Una serie que comienza muy bien, generando auténtico interés al menos durante los dos capítulos iniciales.
Un inicio que se desarrolla dentro de ciertos carriles racionales que pronto irán cambiando a medida en que se van sugiriendo y sumando actitudes videnciales en ciertos personajes o acontecimientos sobrenaturales que no tendrán explicación sino hasta el último capítulo.
Por lo tanto, el interés inicial se va transformando en ansiedad por saber de qué va (o fue) toda la serie.
Eso hace que la fidelidad del espectador frente a la pantalla esté garantizada por conocer el final, aunque por momentos le vaya ganando el tedio.
Cuando al fin llega al desenlace, se encuentra uno con la parte menos elaborada, pues las largas explicaciones de cada una de las intrigas acumuladas durante las cinco horas previas simplemente surgen de la boca de uno de los personajes a modo de narrativa, de la misma manera en que podría haberlo hecho un guionista mirando a la cámara con el libro en la mano.
Seguramente, a muchos espectadores le satisfará esta especie de Black Mirror de larga duración (6 horas es un suplicio) y a otros, como yo, no tanto.

Me gustaron, y mucho, los primeros capítulos de la primera temporada; pero en los dos últimos la trama se alarga innecesariamente, a mi juicio, en los problemas familiares de la protagonista más que en la interesante trama criminal (casi resuelta) que nos llevó hasta allí. Un excelente thriller se convierte de golpe en un culebrón.
Al menos sobran un capítulo y medio que, si no existieran, la serie hubiera merecido un 8 de mi parte.
No sé cómo será la segunda temporada, pero por la descripción de los capítulos me da la impresión que sigue en formato culebrón.

¿Por qué tan larga...? ¿Por qué? Si en poco más de dos horas se podría haber desarrollado tooooda la historia...
En fin, yo la vi como un relato previsible que -insisto- de haber sido más breve tal vez la calificaría con un puntaje mucho más alto, tanto porque hubiera quedado un mejor sabor de boca como porque tiene una recreación de época excelente que merece destacarse y verse.
Sin duda va a atraer al espectador porque tiene su gancho, pero al final uno se pregunta si valió la pena.

Trata sobre la vida de Gagarin y su familia muy humilde, de sus esfuerzos para llegar a ser el número uno en la lista de candidatos a primer astronauta y del entorno que lo rodeó en todas las instancias. Todo ello en un clima, siempre, de grandes amabilidades y gentilezas. Es decir, casi de otro planeta.
Tampoco me parece que sea real el trato demasiado familiar entre militares de igual o distinto rango, y menos en la URSS, donde la disciplina como método imperó mientras duró el imperio.
No me convenció en ningún momento a pesar del interesante momento histórico que pretende reproducir.

Vi el primer capítulo y me pareció tedioso y errático. Vi el segundo, influenciado por las buenas críticas, y me pareció aún peor.
Una historia a la que no le encontré sentido (tal vez en próximos capítulos lo tenga, pero no estoy dispuesto a ofrecerle más tiempo), rodeada permanentemente de un ambiente de groserías, hiperconsumo de drogas y lesbianismo que se hace parecer como si fuera lo más normal y natural del mundo. Que no soy pacato, pero llega un momento que se siente que es demasiado burda. Y eso sin llegar a enterarme si se está viendo una comedia o un drama.
En fin, no sé de qué la va y la abandono.