera sido una gran oportunidad emplear parte de ese tiempo ahondando en la complejidad psicológica de Barry, permitiendo al espectador, sacar o crear sus propias conclusiones.

Sigo asombrándome al no entender la razón por la que las series y yo nos limamos los dientes.