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España España · JEREZ DE LA FRONTERA
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Críticas 224
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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6 de enero de 2022 Sé el primero en valorar esta crítica
Os recomiendo efusivamente que veáis estas Navidades esta película llamada Maktub. Aunque por su nombre no lo parezca, es española, si bien en América fue estrenada en los cines como Cambio de planes, por lo que también podéis localizarla por ese nombre. Buscadla como sea y no dejéis escapar la oportunidad de verla, ya que os aseguro que merece la pena. A mí me ha hecho reconciliarme con el cine español, con el ser humano en general y conmigo mismo. Es una película que a mi juicio posee un alto valor terapéutico. Si os fiáis de mí me lo agradeceréis y no os arrepentiréis de invertir así 100 minutos de vuestras preciosas vidas que se os pasarán en un suspiro.

Maktub sumerge al espectador en un fantástico cuento ambientado en la Navidad. Antonio, un enfermo de leucemia y Manolo, un padre de familia al que la vida le va bastante mal, se encuentran casualmente en la sala de espera de una prueba médica y comenzarán una increíble amistad gracias a la cual todo el mundo saldrá beneficiado.

Se trata de una película para ver en familia, sin nada de lo que hoy abunda en el cine -especialmente en el español- para captar audiencia: no tiene ninguna escena de sexo, nada de sangre ni violencia explícita, no posee efectos especiales asombrosos... pero sin embargo presenta unos diálogos cargados de profundidad y de simbología que te atrapan desde el primer momento.

Gracias al desarrollo de la trama se va realizando una defensa de valores tradicionales como la fe, la familia, la fidelidad matrimonial, el optimismo vital, la capacidad de perdonar, la amistad, la confianza, la creencia en el más allá, la religión, la generosidad, la autosuperación y muchos más, ya que no pretendo agotarlos todos con este comentario. Para descubrir cómo todos estos elementos están presentes no os quedará más remedio que verla y disfrutar de ella.

Mezclar bien este cocktail con tantos ingredientes se consigue gracias a la habilidad del director Paco Arango de mezclar la comedia (con situaciones y personajes realmente graciosos) con el drama (la enfermedad de Antonio es bastante seria y no se frivoliza con ella). Lo dicho, para no perdérsela.

Independientemente de la película, el título del film merece una reflexión teológica aparte, que es la que os ofrezco a continuación. "Maktub" es -como la propia película explica- una palabra árabe que significa "Estaba escrito" y hace referencia al concepto occidental de "predestinación" según el cual los planes de Dios están concebidos desde el comienzo de los tiempos. Ciertamente es un término teológico bastante controvertido, ya que aparte de su noción islámica en el propio cristianismo hay dos escuelas teológicas opuestas respecto a este concepto.

En común tienen ambas corrientes su base bíblica. Las dos toman como punto de partida las palabras de San Pablo en la Primera Carta a los Efesios, quien afirma la existencia de un "designio benevolente de Dios" (Ef 1,9). El Padre, antes de la creación del mundo, tiene un plan para todas las personas "predestinándonos a la adopción filial en Cristo" (Ef 1, 4-5). Desde este punto de vista, hemos sido creados para ser felices junto a Dios. Pero aquí acaba la visión común.

- Para los reformistas Lutero, Calvino y sus sucesores, la predestinación quiere decir que Dios antes de crear a cada persona establece quiénes se salvarán y quiénes se condenarán. Ello anula la libertad y la responsabilidad personal, ya que lo único que debe hacer el creyente es tener fe y confiar en que será uno de los elegidos para la salvación.

- La Iglesia Católica también cree en la predestinación, pero desde una perspectiva diversa. Ciertamente Dios nos ha creado para salvarnos, para la vida eterna, para el amor que no tiene fin. Pero para alcanzar esta predestinación, sin embargo, el ser humano tiene que adherirse colaborando con Dios, quien siempre respeta la libertad y la responsabilidad de la persona para aceptar o no este fin último querido por Dios.

Creo que la película da por buena esta última perspectiva, ya que aún estando predestinada la felicidad última por parte de Dios, somos las personas las que con nuestras acciones diarias nos adherimos o nos apartamos de ese camino. Volviendo al film, la conversión de Manolo, el arrepentimiento de su mujer Beatriz o muchos otros detalles no tendrían sentido sino fuera desde esta visión.

Es momento de dejar las palabras a un lado y ver la película. Esta última parte del comentario no es imprescindible para disfrutar de la película, ya que a pesar de lo complejo de su título es apta para todos los públicos, especialmente para aquellos que aún crean en la Navidad y en el ser humano...

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
3 de enero de 2022 Sé el primero en valorar esta crítica
Tengo que comenzar reconociendo que antes de visualizar esta película sabía muy pocas cosas de la vida de Soledad Torres Acosta, la fundadora de las Siervas de María. Al tratarse de un film de bajo presupuesto tampoco estaba convencido de su calidad artística. Y por si fuera poco, comencé a ver la película con cierto escepticismo, con el prejuicio de pensar que lo que me disponía a ver era una mera hagiografía exenta de toda capacidad de autocrítica, como suele ser habitual en este tipo de títulos.

Pues bien, lo cierto es que Luz de Soledad se trata de una película bastante sólida, con un reparto más que aceptable y un argumento que engancha desde el principio, lejos por cierto de esos panfletos panegíricos de otras épocas.

La película narra la vida de Bibiana Antonia Manuela Torres Acosta (1826-1887), una joven humilde que decidió comenzar junto al sacerdote Miguel Martínez la Congregación de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, dedicada a acompañar de noche a los enfermos a los que sus familias no podían atender.

El punto de vista desde el que se cuenta la película es muy interesante. Es muy parecido al utilizado en Encontrarás Dragones, con una trama que se sitúa en el s. XXI y a partir de la cual se producen flashbacks de la vida de la Santa. Una monja contemporánea, Sor Inés, será quien cuente los orígenes de su congregación a Olga y a su padre postrado en la cama, D. Arturo, un ateo recalcitrante que protagonizará una bonita historia de conversión y de perdón a lo largo del film.

El film intenta ser lo más objetivo posible, exponiendo las luces y las sombras del país y dela propia iglesia. Siendo hija de los lecheros del pueblo, el acceso de Manuela (posteriormente Soledad) a la vida religiosa y su promoción en la misma no fue fácil, especialmente en una época en la que los apellidos eran más importantes que las cualidades y las virtudes personales. Tampoco ayudaba la situación política de España de la época, con brotes constantes de cólera que diezmaban la población, hambrunas y faltas de alimentos generalizados... y con la expropiación de los bienes de la Iglesia durante la famosa desamortización de Mendizábal. La película no evita tratar temas controvertidos como el papel secundario de la mujer en la sociedad y en la Iglesia de la época, los celos y envidias propios de la vida comunitaria religiosa o la dudosa vocación de miembros de la Iglesia que utilizaban a la institución en su propio beneficio y no en el de los más necesitados. Junto a estos temas se tratan evidentemente otros positivos, como la verdadera vocación de servicio y ayuda a los demás, la evangelización de América, el poder de la oración o la capacidad de conversión y de perdón.

Como parte espiritual me quedo con la enseñanza de Soledad Torres Acosta, quien veía en cada enfermo el rostro de Cristo sufriente en la cruz. Solo así podía soportar el contacto con los excrementos, las pústulas o las heridas de quienes además de la enfermedad sufrían soledad o abandono.

Unido a ello se presenta la importancia del testimonio personal de vida, mucho más poderoso que las palabras. "Las palabras conmueven, los ejemplos arrastran", dice un antiguo refrán español de autor desconocido. En el caso de los santos esta máxima es fácilmente demostrable. Y Soledad Torres Acosta fue por su ejemplo de vida canonizada por el Papa Pablo VI en 1970.

La película termina con un dato curioso e interesante que no quería pasar por alto en este comentario. El 21 de mayo de 1915, 25 Siervas de María obtuvieron los primeros Títulos de Enfermería que se promulgaron en España, tras acreditar sus conocimientos y la formación recibida en este campo, entrando a formar parte con letras de oro de la Historia de la Enfermería en España, y todo gracias al tesón y la constancia de su fundadora, Santa Soledad Torres Acosta, una mujer cuya vida y mensaje merece ciertamente ser difundido.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
31 de diciembre de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Suelo ver todo lo que cae en mis manos referente a cine religioso, y me jacto de tener una mente bastante abierta para ello. Evidentemente unas películas las veo con más agrado y otras no tanto. La polémica película de Ray Loriga (su último trabajo hasta la fecha, por cierto) que hoy comento está entre estas últimas. La he visto por dos convicciones personales. En primer lugar, soy de los que piensa que para criticar una cosa primero hay que conocerla. Y en segundo -y no menos importante- también creo que al igual que las obras de arte pueden presentar defectos también películas mediocres pueden presentar aspectos interesantes.

"Teresa. El cuerpo de Cristo" fue una película transgresora en su estreno. Provocativa en su portada y en su marketing publicitario presenta en 90 minutos una síntesis de la vida de Santa Teresa de Jesús (o de Ávila), Virgen y Doctora de la Iglesia. Se trata de una biografía libre y no autorizada cuya primera escena deja ya intuir al espectador la pérdida de la virginidad de Teresa de Cepeda y Ahumada previamente a su entrada en el convento de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, avisando en este sentido de por dónde van los tiros ideológicos.

Partiendo de esa base -más que discutible históricamente hablando-, la película se ambienta a mediados del siglo XVI, sin dejar a la imaginación ninguno de los tópicos que se le atribuyen a la época. El film recoge intencionadamente un ambiente depravado y amoral en el que campan a sus anchas la Inquisición, la caza y quema de brujas, la prostitución y los abortos clandestinos en el interior de los conventos, la degeneración del clero, las luchas de poder entre dominicos y jesuitas, el clasismo imperante en la vida religiosa o la concepción de mortificación y la ascesis como único camino válido de encuentro con Dios, con una amplia colección de flagelos, cilicios y disciplinas que no hubieran desentonado en el cuarto rojo del dolor de Christian Grey. Todo ello va transmitiendo una imagen bastante sombría, tétrica y lúgubre de la vida en el interior de un convento de la época.

La actuación del reparto es bastante buena, si bien hay un pero muy evidente. Paz Vega (Santa Teresa) no logra ocultar (a pesar de sus esfuerzos) totalmente su deje andaluz, mientras que Geraldine Chaplin (la madre superiora) tiene un marcadísimo y evidente acento francés. Con todo ello el convento podría estar enclavado en cualquier parte del mundo, pero ni se atisba el acento castellano de Ávila del s. XVI. Otra cuestión es el vestuario, la ambientación o la música, que a mi gusto sí están muy logrados y consiguen meterte en la situación histórica.

Vamos a lo polémico. En el caldo de cultivo anteriormente expuesto es en el que se insertan las escenas místicas de Santa Teresa como experiencias orgásmicas de tipo sexual. De nuevo sin dejar nada a la imaginación, aparecen escenas explícitas de goce sexual entre Jesucristo y la Santa. Para ello el director afirmó que se basó en el capítulo 29 de El Libro de la Vida que transcribo a continuación:

No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan. Deben ser los que llaman querubines, que los nombres no me los dicen; mas bien veo que en el cielo hay tanta diferencia de unos ángeles a otros y de otros a otros, que no lo sabría decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento.

La experiencia mística de la Santa con un ángel es traducida en la película por un encuentro de tipo sexual con el propio Cristo, en una interpretación como digo libre y atrevida del director.

De entre toda esta provocación y tergiversación de los hechos hay -como dije antes- que intentar sacar algo positivo. La figura de Santa Teresa de Jesús emerge en la película como una mujer tenaz y constante en sus propósitos, luchadora incansable e infatigable hasta conseguir sus propósitos. No fue una vida fácil para una mujer en un mundo de hombres y la película así lo reconoce. Junto a ella hay algunos personajes que se salvan de la quema general como San Pedro de Alcántara, San Francisco Javier o Doña Guiomar de Ulloa, quien a pesar de insinuarse su lesbianismo (para que no faltara ningún tópico) sale bastante bien parada como brazo derecho y mecenas de la Santa. La fundación de la Orden de las Carmelitas Descalzas aparece también como un intento sincero de purificación de la Iglesia en los momentos difíciles de la Reforma, presentando a la Santa como una avanzada de la Contrarreforma del Concilio de Trento.

En fin, una película que no hace justicia a Santa Teresa de Jesús, canonizada en 1622 por Gregorio XV y declarada por Pablo VI como primera mujer Doctora de la Iglesia en 1970. Un film para ver sin excesivos prejuicios y pasar el rato, sabiendo que si uno quiere acercarse más en profundidad a la vida de la Santa deberá buscar en otras fuentes más fiables y menos tendenciosas.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
29 de diciembre de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
En mi última Semana Santa me hice el propósito de ver Cine únicamente religioso. Me pareció justo comenzar por el Antiguo Testamento, por lo que inicié el ciclo viendo "Exodus", la revisión cinematográfica de Ridley Scott del segundo libro de la Biblia, el Éxodo. La película trata sobre la apasionante figura de Moisés y la historia de los orígenes de la Pascua judía, que no podemos olvidar es el fundamento de la Última Cena de Cristo.

La acción se sitúa 1.300 años antes del nacimiento de Cristo. A diferencia de la clásica "Los Diez Mandamientos", la película no da comienzo con un Moisés (Christian Bale) niño rescatado de las aguas, sino que desde las primeras escenas ya es el brazo derecho del faraón Seti hasta que descubra su pasado israelita y decida dar un giro radical a su existencia. Entonces se convertirá en el antagonista del nuevo faraón Ramsés (Joel Edgerton) El resto del argumento es de sobra conocido, incluyendo las plagas, el cruce del Mar Rojo y la elaboración de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí.

Voy primero a ofrecer una crítica de la película en sí y después de sus aspectos bíblico-teológicos.

Respecto a lo meramente cinematográfico se trata de una superproducción en la que evidentemente los efectos especiales, el decorado, el vestuario o la música ayudan a meterte en situación y a pasar 150 minutos de puro entretenimiento y goce visual. Especialmente logradas me parecen las plagas tanto en su espectacularidad como en el intento de explicación "científica" que dan los consejeros al faraón. A veces se abusa un poco del los efectos digitalizados, pero el conjunto es bastante provechoso. Ciertamente la pareja Bale-Edgerton no le llega a la altura de los tobillos a la memorable Heston-Brynner, ni tampoco Scott es De Mille, pero en ese sentido me atrevo a decir que el listón estaba tan alto que ningún apellido hubiera resistido la comparación. Hay asimismo detalles evitables, como que Ramsés masque chicle siendo éste un invento americano del siglo XX ajeno completamente a la cultura egipcia precristiana. Supongo que un error tan de bulto no puede ser sino intencionado para intentar acercar la trama al espectador actual, que a fin de cuentas es el consumidor del producto. Como aspecto muy positivo a destacar, el cine moderno cuenta con un acercamiento mucho mayor a la psicología de los personajes que el clásico. Tal y como comenté en con el film Noé, uno de los puntos fuertes del film es la empatía que se produce entre el espectador y el protagonista. En este caso, se incide en su experiencia religiosa personal e intransferible, en su capacidad de liderazgo pero también en la soledad e incomprensión que ello conlleva. Como curiosidad patriótica decir que fue rodada en su mayor parte en España, concretamente en el desierto de Tabernas de Almería.
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Vamos ahora a la parte teológica, la más interesante a mi juicio. Partamos de la base de que no es fácil narrar un acontecimiento con más de 3.300 años de antigüedad del que su única fuente por cierto es la bíblica. De Mille lo tuvo muy claro en 1956 y no se metió en ningún jardín, limitándose a coger los textos bíblicos y transcribirlos a un guión sin dejar nada a la imaginación. Este film es muy distinto. En el caso de Scott hay mucha lectura libre de los textos, lo cual hace que la película sea insostenible bíblicamente hablando. La teofanía de la zarza ardiente y las posteriores conversaciones Dios-Moisés son el mejor exponente de ello. La experiencia religiosa de Moisés parte -por cierto- de un fuerte golpe en la cabeza (¿me podría decir en que versículo de la Biblia se ha basado para ello, sr. Scott...?) y a partir de entonces comienza a ver a un niño que le habla en nombre de Dios o es el mismo Dios, algo que no queda claro en el propio desarrollo de la trama. Quiero creer que es lo primero, ya que ponerle rostro al Dios del A.T. es una blasfemia tal que es inconcebible para la mentalidad hebrea el solo pensarlo. El Dios de Moisés es precisamente el Dios sin rostro que se antepone a los dioses antropomorfos o zoomorfos del resto de culturas antiguas. Como cristianos habrá que esperar a Cristo, el Hijo de Dios, para poner un rostro visible al Dios invisible. Para los judíos o musulmanes -que no creen en Jesucristo- evidentemente la imagen de Dios sigue siendo irrepresentable, por lo que el film -repito- debe ser más insultante aún para ellos. Dicho esto, hay que reconocer que sí hay una base de estudio bíblico que Scott ha tenido en cuenta a la hora de realizar el guión de la salida de Egipto. Hay mucha literatura acerca de posibles explicaciones racionales de las plagas y del cruce del mar Rojo que subyacen al film. Una posible concatenación de catástrofes naturales, una bajamar excesiva, un fuerte viento que secó las marismas, una vuelta brusca del nivel del mar... son explicaciones plausibles de la intervención de Dios para liberar al pueblo judío y que no se oponen a la fe. Sugerente pero también controvertida es la imagen final de Moisés cincelando los Diez Mandamientos mientras habla con su niño-amigo-Dios para consensuarlos entre ambos.

Por último, me gustaría apuntar un tema que el propio Ramsés echa en cara a Moisés, y es la de la imagen de un Dios sádico que para liberar a su pueblo manda 7 plagas, mata a los primogénitos de Egipto y causa tanto dolor y devastación. En la película el propio niño-Dios justifica estas acciones por los 400 años de esclavitud y humillación a los que el pueblo judío ha tenido que hacer frente. Yo personalmente prefiero quedarme con el Dios anunciado por Jesucristo, quien habiendo recibido una educación en la religión judía predicó sin embargo un Dios que es Padre, amor y perdón; y no odio y venganza. En este sentido la película me hace reafirmarme en mi fe y en el Dios Padre cristiano, una versión más civilizada del Yahvé del Antiguo Testamento que el film transmite.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
20 de diciembre de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Soy de los que creen que la separación de la Iglesia Luterana tuvo tantas razones políticas como teológicas. Evidentemente, esta convicción la he alcanzado con el paso de los años y tras leer mucha literatura al respecto. Los príncipes alemanes vieron el cielo abierto ante las reclamaciones de las 95 tesis de Lutero clavadas en 1917 en la catedral de Wittemberg. Muchas de ellas hoy están plenamente asumidas por la Iglesia Católica (el uso de las lenguas vernáculas, por ejemplo), y muchas otras hubieran sido objeto de una discusión menos acalorada y menos cismática de no estar en juego tanto poder terrenal que el Vaticano temía perder y los príncipes alemanes ganar. El negocio de las indulgencias se acabó por fortuna para la credibilidad de la propia Iglesia, y ello fue sin duda debido a las denuncias de estas prácticas por parte de Lutero y de otros miembros de la propia Iglesia Católica, que condujeron finalmente a una reforma (Contrarreforma) en el Concilio de Trento en 1563. El personaje del film recoge esta crítica con frases tan impactantes como ésta: “Roma es un circo, una gran cloaca, se compra cualquier cosa: sexo, salvación… hay burdeles solo para clérigos...”.

A lo largo de la historia, y en la cultura occidental, Lutero ha cargado con esta etiqueta de hereje o cismático, cuando el monje agustino lo que posiblemente quiso fue una justa purificación de varias leyes y costumbres, muchas de las cuales dañaban ciertamente a la Iglesia. Como en todos los conflictos que terminan en ruptura, las posturas terminaron extrapolándose y haciéndose irreconciliables hasta producirse la separación de la que la Iglesia Anglicana también sacó tajada y que padecemos hoy en día. La supresión de la figura del papado en las Iglesias Reformadas fue consecuencia sin duda de un abuso de poder muy propia del medioevo, siendo hoy asumible esta otra frase sacada del guion: “El papa puede interpretar las Escrituras pero no está por encima de ellas”.

Desgraciadamente, se produjo la ruptura que hace que queden lejos las palabras de Cristo en el Evangelio de San Juan: "Que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste". No somos uno y por ello muchos no creen, lo que debiera ser una vergüenza para todo el cristianismo (incluyendo a la Iglesia Ortodoxa, la primera escisión política en la historia).

Este excurso de tres párrafos es necesario para entender el film de Eric Hill, financiado íntegramente con dinero de la Iglesia Luterana. Con un actor de talla (Joseph Fiennes) y secundarios de lujo (Alfred Molina, Peter Ustinov, Bruno Ganz...) el film está muy conseguido como historia entretenida, con paisajes, decorados, vestuario y diálogos a la altura del mejor cine europeo.

No obstante -y como era previsible debido al patrocinador del film- cae en un excesivo proselitismo de la figura de Lutero, sin que se atisbe ningún ápice de autocrítica a su figura. Dos no se pelean si uno no quiere, y es indiscutible que la soberbia de Martin Lutero estaba a la altura de la de León X o la de Carlos V. Presentar a Lutero como un corderito degollado víctima de su fragilidad humana y su indefensión ante los malvados no ayuda a una correcta interpretación de los hechos. Máxime cuando la historia demostró que la Iglesia Luterana se basó en muchas de sus enseñanzas para la caza de brujas pocos años después y para la persecución del pueblo judío unos siglos más tarde. Todas estas enseñanzas -evidentemente- son silenciadas en el film, si bien es cierto que en 100 minutos es imposible condensar el pensamiento de una figura tan egregia.

Teológicamente las posturas se han suavizado, y hoy es asumible por la Iglesia Católica -en parte- la justificación que Lutero hace de la salvación por mérito de la fe en Cristo y no por las obras, si bien creo que el propio Lutero hubiera asimismo aceptado hoy en día que lo uno conduce a lo otro. Creo que en este caso no se debe realizar una disyuntiva "fe" u "obras", sino que es más sano hablar de una fe demostrada por las obras o unas obras que corroboran la fe. Pero a nivel teológico cualquier católico asumiría sin más esta frase sobre la justificación del film: "Entonces, cuando el diablo te arroje tus pecados a la cara y declare que mereces la muerte y el infierno, dile esto: admito que merezco la muerte y el infierno, ¿y qué? Porque conozco a uno que sufrió y pagó un rescate por mí. Su nombre es Jesucristo, hijo de Dios, y donde él esté, allí también estaré yo."
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A través de episodios como la Dieta de Worms o la Confesión de Augsburgo contemplamos a un Martín Lutero que es todo coherencia, pacifismo y autenticidad. El film da a entender que las repercusiones de sus actos lo sobrepasan, siendo él inocente de cuanto a su alrededor ocurre. Él y los suyos son los buenos e incomprendidos y sus rivales los malos malísimos. Todo demasiado simple y previsible. Sus frases insisto que son hoy aceptables por cualquier católico, otra muestra: “Nos obsesionamos con las reliquias, las indulgencias, la peregrinación a los lugares santos pero todo el tiempo Cristo está aquí, en todos los rincones, a cualquier hora del día. No lo encontraréis en los huesos de los santos sino aquí, en el amor mutuo, en los sacramentos y en la Palabra Dios. Si vivimos la palabra por la fe, amándonos y ayudándonos mutuamente no precisamos temer el juicio de ningún hombre“. Sin embargo aquí se oculta que Lutero rechazó inicialmente 5 de los 7 sacramentos y finalmente los anuló a todos bajo esa denominación. Eso es tergiversar la historia, no cabe duda...

Especial fuerza tiene el discurso final de Lutero cuando se le pide que se retracte. Aunque largo, creo que merece la pena copiar algunos párrafos que exponen sus convicciones y el ardor con las que las defendía:

No puedo renunciar a todas mis obras porque no todas son iguales. Primero están aquellos libros en los que he descrito la fe y la vida cristianas de manera tan simple que incluso mis oponentes han admitido que estos libros son útiles. Renunciar a estos escritos sería impensable porque eso sería renunciar a verdades cristianas aceptadas... El segundo grupo de mi trabajo está dirigido contra la falsa doctrina y la mala vida de los Papas, pasados ​​y presentes... A través de las leyes del Papa y las doctrinas de los hombres, las conciencias de los fieles han sido miserablemente afligidas y desolladas. Si me retracto de estos libros, no haré nada más que agregar fuerza a la tiranía y abrir no solo las ventanas sino también las puertas a esta gran impiedad ... En el tercer grupo he escrito contra personas privadas e individuos que defienden la tiranía romana y han atacado mis propios esfuerzos por fomentar la piedad hacia Cristo. Confieso que he escrito con demasiada dureza. No soy más que un hombre y puedo equivocarme. En el caso de que mis errores sean probados por las Escrituras, revocaré mi trabajo y arrojaré mis libros al fuego. Pero a menos que esté convencido por las Escrituras y por la simple razón -y no por los Papas y Concilios que tan a menudo se han contradicho a sí mismos- mi conciencia está cautiva de la Palabra de Dios. Ir en contra de la conciencia no es ni correcto ni sano. No puedo y no me retractaré. Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa. Dios me ayude.

Presentado así, insisto, poco que reprochar. Vemos a un hombre auténtico y coherente que antepone la defensa de sus creencias a su comodidad personal. Una pena que en el film se eche en falta una defensa coherente y seria de la postura católica, que también existía y fue defendida por teólogos de altura. Una oportunidad perdida que hace que sea necesaria una revisión cinematográfica de Martin Lutero que sea más imparcial, no tomando parte ni por una ni por otra postura. Siempre que ello sea posible, claro...

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
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