You must be a loged user to know your affinity with Puercoespín
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

8,4
44.068
8
17 de junio de 2010
17 de junio de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una crítica complicada de escribir. Está todo dicho repetidamente, defensores y detractores agotan argumentos y no puedo aportar nada que no se haya dicho. Me ha gustado, me ha atrapado su estética y su representación del Japón rural medieval. Me ha entretenido y la sensación de que nada queda al azar y de que todos los planos y escenas son mimados me llena de una sensación que identificaría con el agradecimiento, especialmente porque se trata de una película de aventuras.
Kurosawa desarrolla con calma y precisión historia y personajes, y luce un abanico de recursos visuales que hacen imposible no reconocer la enorme habilidad de este director. La composición de las escenas, creando muchas veces varios planos cuidados de visión (por ejemplo, escenificación de protagonistas, segundo plano con una disposición estudiada de los aldeanos y un tercer plano paisajístico nada casual) dan una sensación de plenitud visual que muchas veces se echa en falta en películas que no por ello son necesariamente malas.
Por mi parte, mucho más que decir, pero poco más que aportar. Muy hábil, señor Kurosawa.
Kurosawa desarrolla con calma y precisión historia y personajes, y luce un abanico de recursos visuales que hacen imposible no reconocer la enorme habilidad de este director. La composición de las escenas, creando muchas veces varios planos cuidados de visión (por ejemplo, escenificación de protagonistas, segundo plano con una disposición estudiada de los aldeanos y un tercer plano paisajístico nada casual) dan una sensación de plenitud visual que muchas veces se echa en falta en películas que no por ello son necesariamente malas.
Por mi parte, mucho más que decir, pero poco más que aportar. Muy hábil, señor Kurosawa.
8
8 de julio de 2009
8 de julio de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buen trabajo de Ari Folman. Documental plasmado a través de la animación, lo que permite mezclar en un mismo nivel dramático las vivencias reales y la reconstrucción de los recuerdos o las historias contadas a través de los testigos de las mismas, articulando una narración perfectamente integrada de las piezas usadas (entrevistas, recuerdos y sucesos). Esto, junto con un guión bien estructurado, presenta una historia muy bien contada en forma y fondo.
El nivel de la película hace para mí que la importancia de qué es real y qué es falso en la narración sea irrelevante. El propio Folman pone la venda en la herida con sus avisos sobre la memoria y la facilidad con la que ésta es manipulada no necesariamente de manera voluntaria.
El riesgo de la animación en este caso podría haber estado en no alcanzar el nivel dramático o "impactante" de un documental convencional, algo que Folman resuelve, aunque se reserva las imágenes reales de las consecuencias de la matanza quizá en un intento de evitar dejar su propuesta en un relato finalmente perceptible como irreal.
Fantástico todo el aspecto artístico de la animación.
Estremecedora si es vista con enfoque de traducción "animación-realidad" y muy recomendable independientemente del conocimiento de los sucesos o del interés existente en el conflicto árabe-israelí.
El nivel de la película hace para mí que la importancia de qué es real y qué es falso en la narración sea irrelevante. El propio Folman pone la venda en la herida con sus avisos sobre la memoria y la facilidad con la que ésta es manipulada no necesariamente de manera voluntaria.
El riesgo de la animación en este caso podría haber estado en no alcanzar el nivel dramático o "impactante" de un documental convencional, algo que Folman resuelve, aunque se reserva las imágenes reales de las consecuencias de la matanza quizá en un intento de evitar dejar su propuesta en un relato finalmente perceptible como irreal.
Fantástico todo el aspecto artístico de la animación.
Estremecedora si es vista con enfoque de traducción "animación-realidad" y muy recomendable independientemente del conocimiento de los sucesos o del interés existente en el conflicto árabe-israelí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quizá la pega es la exculpación del propio Folman en los sucesos de la matanza, que independientemente de lo sucedido en la realidad se presenta de manera algo chocante y suena más a final feliz donde el protagonista no interviene que a parte necesaria del documental, aunque realmente el conocer el hecho es lo que motiva la búsqueda y por lo tanto la película.
29 de abril de 2009
29 de abril de 2009
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer fui a ver al fin una película de Béla Tarr, director por el que sentía mucha curiosidad tras leer varias críticas de sus películas y de su estilo de cine (al menos de su "segunda época"). Hasta ese momento sólo había visto algunas espectaculares imágenes de Sátántangó y El Hombre de Londres que me impresionaron visualmente. Por otro lado, esta película tiene buena puntuación en Filmaffinity y en varias ocasiones encuentro comparaciones entre Tarr y Tarkovsky, director por el que reconozco mi enorme admiración.
Pues bien, el chasco que me llevé es de campeonato. Salí con ciertas dudas de si se trata de un acto de esnobismo, de un producto fallido, o en el mejor de los casos de un problema personal mío de recepción del mensaje de la película (y de su desarrollo, muy importante). Me parece larga sin justificación, meramente teatral y poco sincera a nivel artístico, con elementos artificales que se supone que quedarán bien (lo de la silla que se veía a través de la ventana ya me lo tomé a chiste) pero que en muchas ocasiones resultan absurdos y no integrados. Diría que busca una belleza plástica alternativa sin encontrarla (luz saliendo de la mesa de cocina, pelea sobre el suelo de cristal o paredes con papel arrugado - ¿será la irregularidad de las paredes la influencia de Tarkovsky? -) El abuso de los diálogos densos y "¿profundos?" parece muchas veces una mera justificación de una supuesta complejidad cultural o psicológica para las que no estoy preparado. El juego de rojos y azules (que puede que tengan un significado, yo no lo encontré) en combinación muchas veces con las tonalidades verdes y una fotografía que deja mucho que desear, resulta en un aspecto cutre y dejado desde el punto de vista de la propia película, que ya no de la impresión que los escenarios deben ofrecer. Además, y aunque sea una tontería, parece que sólo consigue rellenar, acentuar o romper la monotonía de muchas escenas recurriendo a los cigarrillos de los protagonistas (sin sacarle ni de lejos el partido que por ejemplo Wong Kar Wai obtiene en varias escenas de Deseando Amar).
Me parece la obra de alguien que quiere llamar la atención desde una posición underground más que de alguien con preocupaciones reales que analiza o plasma en la película mediante un estilo que fluye de manera natural. En resumen, mi impresión es la de haber asistido a una mentira artística que aburre mucho y cansa. Sólo espero que pese a la puntuación que tiene, no se trate ni de lejos de una de sus mejores obras.
Pues bien, el chasco que me llevé es de campeonato. Salí con ciertas dudas de si se trata de un acto de esnobismo, de un producto fallido, o en el mejor de los casos de un problema personal mío de recepción del mensaje de la película (y de su desarrollo, muy importante). Me parece larga sin justificación, meramente teatral y poco sincera a nivel artístico, con elementos artificales que se supone que quedarán bien (lo de la silla que se veía a través de la ventana ya me lo tomé a chiste) pero que en muchas ocasiones resultan absurdos y no integrados. Diría que busca una belleza plástica alternativa sin encontrarla (luz saliendo de la mesa de cocina, pelea sobre el suelo de cristal o paredes con papel arrugado - ¿será la irregularidad de las paredes la influencia de Tarkovsky? -) El abuso de los diálogos densos y "¿profundos?" parece muchas veces una mera justificación de una supuesta complejidad cultural o psicológica para las que no estoy preparado. El juego de rojos y azules (que puede que tengan un significado, yo no lo encontré) en combinación muchas veces con las tonalidades verdes y una fotografía que deja mucho que desear, resulta en un aspecto cutre y dejado desde el punto de vista de la propia película, que ya no de la impresión que los escenarios deben ofrecer. Además, y aunque sea una tontería, parece que sólo consigue rellenar, acentuar o romper la monotonía de muchas escenas recurriendo a los cigarrillos de los protagonistas (sin sacarle ni de lejos el partido que por ejemplo Wong Kar Wai obtiene en varias escenas de Deseando Amar).
Me parece la obra de alguien que quiere llamar la atención desde una posición underground más que de alguien con preocupaciones reales que analiza o plasma en la película mediante un estilo que fluye de manera natural. En resumen, mi impresión es la de haber asistido a una mentira artística que aburre mucho y cansa. Sólo espero que pese a la puntuación que tiene, no se trate ni de lejos de una de sus mejores obras.
5
6 de julio de 2009
6 de julio de 2009
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película exclusivamente de contenido, sin grandes interpretaciones ni ambientaciones o puestas en escena. Discurso sobre la muerte y la dignidad, sobre la amistad, sobre lo que somos y lo que hemos sido, con reflexión sobre los ideales que nos mueven y el mundo en el que los desarrollamos.
Un maduro pero todavía joven protagonista debe afrontar sus últimos días de vida en unas condiciones casi tercermundistas, fruto de un sistema público de sanidad canadiense que no sale nada bien parado. Es un sistema, como el protagonista comenta, fruto de su elección por lo que ahora debe ser consecuente y sufrirlo. Camas por los pasillos, habitaciones llenas de gente, sindicatos que actúan a modo de mafia y garantía de corrupción son los elementos que destacan. Interesantes ideales que llevados a la práctica han fallado. Su antagonista es su propio hijo, un exitoso fruto del capitalismo cuyo ilimitado dinero y una enorme capacidad de gestión le permiten cambiar la utopía por la realidad, ganando mucho con el cambio y haciendo así una última renuncia a sus ideales (¿ironía?).
La película ofrece algunas reflexiones puntuales que me resultan interesantes, como el breve análisis de las barbaridades y su relatividad frente a la historia o a las condiciones de las mismas (muertos siglo XX vs muertos conquistas americanas o reflexión sobre el 11S), o uno de los momentos de viaje en el que el protagonista no puede imaginarse la vida sin él, "¿como puedo morirme yo?". También me gustó la reflexión sobre las ideologías, y el paso de éstas por las vidas de los protagonistas como si fuesen un mero producto de la moda de cada momento, sin calado real en sus convicciones. En cuanto a varias de las elucubraciones filosóficas explícitas con nombre propio, no tengo capacidad para su análisis, aunque la película tampoco me incita a desarrollarla.
Algunos momentos potencian la emotividad, sin duda la reunión del lago el que más, pero aún así, no despierta una honda reflexión en mí. No existe misterio ni poesía pese a una buena estructuración y ritmo, pero tampoco se presentan personajes reales y dramáticamente creibles, quedando en una tierra de nadie interpretativa, y quizá eso provoca una cierta apatía por mi parte hacia esta película. A eso debo sumarle lo pedante que me resultan las conversaciones para dejar claro que el protagonista no ha parado de bajar la bragueta a lo largo de toda su vida o para cuantificar la capacidad succionadora de sus amantes, en una reivindicación del sexo casi como atributo chovinista.
Así, hay momentos que me gustan y justifican el interés de haber visto la película, pero más de manera aislada que el conjunto de la obra en sí, que no me convenció. Quizá haber visto "El Declive del Imperio Americano" hubiese hecho que apreciase mejor esta continuación.
Un maduro pero todavía joven protagonista debe afrontar sus últimos días de vida en unas condiciones casi tercermundistas, fruto de un sistema público de sanidad canadiense que no sale nada bien parado. Es un sistema, como el protagonista comenta, fruto de su elección por lo que ahora debe ser consecuente y sufrirlo. Camas por los pasillos, habitaciones llenas de gente, sindicatos que actúan a modo de mafia y garantía de corrupción son los elementos que destacan. Interesantes ideales que llevados a la práctica han fallado. Su antagonista es su propio hijo, un exitoso fruto del capitalismo cuyo ilimitado dinero y una enorme capacidad de gestión le permiten cambiar la utopía por la realidad, ganando mucho con el cambio y haciendo así una última renuncia a sus ideales (¿ironía?).
La película ofrece algunas reflexiones puntuales que me resultan interesantes, como el breve análisis de las barbaridades y su relatividad frente a la historia o a las condiciones de las mismas (muertos siglo XX vs muertos conquistas americanas o reflexión sobre el 11S), o uno de los momentos de viaje en el que el protagonista no puede imaginarse la vida sin él, "¿como puedo morirme yo?". También me gustó la reflexión sobre las ideologías, y el paso de éstas por las vidas de los protagonistas como si fuesen un mero producto de la moda de cada momento, sin calado real en sus convicciones. En cuanto a varias de las elucubraciones filosóficas explícitas con nombre propio, no tengo capacidad para su análisis, aunque la película tampoco me incita a desarrollarla.
Algunos momentos potencian la emotividad, sin duda la reunión del lago el que más, pero aún así, no despierta una honda reflexión en mí. No existe misterio ni poesía pese a una buena estructuración y ritmo, pero tampoco se presentan personajes reales y dramáticamente creibles, quedando en una tierra de nadie interpretativa, y quizá eso provoca una cierta apatía por mi parte hacia esta película. A eso debo sumarle lo pedante que me resultan las conversaciones para dejar claro que el protagonista no ha parado de bajar la bragueta a lo largo de toda su vida o para cuantificar la capacidad succionadora de sus amantes, en una reivindicación del sexo casi como atributo chovinista.
Así, hay momentos que me gustan y justifican el interés de haber visto la película, pero más de manera aislada que el conjunto de la obra en sí, que no me convenció. Quizá haber visto "El Declive del Imperio Americano" hubiese hecho que apreciase mejor esta continuación.
9
10 de mayo de 2009
10 de mayo de 2009
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué gran sensación cuando alguien te cuenta una historia siendo tan consciente de que lo hace a través del cine y no de otro medio. A partir de ahí, esa persona (o equipo) se preocupa de todos los detalles, tanto técnicos como narrativos para ofrecer una obra de una calidad altísima. Esta es la impresión con la que me quedé tras la hora y media de belleza y sensaciones que derrocha esta película.
La historia, interpretaciones paralelas aparte, y quizá como cuento que es en forma, no es compleja en narración, pero cuida al máximo todos los detalles. Las ambientaciones, planos, colores, zooms, impresionan constantemente y el ritmo con el que fluye es perfecto. La manera en que se presenta es totalmente sensorial, ya que consigue despertar multitud de sensaciones de una forma natural, yendo desde la ternura inicial con la incompresión de Ana ante lo sucedico al monstruo de Frankenstein, hasta la pena o compasión por cómo se desarrollan los acontecimientos posteriormente.
Remarcar el cuidado con el que se construyen todas las escenas, quizá algo no muy frecuente en el cine español (y en mucho otro cine), y así, disfruté con cosas simples como Ana en San Juan echando ramitas al fuego para que no se apague (seguro que muchos lo hemos hecho de pequeños), la composición de enormes puertas dentro de la casa que se muestra un par de veces, el zoom hacia Fernán-Gómez cuando se acerca a la ventana con forma de colmena, etc. Además, Erice crea belleza de la decadencia, véase por ejemplo las paredes y aspectos en general de la casa / pazo en el que vive la familia.
La identificación de la España de posguerra con la colmena me parece muy apropiado, y hay múltiples lecturas en las críticas de otros usuarios que me han gustado mucho. Es una película para disfrutar, para sentir y deja todas las puertas abiertas para, si se quiere (no es ni mucho menos imprescindible para disfrutarla), pensar sobre ella y sobre el contexto que refleja.
La historia, interpretaciones paralelas aparte, y quizá como cuento que es en forma, no es compleja en narración, pero cuida al máximo todos los detalles. Las ambientaciones, planos, colores, zooms, impresionan constantemente y el ritmo con el que fluye es perfecto. La manera en que se presenta es totalmente sensorial, ya que consigue despertar multitud de sensaciones de una forma natural, yendo desde la ternura inicial con la incompresión de Ana ante lo sucedico al monstruo de Frankenstein, hasta la pena o compasión por cómo se desarrollan los acontecimientos posteriormente.
Remarcar el cuidado con el que se construyen todas las escenas, quizá algo no muy frecuente en el cine español (y en mucho otro cine), y así, disfruté con cosas simples como Ana en San Juan echando ramitas al fuego para que no se apague (seguro que muchos lo hemos hecho de pequeños), la composición de enormes puertas dentro de la casa que se muestra un par de veces, el zoom hacia Fernán-Gómez cuando se acerca a la ventana con forma de colmena, etc. Además, Erice crea belleza de la decadencia, véase por ejemplo las paredes y aspectos en general de la casa / pazo en el que vive la familia.
La identificación de la España de posguerra con la colmena me parece muy apropiado, y hay múltiples lecturas en las críticas de otros usuarios que me han gustado mucho. Es una película para disfrutar, para sentir y deja todas las puertas abiertas para, si se quiere (no es ni mucho menos imprescindible para disfrutarla), pensar sobre ella y sobre el contexto que refleja.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sentí una sensación muy fuerte de compasión / pena al darme cuenta de que la huida de Ana era propiciada no por miedo a la regañina del padre sino por la identificación de sí misma con el personaje del Dr. Frankenstein y el miedo a consecuencias mucho mayores, junto quizá con la sensación de culpabilidad por la muerte del hombre al que estaba ayudando.
Precioso el momento en que se acercan por primera vez al lugar en el que supuestamente vive el espíritu y tras la historia que le cuenta Isabel a Ana comienza a sonar el arreglo triste en guitarra del "Vamos a contar mentiras".
Muy potente la analogía (al menos así lo veo yo) de las setas venenosas y el "huelen bien" de Ana con la situación de los perseguidos tras la guerra que se plasma en la ayuda de Ana a "su espíritu encontrado" y su posterior asesinato.
Precioso el momento en que se acercan por primera vez al lugar en el que supuestamente vive el espíritu y tras la historia que le cuenta Isabel a Ana comienza a sonar el arreglo triste en guitarra del "Vamos a contar mentiras".
Muy potente la analogía (al menos así lo veo yo) de las setas venenosas y el "huelen bien" de Ana con la situación de los perseguidos tras la guerra que se plasma en la ayuda de Ana a "su espíritu encontrado" y su posterior asesinato.
Más sobre Puercoespín
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here