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Críticas ordenadas por utilidad
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8,3
35.920
10
10 de diciembre de 2019
10 de diciembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mejor western de su autor, seguido de cerca por "Centauros del desierto" y "Fort Apache" constituye no sólo una obra imprescindible en la sublime cinematografía de su autor, sino una realización tan perfecta en su sencillez que hoy en día todavía nadie ha superado.
Sin duda, estamos ante la obra de madurez plena de su autor, en donde destaca una perfecta puesta en escena y presentación de los personajes, unos intérpretes magníficos (seguramente Ford no contó nunca con tan y tan buenos actores en un mismo film), una fotografía en blanco y negro espléndida, unos diálogos perfectos en su sobriedad y sencillez, una manera de contar una historia como pocas veces se ha visto en la gran pantalla, y una dirección de actores como hacía tiempo que no se veía en una película.
Es mi western preferido, por múltiples razones:
- Porque esta gran joya recoge a la perfección no sólo cómo su autor entiende el western, sino como entiende la vida misma.
- Porque el trío protagonista (y aquí no incluyo a Lee Marvin) brillan a un alto nivel, y demuestran lo buenos actores (y actriz) que son. John Wayne nunca estuvo más enorme y pletórico. Cuántas veces he querido ser el Duke cuando le "ordena" a Marvin que recoja su bistec!.
- James Stewart parece nacido para el papel de joven e idealista abogado que no entiende todavía cómo funcionan las cosas en el oeste.
- Por cómo la película está rodada a través de ese largo flashback, en donde se nos mostrará el enfrentamiento entre dos mundos opuestos (el de Wayne y el de Stewart) y la victoria de uno sobre el otro. La muerte de una época y el nacimiento de otra.
- Porque contiene seguramente la mejor presentación de un personaje sin decir nada de la historia del cine.
- Porque una simple flor de cactus puede emocionarnos más que mil palabras.
- Porque Lee Marvin (ahora sí) está perfecto en su papel de villano.
- Porque hay escenas que reflejan hasta qué punto Ford era buen director (véase la escena previa al final, en donde el senador contempla un sencillo ataúd de madera con unas flores de cactus encima. No se nos habla, pero todos entendemos el significado de esta escena y la consiguiente mirada del senador… ).
- Porque Ford es el rey en contar silencios. Es más importante lo que no se dice que lo que se dice. Lo que se dice puede no ser cierto (leyenda). En cambio, no hay duda de lo que se muestra con una mirada o con un gesto. En esta película, más que en otras, hay que estar atento a las miradas de los personajes. Cómo Tom entra en el restaurante y se sienta en la mesa, cómo mira a todos tras pensar que Hallie ha escogido ya, cómo el senador mira a Hallie cuando descubre que ésta no sabe leer, cómo Hallie sale a la puerta para despedirse de Tom pero no le llama y cómo Pompey sufre en silencio el sacrificio de su amo Tom.
Lo que no se dice, es más importante que lo que se dice. Eso hace que, aunque la película es aparentemente sencilla, en su sencillez se encuentra su complejidad que sólo intuimos a cada nuevo visionado.
- Porque después de este western, el género no se recuperaría hasta que el italiano Leone reivindicara a Ford con la magistral "Hasta que llegó su hora".
- Porque contiene la mejor frase final de una película (la del revisor del tren).
Sin ninguna duda: Un 10. Y porque no le puedo poner un 11.
Sin duda, estamos ante la obra de madurez plena de su autor, en donde destaca una perfecta puesta en escena y presentación de los personajes, unos intérpretes magníficos (seguramente Ford no contó nunca con tan y tan buenos actores en un mismo film), una fotografía en blanco y negro espléndida, unos diálogos perfectos en su sobriedad y sencillez, una manera de contar una historia como pocas veces se ha visto en la gran pantalla, y una dirección de actores como hacía tiempo que no se veía en una película.
Es mi western preferido, por múltiples razones:
- Porque esta gran joya recoge a la perfección no sólo cómo su autor entiende el western, sino como entiende la vida misma.
- Porque el trío protagonista (y aquí no incluyo a Lee Marvin) brillan a un alto nivel, y demuestran lo buenos actores (y actriz) que son. John Wayne nunca estuvo más enorme y pletórico. Cuántas veces he querido ser el Duke cuando le "ordena" a Marvin que recoja su bistec!.
- James Stewart parece nacido para el papel de joven e idealista abogado que no entiende todavía cómo funcionan las cosas en el oeste.
- Por cómo la película está rodada a través de ese largo flashback, en donde se nos mostrará el enfrentamiento entre dos mundos opuestos (el de Wayne y el de Stewart) y la victoria de uno sobre el otro. La muerte de una época y el nacimiento de otra.
- Porque contiene seguramente la mejor presentación de un personaje sin decir nada de la historia del cine.
- Porque una simple flor de cactus puede emocionarnos más que mil palabras.
- Porque Lee Marvin (ahora sí) está perfecto en su papel de villano.
- Porque hay escenas que reflejan hasta qué punto Ford era buen director (véase la escena previa al final, en donde el senador contempla un sencillo ataúd de madera con unas flores de cactus encima. No se nos habla, pero todos entendemos el significado de esta escena y la consiguiente mirada del senador… ).
- Porque Ford es el rey en contar silencios. Es más importante lo que no se dice que lo que se dice. Lo que se dice puede no ser cierto (leyenda). En cambio, no hay duda de lo que se muestra con una mirada o con un gesto. En esta película, más que en otras, hay que estar atento a las miradas de los personajes. Cómo Tom entra en el restaurante y se sienta en la mesa, cómo mira a todos tras pensar que Hallie ha escogido ya, cómo el senador mira a Hallie cuando descubre que ésta no sabe leer, cómo Hallie sale a la puerta para despedirse de Tom pero no le llama y cómo Pompey sufre en silencio el sacrificio de su amo Tom.
Lo que no se dice, es más importante que lo que se dice. Eso hace que, aunque la película es aparentemente sencilla, en su sencillez se encuentra su complejidad que sólo intuimos a cada nuevo visionado.
- Porque después de este western, el género no se recuperaría hasta que el italiano Leone reivindicara a Ford con la magistral "Hasta que llegó su hora".
- Porque contiene la mejor frase final de una película (la del revisor del tren).
Sin ninguna duda: Un 10. Y porque no le puedo poner un 11.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una de las cosas que más me gusta de la película es que, aunque podamos pensar que Tom es el gran sacrificado y perdedor, en favor del senador Ramson, que ha hecho poco para merecer el cargo político y la mujer amada, al final nos damos cuenta de las consecuencias que tiene haber construido los hechos sobre una farsa: el recuerdo de Tom es mucho más poderoso (sobretodo en Hallie) que la presencia de Ramson. Al final se ha hecho justicia.

3,5
4.680
2
17 de marzo de 2020
17 de marzo de 2020
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Engendro perpetrado por el director Manolo Summers para mayor gloria de su hijo-pijo David y su cuadrilla, aprovechando la fama del grupo Hombres G para sacar unas cuantas perras a costa de los sufridos espectadores.
Como reza la letra de la canción, después de visionarla, sigo sufriendo y llorando en mi habitación por haber visto algo tan cutre, casposo y bizarro. Summers, si bien se hizo un favor a su cuenta corriente, no hace ningún favor al cine español con bazofias como ésta.
Si bien es cierto que la película tiene algún punto a destacar (la presencia, que no la interpretación, de Marta Madruga, una elección de canciones acertada y algún que otro chiste pasable), por lo demás, no os recomiendo, en absoluto, el visionado de este pseudo-film por los siguientes motivos:
- La película pretende explicar el origen del grupo y de la composición de su canción más famosa. No consigue ni lo uno ni lo otro.
- Los personajes son muy superficiales y sus intérpretes son pésimos.
- Las interpretaciones son muy flojas: David Summers actúa como canta (es decir, no le darán ni el Goya ni el Gremy) hace de sí mismo (y ni aún así consigue una interpretación creíble). Daniel Mezquita parece limitadito el pobre (apenas le dan diálogos para que no la cague). Rafa Gutiérrez habla pero no se le entiende (es decir, hace como de Ozores). Y Javier Molina le toca el personaje de graciosillo del grupo (será por su aspecto desaliñado).
- El mejor actor es el mono (con esto queda todo dicho).
- No sabría si calificarla como musical (sus canciones así lo acreditan) o como pseudo-comedia (por las constantes bromitas del grupo, a modo de la italianadas de Álvaro Vitali). En cualquier caso, lo que no merece es calificarse como "película de entretenimiento" (pues le falta esto último).
- Los diálogos parecen sacados de las rebajas de verano del Corte inglés.
- Las frases de Ricky Lacoste (el rival de David) son reflejo de a lo que me refiero al decir "vergüenza ajena": " Te doy una fotografía mía de cuerpo entero en la que estoy...mmmmm ". " Aquí el semental soy yo, este ganado es mío". O la impagable frase con que Lacoste dedica su canción a la novia de David: "Para la morena garbosa que tiene el cutis más fino que las hojitas de rosa".
Por cierto, papá Summers quiso en el film que su hijito estuviera arropado por toda su familia. De este modo, aparecen en el film: su tío Guillermo Sammers, su primo Curro Martín Summers, su otro primo Gerardo Ortega (en el papel de " Ricky Lacoste ", el tipo del jersey amarillo que le roba a la novia), Marta Madruga (su novia en la vida real). Por cierto, éste tuvo que ser doblado, pues su acento andaluz no era compatible con el chulo castizo madrileño que se le supone.
Lo mejor: Las canciones, la belleza de Marta Madruga y el cierre con "El ataque de las chicas cocodrilo".
Lo peor: todo lo demás.
Película (si se le puede llamar así) muy floja. Visiónala y sufre mamón (de pura vergüenza ajena). Por cierto, aunque sea mala, es infinitamente mejor que su siguiente "Suéltate el pelo". Igual Summers pensó que había encontrado un filón.
Como reza la letra de la canción, después de visionarla, sigo sufriendo y llorando en mi habitación por haber visto algo tan cutre, casposo y bizarro. Summers, si bien se hizo un favor a su cuenta corriente, no hace ningún favor al cine español con bazofias como ésta.
Si bien es cierto que la película tiene algún punto a destacar (la presencia, que no la interpretación, de Marta Madruga, una elección de canciones acertada y algún que otro chiste pasable), por lo demás, no os recomiendo, en absoluto, el visionado de este pseudo-film por los siguientes motivos:
- La película pretende explicar el origen del grupo y de la composición de su canción más famosa. No consigue ni lo uno ni lo otro.
- Los personajes son muy superficiales y sus intérpretes son pésimos.
- Las interpretaciones son muy flojas: David Summers actúa como canta (es decir, no le darán ni el Goya ni el Gremy) hace de sí mismo (y ni aún así consigue una interpretación creíble). Daniel Mezquita parece limitadito el pobre (apenas le dan diálogos para que no la cague). Rafa Gutiérrez habla pero no se le entiende (es decir, hace como de Ozores). Y Javier Molina le toca el personaje de graciosillo del grupo (será por su aspecto desaliñado).
- El mejor actor es el mono (con esto queda todo dicho).
- No sabría si calificarla como musical (sus canciones así lo acreditan) o como pseudo-comedia (por las constantes bromitas del grupo, a modo de la italianadas de Álvaro Vitali). En cualquier caso, lo que no merece es calificarse como "película de entretenimiento" (pues le falta esto último).
- Los diálogos parecen sacados de las rebajas de verano del Corte inglés.
- Las frases de Ricky Lacoste (el rival de David) son reflejo de a lo que me refiero al decir "vergüenza ajena": " Te doy una fotografía mía de cuerpo entero en la que estoy...mmmmm ". " Aquí el semental soy yo, este ganado es mío". O la impagable frase con que Lacoste dedica su canción a la novia de David: "Para la morena garbosa que tiene el cutis más fino que las hojitas de rosa".
Por cierto, papá Summers quiso en el film que su hijito estuviera arropado por toda su familia. De este modo, aparecen en el film: su tío Guillermo Sammers, su primo Curro Martín Summers, su otro primo Gerardo Ortega (en el papel de " Ricky Lacoste ", el tipo del jersey amarillo que le roba a la novia), Marta Madruga (su novia en la vida real). Por cierto, éste tuvo que ser doblado, pues su acento andaluz no era compatible con el chulo castizo madrileño que se le supone.
Lo mejor: Las canciones, la belleza de Marta Madruga y el cierre con "El ataque de las chicas cocodrilo".
Lo peor: todo lo demás.
Película (si se le puede llamar así) muy floja. Visiónala y sufre mamón (de pura vergüenza ajena). Por cierto, aunque sea mala, es infinitamente mejor que su siguiente "Suéltate el pelo". Igual Summers pensó que había encontrado un filón.
30 de abril de 2020
30 de abril de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que discreta película del siempre interesante Tarantino, a pesar de sus premios, en donde lo más destacable es el homenaje que hace el autor al cine clásico, pero desde un punto de vista tan personal, que al final lo que cuenta sólo le interesa a él (es como si Tarantino se hubiera hecho una paja, con perdón).
Es una película que, a pesar de lo que parece prometer, a juicio de éste humilde crítico, es bastante floja y un traspiés claro en la filmografía de su autor, por los siguientes motivos:
- En la película apenas pasa nada. Son tres horas de cine contemplativo, con un guión que no lleva a ninguna parte, ni avanza de la manera que avanzaban los anteriores films de Tarantino. Es como si el director hubiera querido hacer un experimento de autosatisfacción, sin importarle lo que opine el respetable.
- La película empieza muy bien (la presentación de los personajes es impecable), pero después apenas avanza en su inapropiado guión, para terminar de forma absolutamente inverosímil con la escenita del ataque a la casa de Dicaprio. Y decimos inverosímil porque Tarantino se inventa el desenlace de dicha escena. Es una lástima, porque lo que cuenta el film se acaba en 10 minutos. Más allá de esos 10 minutos iniciales, la cinta es la nada más absoluta envuelta en las interpretaciones de sus personajes y en una banda sonora que, como siempre en Tarantino, raya a gran nivel.
- Ni siquiera los breves cameos de algunos los mejores actores del cine están justificados: Bruce Dern aparece demasiado poco para valorarle. Al Pacino está ridículo (visto el resultado, seguro que él preferiría borrar su participación en esta película de su curriculum). Y Kurt Russell no está siquiera situado en el papel. Además, los tres parecen caricaturas de sí mismos. No se puede tirar por la borda carreras como las que tienen estos tres monstruos de la interpretación con papeles como estos.
- El personaje de Bruce Lee y su intervención en esta película es de vergüenza ajena. No entendemos cómo Tarantino lo ha tratado tan mal (sobretodo después del homenaje que le hizo en Kill Bill).
- Tanto DiCaprio como, sobretodo Pitt, no están nada mejorados físicamente en la cinta, y se nos aparecen con evidentes signos de cansancio. Al contrario que Margot Robbie, guapísima y fresca, la auténtica luz de la película. Suya es la mejor secuencia, en la que entra en un cine a ver una película interpretada por ella misma.
- Para ser una película de Tarantino en donde hay tan poca acción, no hay apenas una sola frase destacable o digna de recordar. Esto es inadmisible en un cinta tan larga.
- Ni siquiera el final te deja con la sensación de haber visto una buena película y te sientes, en mi caso, bastante defraudado.
Lo mejor: La belleza de Margot Robbie, digna sustituta de Umma Thurman en el universo Tarantino y de lo poco que recordaremos de la cinta al cabo de unos años. También es digno de elogio la escena de DiCaprio con la niña.
Lo peor: Casi todo lo demás. El cine debe ser entretenimiento por encima de todo. Para ello, deben contarte algo interesante. En esta cinta no se nos cuenta nada interesante. Da la sensación de que Tarantino está muy sobrevalorado.
En definitiva, una película aburrida donde las haya que, si la rueda otro director menos afamado la crítica le hunde. Pero como es Quentin..., no sólo se lo pasamos, sino que incluso pensamos que puede tratarse de una obra maestra incomprendida.
Creo que hay que exigir mucho más a Tarantino, sobretodo porque si no, será un autor que habrá empezado muy alto y que habrá ido descendiendo con cada película, cosa que no dice mucho a su favor.
Es una película que, a pesar de lo que parece prometer, a juicio de éste humilde crítico, es bastante floja y un traspiés claro en la filmografía de su autor, por los siguientes motivos:
- En la película apenas pasa nada. Son tres horas de cine contemplativo, con un guión que no lleva a ninguna parte, ni avanza de la manera que avanzaban los anteriores films de Tarantino. Es como si el director hubiera querido hacer un experimento de autosatisfacción, sin importarle lo que opine el respetable.
- La película empieza muy bien (la presentación de los personajes es impecable), pero después apenas avanza en su inapropiado guión, para terminar de forma absolutamente inverosímil con la escenita del ataque a la casa de Dicaprio. Y decimos inverosímil porque Tarantino se inventa el desenlace de dicha escena. Es una lástima, porque lo que cuenta el film se acaba en 10 minutos. Más allá de esos 10 minutos iniciales, la cinta es la nada más absoluta envuelta en las interpretaciones de sus personajes y en una banda sonora que, como siempre en Tarantino, raya a gran nivel.
- Ni siquiera los breves cameos de algunos los mejores actores del cine están justificados: Bruce Dern aparece demasiado poco para valorarle. Al Pacino está ridículo (visto el resultado, seguro que él preferiría borrar su participación en esta película de su curriculum). Y Kurt Russell no está siquiera situado en el papel. Además, los tres parecen caricaturas de sí mismos. No se puede tirar por la borda carreras como las que tienen estos tres monstruos de la interpretación con papeles como estos.
- El personaje de Bruce Lee y su intervención en esta película es de vergüenza ajena. No entendemos cómo Tarantino lo ha tratado tan mal (sobretodo después del homenaje que le hizo en Kill Bill).
- Tanto DiCaprio como, sobretodo Pitt, no están nada mejorados físicamente en la cinta, y se nos aparecen con evidentes signos de cansancio. Al contrario que Margot Robbie, guapísima y fresca, la auténtica luz de la película. Suya es la mejor secuencia, en la que entra en un cine a ver una película interpretada por ella misma.
- Para ser una película de Tarantino en donde hay tan poca acción, no hay apenas una sola frase destacable o digna de recordar. Esto es inadmisible en un cinta tan larga.
- Ni siquiera el final te deja con la sensación de haber visto una buena película y te sientes, en mi caso, bastante defraudado.
Lo mejor: La belleza de Margot Robbie, digna sustituta de Umma Thurman en el universo Tarantino y de lo poco que recordaremos de la cinta al cabo de unos años. También es digno de elogio la escena de DiCaprio con la niña.
Lo peor: Casi todo lo demás. El cine debe ser entretenimiento por encima de todo. Para ello, deben contarte algo interesante. En esta cinta no se nos cuenta nada interesante. Da la sensación de que Tarantino está muy sobrevalorado.
En definitiva, una película aburrida donde las haya que, si la rueda otro director menos afamado la crítica le hunde. Pero como es Quentin..., no sólo se lo pasamos, sino que incluso pensamos que puede tratarse de una obra maestra incomprendida.
Creo que hay que exigir mucho más a Tarantino, sobretodo porque si no, será un autor que habrá empezado muy alto y que habrá ido descendiendo con cada película, cosa que no dice mucho a su favor.

8,0
31.407
10
17 de abril de 2020
17 de abril de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mejor non-western de su autor, seguido de cerca por "Las uvas de la ira", constituye no sólo una obra imprescindible en la sublime cinematografía de su autor, sino una realización tan perfecta en su aparente sencillez (rodada como si se tratara de un cuento para niños, pero con una sensibilidad infinita), que hoy en día todavía nadie la ha superado.
Sin duda, estamos ante la obra de madurez plena de su autor, ansiada y preparada por éste durante mucho tiempo, en donde destaca una perfecta puesta en escena y presentación de los personajes (incluida Irlanda, que también es presentada como un personaje de la película), unos intérpretes magníficos (los de siempre, como era habitual en los filmes de Ford), una fotografía espléndida (jamás la isla verde estuvo tan bien fotografiada), unos diálogos perfectos en su sobriedad y sencillez, una manera de contar una historia como pocas veces se ha visto en la gran pantalla, un guión marca de la casa, y una dirección de actores tan perfecta que da la impresión de que todos se lo pasaron genial rodándola.
Es una de mis 10 películas favoritas de la historia del cine, por múltiples razones:
- Porque resume a la perfección el cine de John Ford: un cine aparentemente sencillo, pero con una gran carga de profundidad, en donde tan importante es lo que se cuenta (la historia), como cómo se cuenta (los personajes), como lo que no se cuenta (lo que se intuye o lo que uno cree intuir: véase la última escena, por ejemplo).
- Porque el trío protagonista (Wayne, O'hara y McLaglen) brillan a un alto nivel, y demuestran lo buenos actores (y actriz) que son. John Wayne demuestra (por si alguien todavía albergaba alguna duda) lo buen actor dramático que es, y que no sólo sabe rodar westerns. Bajo mi punto de vista, es su mejor interpretación, junto con la de "Centauros del desierto". Maureen O'Hara está perfecta en su papel de hermana-esposa rebelde, y además, está más guapa que nunca con su melena pelirroja al viento. Para quien suscribe esta crítica, es su mejor interpretación. Victor McLaglen es el contrapunto rudo a Wayne, y su interpretación también merece todas las alabanzas del mundo.
- Pero es que además del trío protagonista, y ahí radica parte del gran mérito del director, todos y cada uno de los demás personajes que aparecen están maravillosos, como tocados por la gracia del director: Ward Bond, como el párroco, se sale, y Barry Fitzgerald será recordado para siempre por su papel de casamentero en esta cinta. Suyas son las mejores escenas cómicas y, la verdad, está sublime.
- Por cómo la película está rodada a través de la cámara de su director, narrada en aparente sencillez, de modo lineal, como si de un cuento infantil se tratara, pero al mismo tiempo es un cuento que nos cuenta una historia de y para adultos, en donde curiosamente, apenas aparecen niños.
- Por las ganas irrefrenables que te dan de viajar a Irlanda después de haber visto la película, y en especial, el pueblo de Cong, donde se rodaron los exteriores.
- Por la manera de exponer la tensión sexual secreta entre dos personajes (los protagonistas), ayudándose de las inclemencias del tiempo y del paisaje de Irlanda. El agua y el viento es metáfora de sexo en esta película, más que en ninguna otra que se haya rodado jamás.
- Porque contiene el mejor beso robado de la historia del cine (Junto con el que le da Grace Kelly a Cary Grant en "Atrapa a un ladrón").
- Porque si sólo se hubiera rodado la escena bajo la lluvia, previa a la de la boda, en la que Wayne y O'Hara se besan (aquí el beso ya no es robado), ya de por sí la película sería una obra maestra.
- Porque contiene la mejor pelea a puñetazos de la historia del cine (nada que ver con las de Terence Hill y Bud Spencer).
- Porque una simple mirada (la de O'Hara hacia Wayne) puede emocionarnos más que mil palabras.
- Porque los verdes de esta película son irrepetibles.
- Por el homenaje-plagio voluntario que hizo Spielberg en ET de la escena del primer encuentro de los protagonistas en la casa de Wayne.
- Porque Ford es el rey en contar silencios. En esta película, más que en otras, hay que estar atento a las miradas de los personajes. La mirada de la O'hara cuando, a pesar de que quiere a Wayne, no lo deja entrar en su habitación porque no le ha conseguido la dote. La mirada de Wayne cuando comprende que sólo conseguirá el amor de O'Hara si consigue la dote. La mirada de Wayne cuando observa su casa natal desde un puente de piedra, que se alza sobre un arroyo de ensueño, y se oye la voz de su madre, un recuerdo preciado, enmarcado por la lírica música de Victor Young. La mirada de Wayne cuando ve por primera vez a O'Hara entre las ovejas, etc. La mirada hacia abajo de Barry Fitzgerald cuando Víctor McLaglen se da cuenta de que le han engañado, etc. Son una serie de miradas sin diálogo tan perfectas que cualquier diálogo sólo habría empobrecido la escena. Eso hace que, aunque la película es aparentemente sencilla, en su sencillez se encuentra su complejidad, que sólo intuimos a cada nuevo visionado.
- Porque es imposible que hoy en día se haga una película así: Ford ha vuelto a la tierra de sus antepasados (el paraíso perdido) para decirnos, señores, antes el mundo era así: rudo, rural, sin malicia. Hoy todo esto ha cambiado, la gente se ha vuelto distinta y el mundo se rige por otros códigos. Por esto Wayne es tan distinto del resto de las personas de Innisfree, porque aunque ha nacido allí, se ha marchado y se ha contaminado por la modernidad de un mundo que ya no es el que era.
Lo mejor: La dirección de actores, la fotografía y la sutileza y maestría con que está rodada la película.
Lo peor: Nada. Toda es perfecta. Si acaso, que no dure una hora más.
No hay duda: un 10.
Sin duda, estamos ante la obra de madurez plena de su autor, ansiada y preparada por éste durante mucho tiempo, en donde destaca una perfecta puesta en escena y presentación de los personajes (incluida Irlanda, que también es presentada como un personaje de la película), unos intérpretes magníficos (los de siempre, como era habitual en los filmes de Ford), una fotografía espléndida (jamás la isla verde estuvo tan bien fotografiada), unos diálogos perfectos en su sobriedad y sencillez, una manera de contar una historia como pocas veces se ha visto en la gran pantalla, un guión marca de la casa, y una dirección de actores tan perfecta que da la impresión de que todos se lo pasaron genial rodándola.
Es una de mis 10 películas favoritas de la historia del cine, por múltiples razones:
- Porque resume a la perfección el cine de John Ford: un cine aparentemente sencillo, pero con una gran carga de profundidad, en donde tan importante es lo que se cuenta (la historia), como cómo se cuenta (los personajes), como lo que no se cuenta (lo que se intuye o lo que uno cree intuir: véase la última escena, por ejemplo).
- Porque el trío protagonista (Wayne, O'hara y McLaglen) brillan a un alto nivel, y demuestran lo buenos actores (y actriz) que son. John Wayne demuestra (por si alguien todavía albergaba alguna duda) lo buen actor dramático que es, y que no sólo sabe rodar westerns. Bajo mi punto de vista, es su mejor interpretación, junto con la de "Centauros del desierto". Maureen O'Hara está perfecta en su papel de hermana-esposa rebelde, y además, está más guapa que nunca con su melena pelirroja al viento. Para quien suscribe esta crítica, es su mejor interpretación. Victor McLaglen es el contrapunto rudo a Wayne, y su interpretación también merece todas las alabanzas del mundo.
- Pero es que además del trío protagonista, y ahí radica parte del gran mérito del director, todos y cada uno de los demás personajes que aparecen están maravillosos, como tocados por la gracia del director: Ward Bond, como el párroco, se sale, y Barry Fitzgerald será recordado para siempre por su papel de casamentero en esta cinta. Suyas son las mejores escenas cómicas y, la verdad, está sublime.
- Por cómo la película está rodada a través de la cámara de su director, narrada en aparente sencillez, de modo lineal, como si de un cuento infantil se tratara, pero al mismo tiempo es un cuento que nos cuenta una historia de y para adultos, en donde curiosamente, apenas aparecen niños.
- Por las ganas irrefrenables que te dan de viajar a Irlanda después de haber visto la película, y en especial, el pueblo de Cong, donde se rodaron los exteriores.
- Por la manera de exponer la tensión sexual secreta entre dos personajes (los protagonistas), ayudándose de las inclemencias del tiempo y del paisaje de Irlanda. El agua y el viento es metáfora de sexo en esta película, más que en ninguna otra que se haya rodado jamás.
- Porque contiene el mejor beso robado de la historia del cine (Junto con el que le da Grace Kelly a Cary Grant en "Atrapa a un ladrón").
- Porque si sólo se hubiera rodado la escena bajo la lluvia, previa a la de la boda, en la que Wayne y O'Hara se besan (aquí el beso ya no es robado), ya de por sí la película sería una obra maestra.
- Porque contiene la mejor pelea a puñetazos de la historia del cine (nada que ver con las de Terence Hill y Bud Spencer).
- Porque una simple mirada (la de O'Hara hacia Wayne) puede emocionarnos más que mil palabras.
- Porque los verdes de esta película son irrepetibles.
- Por el homenaje-plagio voluntario que hizo Spielberg en ET de la escena del primer encuentro de los protagonistas en la casa de Wayne.
- Porque Ford es el rey en contar silencios. En esta película, más que en otras, hay que estar atento a las miradas de los personajes. La mirada de la O'hara cuando, a pesar de que quiere a Wayne, no lo deja entrar en su habitación porque no le ha conseguido la dote. La mirada de Wayne cuando comprende que sólo conseguirá el amor de O'Hara si consigue la dote. La mirada de Wayne cuando observa su casa natal desde un puente de piedra, que se alza sobre un arroyo de ensueño, y se oye la voz de su madre, un recuerdo preciado, enmarcado por la lírica música de Victor Young. La mirada de Wayne cuando ve por primera vez a O'Hara entre las ovejas, etc. La mirada hacia abajo de Barry Fitzgerald cuando Víctor McLaglen se da cuenta de que le han engañado, etc. Son una serie de miradas sin diálogo tan perfectas que cualquier diálogo sólo habría empobrecido la escena. Eso hace que, aunque la película es aparentemente sencilla, en su sencillez se encuentra su complejidad, que sólo intuimos a cada nuevo visionado.
- Porque es imposible que hoy en día se haga una película así: Ford ha vuelto a la tierra de sus antepasados (el paraíso perdido) para decirnos, señores, antes el mundo era así: rudo, rural, sin malicia. Hoy todo esto ha cambiado, la gente se ha vuelto distinta y el mundo se rige por otros códigos. Por esto Wayne es tan distinto del resto de las personas de Innisfree, porque aunque ha nacido allí, se ha marchado y se ha contaminado por la modernidad de un mundo que ya no es el que era.
Lo mejor: La dirección de actores, la fotografía y la sutileza y maestría con que está rodada la película.
Lo peor: Nada. Toda es perfecta. Si acaso, que no dure una hora más.
No hay duda: un 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Según se cuenta, durante el rodaje se produjo una circunstancia que ayudó a dotar de mayor realismo a la escena de la pelea final. Parece ser que Ford habló con John Wayne, y le dijo que Victor McLaglen no estaba hablando bien de él, y que además le estaba robando protagonismo en la película. Igualmente habló con Victor McLaglen y le dijo lo mismo sobre John Wayne. A consecuencia de ello, la realidad superó a la ficción: McLaglen acabó con una pequeña conmoción y John Wayne con dos costillas rotas.
Lo dicho, ya no se hacen películas así.
Lo dicho, ya no se hacen películas así.

7,4
14.707
8
20 de marzo de 2020
20 de marzo de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndida película de juicios construida, casi en exclusiva, sobre la base de la inmensa interpretación (quizás la mejor de su dilatada carrera) de Paul Newman. Esto, añadido a la edad de Newman, hace que se trate de un film súmamente lento, muy descriptivo, acaso contemplativo, oscuro, en el que no ocurren demasiadas cosas pero que, sin embargo, consigue mantener atrapado en todo momento al espectador por lo que cuenta y por cómo lo cuenta.
Esta es una película notable por los siguientes motivos:
- Porque el guión es intachable (excepto en su parte final). No hay una sola frase o secuencia que sobre.
- Porque los actores están todos a un nivel extraordinario. El gran Lumet supo sacar lo mejor de cada uno.
- Porque se trata de una de las mejores interpretaciones de Newman, el cual lleva el peso de todo el film.
- Porque Newman está perfectamente respaldado en sus interpretaciones por James Mason (qué más se puede decir ya de este monstruo de la interpretación!) y el siempre eficaz Jack Warden.
- Porque describe perfectamente la vida y el trabajo de un abogado decadente. Es como si Lumet conociera perfectamente la profesión y tratara de explicarnos lo que siente ese letrado desde dentro.
- Porque la puesta en escena, la ambientación, los decorados, los interiores y el atrezzo parece real al 100%. Parece como si hubiéramos seguido al abogado Newman en la vida real y se nos mostrara los lugares reales en donde trabaja.
- Me gustó mucho el despacho de Newman. Refleja perfectamente al personaje. Me gustó mucho también, lo de la nota en la puerta de entrada al despacho.
- El abogado que interpreta Newman no sólo es un fracasado. Es también un tipo que se enfrenta a su pasado y a todos (incluido a un juez que no le tiene en gran estima) y al que parece importarle poco lo que los demás piensen de él. Sabe que tendrá que utilizar toda su experiencia y todos sus recursos para convencer al jurado, porque el panorama, conforme avanza la trama, está claramente en su contra. De ahí que el alegato final vaya más a tocar la fibra del jurado que a resumir la actividad probatoria practicada en la sala.
- El abogado defensor que interpreta Mason también está muy bien definido, y refleja perfectamente el otro lado de la profesión: un tipo sin escrúpulos, conocedor de los tempos, que se sabe todas las artimañas (como conseguir tachar o invalidar testigos) y que utiliza todas sus influencias para ganar a cualquier precio. Un 10 por como está descrito e interpretado este personaje.
Lo mejor: la interpretación de Newman.
Lo peor: el final (lo cuento en el spoiler).
La película es Newman. Es una película de Newman y para Newman. Está realizada para su lucimiento y como último intento para que le den el Óscar (que finalmente se llevó Ben Kingsley por Ghandi), puesto que se suponía que su mejor época interpretativa ("El Buscabidas", "La gata sobre el tejado de Zinc", "El Golpe"), ya había pasado.
Notable alto: un 8, aunque bien pudiera merecerse un 9. Pero existen otras películas de juicios un poco mejores que ésta que sí merecerían un 9 ("El proceso Paradine" o "Vencedores o vencidos", por ejemplo), y por tanto, se queda en 8.
Esta es una película notable por los siguientes motivos:
- Porque el guión es intachable (excepto en su parte final). No hay una sola frase o secuencia que sobre.
- Porque los actores están todos a un nivel extraordinario. El gran Lumet supo sacar lo mejor de cada uno.
- Porque se trata de una de las mejores interpretaciones de Newman, el cual lleva el peso de todo el film.
- Porque Newman está perfectamente respaldado en sus interpretaciones por James Mason (qué más se puede decir ya de este monstruo de la interpretación!) y el siempre eficaz Jack Warden.
- Porque describe perfectamente la vida y el trabajo de un abogado decadente. Es como si Lumet conociera perfectamente la profesión y tratara de explicarnos lo que siente ese letrado desde dentro.
- Porque la puesta en escena, la ambientación, los decorados, los interiores y el atrezzo parece real al 100%. Parece como si hubiéramos seguido al abogado Newman en la vida real y se nos mostrara los lugares reales en donde trabaja.
- Me gustó mucho el despacho de Newman. Refleja perfectamente al personaje. Me gustó mucho también, lo de la nota en la puerta de entrada al despacho.
- El abogado que interpreta Newman no sólo es un fracasado. Es también un tipo que se enfrenta a su pasado y a todos (incluido a un juez que no le tiene en gran estima) y al que parece importarle poco lo que los demás piensen de él. Sabe que tendrá que utilizar toda su experiencia y todos sus recursos para convencer al jurado, porque el panorama, conforme avanza la trama, está claramente en su contra. De ahí que el alegato final vaya más a tocar la fibra del jurado que a resumir la actividad probatoria practicada en la sala.
- El abogado defensor que interpreta Mason también está muy bien definido, y refleja perfectamente el otro lado de la profesión: un tipo sin escrúpulos, conocedor de los tempos, que se sabe todas las artimañas (como conseguir tachar o invalidar testigos) y que utiliza todas sus influencias para ganar a cualquier precio. Un 10 por como está descrito e interpretado este personaje.
Lo mejor: la interpretación de Newman.
Lo peor: el final (lo cuento en el spoiler).
La película es Newman. Es una película de Newman y para Newman. Está realizada para su lucimiento y como último intento para que le den el Óscar (que finalmente se llevó Ben Kingsley por Ghandi), puesto que se suponía que su mejor época interpretativa ("El Buscabidas", "La gata sobre el tejado de Zinc", "El Golpe"), ya había pasado.
Notable alto: un 8, aunque bien pudiera merecerse un 9. Pero existen otras películas de juicios un poco mejores que ésta que sí merecerían un 9 ("El proceso Paradine" o "Vencedores o vencidos", por ejemplo), y por tanto, se queda en 8.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como he dicho, el guión es muy bueno, aunque existe un claro error procesal en la parte final: si no se admite la prueba testifical de la enfermera de admisiones, ni la prueba documental de la fotocopia que pretendía incorporar la misma al procedimiento, la acusación que representa Paul Newman se ha quedado sin una sola prueba (es más, su única prueba, el médico negro que reconoció que no hubo negligencia, se convierte en prueba de la defensa). En consecuencia, en ningún caso, sin prueba de cargo alguna, podría haberse dado un veredicto de culpabilidad o estimatorio de la demanda.
Es un final made in Hollywood, que proporciona al espectador un gran alivio, pero que procesalmente es inviable.
Es un final made in Hollywood, que proporciona al espectador un gran alivio, pero que procesalmente es inviable.
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