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Críticas 65
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
25 de junio de 2023
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Maureen Kearney, pese a recelos incluso de su propia hija, contraria a las centrales nucleares, es la líder sindical de Areva, una gran empresa francesa dedicada a ese sector. Además de defender ferozmente los derechos de la plantilla, descubre oscuras maniobras de la dirección y la élite política para subastar al mejor postor los altos conocimientos nacionales en esa materia. Y se atreve a denunciarlos, con lo que le va a tocar pagar las consecuencias…

DESDE MI PUNTO DE VISTA
Sabía que iba a ver una película basada en hechos reales, pero desconocía manifiestamente los sucesos susodichos. En todo caso, mi predisposición era sumergirme en una historia con ramificaciones industriales, políticas y corruptas. Una especie de thriller verídico.

Y, efectivamente, por ese raíl transita en un principio el director Salomé, con quien no me había rozado pese a su longeva carrera. En honor a la verdad, diré que me cuesta aterrizar en lo que me está contando, meterme en el meollo, ponerme en situación. Apenas me da para entender que la protagonista, a quien da vida la siempre estupenda Isabelle Huppert, tiene la facultad de sacar de quicio al dueño de la empresa, y es también capaz de soliviantar a peces gordos de la Francia de 2012 (en plena ebullición política, con Sarkozy de salida y Hollande rumbo al Eliseo).

Mi experiencia cinematográfica no estaba siendo gozosa, pues, transcurridos 30-40 minutos. Pero si estoy tecleando es porque algo pasó…

Ese cambio de rumbo se produce cuando la asistenta de Maureen llega a la casa, y se la encuentra amordazada en el sótano, con una A rasgándole el abdomen, y el mango de un cuchillo introducido entre sus piernas. En el hilo argumental de la historia, ahí tenemos las consecuencias que la sindicalista se ha buscado con su empeño en incomodar a personajes destacados del dinero y el poder. Por ende, no cabe esperar gran motivación en las fuerzas del orden y la justicia para perseguir a los agresores…

Y, claro, mi atención resucita. De repente, esa trama que me estaba resultando densa, abigarrada, difícil de digerir… incorpora un nuevo ingrediente que viene a universalizar la historia.

Porque, aunque sea Maureen quien lo vive, su odisea ya no es únicamente suya, concreta, específica, intransferible. Lo que vemos de ahí en adelante es a una mujer sometida a un auténtico calvario tras denunciar una violación. En este caso, es una mujer adulta, sólida, acostumbrada a resistir presiones (es sindicalista), cuenta con apoyo familiar, descubriremos que sabe el terreno que pisa… Pero incluso con tantas bazas a su favor para soportar la tempestad, vamos a verla naufragar. Y vamos a comprender perfectamente que se hunda. Imaginemos lo que debe suponer igual proceso para una chica joven, cuyas coordenadas vitales eran exámenes, primeros novietes y hormonas, y que una noche es violada en un callejón…

¿Cuántas veces, en cuántos foros, tras qué clase de preguntas, formuladas con qué tono e intención, va a tener que relatar su traumática experiencia? ¿A cuántas pruebas periciales invasivas, todas desagradables, más desperantes cada vez que se repiten, va a tener que someterse? Y, sobre todo, ¿cómo reaccionará cuando detecte que asoman las dudas entre los policías, en su abogado, en su entorno?

Todo esto se expone con quirúrgica precisión en la película. Y Maureen, que en su papel de víctima ya estaba siendo maltratada, entra en una nueva pantalla cuando se convierte en sospechosa. Incluso para mí, desde la butaca del cine, fue un potro de tortura observar los métodos policiales para tratar de derrumbarla, la actitud pusilánime de su teórico sustento legal, las inclementes preguntas de la jueza que se encarga de dictaminar si merece ser condenada… No sabía que ‘Un blanco fácil’ era una película de terror.

El último tramo del metraje convierte mi indignación en furia, y eleva mi espíritu. Pero cuando salgo de la sala, antes incluso de husmear en detalles sobre esa historia real que acabo de ver ficcionada, no puedo dejar de darle vueltas a la cabeza. Al infierno vivido por esa mujer, no cuando el miedo la paraliza durante la agresión, sino cuando implora justicia.

Pasar este trago me habría revuelto el estómago en todo caso. Incluso aunque no llevara meses viendo cómo la ley que se pergeñó en España para ahorrarles a las víctimas estos procesos se ha convertido en un pim-pam-pún al que disparan desde todas las sensibilidades; incluso aunque no hubiera sentido náuseas con aquello de “es fácil demostrar la agresión, basta con una heridita”; incluso aunque no hubiera habido vetos de difícil resultado sumatorio; incluso aunque no supiera que los amigotes del presidente se sienten incómodos con el tono agresivo del feminismo; incluso aunque no nos aproximemos irresolublemente hacia el momento en que las urnas otorguen el poder a quienes se descojonan sin careta de la violencia machista.

Los lagrimones de Isabelle Huppert ante la embestida de la jueza son pocos para los me dan ganas de derramar a mí…

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2023/06/25/critica-de-cine-un-blanco-facil/
26 de febrero de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Nora llora con desconsuelo porque tiene pánico a su primer día en un nuevo colegio. Su hermano mayor, Abel, le promete que todo irá bien, y que estarán juntos en el recreo. Finalmente, ella consiente en soltarse del abrazo de su padre, y entra a la escuela. ¿Sabrá adaptarse?¿Será capaz su tato de facilitarle las cosas?

DESDE MI PUNTO DE VISTA
La escena inaugural de la película, la que nos sitúa ante la puerta del colegio, con el llanto desaforado de Nora, está rodado en primerísimo primer plano, con sequedad naturalista, sin artificios. Y la autora, en esos, sus primeros segundos como cineasta, hace una declaración de intenciones sobre lo que va a ofrecernos en su breve cinta de debut. La niña protagonista va a copar cada fotograma, su expresión facial es la que nos va a conducir en todo momento, y más que mostrárnosla sometida a un contexto, vamos a verla básicamenta a ella, y a aquellas circunstancias que sucedan en su más próxima cercanía, que tengan capacidad para invadir su espacio vital y alterar su ecosistema. Lo demás, queda fuera.

La composición de lugar que creíamos habernos hecho en la primera secuencia, la de una niña desamparada a la que su hermano tratará de sacar a flote, salta pronto por los aires. Ella, pese a su timidez cuasi autista, pronto da síntomas de ser capaz de amoldarse a su nueva realidad. Y él, lejos de ser un firme punto de anclaje, es objeto de humillantes vejaciones por parte de sus compañeros, en un bullying de alto voltaje. Nora trata entonces de cambiar las tornas, y ser ella quien le ayuda a él, pero sus intentos chocan con el rechazo de Abel, que teme que cualquier delación no sirva sino para empeorar su ya de por sí extrema posición.

Incapaz de soportar el sufrimiento de su tato, y pese a que ha hecho pronto un grupito de amigas y va poco a poco superando pruebas en clase de educación física que le pintan una sonrisa de satisfacción en la boca, Nora desoye las súplicas de Abel, y alerta a su padre del acoso que está teniendo lugar. Algo se rompe entonces entre los hermanos, y la trama experimenta un nuevo viraje que vuelve a dejar marchitas las expectativas que nos habíamos creado en la sala de butacas.

De ahí en adelanta, asistimos a sustantivas modificaciones en el estatus que trata de labrarse Abel, en la relación entre ella y él, en la consideración que siente la niña hacia su padre y hacia su hermano… Y cobra sentido el título de la película, eso de ‘pequeño mundo’, por el trasvase que se puede encontrar entre las cuitas de esos escolares belgas y la vida real, el mundo en que vivimos los adultos, los incoherentes comportamientos que exhibimos, el asombrosamente corto alcance de nuestra memoria, la demente afectación que tiene sobre nosotros la presión social… En poco más de una hora de metraje, esta niña que en ningún momento sobreactúa ni se ve sometida a excesos de patetismo en el guión nos interpela a quienes le vemos, y nos sonroja. Nos dice las verdades del barquero, aunque parezca que lo haga cándidamente, sin darse importancia.

Quizá mi sensibilidad, abierta en canal ante este fin de semana cinéfilo que he improvisado sin tenerlo previsto durante el desayuno del sábado, haya sobrevalorado las intenciones de la autora, y sus ambiciones. Pero salgo de la sala con la convicción de haber asistido a un tratado de geopolítica (esos pueblos oprimidos que no tiene empacho en oprimir cuando cambian las tornas, véase el apartheid instaurado por los nietos de los supervivientes de la shoa); veo el reflejo de cómo hondas convicciones que parecen sólidas como columnas pueden tambalearse bajo la presión social, amenazadas por el impacto del qué dirán, tambaleantes cuando perspectivas diferentes, y a menudo abyectas, nos crean dudas y desnudan nuestros teóricamente firmes principios; incluso opino que esta Laura Wandel a la que seguiré la pista se marca todo un tratado sobre las relaciones afectivas, sean de la índole que sean, incidiendo en cómo cuanta mayor sea la potencia y cercanía de la conexión, mayor también la virulencia de sus vaivenes, y la onda expansiva que pueden generar los desencuentros.

Los títulos de crédito, que emergen tras un nuevo giro de guión, esta vez en forma de abrazo, me parece que llegan en un momento muy preciso y pensado. Y su sequedad me hace darme cuenta de que no he escuchado una nota musical en todo el metraje. Y que, pese a esa total ausencia de elementos aditivos, mi conexión con la pantalla ha sido continua, y que eso ha sido posible merced al buen libreto, y gracias también a la portentosa actuación de una niña prodigio.

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2022/02/26/critica-de-cine-un-pequeno-mundo/
4 de noviembre de 2024
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Anora, una scort neoyorkina, es requerida por el dueño de su garito porque hay unos clientes que hablan ruso, y ella algo lo chapurrea. Así conoce a Vania, un niño pijo ruso de visita en Estados Unidos antes de que su familia, podrida de dinero, le reclute para volver a casa y empezar a trabajar en la empresa oligárquica. Vania se encapricha con Anora, y la contrata en exclusiva para una semana, durante la cual ella disfruta de los inimaginables lujos que él puede permitirse. Cuando el contrato va a finalizar, él le ofrece prolongarlo… hasta que la muerte les separe.

¿POR QUÉ LA ELEGÍ?
El año pasado me impuse una obligación de aquí en adelante: ver cada año en el cine la película ganadora de la Palma de Oro, y dejar aquí mi valoración. No es que me auto-sometiera a un gran compromiso… y además ya venía cumpliéndolo incluso antes de haberlo asumido, porque desde ‘Dheepan’ (2015) he visto todas las palmas en sala grande excepto ‘Titane’, que pre-juzgué como una ida de olla de inabordable.
Así pues, por gusto y por obligación, me planté en el cine ante el estreno de la triunfadora de Cannes 2024.

DESDE MI PUNTO DE VISTA
Sean Baker ha tenido que ganar una Palma de Oro para hacerse merecedor de mi confianza… Mi herodismo me disuadió de comprobar si eran merecidas las unánimes loas a ‘The Florida Proyect’, y aunque me picaba la curiosidad tampoco di el paso de ver ‘Red rocket’, así que los fotogramas de apertura de ‘Anora’ me descubrían a un nuevo cineasta.

Acudía a su encuentro con las compuertas abiertas, deseando descubrir por qué había logrado ganar, quizá, el galardón más prestigioso desde un punto de vista cinéfilo. El Oscar tiene más valor comercial, no me cabe duda, pero el aura de ganar Cannes le da más caché a una película. Y por eso, he de admitir que sentía cierta sorpresa durante el primer tramo de ‘Anora’. No porque me disgustara lo que estaba viendo; me divertía, me interesaba, me parecía bien contado… Pero no le encontraba enjundia suficiente como para tan honorable galardón.

En ese sentido, me resultó tranquilizadora la secuencia en la que Anora y Vania negocian el precio de la semana de exclusividad, por el guiño tan evidente a ‘Pretty woman’. Hasta entonces, estaba empezando a pensar que aquello no era sino una mera revisión actualizada de la mítica obra de Garry Marshall, pero el “te habría pagado más” de él, unido al “me habría conformado con menos” de ella llevaba las resonancias a un punto tan evidente que me sirvió de pista: de un momento a otro, esto va a tomar un cariz muy distinto.

Y así es. Primero, porque en este caso no serán los amigos del putero quienes traten de humillar a nuestra protagonista; ellos la adoptan de buen grado para participar en esa vida opípara hasta el extremo que incluye fiestas en el casoplón y vuelos privados a Las Vegas para satisfacer un antojo. Será la familia del potentado la que entre en juego, y aterrice abruptamente en la cruda realidad el cuento de hadas. Se acabó el glamour, adiós a la elegancia.

Efectivamente, ‘Anora’ actualiza ‘Pretty woman’, vaciando de purpurina aquella romántica historia para darle un nuevo enfoque que responde mucho mejor a la sociedad actual, curada de espanto, menos predispuesta a los happy ends, más escéptica. Baker se permite el lujo de crearnos una falsa expectativa de giro quijotesco, cuando Anora amenaza a su suegra con una multimillonaria demanda de divorcio; pero la zarina corta de raíz el intento, pone los puntos sobre las íes, y nos acojona tanto a quienes estamos a este lado de la pantalla como amedrenta a la pobre nuera rebelde.

Ese giro de guión me empieza a dar pistas de por qué esta cinta mereció la entrega del jurado en Cannes, pero cuando definitivamente la película me seduce es con el cambio de rasante que se produce durante la noche de búsqueda del fugado Vania. Las andanzas del cuarteto por Nueva York me parecen brillantes en lo narrativo, y más aún por su puesta en escena. Visual, atmosférica y cinematrográficamente, el culmen de ‘Anora’ lo encuentro en esa media hora de tumbos, con Toros enseñando la foto por doquier, Garnik arrastrando patéticamente su cuerpo magullado, e Igor erigido en ángel de la guarda de nuestra heroína.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Llegamos así al doble desenlace de la trama. Primero, con Vania quitándose la careta en la escalerilla del avión, y Anora exhudando dignidad ante la funcionaria de Las Vegas, que no puede evitar preguntar si las pieles del abrigo son de verdad. Y después, con la catártica escena final, en el coche de Igor, cuando comprobamos que la resistencia numantina de nuestra protagonista tiene un límite.

Cuando aparecen los títulos de crédito, en definitiva, ya puedo comprender las razones que motivaron al jurado a adornar con la Palma de Oro el palmarés de esta película. Y, una vez más, salgo con buen sabor de boca de mi anual inmersión en las películas triunfales de Cannes.

Dicho esto, no puedo evitar preguntarme: ¿la latente rusofobia que se destila en el metraje habrá sumado puntos en favor del reconocimiento de ‘Anora’?

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2024/11/03/critica-de-cine-anora
28 de julio de 2022
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
La situación de Simon y Lisa en París es contradictoria: el tren de vida que llevan es de alto standing, pero no gozan de la menor estabilidad. La explicación radica en que él se dedica a vender cocaína a adinerados clientes de la capital, lo cual conlleva altos ingresos, pero gigantes incertidumbres. Una noche, en el casoplón de uno de esos pudientes farloperos, tiene lugar un suceso que cambia y separa las vidas de la pareja.

DESDE MI PUNTO DE VISTA
No albergaba grandes expectativas de camino a la sala. No había visto ninguna de las anteriores obras de la directora, el trailer no me había removido, corría el riesgo de que mi visionado se viera afectado por el jet lag… Pero el cine francés me genera confianza, y la cartelera veraniega tampoco es que sea un paraíso lleno de frugales oportunidades, así que aposté por esta propuesta de Nicole García.

Contra pronóstico, pues, y para mi deleite, la película me brinda una calurosa acogida desde el primer fotograma. La atmósfera que rodea las andanzas de Simon y Lisa me concierne, y los elementos que dan forma a la trama me resultan muy estimulantes: los acomodados (tirando de eufemismo) escenarios en que se desarrollan las escenas, la sofisticada belleza de todo el elenco, lo sensacionalmente bien que visten (si algo echo de menos del invierno es el placer de usar un estiloso abrigo), el poder hipnótico de París, el polvito blanco que tantos recuerdos me trae… Me encanta estar en esa fiesta a la que me ha invitado la cineasta.

Mi placentera experiencia alcanza su cénit cuando la pareja protagonista visita la descollante casa de ese Pierre-Henri tan aficionado al ejercicio nasal. Cada plano de cada rincón de cada habitación es un masaje para mis sentidos, todo ello convenientemente acompañado por la música, el ambiente… Por eso, sufro casi más que Simon cuando tiene lugar el suceso que corta el rollo de la noche, y supone un punto de inflexión en las existencias de los personajes (sobre todo, obviamente, en la de Pierre-Henri…). Concluye así el primero de los tres actos en que se estructura ’Los amantes’. Es el que pone en marcha la trama, y el más corto de los tres. Pero es el que más me subyuga.

Una estupenda elipsis nos lleva desde el guardarropa de un garito parisino hasta una isla en el Índico varios años después, y arranca el segundo capítulo, en el que un tercer personaje protagonista, Leo, aparece en escena. El elemento narrativo que lidera este tramo de la película es esa pugna a la que a lo largo de nuestras vidas nos tenemos que enfrentar en distintas ocasiones, y que pone a sentimiento y raciocinio en esquinas opuestas del ring. En este caso, es Lisa quien se ve expuesta a esa disquisición, debatiéndose entre lo que le pide el alma (y el cuerpo) y lo que le dicta la cabeza, encantada con el lujo y el relax que la rodean. El acto se cierra en lo que parece una sesuda y dolorosa decisión por su parte. Al fin y al cabo, no hace sino repetir el patrón de comportamiento que había adoptado Simon en París, cuando tuvo que elegir entre salvar su culo o su amor.

Regresamos del meridional océano, y nos afincamos en Ginebra para el tercio definitivo de la película. Pronto descubrimos que determinadas cadenas emocionales no son fáciles de romper, y como quiera que el acto de ver una película es una actitud de corte sensorial, no pragmática, desde la butaca nos congratulamos al comprobar que la llama prendida en París es capaz de sobrevivir al tiempo y al espacio. No obstante, también nos damos cuenta de que Lisa se ha enfangado en un modus vivendi dual que no puede ser sostenible. Ella debe ser la primera en saberlo, y por eso actúa de forma obtusa cuando mezcla sus dos mundos, algo que difícilmente puede salir bien. A partir de ahí, las vetas de thriller que por momentos ya había apuntado la película en determinados pasajes anteriores se convierten ahora en predominantes. Los sentimientos siguen mandando, ya que las corajudas apuestas que van a hacer los unos y el otro vienen determinadas por el afán (bien de cambio, bien de permanencia) que les dicta el corazón. Pero si ya incluso en los pasajes en que el factor romance llevaba las riendas no estábamos ante una narración sensiblera, en este tramo final nos adentramos definitivamente en terrenos de tensión soterrada y oscuridad latente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Llegamos así al desenlace, que me recuerda en cierto modo al del ’Vértigo’ de Hitchcock (sin ánimo de cometer sacrilegio). La resonancia me viene por cómo en apenas un minuto de metraje, el último, nos llega numerosa información que gira la perspectiva del desenlace. Sin entrar a emitir mi posicionamiento sobre si hay un cariz moral en la resolución del entuerto, aplicando sobre quien mal anda el consabido final de la coletilla, sí que le reconozco estilo a cómo pone broche Nicole García a esta historia que me ha resultado muy disfrutable en la forma, pese a contener tantas aristas en el fondo.

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2022/07/27/critica-de-cine-los-amantes
17 de julio de 2022
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Amina lleva una vida complicada, siendo madre soltera en una sociedad como la de Chad, donde esa condición no goza de gran prestigio… Pero ella tira para adelante, y a base de convertir neumáticos de desecho en estufas artesanales, va sacando adelante a su hija Maria, que a sus 15 años estudia en el Liceo y es alegre y vivaracha. Sin embargo, de un día para otro, la niña cambia radicalmente de actitud. La causa es que se ha quedado embarazada, para desesperación de Amina.

DESDE MI PUNTO DE VISTA
Sumergirme durante hora y media en la lucha de Amina y Maria por su derecho a interrumpir el embarazo de la adolescente ya habría resultado angustioso de por sí, merced al talento del autor de la película. Pero mi experiencia espectadora se ha visto indefectiblemente afectada por un elemento que no es ficción, sino pura realidad: el país más poderoso del mundo, que además está recolonizando Europa a lomos de la guerra de Ucrania, acaba de despojar a sus ciudadanas del derecho al aborto, dejando la cuestión al albur de las administraciones estatales locales.
Con esa amenazante espada de Damocles muy presente en mi ánimo, ‘Lingui. Lazos sagrados’ comienza mostrándonos de manera muy eficaz cómo puede afectarle a una niña un embarazo no deseado. Vemos cómo su desparpajo vendedor, su energía musical, su vigorosa alegría… se transforman inmediatamente en congojo, en introspección, en rechazo de todo contacto, en amargura, llegando al punto de un chapuzón sin flotador. Podemos empatizar perfectamente con su sufrimiento, sobre todo gracias a las pistas que nos deja el director para que sospechemos cómo se produjo la concepción (esa mirada temerosa a la puerta de hierro, ese sueño pataleante…).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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A continuación, Haroun dirige su cámara hacia la otra gran afectada por el embarazoso tsunami: la madre de la chica. Y vemos las distintas fases por las que atraviesa Amina, etapas en las que se verán perfectamente reconocidas tantas y tantas familias, muchas de ellas habitantes de la tierra de las oportunidades, del país garante de la libertad, del líder que todo occidente debe seguir falderamente. Como le sucederá a cualquier madre afincada en Texas o Florida, la protagonista de nuestra película se desespera primero con su hija, lamentando su poca cabeza; después asume lo sucedido, lo digiere, y se pone manos a la obra para lidiar con ello; entonces topa con la cruda realidad de la sociedad en que vive, que prohíbe a las niñas de 15 años decidir sobre sus cuerpos, sus futuros y sus vidas; con tal de poder ayudar a su hija, Amina indaga sobre vías alternativas, y descubre una primera opción, tan fácil como pagar; pero claro, no le llega, ella es madre de segunda división, no puede solucionar el problema de su Maria tirando de chequera; investiga si existen vías similares pero a menor precio, y efectivamente las hay, pero cuando pregunta si son seguras, la respuesta que recibe es que ”dios decide”; prefiere prostituirse antes que confiar en el designio divino, pero el putero al que acude las prefiere más jovencitas, así que tampoco así resolvemos el entuerto…
Como esto es ficción, una visita inesperada le proporciona a Amina los ingresos suficientes como para sufragar el coste del aborto. La mayoría de mujeres pobres de los estados bajo gobierno republicano no podrán empeñar la pulsera de oro de ninguna hermana… pero ése es otro cantar. En nuestra película, podemos por fin ingresar en una clínica donde nos quitarán el marrón que nos corroe por dentro, pero surge entonces una nueva amenaza sobre la desasosegante vida de Amina. Tras lustros padeciendo la presión social como madre soltera, y tras haber solventado de forma afortunada la presión económica que le impedía ayudar a su hija, ahora es la presión policial la que aborta el aborto. La película alude también a la presión patriarcal (eludida en forma de ablución simulada), y por supuesto a la presión religiosa (me encanta el primer plano de Amina y Maria, desafiantes tras la invasiva visita del imam).
Son tantas las invectivas que agreden a nuestras heroínas que no puedo sino vibrar cuando asisto a la solidaridad femenina de esa enfermera que nos devuelve la sonrisa, y sobre todo cuando Amina responde a tanta insidia con una somanta de palos (¿cómo no sumar fuerzas desde la butaca a ese esfuerzo golpeador?). Queda así atestiguada la valía como contador de historias de este Mahamat-Saleh Haroun que no en vano fue seleccionado por Cannes en su debut hace 20 años, y cuenta también en su haber con el reconocimiento del Festival de Venecia.
Cuando abandono la sala, me asalta una certeza capaz de desazonarme: mujeres violadas en Utah, Dakota del Sur, Oklahoma, Alabama, Kentucky… envidiarán la suerte de Amina y Maria. Y justo después, otra más: nuestro Tribunal Constitucional tiene en su lista de tareas pendientes decidir sobre le recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP contra la Ley del Aborto…

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2022/07/16/critica-de-cine-lingui-lazos-sagrados/
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