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Críticas 81
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
20 de junio de 2021 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largometraje del director húngaro Béla Tarr, que se inscribe, como muy bien se ha dicho en otra crítica, en una primera etapa de cine semi-documental y social, y que se constituye, a mi parecer, como la más sólida de las que hasta ahora conforman su filmografía ( The Outsider, Nido familiar).

Gente prefabricada se erige como la película más completa de Tarr hasta la fecha, plasmando como ya hiciera Bergman en su magistral Secretos de un matrimonio, las vicisitudes de un matrimonio estándar en la Hungría comunista de la época.
Siguiendo la misma línea que en sus dos largos anteriores (cámara en mano, tono documental, ausencia de banda sonora, actores/actrices no profesionales, denuncia social...) el magyar expone, sin tapujos, como la falta de comunicación, la ausencia de empatía y la terrible opresión de un sistema inhumano y patriarcal (el hombre es explotado por el sistema, y este, descarga toda su frustración y rabia en su mujer) convierten a un matrimonio joven y con todo el futuro por delante, en un despojo lleno de violencia y desesperación.
El hombre cumple con su obligación (el trabajo) y después se desentiende de su mujer e hijos, es un egoísta empedernido, solo busca su placer y bienestar sin tener minimamente en cuenta el de su mujer e hijos, es dueño del espacio externo.
La mujer se encarga de los cuidados, de la casa, es dueña del espacio interno. Sus constantes exigencias, acaban por desesperar al marido. Es una mendiga del afecto y del amor que ella misma es incapaz de darse.
La relación se convierte, así, en una continua lucha, en un vaivén de idas y venidas, en una continua demanda de libertad (el marido que no es capaz de atender a su vulnerabilidad) y de afecto (la mujer que no es capaz de afrontar su independencia).

Gente prefabricada es una obra veraz, valiente y comprometida con la realidad de su época. Además, es una obra que desprende una fuerza y talento notables. Totalmente recomendable.
5 de abril de 2020 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es mi primera crítica de una serie, y la verdad que creo que no podría comenzar mejor.
True detective es terrible, malsana, tenebrosa, siniestra, densa, profunda, sutil y maravillosa. Es una de esas series que marcan una época. Es una serie antológica, diferente, y a la vez tanta veces vista dentro del panorama televisivo estadounidense. Es un thriller policiaco nihilista que nos revela a dos personajes absolutamente memorables. El gran duelo interpretativo entre Matthew McConaughey y Woody Harrelson quedará para los anales de la historia de la TV.

Rust Cohle (Matthew McConaughey) es un hombre con una impresionante capacidad intelectual, apasionado por su trabajo, obsesivo, manipulador, inteligente, nihilista, pesimista, solitario y con una enorme capacidad de liderazgo. Además es un sociópata, un misántropo; sin embargo, en el fondo esconde un gran amor por la vida, por los niños y por la libertad de pensamiento. Lee libros de investigaciones policiales y de filosofía. Su profunda y delirante capacidad intelectual le lleva, en muchas ocasiones, a carecer de empatía, compasión y amor al prójimo. Es importante resaltar que, ocasionalmente, tiene visiones que alteran su estado sensorial y psicológico. Esto se debe a sus experiencias con las drogas mientras trabajaba como infiltrado en narcóticos.

Marty (Woody Harrelson) es un hombre moralmente recto, hipócrita, infiel, deshonesto, con gran corazón, machista, con un gran sentido del deber y muy corto de miras. Alardea de la importancia que la familia tiene para ubicarse en un mundo en el que la norma y el deber son primordiales para tener una vida sana y normal. En el fondo, Marty es un hombre atormentado bajo la fachada del típico hombre de familia estadounidense. Es un moralista y, muy al contrario que Rust, es un optimista dolido y apesadumbrado. Además es un policía con una gran reputación dentro del cuerpo debido, como ya he señalado anteriormente, a su gran sentido del deber y de la responsabilidad.

Son memorables los diálogos en el coche en los que se muestran dos formas de entender el mundo completamente opuestas, pero que en el fondo se necesitan y se complementan. Estos diálogos están marcados por una profunda carga intelectual y humana, que nos hacen ver a dos seres atormentados, cada uno a su manera. Es también magistral la forma en que se diseccionan las psiques de los dos principales protagonistas, de manera que como espectadorxs no podemos evitar sentir empatía, odio, amor o repulsión por ellos.

Rust es, en todo momento el que lleva la batuta en la investigación arrastrando a Marty con sus conjeturas y sus pesquisas. Me encanta como los dos se necesitan y se complementan para llevar a cabo las investigaciones, a pesar de sus constantes peleas. Rust es la cabeza y la intuición y Marty pone los recursos materiales y humanos necesarios en cada momento. La relación entre ambos es tortuosa, pero a la larga acaba convirtiéndose en una amistad tierna y leal.

Es fascinante ese aire oscuro y nihilista que desplega la serie en todo momento. Esa densidad que puebla cada uno de los capítulos, y que tan bien representa el personaje de Rust, es la razón de ser de True Detective.

Técnicamente la serie es prodigiosa. La cámara se mueve con una gran fluidez por los parajes de Lousiana regalándonos algunos planos secuencia realmente impresionantes. La fotografía, junto con el guión son la clave de ese denso nihilismo que desprenden cada uno de los ocho capítulos. Y la música es absolutamente bestial. Es una banda sonora que acentúa la angustia, la desesperación y el terror. Más de la mitad de la serie está construida en torno a un flashback central que está maravillosamente construido y que engarza a la perfección con el momento actual. Además hay otros pequeños flashbacks que ayudan a que la comprensión de la trama sea aún mas completa. Pero en mi opinión, lo mejor de la serie está en las interpretaciones. Sublimes MacConaughey y Harrelson, dotando a sus personajes de una profunda personalidad, dejándonos un duelo interpretativo que muy difícilmente podamos volver a disfrutar en el cine o en la televisión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me encanta el final, porque muestra la evolución de los dos personajes. Rust se muestra vulnerable por primera vez, a raíz de una experiencia extrasensorial y multidimensional que le lleva a sentir el amor de su hija y su ex mujer de manera trascendental. Esto hace que, por primera vez, veamos a un Rust optimista, con la ya mítica frase de "la luz va ganando".
3 de febrero de 2020 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grandísima y hermosa película del maestro Visconti, que nos narra las vicisitudes de la familia Valastro en un pueblito de pescadores, su lucha por la dignidad y la supervivencia encarnada principalmente en ´Ntoni Valastro.

La tierra tiembla es un exponente perfecto del neorrealismo italiano:

1. Tiene un tono rotundamente documentalista. Esto se aprecia principalmente en los planos generales del muelle, en la narración de la vida cotidiana de la familia Valastro y del pueblo de Trezza. La cámara tránsita por el pueblo y por la casa de la familia, siempre mostrando su vida de manera natural y espontánea, sin juzgar. Como he dicho abundan los planos generales y escasean los primeros planos. Esto nos muestra la intención de Visconti de narrar la forma de vida de la gente del pueblo, huyendo de sentimientos y emociones individuales.

2. El reparto. Son gentes del propio pueblo y que evidentemente no son actores y actrices. Es fascinante el italiano que hablan, que poco tiene que ver con el italiano formal de las grandes ciudades. De hecho al comienzo del film, hay una frase que nos dice: aquí el italiano no es el idioma de los pobres.

3. La historia no la protagoniza un hombre, ni una mujer, ni siquiera una familia o un pueblo, como pudiera parecer a primera vista. La verdadera protagonista es la POBREZA. Visconti, a manera de anteriores películas neorrealistas de Rosellini o De Sica, la retrata de manera cruel y despiadada. La pobreza carcorme los cimientos de una familia aparentemente muy unida, es cínica, desoladora y no deja títere con cabeza. Es como una fusta que machaca las espaldas de cada ser que osa luchar contra ella. Es importante la relación que establece entre la arrogancia y la pobreza. Cuando la primera crece, la segunda castiga.

Así el personaje de ´Ntoni representa de manera clara esa lucha por la dignidad, por un futuro mejor. Representa también la lucha de lo nuevo contra lo viejo (el abuelo), de la libertad y la independencia contra la esclavitud a la que los pescadores y sus familias están sometidos por los mayoristas. ´Ntoni es la frescura y energía de la juventud, pero también su arrogancia e inconsciencia.

Por último me gustaría también destacar algunos aspectos que me han decepcionado ligeramente.
En mi opinión le sobra metraje. En ocasiones es reiterativa en la narrativa documental de la vida del pueblo y la familia y hay algunas escenas que sobran. Además, Visconti se quiere alejar tanto de sentimientos y emociones individuales, que transmite cierta sensación de frialdad pese a la dureza de la historia.
Las actuaciones en general, son inexpresivas y no reflejan al cien por cien la crudeza de lo que están viviendo.
Por último la voz en off me resulta cargante, ya que no aporta ninguna información adicional, y se limita a contar lo que muestra la imagen. Por lo tanto considero que pierde su poder narrativo.

Aún con todo, la tierra tiembla se erige como una película imprescindible para los amantes del buen cine.
19 de diciembre de 2020 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de esas películas por las que merece la pena ver y admirar este hermoso arte que es el cine. Es una de las obras que más lo han dignificado, que lo han elevado al séptimo cielo. El ángel exterminador es, en su conjunto, una obra magna dentro del séptimo arte, una obra que prácticamente roza la perfección. Por todo esto y muchísimo más, la obra del genio de Calanda es una de las grandes películas de la historia del cine.

El ángel exterminador es una de las mejores y más conseguidas sátiras que se han realizado dentro del cine. Buñuel aprovecha, como nadie, una situación tremendamente surrealista para parodiar hasta lo caricaturesco a la más rancia burguesía. El refinamiento, la educación, las buenas formas y la cortesía iniciales van dando paso, a medida que el encierro avanza, al primitivismo más absoluto, apareciendo actitudes y comportamientos que en principio nada tienen que ver con las más elementales formas burguesas de conducta. La abulia, la violencia, la maledicencia, el instinto asesino, el odio, la ansiedad y sobre todo el aislamiento y la desesperación se hacen dueños de estos personajes en principio, tan bien educados.
Es por ello, que el ángel exterminador representa ese aislamiento burgués, ese mirar para otro lado ante el dolor de los demás, esa falta de compromiso social y también ese terrible individualismo. Buñuel machaca a la burguesía y lo hace de una manera cruel e inmisericorde.

La atmósfera es sórdida, angustiante, opresora y agobiante. Los toques surrealistas abundan sobremanera, destacando por encima de todos el episodio de la mano, una espeluznante escena que pone los pelos de punta. Las voces externas (que parecen salir de las propias mentes enfermizas de los protagonistas), las escenas oníricas y una fotografía que juega de una manera brillante con los claroscuros forman junto con las buenas interpretaciones y la genial dirección de Buñuel una película bestial que te mantiene pegado al sillón sin pestañear.

En fin, el ángel exterminador es, sin lugar a dudas de las dos o tres mejores películas de Buñuel (quizás la más fascinante) y eso, en términos cinematográficos, son palabras mayores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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La película acaba de una manera genial, si durante toda la trama la gran protagonista de la sátira era la clase burguesa, ahora le toca el turno a otro estamento del que el de Calanda nunca fue indiferente: La Santa Iglesia.
6 de diciembre de 2020 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena película con la que el director sueco de origen georgiano Levan Akin hace una crítica feroz de la sociedad y cultura georgianas a través de su danza popular.

Merab (Levan Gelbakhiani) es un joven al que le apasiona la danza. Lleva ensayando desde que era un crio en la Compañía Nacional de Danza de Georgia. Merab es un chico disciplinado, apasionado, tranquilo, observador y con un gran carácter. Su sueño es llegar a ser un bailarín reconocido y se esfuerza muy mucho para conseguirlo. Convive en Tiflis con su familia; su madre, su abuela y su hermano, el cual también forma parte de la Compañía, aunque con un carácter completamente distinto al de Merab.
La llegada de Irakli (Bachi Valishvili) altera enormemente la estabilidad emocional de Merab, y a la postre hace que su vida se tambalee y dé un profundo vuelco, hecho que marcará drásticamente su identidad y su personalidad.

Solo nos queda bailar es un film que realiza un gran crítica al conservadurismo cultural y social georgiano. Además, es una película que trata del despertar sexual de un joven adolescente y nos introduce, por tanto, ya en el mundo adulto, con toda la complejidad relacional, sentimental y emocional que eso conlleva.
Además, el film no solo es crítico con la tradición georgiana representada por su baile popular, sino que, en cierta manera, también es un homenaje a dicho baile, simbolizando con ello que es posible conservarlo, pero abriéndolo a nuevas perspectivas más inclusivas.
En mi opinión, esta es una película muy valiente, además de bien contada y bien interpretada. Supone un puñetazo en la mesa al conservadurismo más rancio, y aboga por la inclusión de otras orientaciones sexuales, otras formas de ser hombre, otras posiciones masculinas en el mundo.
El director sueco trata temas como los prejuicios de género, la inclusión, el rechazo al diferente, el baile popular como un mecanismo para mantener la tradición y las costumbres férreas (representado muy bien por el profesor), el sexo, el romanticismo, las relaciones adolescentes, etc.

Técnicamente la película es buena. Los constantes primeros y primerísimos planos de los personajes dotan a la obra de un marcado carácter personal. La cámara se mueve constantemente (a manera de film indie), y siempre buscando las miradas, los gestos y las posturas entre personajes, de ahí que en muchas ocasiones los diálogos no sean necesarios. El guion es bueno aunque previsible y en la fotografía predomina la luz y los tonos claros y radiantes.

En resumen, una muy buena película, otra más dentro de un año, este 2019, de gran calidad cinematográfica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los 10 minutos finales me parecen lo mejor de la obra. El baile final de Merab simboliza la reivindicación de una nueva masculinidad que rompe con los esquemas tradicionales de la danza georgiana (marcadamente masculina) feminizándola y dotándola así de una mayor riqueza. Una manera muy hermosa y muy reivindicativa de acabar la historia.
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