You must be a loged user to know your affinity with Diego Deltell
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,2
390
7
4 de enero de 2008
4 de enero de 2008
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo bueno de la peli es que se la han tomado en serio, tanto los actores como el director. Es un punto a su favor. Superados los primeros veinte minutos, la trama arranca y el espectador se da un paseo realmente refrescante. Pero sólo si supera esos veinte peligrosos minutos; hay que ser realmente cabezota y temerario, como director, para empeñarse en abordar la historia desde ese punto de partida. El riesgo de que el patio de butacas se vacíe es alto, es jugar con fuego. La peli te la pasan por la tele una noche, después de cenar, con la medio modorra, y a los diez minutos le has pegado una patada al televisor que sale por el balcón: el convento, las monjitas, el rezo... Peligroso, muy peligroso. Pero, insisto, superados esos minutejos... Vale la pena.
Una historia bien contada. No cae en demasiados tópicos y, cuando lo hace, no apesta. Tiene la coherencia justita para resultar creíble, el humor justito para agradar y la delicadeza justita para enternecer sin volverse pastelilla. El final... Bueno, el final se le perdona. Abajo, en el spoiler, me desahogo.
Una historia bien contada. No cae en demasiados tópicos y, cuando lo hace, no apesta. Tiene la coherencia justita para resultar creíble, el humor justito para agradar y la delicadeza justita para enternecer sin volverse pastelilla. El final... Bueno, el final se le perdona. Abajo, en el spoiler, me desahogo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Coño, qué torpes, qué manera de estropear una peli más o menos decente con esa gilipollez del destornillador y la monja cabrona. ¿No había otra manera de resolver esa porquería? ¿No había otra, eh? ¡Cuarenta pares de alternativas! ¡Cuarenta pares! ¡Pero han escogido la peor, la más cutre, la más yanqui, coño!

5,2
16.401
7
13 de enero de 2008
13 de enero de 2008
16 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el comienzo hasta el final, desde los créditos de inicio hasta los de cierre: la peli sigue un patrón a rajatabla. Pero funciona. La banda sonora cumple con su propósito (animar, endulzar, conmover...), y en algunas secuencias está metida con calzador, como una pieza de tetris. Pero funciona. La cinta es de plantilla, no se sale nada del tiesto. Y funciona. Y algunos dicen: "Coño, así hago yo una peli, pim, pam, hala, ya está." Yo les digo: "Y un cojón".
Si fuera tan fácil, los telefilms de sobremesa (ésos que adormecen con náusea, que se te cae la baba despacito y se te dobla la cabeza como si fueras una rosa pocha) seguirían el ejemplo y también acabarían funcionando, pero no lo hacen. Los telefilms dan una pena y un asco locos. Todos.
La diferencia está siempre en la ejecución, en los pequeños detalles. Y vaya usted a saber cuáles son los pequeños detalles en "The Kid": la pareja que forman Willis y el niño (soberbio el crío), la secretaria, los cambios de registro en la trama, el contrapunto de la Mortimer...
El resultado es muy ameno, con plantilla o sin ella.
Si fuera tan fácil, los telefilms de sobremesa (ésos que adormecen con náusea, que se te cae la baba despacito y se te dobla la cabeza como si fueras una rosa pocha) seguirían el ejemplo y también acabarían funcionando, pero no lo hacen. Los telefilms dan una pena y un asco locos. Todos.
La diferencia está siempre en la ejecución, en los pequeños detalles. Y vaya usted a saber cuáles son los pequeños detalles en "The Kid": la pareja que forman Willis y el niño (soberbio el crío), la secretaria, los cambios de registro en la trama, el contrapunto de la Mortimer...
El resultado es muy ameno, con plantilla o sin ella.

5,3
816
3
12 de diciembre de 2007
12 de diciembre de 2007
14 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, porque el reparto prometía. Bloom y Paxton trabajan bien con directores que les dan cancha, pero aquí parecen títeres con los hilos enredados. Stephen Dillane (el marido de la Kidman en "Las horas") era otro reclamo de la peli, porque también es un actor que trabaja y cumple bien, pero en ésta ha hecho lo que ha podido, el pobre. La sensación que uno tiene, viendo este intento fallido, es la de haberse sentado encima del mando de la tele y estar haciendo zapping con el culo sin darse cuenta, porque hay secuencias de buen cine, con un tono independiente muy fresco (cámara al hombro, planos montados con mucho dinamismo) y otras secuencias de auténtica basura B (algunas escenas de las fiestas en la playa, por ejemplo, con los tipiquísimos macarras negros fumados y las tipiquísimas pijas blancas de "hey, yuju, pásame el espejo que me haga otra raya, que soy supergilipollas"). Y otra cosa que atormenta y cabrea es encontrarte, en películas como ésta, a los arquetípicos personajes que ya has visto cuarenta pares de puñeteras veces en cuarenta pares de puñeteras historias similares (el hermano, el padre, el propio personaje de Bloom...) Y la conexión de las historias... Para cuando quieres encontrar la conexión, ya has mandado el DVD a hacer puñetas. Qué pena.
2
26 de noviembre de 2008
26 de noviembre de 2008
17 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo un silloncito nuevo para ver las pelis en casa. Es acolchado y muy cómodo, pero no tiene brazos, de manera que si la peli no engancha o produce sopor, caes a plomo por uno de los costados. Normalmente, la caída provoca una leve magulladora y suele quedar en un mero susto, pero en este caso concreto, y dado el sueño profundo y pegajoso en que me sumió la duquesa de los cojones, me rompí dos dientes y me abrí una brecha en la nariz, justo en mitad del tabique. De ahí que esté escribiendo esta reseña con una puta venda en la cara y que esté bebiendo zumo de piña con la ayuda de una puta pajita.
Desde hace ya algunos años, en los países pertenecientes a la Unión Europea, está totalmente prohibido reunir a un número nutrido de personas, pertenecientes o no a un mismo gremio, y fusilarlos a eso de las seis de la mañana frente a un muro de piedra. Pero fue tal la presión popular y las cartas del sector audiovisual que así lo sugerían, que tuvieron que hacer una excepción con el equipo técnico y artístico de esta película. Y, de hecho, apenas se alzaron voces lamentando el evento. Dos o tres grititos del primo hermano de uno de los auxiliares de vestuario, y poco más. Fosa común, una misa muy coqueta y unos canapés de atún a la salida.
Pero el cine es grande, qué le vamos a hacer, y algunos encontrarán virtud donde un servidor sólo encuentra bostezos, mierda y dinero mal invertido.
Desde hace ya algunos años, en los países pertenecientes a la Unión Europea, está totalmente prohibido reunir a un número nutrido de personas, pertenecientes o no a un mismo gremio, y fusilarlos a eso de las seis de la mañana frente a un muro de piedra. Pero fue tal la presión popular y las cartas del sector audiovisual que así lo sugerían, que tuvieron que hacer una excepción con el equipo técnico y artístico de esta película. Y, de hecho, apenas se alzaron voces lamentando el evento. Dos o tres grititos del primo hermano de uno de los auxiliares de vestuario, y poco más. Fosa común, una misa muy coqueta y unos canapés de atún a la salida.
Pero el cine es grande, qué le vamos a hacer, y algunos encontrarán virtud donde un servidor sólo encuentra bostezos, mierda y dinero mal invertido.

7,2
82.651
10
21 de diciembre de 2007
21 de diciembre de 2007
16 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo un amigo piloto de aviación comercial. Dice que un accidente aéreo nunca (nunca) ocurre por culpa de un sólo factor: es la suma, asegura, de varias causas desencadenantes, ya sean fortuitas o procuradas por el error humano. En el cine, valga la comparación, una gran película es siempre (siempre) la suma de varios factores. Un buen director, o un actor de primera línea, o un fantástico coordinador de escenas de lucha, por sí solos, son incapaces de lograr una obra maestra. La clave está en aunarlos y aprovechar lo mejor de cada uno. Y el criterio para hacerlo, por supuesto, que recae en el director.
"El ultimatum de Bourne" es, dentro de su categoría (acción/aventura/thriller) y con asombrosa diferencia, la mejor película que ha parido madre en los últimos cinco años. Es innecesario, a estas alturas, comentar que el reparto, la banda sonora de Powell, el montaje o el diseño de producción, por ejemplo, son tan meticulosos y efectivos como imprescindibles. Pero la labor de Greengrass, que se ha erigido y consagrado ya como maestro de maestros en este género en alza, merece que se elogie una y otra vez sin descanso. Por encima de su impecable dirección de actores y de su dominio visual apabullante (su forma de plasmar en imágenes cualquier secuencia y de enlazarlas), de su perfecta comprensión de la trama y de su pulso tan preciso y severo como personal, hay algo que, de tan extraordinariamente riguroso, acobarda: su seriedad. Porque ésa es su clave y su seña de identidad. Y su triunfo.
La gran mayoría de películas de este género fracasan (o acaban decepcionando, que viene a ser lo mismo) porque no están tratadas con austeridad: tarde o temprano, aparece la payasada, el personaje protagonista haciendo el chiste o el antagonista exagerando su maldad y desafiando cualquier lógica argumental. Paul Greengrass no consiente en su película que ninguno de los personajes se aproxime siquiera al esbozo de la parodia. De hecho, creo que podrían contarse con los dedos de una mano las ocasiones en que alguno de ellos sonríe, y, si lo hace, está más que justificado, nunca es gratuito. Precisamente por esta seriedad, Greengrass no recurre a escenas de desnudos, sexo o romances imbéciles. Porque no los necesita. Qué duda cabe de que debemos aceptar a priori, como espectadores, el planteamiento algo descabellado que nos proponen los guionistas (el pasado incierto de Bourne, su identidad, su adiestramiento perfecto...). Pero, una vez lo hagamos, no nos sentiremos en absoluto defraudados ni insultados por el desarrollo de la trama.
Un diez redondo y jugoso como una sandía. Bravo.
"El ultimatum de Bourne" es, dentro de su categoría (acción/aventura/thriller) y con asombrosa diferencia, la mejor película que ha parido madre en los últimos cinco años. Es innecesario, a estas alturas, comentar que el reparto, la banda sonora de Powell, el montaje o el diseño de producción, por ejemplo, son tan meticulosos y efectivos como imprescindibles. Pero la labor de Greengrass, que se ha erigido y consagrado ya como maestro de maestros en este género en alza, merece que se elogie una y otra vez sin descanso. Por encima de su impecable dirección de actores y de su dominio visual apabullante (su forma de plasmar en imágenes cualquier secuencia y de enlazarlas), de su perfecta comprensión de la trama y de su pulso tan preciso y severo como personal, hay algo que, de tan extraordinariamente riguroso, acobarda: su seriedad. Porque ésa es su clave y su seña de identidad. Y su triunfo.
La gran mayoría de películas de este género fracasan (o acaban decepcionando, que viene a ser lo mismo) porque no están tratadas con austeridad: tarde o temprano, aparece la payasada, el personaje protagonista haciendo el chiste o el antagonista exagerando su maldad y desafiando cualquier lógica argumental. Paul Greengrass no consiente en su película que ninguno de los personajes se aproxime siquiera al esbozo de la parodia. De hecho, creo que podrían contarse con los dedos de una mano las ocasiones en que alguno de ellos sonríe, y, si lo hace, está más que justificado, nunca es gratuito. Precisamente por esta seriedad, Greengrass no recurre a escenas de desnudos, sexo o romances imbéciles. Porque no los necesita. Qué duda cabe de que debemos aceptar a priori, como espectadores, el planteamiento algo descabellado que nos proponen los guionistas (el pasado incierto de Bourne, su identidad, su adiestramiento perfecto...). Pero, una vez lo hagamos, no nos sentiremos en absoluto defraudados ni insultados por el desarrollo de la trama.
Un diez redondo y jugoso como una sandía. Bravo.
Más sobre Diego Deltell
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here