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8,6
172.094
10
31 de mayo de 2008
31 de mayo de 2008
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no ha visto la película, por dios véala ya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tras arrastrarse horas y horas durante kilos y kilos de mierda, Andy cayó a un charco. Sus ropas de carcelario se empaparon por completo, su cara se mojó entera e hizo chapotear el agua. Llovía. No se lo creía. Aquello no podía ser posible. Se levantó, a duras penas y con un esfuerzo agotador se consiguió mantener en pie. Veinte años. Veinte malditos años. Dio unos pasos al frente y miró hacia atrás. Entonces pensó en todo lo que había pasado en Shawshank. En esos malditos años. Pensó en las injurias que había sufrido. En el alcaide Norton, aquel cabronazo se las había hecho pasar crudas. Pensó en los trabajos forzados, en el pobre Brooks, en Tommy, en la biblioteca, en las vejaciones, en las hermanas… y en Red. El viejo Red. Entonces se dio cuenta de lo que había hecho. De su proeza. Se quitó su roída camisa de cárcel, y cómplice, extendió los brazos al cielo, sonriendo. Sintiéndose libre, al fin. Las gotas de agua se mezclaban con sus lágrimas saladas de alegría. Andy lo había conseguido. Andy se había ido al Pacífico.
“No lo he oído, lo he leído. ¿Tú sabes leer, ignorante de mierda?
“No lo he oído, lo he leído. ¿Tú sabes leer, ignorante de mierda?
28 de septiembre de 2008
28 de septiembre de 2008
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cristopher Nolan se ha lucido y tras la normalilla (más bien mediocre) Batman Begins un se podría esperar un film de calidad similar, pero nada más lejos de la realidad, ya que esta era tan solo un pequeño preludio de lo que vendría después, una de las mejores películas de todos los tiempos, sino la mejor. Y argumentos para colocarla como tal tiene de sobra:
· Un guión magnífico, con una profundidad de personajes asombrosa (cualquier película de superhéroes se queda obsoleta en este aspecto)
· Explosiones a tutiplén.
· Una fabulosa dirección, mucho mejor que en Batman Begins, donde ver una pelea mareaba mucho.
· Una sensación al final que solo te dejan esas grandes películas
· Y por último unas interpretaciones fabulosas, Christian Bale cumple con creces, Aaron Eckart lo hace muy bien, Morgan Freeman está sobrado y Michael Caine es grande con su “pero mire que se lo dije”
Dejo aparte la mastodóntica actuación del dios Ledger, que quedará sin ninguna duda inmortalizado por su pronta muerte junto a mitos del tipo de Kurt Kobain. Unas expresiones faciales que te dejan sin aliento, un personaje que te hace reír (que grande es su truco de magia del lapiz) y pasar pánico con esas terroríficas muecas. Una pena su fallecimiento, sin duda.
Parece mentira que el alabado hasta la extremaunción Tim Burtón haya rodado mediocremente una película que no transmite nada, no es más que otra patética película de superhéroes como puede ser cualquiera de Spiderman, mientras Nolan, ni la mitad de reconocido que el mediocre Burton, ha rodado esta compleja epopeya, como si del nuevo Orson Welles y su Ciudadano Kane se tratara, revolucionando por completo la nueva industria cinematográfica, que no hace más que traer bodrios Hollywoodienses románticos o estúpidas películas de superhéroes planos. Sin lugar a dudas, Nolan se ha hecho con un hueco en el olímpo de los grandes cineastas de todos los tiempos, con esta perturbadora obra.
Para ser claro, no sobra ni una explosión. Gracias, Nolan
· Un guión magnífico, con una profundidad de personajes asombrosa (cualquier película de superhéroes se queda obsoleta en este aspecto)
· Explosiones a tutiplén.
· Una fabulosa dirección, mucho mejor que en Batman Begins, donde ver una pelea mareaba mucho.
· Una sensación al final que solo te dejan esas grandes películas
· Y por último unas interpretaciones fabulosas, Christian Bale cumple con creces, Aaron Eckart lo hace muy bien, Morgan Freeman está sobrado y Michael Caine es grande con su “pero mire que se lo dije”
Dejo aparte la mastodóntica actuación del dios Ledger, que quedará sin ninguna duda inmortalizado por su pronta muerte junto a mitos del tipo de Kurt Kobain. Unas expresiones faciales que te dejan sin aliento, un personaje que te hace reír (que grande es su truco de magia del lapiz) y pasar pánico con esas terroríficas muecas. Una pena su fallecimiento, sin duda.
Parece mentira que el alabado hasta la extremaunción Tim Burtón haya rodado mediocremente una película que no transmite nada, no es más que otra patética película de superhéroes como puede ser cualquiera de Spiderman, mientras Nolan, ni la mitad de reconocido que el mediocre Burton, ha rodado esta compleja epopeya, como si del nuevo Orson Welles y su Ciudadano Kane se tratara, revolucionando por completo la nueva industria cinematográfica, que no hace más que traer bodrios Hollywoodienses románticos o estúpidas películas de superhéroes planos. Sin lugar a dudas, Nolan se ha hecho con un hueco en el olímpo de los grandes cineastas de todos los tiempos, con esta perturbadora obra.
Para ser claro, no sobra ni una explosión. Gracias, Nolan
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dedicada a Humoypalcer, que me ha costado horrores escribir esta crítica, -y me debes una, ya sabes cual ;)- y en general a la gente del EFQSDF, grandes donde los haya.

5,8
20.783
2
3 de octubre de 2016
3 de octubre de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante toda la historia de la humanidad, los medios de los líderes mundiales para manipular a las masas han sido muy rudimentarios. No he hecho ningún estudio pormenorizado sobre la propaganda anterior al siglo XX, pero un rápido vistazo a la Wikipedia basta para realizar que hasta la WWI no se sistematiza el uso de la información. Se asocia el uso de la propaganda principalmente a Joseph Goebbles, cuyo uso de todos los medios posibles habidos y por haber para manipular a los alemanes durante el régimen nazi se estudia aún en las escuelas, pero antes que a Goebbles, se considera a Edward Bernays – sobrino de Sigmund Freud – el inventor de la propaganda tal y como la conocemos hoy en día. Probablemente sea el cine, inventado precisamente en los primeros años del siglo XX (época en la que vivió Bernays), el medio mediante el cual se ha aprovechado para emitir más mensajes propagandísticos.
Tras la invención del sonoro, a lo largo de aproximadamente 50 años, algunos autores brillantes explotan las cualidades del medio con películas como M o Ciudadano Kane y como es lógico, desde Hollywood se aprovecha las tremendas oportunidades que ofrece el cine para manipular a conveniencia a los espectadores. ¿Pero casa esto con una visión personal y artística del cine?. Esto no es excluyente con la propaganda, pero si que son dos conceptos que a priori pueden chocar: para que el autor ofrezca su obra al público como una idea propia (es decir, como arte), no puede adaptarse a una historia cuya razón de ser es influir de una forma particularmente determinada en el número más amplio posible de espectadores. No es excluyente porque hay ejemplos evidentes de que una película con tintes propagandísticos puede tener un enorme valor artístico: la filmografía de Frank Capra es un buen ejemplo de ello; el cine es, al fin y al cabo, manipulación, lo que cambia es si esta se hace bien o se hace mal. Ha habido películas peores que Que bello es vivir destinadas a la propaganda más exacrbada que sencillamente no han pasado a la historia, pero hablamos de una época en la que cuesta trabajo realizar una película con un fin determinado: los guionistas deben rascarse la cabeza para lograr obtener una narración lo suficientemente buena que permita identificarse con el protagonista al target al que va dirigido la película, y a la vez no había la tremenda cantidad de efectos especiales que hoy en día tenemos al alcance.
Tras la revolución cinematográfica de los 70 (simple apéndice de la revolución hippie, que cambió la sociedad al completo) surgen nuevas medios que en un principio beben del cine, que pasan a ser influencias del mismo: videojuegos, videoclips… Así, el cine de hoy en día está tan alejado del cine anterior a 1975 como el sonoro está alejado del mudo, con lo que resulta necesario establecer un canon estilístico acorde a los tiempos actuales. Para ello, se cuentan con nuevos medios: la cantidad de escenarios que se pueden recrear mediante los fx de una forma hiperrealista posibilita cualquier historia, se puede recrear prácticamente lo que queramos. Además, y esto es clave, vivimos en la época del Big Data. Se dispone de una cantidad gigantesca de información referente a todo. Es muchísima más información que la que se disponía hace 30 ó 40 años. En términos propagandísticos, la ventaja de esto es evidente: los publicistas conocen al dedillo las ambiciones y las rutinas de una persona estándar, y a partir de la ingente cantidad de datos que manejan, pueden crear una historia con un target amplísimo. El resultado es que las películas tienden a ser clónicas. Basta con realizar una pequeña modificación de guión que afecte a la forma pero no al fondo de la película para fabricar un nuevo producto; y no hay límites en las posibles e infinitas modificaciones de estas historias, porque sea cual sea el mundo y el contexto deseado, se podrá recrear. Así, el espectador avezado puede distinguir en cada película cuando viene la escena lacrimógena, cuando viene el plano-contraplano con diálogo sobre la necesidad de luchar por tus sueños, cuando viene la escena cómica para quitarle hierro al asunto… como si existiese una enorme fábrica de montaje en la que se construyesen sin descanso todas estas cintas
(sigue en el spoiler sin desvelar detalles de la trama)
Tras la invención del sonoro, a lo largo de aproximadamente 50 años, algunos autores brillantes explotan las cualidades del medio con películas como M o Ciudadano Kane y como es lógico, desde Hollywood se aprovecha las tremendas oportunidades que ofrece el cine para manipular a conveniencia a los espectadores. ¿Pero casa esto con una visión personal y artística del cine?. Esto no es excluyente con la propaganda, pero si que son dos conceptos que a priori pueden chocar: para que el autor ofrezca su obra al público como una idea propia (es decir, como arte), no puede adaptarse a una historia cuya razón de ser es influir de una forma particularmente determinada en el número más amplio posible de espectadores. No es excluyente porque hay ejemplos evidentes de que una película con tintes propagandísticos puede tener un enorme valor artístico: la filmografía de Frank Capra es un buen ejemplo de ello; el cine es, al fin y al cabo, manipulación, lo que cambia es si esta se hace bien o se hace mal. Ha habido películas peores que Que bello es vivir destinadas a la propaganda más exacrbada que sencillamente no han pasado a la historia, pero hablamos de una época en la que cuesta trabajo realizar una película con un fin determinado: los guionistas deben rascarse la cabeza para lograr obtener una narración lo suficientemente buena que permita identificarse con el protagonista al target al que va dirigido la película, y a la vez no había la tremenda cantidad de efectos especiales que hoy en día tenemos al alcance.
Tras la revolución cinematográfica de los 70 (simple apéndice de la revolución hippie, que cambió la sociedad al completo) surgen nuevas medios que en un principio beben del cine, que pasan a ser influencias del mismo: videojuegos, videoclips… Así, el cine de hoy en día está tan alejado del cine anterior a 1975 como el sonoro está alejado del mudo, con lo que resulta necesario establecer un canon estilístico acorde a los tiempos actuales. Para ello, se cuentan con nuevos medios: la cantidad de escenarios que se pueden recrear mediante los fx de una forma hiperrealista posibilita cualquier historia, se puede recrear prácticamente lo que queramos. Además, y esto es clave, vivimos en la época del Big Data. Se dispone de una cantidad gigantesca de información referente a todo. Es muchísima más información que la que se disponía hace 30 ó 40 años. En términos propagandísticos, la ventaja de esto es evidente: los publicistas conocen al dedillo las ambiciones y las rutinas de una persona estándar, y a partir de la ingente cantidad de datos que manejan, pueden crear una historia con un target amplísimo. El resultado es que las películas tienden a ser clónicas. Basta con realizar una pequeña modificación de guión que afecte a la forma pero no al fondo de la película para fabricar un nuevo producto; y no hay límites en las posibles e infinitas modificaciones de estas historias, porque sea cual sea el mundo y el contexto deseado, se podrá recrear. Así, el espectador avezado puede distinguir en cada película cuando viene la escena lacrimógena, cuando viene el plano-contraplano con diálogo sobre la necesidad de luchar por tus sueños, cuando viene la escena cómica para quitarle hierro al asunto… como si existiese una enorme fábrica de montaje en la que se construyesen sin descanso todas estas cintas
(sigue en el spoiler sin desvelar detalles de la trama)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Acero puro es una película exactamente igual que otras cincuenta mil películas del estilo. Cambian algunos detalles sin importancia, pero el concepto de fondo siempre es el mismo. La cantidad de clichés y personajes prefabricados que tiene es tan abrumadora que parece una película realizada por una máquina, ajustándole los parámetros para que vomite un producto con la cantidad justa de escenas lacrimógenas y la cantidad justa de escenas cómicas. No hay alma. La base de la película es muy similar a la de Rocky, modificando aspectos a conveniencia (sustituimos amor chico-chica a amor hijo-padre), pero Acero puro coge la esencia de Rocky (que mejor o peor, es una película sencilla pero emocionante) y al mismo guión previamente desnaturalizado le añada miles de capas de fx como único método de diferenciación sobre las demás películas. Esto es, un gran y gigantesco envoltorio, que tras él esconde unos valores que intentan meter, a martillazos, en las cabezas de la gente. Los grandes problemas de estas obras de ingeniería propagandísticas es que al no cimentarse en un guión sólido y genuino, si no en copias con detalles ínfimos del mismo guión una y otra vez, se dejan aspectos importantes de la película en manos de retoques a los que no se les dado excesiva importancia. Es decir, la coherencia interna de la película se resiente profundamente. Así, un niño pequeño consigue controlar a su robot mediante control de voz mientras sus rivales, con mucho más presupuesto y conocimientos, lo siguen manejando con un joystick; esto es tomado como “válido” porque pese a que debería de ser el tipo de inconsistencia de guión a evitar, en estas películas no tiene demasiada importancia: es mucho más importante subrayar el machacón mensaje que la coherencia interna, que debería ser el objetivo número uno de cualquier película.
La sociedad actual está sometida a una cantidad de estímulos a los que ninguna otra sociedad ha sido sometida. La televisión es un invento capital en la historia de la humanidad y que además, potencia hasta límites inimaginables el uso de la propaganda: los que controlen las emisiones de la televisión, podrán decidir a su antojo los contenidos emitidos en ella. Las series y las películas emitidas en TV y constantemente vistas por una persona pueden modificar la visión del mundo que tiene esta persona. Si un individuo está permanentemente influenciado por una visión distorsionada o modificada de la realidad nunca se planteará si esa visión no es la correcta. Un ciudadano de Corea del Norte no puede concebir que en Corea del Sur la mayoría de habitantes tengan un coche, sencillamente para ellos es mentira y ya está. Películas clónicas como esta son las obras que nos meten con calzador constantemente, cabe suponer que con algún motivo. Más allá de preguntarse si una vez asimilado el “no te rindas nunca” y el “pelea hasta el final”, Acero puro intenta mandar algún mensaje más complejo, habría que pensar porqué desde la industria se nos bombardea con obras clónicas.
Acero Puro no parece una obra a la que dedicar una reflexión tan profunda, pero precisamente su homogeneidad respecto al resto de películas con las que nos inundan los mass media da pie a pensar en lo necesarias que son las obras en las que sus autores no están sujetos a mensajes que emitir, a mentes a las que manipular, si no que ellos, simplemente, dan forma a lo que tienen en su mente.
La sociedad actual está sometida a una cantidad de estímulos a los que ninguna otra sociedad ha sido sometida. La televisión es un invento capital en la historia de la humanidad y que además, potencia hasta límites inimaginables el uso de la propaganda: los que controlen las emisiones de la televisión, podrán decidir a su antojo los contenidos emitidos en ella. Las series y las películas emitidas en TV y constantemente vistas por una persona pueden modificar la visión del mundo que tiene esta persona. Si un individuo está permanentemente influenciado por una visión distorsionada o modificada de la realidad nunca se planteará si esa visión no es la correcta. Un ciudadano de Corea del Norte no puede concebir que en Corea del Sur la mayoría de habitantes tengan un coche, sencillamente para ellos es mentira y ya está. Películas clónicas como esta son las obras que nos meten con calzador constantemente, cabe suponer que con algún motivo. Más allá de preguntarse si una vez asimilado el “no te rindas nunca” y el “pelea hasta el final”, Acero puro intenta mandar algún mensaje más complejo, habría que pensar porqué desde la industria se nos bombardea con obras clónicas.
Acero Puro no parece una obra a la que dedicar una reflexión tan profunda, pero precisamente su homogeneidad respecto al resto de películas con las que nos inundan los mass media da pie a pensar en lo necesarias que son las obras en las que sus autores no están sujetos a mensajes que emitir, a mentes a las que manipular, si no que ellos, simplemente, dan forma a lo que tienen en su mente.
8
27 de febrero de 2011
27 de febrero de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ver el documental, la persona que había organizado el percal (era un evento por la semana de las artes o algo así) nos comentó que el documental no era basado estrictamente en hechos reales, y que al final teníamos que sacar nuestras propias conclusiones sobre la veracidad de lo contado. El caso es que conforme avanza el documental, - en teoría sobre Bansky - uno se va adentrando en la fascinante figura de Thierry Guetta, un tipo que se dedica a ir con su cámara grabando a los demás. El documental se podría definir como la historia del tipo que quería hacer un documental sobre Bansky, lo que permite al propio Bansky permanecer en un segundo plano, y centrarse en las excentricidades del padre de familia francés. Así asistimos a su particular ascenso al mundo del arte callejero con el sobrenombre de Mr. Brainwash. Entre medias asistimos a una de las bromas pesadas de Bansky, con Thierry grabándolo todo, y a una descojonante escena en la que se nos muestra la paranoia que resulta de tratar de hacer una película (Life Remote Control) con todo lo que Thierry ha grabado a lo largo de su vida. Hilarante.
El caso es que llega el final, Mr. Brainwash presenta su mastodóntica exposición, Life is Beautiful, gracias al hype creado por las recomendaciones de aquellos a los que grabó anteriormente y llegan las preguntas: ¿Que demonios es esto?
El caso es que llega el final, Mr. Brainwash presenta su mastodóntica exposición, Life is Beautiful, gracias al hype creado por las recomendaciones de aquellos a los que grabó anteriormente y llegan las preguntas: ¿Que demonios es esto?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al principio, he de decirlo, me empezó a parecer que Bansky, Fairey y los demás tenían algo de envidia del repentino éxito de Mr. Brainwash y de ahí las críticas del final. Diciendo esto parezco estúpido, pero es así. Aunque claro, a los diez segundos te paras a pensar en el caricaturesco retrato que te han hecho de Thierry, en esa forma tan banal en la que ha llegado al estrellato, y te das cuenta de que, presumiblemente, todo es falso, de que Mr. Brainwash es una fascinante invención de Bansky & Company para que despertemos de una vez.
El arte viene de dentro, es algo puramente personal, y uno puede tardar años en definir su estilo. Pero acostumbrados como estamos a Lady GaGas, a Madonnas (la portada de su último disco la diseñó Mr. Brainwash, tremendo) y a demás artistas creados por la industria, olvidamos esto. ¿Lección aprendida?
Excepcional documental que deberá hacer reflexionar a más de uno, y que además tiene el honor de haber creado/descubierto a uno de los personajes más geniales de los ultimos tiempos. Bansky debe de estar partiendose el culo desde su casa.
El arte viene de dentro, es algo puramente personal, y uno puede tardar años en definir su estilo. Pero acostumbrados como estamos a Lady GaGas, a Madonnas (la portada de su último disco la diseñó Mr. Brainwash, tremendo) y a demás artistas creados por la industria, olvidamos esto. ¿Lección aprendida?
Excepcional documental que deberá hacer reflexionar a más de uno, y que además tiene el honor de haber creado/descubierto a uno de los personajes más geniales de los ultimos tiempos. Bansky debe de estar partiendose el culo desde su casa.

8,1
32.921
4
27 de julio de 2010
27 de julio de 2010
19 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se si mi índice de molonidad es tan alto como para poder usar la fábula del emperador, pero para ser sincero me da exactamente igual.
La fotografía es lo único destacable de esta aburridísima película, y con una realización medianamente buena se podría haber logrado una atmósfera inquietante, pero con una dirección tan chapuzera, es imposible lograr nada. Todos los actores tienen un exageradísimo tufo teatral que tira para atrás de primeras. El personaje de Willa es sencillamente lamentable. La primera escena (la de las caras) es lo más cutre que he visto en mi vida. Absolutamente todo en la película es pretendidamente poético, la mayoría de veces sin resultarlo. Y así hasta el infinito.
La gente habla de puertas que hay que abrir para entrar en la película, yo hablo de llenarse la boca con chorradas. La película fue, al parecer, vilipendiada en su día, y ahora resulta que todos hemos madurado y nos hemos dado cuenta de que es una obra maestra. Me parto el ojete. Da igual que grites a los cuatro vientos que el emperador va desnudo, nadie te va hacer caso, y te dirán que no seas ignorante.
Y ahora, al NO. Al fondo a la derecha.
La fotografía es lo único destacable de esta aburridísima película, y con una realización medianamente buena se podría haber logrado una atmósfera inquietante, pero con una dirección tan chapuzera, es imposible lograr nada. Todos los actores tienen un exageradísimo tufo teatral que tira para atrás de primeras. El personaje de Willa es sencillamente lamentable. La primera escena (la de las caras) es lo más cutre que he visto en mi vida. Absolutamente todo en la película es pretendidamente poético, la mayoría de veces sin resultarlo. Y así hasta el infinito.
La gente habla de puertas que hay que abrir para entrar en la película, yo hablo de llenarse la boca con chorradas. La película fue, al parecer, vilipendiada en su día, y ahora resulta que todos hemos madurado y nos hemos dado cuenta de que es una obra maestra. Me parto el ojete. Da igual que grites a los cuatro vientos que el emperador va desnudo, nadie te va hacer caso, y te dirán que no seas ignorante.
Y ahora, al NO. Al fondo a la derecha.
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