Me confieso un notable consumidor de cine español en las últimas cuatro décadas, y desde esta mirada he creído observar en los últimos 15-20 años un declive lento, pero constante en la calidad de nuestro cine. "Los renglones torcidos de Dios" acaso sea una excepción, entre otras más que meritorias excepciones, en el marco de esta línea descendente; o acaso, mejor, signifique un punto de inflexión que venga a señalar el camino de superación para futuras producciones.

En este sentido cabe destacar la pulida y ajustada factura del film a la hora de adaptar el texto de Luca de Tena por parte de Oriol Paulo; la extraordinaria interpretación de Bárbara Lennie y Eduard Fernández en los papeles protagonistas; la sobriedad de la fotografía, el montaje milimétrico, la banda sonora... Todo son aciertos que confluyen a la hora de construir una narración de género al estilo clásico; pero dándole un toque personal, original en el difícil arte de administrar de forma inteligente los tiempos, algo esencial en un relato de supense.

Oriol Paulo puede creerme cuando le digo que viendo su película han venido a mi memoria imágenes de "Vértigo"; y que pienso que Alfred Hitchcock hubiera disfrutado estando sentado a su lado en el plató, durante el rodaje. Quizás en realidad estuvo por allí su espíritu. ¿Quién sabe? En cualquier caso, creo que Oriol debe haber visto mucho HIitchcock en la Facultad. Por supuesto también las del período inglés. Y las mudas. Se le nota.