Sobre un bulto, un paquete y algunas personas inescrupulosas, ambiciosas y solitarias, gira El halcon maltés.
La presencia de Bogart atrae por su magnetismo y por su verborragia, pese a que sobra demasiado algunas situaciones, el personaje da la talla con luces y casi sin sombras en este clásico del cine negro.
Como en otros filmes, bogie se destaca en los diálogos con intervenciones de lo más inteligentes, ocurrentes y llenas de calle; esa calle y esa sagacidad que sin duda tendría que tener el detective Spade para lidiar en su oficio.
Ante la invasión de cualquier sentimiento, prima en Spade el raciocinio y para él todo tiene una manera fría de resolverse. Quizá porque conoce el material con el que están hechos los sueños.

La publicidad de la película advierte acerca del contenido fuerte de la misma; pero la verdad, es que el film no tiene nada de sobrecogedor, no es terror y carece de toda sorpresa en su guión.
Sobre el final, tiene una escenas que son típicas de una "matine" de un domingo a la tarde y no de una película que te pueda impresionar mayormente.
Algunas partes me recordaron a "Saw" y a "Death tunnel"; si esto es lo que se viene en materia de terror y suspenso, la verdad deja mucho que desear.
No será de culto, salvo para algunos fanáticos.

Ha sido la mejor opción para un sábado a la noche, sin salir y con ganas de ver algo con acción. Dentro de su categoría zombies, seguramente entre las 5 mejores, si no me quedo corto.
Acción, emoción y sobresaltos, llevados de la mano por entrañables protagonistas, que hacen que sufras junto a ellos, la implacable acción de los infectados.
De obligatorio visionado para los amantes del género y para todo aquel que le guste la acción y el drama, porque esta película, va más allá de carreras y palos. El sabor de boca que deja, lejos de ser la adrenalina de muchos filmes de su categoría, es el de haber visto una linda película dramática.. Uno termina emocionado.

Tras un comienzo que hacía avisorar un mejor desarrollo, el fim cae en una sucesión de hechos desasertados, donde lo único rescatable es la belleza de la protagonista. A medida que pasan los minutos la película se transforma en una más que pasará al olvido cayendo en un montón muy grande de burdas intentonas.
Uno desde el comienzo se imaginaba que la chica hablaba francés, el antagonismo con su colega y esa mezcla de amor odio está gastado en este tipo de películas.
Lo peor de todo es el final, nunca se vio algo tan previsible en cuanto al desenlace, en un momento que es para la risa, se escucha: "todo acabo", salvo que faltaban muchos minutos para que terminara la cinta.

Ante un comienzo que aparenta de una película romántica como tantas, de esas aburridas, se suceden una serie hechos que pueden pasar en cualquier lugar a cualquier persona.
Hay un acertado manejo del significado de la sinceridad o la mentira en las relaciones amorosas. El deseo de conocer la verdad a cuesta de resultar muy mal herido (o herida), esta expuesto demanera cruda y ahí es donde el personaje de Owen resalta como el mejor a nuestro entender.
Idas y vueltas sin marear al espectador, final acertado y actuaciones muy buenas. Se nota el dolor de los personajes ante los devenires de una relación: la inseguridad, el saber que algo anda mal y la provocación de determinados diálogos cuando ya no da para más; esto es lo mejor de la película.
Si Julia Roberts me mirara así, también me enamoraría perdidamente.