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7,1
8.637
6
22 de febrero de 2022
22 de febrero de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Continúo comentando películas con contenido cristiano, aunque en esta ocasión no se trate de una película con contenido espiritual específico sino una feroz crítica de Costantinos Gavras (Desaparecido, Mad City) contra la jerarquía eclesiástica en tiempos de la masacre judía realizada por el III Reich del nacionalsocialista Adolf Hitler. Está basada en la obra de teatro "El vicario. Una tragedia cristiana" del alemán Rolf Hochhuth. Con un elenco de actores casi desconocidos Ulrich Tukur (Solaris), Mathieu Kassovitz (Oscura Seducción, Munich), Costa-Gavras narra el intento de un joven jesuita y de un miembro de las SS por detener las deportaciones y ejecuciones de los judíos en las cámaras de gas. Ambos saldrán mal parados dejando así en evidencia la barbarie nazi y el silencio culpable de la jerarquía eclesiástica encabezada por Pio XII. El esquema de la película no es nuevo, es similar a The Body o Stigmata, donde también se presenta una visión muy negativa de las autoridades eclesiásticas y una valoración positiva de los protagonistas de la historia como ministros que “van por libre” sin seguir los dictados de la jerarquía.
Se trata de una película rodada en Bucarest (Rumanía), con un vestuario y unos decorados visualmente convincentes, bien desarrollada, entretenida e intrigante, pero insisto que con una visión de la actuación de la Iglesia demasiado subjetiva y a mi parecer, injusta. Intentaré justificar esta afirmación a lo largo del comentario.
Comienza la película con la denuncia de los obispos alemanes del exterminio de las personas Síndrome de Down por parte de los nazis. Ahí acaban las concesiones del director al enfrentamiento de la Iglesia con el régimen nazi. A partir de ahí todo es silencio, ocultación de la verdad y comilonas entre cardenales.
La primera escena está basada en hechos reales. Se trata del suicidio de Stefan Lux, un periodista judío de nacionalidad Checa. Tras gritar "Este es el golpe final" se disparó en la cabeza en la asamblea general de la Liga de las Naciones, desesperado porque nadie le hacía caso en sus avisos sobre lo peligroso del antisemitismo judío de los nazis. En el film, esta escena se desarrolla de una manera más teatralizada con este discurso:
"Mi nombre es Stephan Lux, soy judío. Los judíos están siendo perseguidos en Alemania y al mundo no le importa. (saca una pistola) No veo otra forma de llegar al corazón de la gente". (Se dispara en la cabeza)
A partir de aquí, el personaje principal Gerstein, un químico oficial de las SS, comienza a descubrir que esta denuncia es cierta. Primero visualiza en primera persona las cámaras de gas y los crematorios de Treblinka, desbordados a más no poder. Ahí se produce una de las escenas más dramáticas para mi gusto, en el que desde un coche observan como apilan y arrojan cientos de cadáveres a zanjas de las cunetas mientras el chofer afirma con total naturalidad: "Los crematorios están sobrecargados de trabajo". Escandalizado por lo que ve, e ignorado por el nuncio de Berlín, consigue ponerse en contacto con Riccardo Fontana, un joven sacerdote jesuita al que le expone lo que ha visto:
Kurt Gerstein: "Es inimaginable. Los judíos no están siendo expulsados, como pensábamos. Están siendo exterminados. Acabo de regresar de los campamentos en Polonia. Están exterminando judíos. Los más fuertes son obligados a realizar trabajos forzados. Los otros, las mujeres y los niños... son gaseados. Lo vi con mis propios ojos".
Se trata de una película rodada en Bucarest (Rumanía), con un vestuario y unos decorados visualmente convincentes, bien desarrollada, entretenida e intrigante, pero insisto que con una visión de la actuación de la Iglesia demasiado subjetiva y a mi parecer, injusta. Intentaré justificar esta afirmación a lo largo del comentario.
Comienza la película con la denuncia de los obispos alemanes del exterminio de las personas Síndrome de Down por parte de los nazis. Ahí acaban las concesiones del director al enfrentamiento de la Iglesia con el régimen nazi. A partir de ahí todo es silencio, ocultación de la verdad y comilonas entre cardenales.
La primera escena está basada en hechos reales. Se trata del suicidio de Stefan Lux, un periodista judío de nacionalidad Checa. Tras gritar "Este es el golpe final" se disparó en la cabeza en la asamblea general de la Liga de las Naciones, desesperado porque nadie le hacía caso en sus avisos sobre lo peligroso del antisemitismo judío de los nazis. En el film, esta escena se desarrolla de una manera más teatralizada con este discurso:
"Mi nombre es Stephan Lux, soy judío. Los judíos están siendo perseguidos en Alemania y al mundo no le importa. (saca una pistola) No veo otra forma de llegar al corazón de la gente". (Se dispara en la cabeza)
A partir de aquí, el personaje principal Gerstein, un químico oficial de las SS, comienza a descubrir que esta denuncia es cierta. Primero visualiza en primera persona las cámaras de gas y los crematorios de Treblinka, desbordados a más no poder. Ahí se produce una de las escenas más dramáticas para mi gusto, en el que desde un coche observan como apilan y arrojan cientos de cadáveres a zanjas de las cunetas mientras el chofer afirma con total naturalidad: "Los crematorios están sobrecargados de trabajo". Escandalizado por lo que ve, e ignorado por el nuncio de Berlín, consigue ponerse en contacto con Riccardo Fontana, un joven sacerdote jesuita al que le expone lo que ha visto:
Kurt Gerstein: "Es inimaginable. Los judíos no están siendo expulsados, como pensábamos. Están siendo exterminados. Acabo de regresar de los campamentos en Polonia. Están exterminando judíos. Los más fuertes son obligados a realizar trabajos forzados. Los otros, las mujeres y los niños... son gaseados. Lo vi con mis propios ojos".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Con la ayuda del sacerdote intentarán dar visibilidad al drama del exterminio de los judíos, pretendiendo ambos llegar hasta el Papa Pío XII. Ambos arriesgan sus cargos y sus vidas, anhelando que en el mensaje de Navidad de 1942 denunciar la situación, pero el mensaje es sin embargo escueto y sin referencias a la situación. Cuando el Padre Fontana se lo traduce del latín a Gerstein ambos se sienten defraudados:
Kurt Gerstein: "¿Eso es todo?"
Riccardo Fontana: "Eso es todo".
K.G.: "Él... él... nunca... ni siquiera pronunció la palabra "judío" o "campo de concentración".
Abatido por la situación, intenta la vía diplomática a través de la nobleza alemana y los embajadores, también sin éxito. Aquí es donde se expone una clave política del conflicto, ya que el Papa, de haber denunciado un totalitarismo como el nacionalsocialista tendría que haber denunciado también el comunista, abocando al planeta a una confrontación mucho más sangrienta que la II Guerra Mundial. ¿Qué hubiera pasado si la URSS y Alemania hubieran sido aliados en lugar de enemigos en esa guerra? Todo es especular, pero evidentemente el conflicto habría tardado mucho más en resolverse.
Pasan los años y el final de la Guerra es inminente. A Gerstein se le ofrece la posibilidad de salvar su vida escapando de la persecución a la que pronto serían sometidos los mandos alemanes:
Baron Von Otter: Puedo obtener pasaportes para usted y su familia.
Kurt Gerstein: No. No. Me niego a salir de mi país. Debo testificar sobre todo esto.
No hizo lo mismo uno de los médicos más sanguinarios de las SS, quien en la escena final del film encuentra refugio en el Vaticano, en una escena cargada de sarcasmo y crítica larvada:
Monseñor Hudal: (dando la bienvenida al Doctor en el Vaticano) "Tus amigos me mencionaron los Estados Unidos. Pero solo están recibiendo especialistas en química, aviación, física o biología".
Doctor: "Soy doctor, solo un médico".
M.H.: "Entonces tendrá que ser Argentina. Hay un barco en seis días. Mientras tanto, se acomodará aquí".
D.: (señalando los jardines) "Esto es maravilloso".
Las palabras finales, no obstante, están dedicadas de nuevo a Gerstein y su intento por parar el exterminio judío:
"Su informe contribuyó a convencer a la gente del Holocausto. 20 años después, Gerstein fue reivindicado".
El director del film, Costa Gavras, dijo en una entrevista que su intención no era menospreciar al Vaticano sino ensalzar a los protagonistas: "Lo que me interesó fue la actitud de dos personajes, cristianos verdaderos, un católico y un protestante, quienes en condiciones prácticas y difíciles resistieron. Tratan de avisar al mundo, de informar a sus jerarquías... Hacen todo lo que pueden, pero nadie reacciona y ellos llegan a sacrificarse por su filosofía cristiana".
Sin embargo, intencionadamente o no, este director olvida las numerosas actuaciones del Papa, de los cardenales, obispos, religiosos/as y laicos/as en aquella época. Se han escrito libros al caso, yo me conformo con citar a dos eminentes personajes judíos que alabaron en su día las intervenciones papales (las más criticadas en el film).
Joseph Emer Proskauer (presidente del comité judío americano), escribe: ”La intervención de su santidad, de las nunciaturas apostólicas y de los prelados católicos en el mundo entero, han sido, sin duda alguna, una gran prueba de responsabilidad. Estas actividades benéficas avalan, en tiempos de barbarie moderna, la noble tradición humanitaria de la Iglesia católica. Todo ello ha inspirado al pueblo judío un profundo y duradero sentimiento de gratitud…”
El Rabino de Jerusalén Isaac Herzog añadía: “El pueblo de Israel no olvidará jamás el apoyo dado por su santidad a sus desafortunados hermanos y hermanas en el momento más triste de nuestra historia”.
Me parece que sobran más comentarios. Animaros a que veáis la película pro no a que os la creáis entera (es un grave problema de nuestros días, mucha gente confunde cine con Historia
Kurt Gerstein: "¿Eso es todo?"
Riccardo Fontana: "Eso es todo".
K.G.: "Él... él... nunca... ni siquiera pronunció la palabra "judío" o "campo de concentración".
Abatido por la situación, intenta la vía diplomática a través de la nobleza alemana y los embajadores, también sin éxito. Aquí es donde se expone una clave política del conflicto, ya que el Papa, de haber denunciado un totalitarismo como el nacionalsocialista tendría que haber denunciado también el comunista, abocando al planeta a una confrontación mucho más sangrienta que la II Guerra Mundial. ¿Qué hubiera pasado si la URSS y Alemania hubieran sido aliados en lugar de enemigos en esa guerra? Todo es especular, pero evidentemente el conflicto habría tardado mucho más en resolverse.
Pasan los años y el final de la Guerra es inminente. A Gerstein se le ofrece la posibilidad de salvar su vida escapando de la persecución a la que pronto serían sometidos los mandos alemanes:
Baron Von Otter: Puedo obtener pasaportes para usted y su familia.
Kurt Gerstein: No. No. Me niego a salir de mi país. Debo testificar sobre todo esto.
No hizo lo mismo uno de los médicos más sanguinarios de las SS, quien en la escena final del film encuentra refugio en el Vaticano, en una escena cargada de sarcasmo y crítica larvada:
Monseñor Hudal: (dando la bienvenida al Doctor en el Vaticano) "Tus amigos me mencionaron los Estados Unidos. Pero solo están recibiendo especialistas en química, aviación, física o biología".
Doctor: "Soy doctor, solo un médico".
M.H.: "Entonces tendrá que ser Argentina. Hay un barco en seis días. Mientras tanto, se acomodará aquí".
D.: (señalando los jardines) "Esto es maravilloso".
Las palabras finales, no obstante, están dedicadas de nuevo a Gerstein y su intento por parar el exterminio judío:
"Su informe contribuyó a convencer a la gente del Holocausto. 20 años después, Gerstein fue reivindicado".
El director del film, Costa Gavras, dijo en una entrevista que su intención no era menospreciar al Vaticano sino ensalzar a los protagonistas: "Lo que me interesó fue la actitud de dos personajes, cristianos verdaderos, un católico y un protestante, quienes en condiciones prácticas y difíciles resistieron. Tratan de avisar al mundo, de informar a sus jerarquías... Hacen todo lo que pueden, pero nadie reacciona y ellos llegan a sacrificarse por su filosofía cristiana".
Sin embargo, intencionadamente o no, este director olvida las numerosas actuaciones del Papa, de los cardenales, obispos, religiosos/as y laicos/as en aquella época. Se han escrito libros al caso, yo me conformo con citar a dos eminentes personajes judíos que alabaron en su día las intervenciones papales (las más criticadas en el film).
Joseph Emer Proskauer (presidente del comité judío americano), escribe: ”La intervención de su santidad, de las nunciaturas apostólicas y de los prelados católicos en el mundo entero, han sido, sin duda alguna, una gran prueba de responsabilidad. Estas actividades benéficas avalan, en tiempos de barbarie moderna, la noble tradición humanitaria de la Iglesia católica. Todo ello ha inspirado al pueblo judío un profundo y duradero sentimiento de gratitud…”
El Rabino de Jerusalén Isaac Herzog añadía: “El pueblo de Israel no olvidará jamás el apoyo dado por su santidad a sus desafortunados hermanos y hermanas en el momento más triste de nuestra historia”.
Me parece que sobran más comentarios. Animaros a que veáis la película pro no a que os la creáis entera (es un grave problema de nuestros días, mucha gente confunde cine con Historia
Documental

6,4
116
7
26 de noviembre de 2021
26 de noviembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarta película de Juan Manuel Cotelo con la productora Infinito más uno, en esta ocasión realizada con una recaudación de fondos a través de un crowfunding que sobrepasó con creces la cantidad requerida. Tras La Última Cima, Tierra de María y Footprints, El Mayor Regalo es una película-documental cuyo tema principal es el perdón. Con una trama cómica basada en los antiguos westerns interpretada por Santi Rodríguez y el propio Cotelo, la parte dramática es insertada a través de seis historias donde el perdón ha cambiado la vida de sus protagonistas. Comenzando por el francés Tim Guenard, la victima de ETA Irene Villa, el ex-terrorista del IRA Shane O´Doherty, Gaby y Francisco (un matrimonio de México), colombianos que pertenecieron a las Farc y distintos ruandeses -tanto hutus como tutsis- que participaron o sufrieron activamente la cruel Guerra Civil en su país. Todos ellos cuentan en primera persona testimonios conmovedores de cómo el perdón sanó sus vidas desgarradas y como la liberación producida por ese perdón les permitió comenzar una nueva vida libre de odios y de rencores.
El perdón es presentado como una necesidad humana, como un elemento psicológico imprescindible para tener una buena salud psíquica, y para ello se presenta una visión completa de todas las partes afectadas en la dinámica del perdón. Por un lado está la persona que concede el perdón, que es presentada como la mayor beneficiada, ya que esta actitud le permite olvidar el pasado para vivir en plenitud el presente sin lastres en las relaciones humanas. Desde este punto de vista, se nos proponen diversos modelos de personas que han sido capaces de perdonar a otros en situaciones limites para que nosotros seamos capaces de perdonar a los otros en situaciones seguramente más cotidianas y menos extremas. Por otro lado y no menos importante, se subraya también que la persona que pide perdón experimenta una liberación que le permite vivir en paz con una conciencia tranquila. Para ello se insiste varias veces que esta petición de perdón debe ser fruto de la conversión y del arrepentimiento sincero, ya que de otra manera no deja de ser una farsa absurda. Tanto el que perdona como el que es perdonado tienen que hacerlo “desde dentro, no solo con palabras” expresión que es repetida varías veces de distintas maneras por los protagonistas de las conmovedoras historias. Se insiste en que la venganza o el “ojo por ojo” nunca pueden ser solución a los conflictos y que una nueva sociedad basada en el perdón es no solo posible sino también necesaria.
El perdón es sin duda una de las señas de identidad del cristiano y una de las prácticas que más han caído en desuso en nuestros días. Basta ver los confesionarios vacíos para constatar lo difícil que resulta pedir perdón y ser perdonado en una sociedad que vive de espaldas al concepto de culpa y de pecado. Esta actitud no se reduce a la dimensión espiritual y a nuestra relación con Dios, sino que se extiende al resto de las relaciones humanas, provocando sin duda que parezca que el que pide perdón es un idiota o que el que perdona es un ingenuo que vive en un mundo irreal y que no sabe cómo funciona la vida de verdad.
Como parte algo mejorable y sorprendente -bajo mi punto de vista- destacaría el enfoque poco religioso que la película tiene. Es cierto que todas las historias tienen un barniz espiritual, pero creo que en casi todas ellas se insiste más en los beneficios psicológicos del perdón (paz interior, mejora de la convivencia, liberación interna....) que en el perdón que Dios concede. Es extraño porque en sus anteriores películas Cotelo sí había realizado referencias explícitas a la Eucaristía, al Rosario, al Orden Sacerdotal.... y en este film pasa de puntillas por estas dimensiones. Es cierto que muchos protagonistas hablan de un sacerdote que me inspiró, de la oración que realizaron, de la misa como lugar de celebración....pero no es menos cierto que no hay ni una sola referencia al sacramento de la Penitencia o Confesión, algo incomprensible. Tampoco hay ni una sola mención a la relación de Cristo con el perdón, a pesar de ser uno de los pilares del Evangelio. Ni una mención al perdón que Cristo ofrece en la cruz (Padre, perdónalos por que no saben lo que hacen). Nada tampoco referente al Padrenuestro (Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden), ni a la necesidad del perdón continuo (70 veces 7). Extraño que ninguno de los entrevistados haga mención a nada de esto.
La edición en DVD presenta seis testimonios más sobre el perdón que enriquecen sin lugar a dudas la película, aunque inciden bajo mi punto de vista en la misma carencia.
Por este déficit la película me ha dejado un sabor agridulce. Por un lado se trata de un tema que necesitaba una revisión y un esfuerzo como el que Cotelo ha realizado es muy plausible, pero por otro me parece que la dimensión religiosa del perdón se encuentra implícita en todas las historias pero la figura de Cristo en un segundo plano que no le corresponde.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
El perdón es presentado como una necesidad humana, como un elemento psicológico imprescindible para tener una buena salud psíquica, y para ello se presenta una visión completa de todas las partes afectadas en la dinámica del perdón. Por un lado está la persona que concede el perdón, que es presentada como la mayor beneficiada, ya que esta actitud le permite olvidar el pasado para vivir en plenitud el presente sin lastres en las relaciones humanas. Desde este punto de vista, se nos proponen diversos modelos de personas que han sido capaces de perdonar a otros en situaciones limites para que nosotros seamos capaces de perdonar a los otros en situaciones seguramente más cotidianas y menos extremas. Por otro lado y no menos importante, se subraya también que la persona que pide perdón experimenta una liberación que le permite vivir en paz con una conciencia tranquila. Para ello se insiste varias veces que esta petición de perdón debe ser fruto de la conversión y del arrepentimiento sincero, ya que de otra manera no deja de ser una farsa absurda. Tanto el que perdona como el que es perdonado tienen que hacerlo “desde dentro, no solo con palabras” expresión que es repetida varías veces de distintas maneras por los protagonistas de las conmovedoras historias. Se insiste en que la venganza o el “ojo por ojo” nunca pueden ser solución a los conflictos y que una nueva sociedad basada en el perdón es no solo posible sino también necesaria.
El perdón es sin duda una de las señas de identidad del cristiano y una de las prácticas que más han caído en desuso en nuestros días. Basta ver los confesionarios vacíos para constatar lo difícil que resulta pedir perdón y ser perdonado en una sociedad que vive de espaldas al concepto de culpa y de pecado. Esta actitud no se reduce a la dimensión espiritual y a nuestra relación con Dios, sino que se extiende al resto de las relaciones humanas, provocando sin duda que parezca que el que pide perdón es un idiota o que el que perdona es un ingenuo que vive en un mundo irreal y que no sabe cómo funciona la vida de verdad.
Como parte algo mejorable y sorprendente -bajo mi punto de vista- destacaría el enfoque poco religioso que la película tiene. Es cierto que todas las historias tienen un barniz espiritual, pero creo que en casi todas ellas se insiste más en los beneficios psicológicos del perdón (paz interior, mejora de la convivencia, liberación interna....) que en el perdón que Dios concede. Es extraño porque en sus anteriores películas Cotelo sí había realizado referencias explícitas a la Eucaristía, al Rosario, al Orden Sacerdotal.... y en este film pasa de puntillas por estas dimensiones. Es cierto que muchos protagonistas hablan de un sacerdote que me inspiró, de la oración que realizaron, de la misa como lugar de celebración....pero no es menos cierto que no hay ni una sola referencia al sacramento de la Penitencia o Confesión, algo incomprensible. Tampoco hay ni una sola mención a la relación de Cristo con el perdón, a pesar de ser uno de los pilares del Evangelio. Ni una mención al perdón que Cristo ofrece en la cruz (Padre, perdónalos por que no saben lo que hacen). Nada tampoco referente al Padrenuestro (Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden), ni a la necesidad del perdón continuo (70 veces 7). Extraño que ninguno de los entrevistados haga mención a nada de esto.
La edición en DVD presenta seis testimonios más sobre el perdón que enriquecen sin lugar a dudas la película, aunque inciden bajo mi punto de vista en la misma carencia.
Por este déficit la película me ha dejado un sabor agridulce. Por un lado se trata de un tema que necesitaba una revisión y un esfuerzo como el que Cotelo ha realizado es muy plausible, pero por otro me parece que la dimensión religiosa del perdón se encuentra implícita en todas las historias pero la figura de Cristo en un segundo plano que no le corresponde.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
6
27 de febrero de 2022
27 de febrero de 2022
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comentamos hoy un documental que cuenta la corta vida de Alexia González Barros (1971-1985), una niña madrileña en proceso de beatificación desde 1993 debido a la fe, la entereza y el optimismo vital con el que afronto su penosa enfermedad y su cercanía a la muerte.
El documental de Pedro Delgado surge como respuesta a la repugnante y malintencionada película “Camino” (2007) que ridiculiza la fe de Alexia y de sus padres, en lo que fue un nuevo ataque de la farándula laicista -que se ha apoderado del cine español- contra la fe católica.
Indignados por la visión demoledora que transmitía dicha película, el Opus Dei y los padres de la malograda Alexia decidieron contar su verdadera historia, basándose en testimonios de la propia familia, de los amigos, de los médicos y enfermeros que la atendieron.
Que conste que no soy simpatizante del Opus Dei, una prelatura excesivamente conservadora bajo mi punto de vista eclesial, pero sí me parece acertado que haya respondido a las críticas con las mismas armas con las que ha sido atacada, en este caso, con las cinematográficas. Además, con el nivel tan lamentable que presenta el cine español contemporáneo, no le resultó demasiado difícil contrarrestar el efecto de la película mencionada anteriormente. Cierto que Alexia (a diferencia de Camino) no fue proyectada a bombo y platillo en las mejores salas de España, que tampoco contó con cuantiosas subvenciones públicas del Ministerio de Cultura y que nunca será estrenada en canales públicos nacionales, pero la verdad nada más que tiene un “camino” (valga el juego de palabras) y quien quiera conocer la historia de esta joven haría mejor en acercarse a este documental rodado con el consentimiento de sus padres que no a la aviesa película cuyas intenciones antieclesiásticas se huelen a la legua.
El documental está realizado con una narración en primera persona de Alexia y su ángel de la guarda Hugo, quienes nos cuentan su historia, su familia, su enfermedad y finalmente, el fatal desenlace. Mención especial merece el tema del pecado y el demonio, palabras tabúes que parece que hoy no son políticamente correctas siquiera nombrarlas, pero que forman la columna vertebral de la experiencia religiosa de Alexia.
Que la disfrutéis.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
El documental de Pedro Delgado surge como respuesta a la repugnante y malintencionada película “Camino” (2007) que ridiculiza la fe de Alexia y de sus padres, en lo que fue un nuevo ataque de la farándula laicista -que se ha apoderado del cine español- contra la fe católica.
Indignados por la visión demoledora que transmitía dicha película, el Opus Dei y los padres de la malograda Alexia decidieron contar su verdadera historia, basándose en testimonios de la propia familia, de los amigos, de los médicos y enfermeros que la atendieron.
Que conste que no soy simpatizante del Opus Dei, una prelatura excesivamente conservadora bajo mi punto de vista eclesial, pero sí me parece acertado que haya respondido a las críticas con las mismas armas con las que ha sido atacada, en este caso, con las cinematográficas. Además, con el nivel tan lamentable que presenta el cine español contemporáneo, no le resultó demasiado difícil contrarrestar el efecto de la película mencionada anteriormente. Cierto que Alexia (a diferencia de Camino) no fue proyectada a bombo y platillo en las mejores salas de España, que tampoco contó con cuantiosas subvenciones públicas del Ministerio de Cultura y que nunca será estrenada en canales públicos nacionales, pero la verdad nada más que tiene un “camino” (valga el juego de palabras) y quien quiera conocer la historia de esta joven haría mejor en acercarse a este documental rodado con el consentimiento de sus padres que no a la aviesa película cuyas intenciones antieclesiásticas se huelen a la legua.
El documental está realizado con una narración en primera persona de Alexia y su ángel de la guarda Hugo, quienes nos cuentan su historia, su familia, su enfermedad y finalmente, el fatal desenlace. Mención especial merece el tema del pecado y el demonio, palabras tabúes que parece que hoy no son políticamente correctas siquiera nombrarlas, pero que forman la columna vertebral de la experiencia religiosa de Alexia.
Que la disfrutéis.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/

8,1
36.692
6
4 de enero de 2022
4 de enero de 2022
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos meses, comentando la película favorita del Papa Francisco El festín de Babette, decía que era la primera película danesa que había visto. Con El Séptimo Sello de Ingmar Bergman me ha pasado lo mismo pero con el cine sueco, al menos que yo recuerde.
El título de la película hace referencia al pasaje del libro del Apocalipsis 5,1, donde se hace referencia a un libro cerrado con 7 sellos que solo el Cordero (Jesucristo) podía abrir: "Vi también en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro, escrito por el anverso y el reverso, sellado con siete sellos.". En los capítulos siguientes Cristo va abriendo progresivamente seis sellos del libro, sucediendo a cada uno de ellos alguna calamidad en la tierra. La apertura del séptimo sello está relacionada con el fin de los tiempos y el juicio definitivo de Dios.
Estas calamidades bíblicas se asociaron en su momento a los grandes desastres del s. XX, especialmente a la Segunda Guerra Mundial, la bomba atómica y el comienzo de la Guerra Fría tras el que daba la sensación en los años 60 que la Tercera Guerra Mundial era inevitable y la extinción de la humanidad más que probable. Este es el clima en el que se rueda esta película que tiene ya 60 años, pero que está considerada como uno de los grandes Clásicos del Cine Universal, lo que la convierte en atemporal. Visionarla no resulta en absoluto aburrido, ya que abarca temas que no pasan de moda como la fe, el amor, la muerte, la religión o el sentido de la vida. Hoy se podría realizar la película con mejores medios y una fotografía más bella, pero el mensaje seguiría siendo el mismo. Quizás hoy vivamos con la falsa sensación de seguridad de que un conflicto mundial es algo lejano, obviando que la destrucción de todo el planeta Tierra está en las manos de unos cuantos poderosos.
El argumento de la película es muy interesante. Para ambientar esta sensación pesimista del siglo XX la acción se desarrolla en el s. XIV, donde las Cruzadas y la Peste estaban a su vez esquilmando a un tercio de la población europea. Antonius Blovk es un caballero templario que vuelve de las Cruzadas con la sensación de haber perdido los mejores años de su vida inútilmente en la guerra. Quiere tener fe en Dios y en el más allá pero no encuentra motivos para ello. Junto a su fiel y ateo escudero regresan a Suecia, un país devastado por la peste y donde el miedo a la muerte es algo cotidiano. La Muerte en persona se le aparece al caballero y le propone jugarse su vida en una partida de ajedrez. Durante el desarrollo de la partida toda la trama girará en torno a la muerte y a la religión, apareciendo temas como la Inquisición, la caza de brujas, los flagelantes, el arte como método para transmitir el miedo a la muerte, el control de las conciencias, el ateísmo... etc.
La película es imprescindible para todo aquel que quiera profundizar en estos temas que a pesar de querer evitar en nuestras vidas se hacen de una u otra manera presentes. Los diálogos son muy profundos y cargados de simbolismo. A modo de abrir boca os presento dos textos extraídos del guión del film.
El título de la película hace referencia al pasaje del libro del Apocalipsis 5,1, donde se hace referencia a un libro cerrado con 7 sellos que solo el Cordero (Jesucristo) podía abrir: "Vi también en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro, escrito por el anverso y el reverso, sellado con siete sellos.". En los capítulos siguientes Cristo va abriendo progresivamente seis sellos del libro, sucediendo a cada uno de ellos alguna calamidad en la tierra. La apertura del séptimo sello está relacionada con el fin de los tiempos y el juicio definitivo de Dios.
Estas calamidades bíblicas se asociaron en su momento a los grandes desastres del s. XX, especialmente a la Segunda Guerra Mundial, la bomba atómica y el comienzo de la Guerra Fría tras el que daba la sensación en los años 60 que la Tercera Guerra Mundial era inevitable y la extinción de la humanidad más que probable. Este es el clima en el que se rueda esta película que tiene ya 60 años, pero que está considerada como uno de los grandes Clásicos del Cine Universal, lo que la convierte en atemporal. Visionarla no resulta en absoluto aburrido, ya que abarca temas que no pasan de moda como la fe, el amor, la muerte, la religión o el sentido de la vida. Hoy se podría realizar la película con mejores medios y una fotografía más bella, pero el mensaje seguiría siendo el mismo. Quizás hoy vivamos con la falsa sensación de seguridad de que un conflicto mundial es algo lejano, obviando que la destrucción de todo el planeta Tierra está en las manos de unos cuantos poderosos.
El argumento de la película es muy interesante. Para ambientar esta sensación pesimista del siglo XX la acción se desarrolla en el s. XIV, donde las Cruzadas y la Peste estaban a su vez esquilmando a un tercio de la población europea. Antonius Blovk es un caballero templario que vuelve de las Cruzadas con la sensación de haber perdido los mejores años de su vida inútilmente en la guerra. Quiere tener fe en Dios y en el más allá pero no encuentra motivos para ello. Junto a su fiel y ateo escudero regresan a Suecia, un país devastado por la peste y donde el miedo a la muerte es algo cotidiano. La Muerte en persona se le aparece al caballero y le propone jugarse su vida en una partida de ajedrez. Durante el desarrollo de la partida toda la trama girará en torno a la muerte y a la religión, apareciendo temas como la Inquisición, la caza de brujas, los flagelantes, el arte como método para transmitir el miedo a la muerte, el control de las conciencias, el ateísmo... etc.
La película es imprescindible para todo aquel que quiera profundizar en estos temas que a pesar de querer evitar en nuestras vidas se hacen de una u otra manera presentes. Los diálogos son muy profundos y cargados de simbolismo. A modo de abrir boca os presento dos textos extraídos del guión del film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En primer lugar esta serie de preguntas que el atormentado Antonius Blovk realiza a La Muerte durante un momento de su partida:
¿Por qué la cruel imposibilidad de alcanzar a Dios con nuestros sentidos?, ¿Por qué se nos esconde en una oscura nebulosa de promesas que no hemos oído y milagros que no hemos visto?, ¿Si desconfiamos una y otra vez de nosotros mismos, como vamos a fiarnos de los creyentes?, ¿Qué va a ser de nosotros los que queremos creer y no podemos? ¿Por qué no logro matar a Dios en mí?, ¿Por qué sigue habitando en mí ser?, ¿Por qué me acompaña humilde y sufrido a pesar de mis maldiciones que pretenden eliminarlo de mi corazón?, ¿Por qué sigue siendo a pesar de todo una realidad que se burla de mí y de la cual no me puedo liberar?, ¿Me oyes?...
Y finalmente estas otras palabras del mismo protagonista que seguramente firmaríamos el común de los mortales, creo que más que nunca hoy en nuestra sociedad postmoderna:
He gastado mi vida en diversiones, viajes, charlas sin sentido. Mi vida ha sido un continuo absurdo. Creo que me arrepiento. ¡Fui un necio! En esta hora siento amargura por el tiempo perdido, aunque sé que la vida de casi todos los hombres corre por los mismos cauces. Por eso quiero emplear esa prórroga en una acción única que me de la paz.
Para mi gusto este es el gran mensaje de la película. Un ultimátum para aprovechar bien el tiempo que nos quede en la vida en alguna buena obra que nos redima. Si Antonius Blovk lo consiguió o no es algo que tendréis que descubrir viendo la peli ya que no pienso hacer más spoiler. Y si cada uno de nosotros lo conseguirá es algo que solo el tiempo dirá y a lo que tendremos que responder cuando un día La Muerte -guadaña en mano- se nos presente para ajustar cuentas como al protagonista de la película.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
¿Por qué la cruel imposibilidad de alcanzar a Dios con nuestros sentidos?, ¿Por qué se nos esconde en una oscura nebulosa de promesas que no hemos oído y milagros que no hemos visto?, ¿Si desconfiamos una y otra vez de nosotros mismos, como vamos a fiarnos de los creyentes?, ¿Qué va a ser de nosotros los que queremos creer y no podemos? ¿Por qué no logro matar a Dios en mí?, ¿Por qué sigue habitando en mí ser?, ¿Por qué me acompaña humilde y sufrido a pesar de mis maldiciones que pretenden eliminarlo de mi corazón?, ¿Por qué sigue siendo a pesar de todo una realidad que se burla de mí y de la cual no me puedo liberar?, ¿Me oyes?...
Y finalmente estas otras palabras del mismo protagonista que seguramente firmaríamos el común de los mortales, creo que más que nunca hoy en nuestra sociedad postmoderna:
He gastado mi vida en diversiones, viajes, charlas sin sentido. Mi vida ha sido un continuo absurdo. Creo que me arrepiento. ¡Fui un necio! En esta hora siento amargura por el tiempo perdido, aunque sé que la vida de casi todos los hombres corre por los mismos cauces. Por eso quiero emplear esa prórroga en una acción única que me de la paz.
Para mi gusto este es el gran mensaje de la película. Un ultimátum para aprovechar bien el tiempo que nos quede en la vida en alguna buena obra que nos redima. Si Antonius Blovk lo consiguió o no es algo que tendréis que descubrir viendo la peli ya que no pienso hacer más spoiler. Y si cada uno de nosotros lo conseguirá es algo que solo el tiempo dirá y a lo que tendremos que responder cuando un día La Muerte -guadaña en mano- se nos presente para ajustar cuentas como al protagonista de la película.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
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