Película que empieza en la mitad de una historia y termina en la mitad de otra. Sin argumento, sin historia que contar, sin motivación, sin un enemigo real contra el que luchar, sin efectos especiales decentes y con una dirección dando tumbos era imposible que este producto se salvase de la quema.

Se nota, además, que han aprovechado decorados y fondos de otras películas Marvel, haciendo que ésta se vea barata y cutre en su producción.

El ritmo es otro factor muy mal llevado, llegando a crear la sensación de que estas viendo videos cortos inconexos de redes sociales pasándolos con el dedo, solo que aquí te los tienes que tragar enteros.

Creo que las "brillantes" mentes de Disney, pensando en que el público de hace 20 años no es el mismo que el actual, han querido actualizar los contenidos de una forma tan radical que no hay quien vea este tipo de películas donde todo el metraje es una sucesión de escenas inconexas de acción/humor para llamarte la atención como se hace en internet con los videos cortos para engancharte, aunque me parece a mi que no han entendido absolutamente nada.

Otra película de Marvel al cubo de la basura, aunque ya empieza a estar lleno.

Una familia que pasa la noche en un camping, un zoom cateto, un gore sin gore y un guión inexistente son los elementos de esta diarrea mental con actores de mercadillo y ángulos de cámara de festín de boda de pueblo.

Pero que tontería de película. Es insufrible que no termine antes. Ni miedo, ni tensión, ni suspense, solo aburrimiento por todas partes.

Si se quiere hacer una pelicula de ciencia ficcion y no hay un gran presupuesto lo primero que hay que buscar es el equilibrio, algo que brilla por su ausencia en esta produccion. El argumento es entretenido pero demasiado simple sin pretensiones claras, parece que no sabian donde querian ir con la historia. Creo que si es una serie no se si produciran mas episodios.

Las actuaciones son poco creibles, los escenarios de carton, con dialogos pesadisimos y escenas de accion demasiado cortas. A los 20 minutos me aburrio.

Película más que olvidable de Netflix, como tantas otras que se estrenan en la plataforma. Comienza como un drama exponiendo al espectador la cotidianidad de una familia pobre de color, excepto la abuela, donde no sentirás empatía por ninguno de los personajes debido, principalmente, al nefasto desarrollo argumental, lineal y plano y, por supuesto, a la falta de expresividad del elenco protagonista que ni discutiendo a gritos se despeina.

Más de tres cuartas partes de la película te la pasarás preguntándote dónde están los monstruos y quizá, sea lo mejor, porque cuando aparecen, te das cuenta que estaban mejor los soporíferos minutos de drama familiar.

Los efectos especiales son realmente cutres hasta el punto de ver pintados con rotulador negro los dientes de la criatura. Tras esto, cerca del final, se muestra un paradigma religioso, que no es más que un refrito de las peores películas de terror la historia del cine, acompañados con el mismo rotulador, pero esta vez para pintar la cara, con el único propósito de buscar adeptos y seguidores para no se sabe qué credo pseudo-cristiano.

Mas allá de los tres primeros episodios, la serie pierde en originalidad e interés mostrando unos personajes que no llegan a encajar del todo en la trama y por los que no sentirás ninguna empatía. Son demasiado planos, simples y lo peor, diferentes según el guionista de turno.

Aunque la idea de partida es interesante, el hecho de querer parecerse a Lost, una serie que ya tiene 18 años, le hace perder puntos frente a tramas más actuales que no juegan con misterios artificiales y trucos de humo que no llevan a ninguna parte. Son demasiado obvios para una audiencia curtida en series como la actual. Se hace muy evidente a partir de la mitad del desarrollo de la temporada.

Gran oportunidad desperdiciada. Una pena. Solo queda esperar a la segunda temporada.