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6,7
1.860
6
12 de mayo de 2019
12 de mayo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La religión y el poder han sido, desde el comienzo de los tiempos, uña y carne, y la historia que cuenta esta película trata esencialmente de poder y dominación.
Uno de los conductos más habituales para llegar a tener poder es la religión, y vemos cómo el ardid del cardenal Richelieu funciona, en una urdimbre de intereses que poco tienen que ver con las bondades de la doctrina religiosa. De estas intrigas forman parte todos aquellos que tienen cierto grado de influencia social, desde médicos alquimistas, pasando por monjas atormentadas sexualmente reprimidas, hasta llegar a incluir a un esperpéntico rey de Francia, Luis XIII. En este magma social de pesadilla se desarrolla el argumento de la película, que partiendo de hechos reales se convierte en una teatralización grotesca de un aquelarre político-histórico-religioso.
Los excesos son constantes tanto en el contenido como en el continente, de tal forma que la ambientación de la película presenta una mezcla en la que pasamos de imágenes que recuerdan a las pinturas medievales, que muestran los estragos de la peste en Brueghel, hasta llegar a las máscaras cadavéricas de carnaval del expresionismo de James Ensor. Desconozco si estas similutudes son accidentales o buscadas, aunque viendo el desarrollo de la obra cinematográfica del director, parecen más fruto de la casualidad.
En esta artificialidad pretendida, se encuentran los decorados, la iluminación, una trama retorcida y personajes histriónicos, que por otra parte, contrastan con el papel del actor principal, Oliver Reed, sobrio y contenido, que eleva la calidad de la cinta. Se trata pues de un divertimento con ciertos objetivos artísticos por parte del director y del resto de los miembros del equipo. La rigurosidad histórica está orillada y carece de fundamento.
Hay momentos en los que este totum revolutum funciona, y otros tantos en los que hace aguas. Si el mordiente y la pretendida herejía, se encuentra en presentar a mujeres desnudas corriendo y gritando con cruces pintadas en su piel, el resultado es muy infantil.
Por lo tanto, es una película con altibajos que resulta interesante pero que no satisface por completo. Y desde luego aviso de que no es una película de terror.
Uno de los conductos más habituales para llegar a tener poder es la religión, y vemos cómo el ardid del cardenal Richelieu funciona, en una urdimbre de intereses que poco tienen que ver con las bondades de la doctrina religiosa. De estas intrigas forman parte todos aquellos que tienen cierto grado de influencia social, desde médicos alquimistas, pasando por monjas atormentadas sexualmente reprimidas, hasta llegar a incluir a un esperpéntico rey de Francia, Luis XIII. En este magma social de pesadilla se desarrolla el argumento de la película, que partiendo de hechos reales se convierte en una teatralización grotesca de un aquelarre político-histórico-religioso.
Los excesos son constantes tanto en el contenido como en el continente, de tal forma que la ambientación de la película presenta una mezcla en la que pasamos de imágenes que recuerdan a las pinturas medievales, que muestran los estragos de la peste en Brueghel, hasta llegar a las máscaras cadavéricas de carnaval del expresionismo de James Ensor. Desconozco si estas similutudes son accidentales o buscadas, aunque viendo el desarrollo de la obra cinematográfica del director, parecen más fruto de la casualidad.
En esta artificialidad pretendida, se encuentran los decorados, la iluminación, una trama retorcida y personajes histriónicos, que por otra parte, contrastan con el papel del actor principal, Oliver Reed, sobrio y contenido, que eleva la calidad de la cinta. Se trata pues de un divertimento con ciertos objetivos artísticos por parte del director y del resto de los miembros del equipo. La rigurosidad histórica está orillada y carece de fundamento.
Hay momentos en los que este totum revolutum funciona, y otros tantos en los que hace aguas. Si el mordiente y la pretendida herejía, se encuentra en presentar a mujeres desnudas corriendo y gritando con cruces pintadas en su piel, el resultado es muy infantil.
Por lo tanto, es una película con altibajos que resulta interesante pero que no satisface por completo. Y desde luego aviso de que no es una película de terror.

6,4
209
6
5 de diciembre de 2018
5 de diciembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta singular película es una combinación ecléctica de géneros que van del melodrama a la fantasía, con muchos toques de humor.
La trama tiene similitudes con otras películas posteriores del director Fritz Lang, con un jóven vividor, granuja y mujeriego como personaje central, que tiene un deambular vital zigzagente y tembloroso, pero que es capaz de llevarse a todas las muchachas al huerto, es decir, de vivir la vida, o mejor dicho, de vivir su vida. Junto a él, una mujer enamorada y sufridora, que paciente y estoicamente acepta el carácter inconsistente y altivo de Liliom.
La película decae en su último tercio, en la parte más fantástica, no por la labor del director o de los actores, que en general están correctos, sino porque el argumento está cogido por los pelos, resulta artificial y no dá para más.
A pesar de ello, aparece el toque del genial director vienés en muchas ocasiones, por ejemplo en los cortes de los planos, y tiene muy buenos momentos de comicidad. Como es habitual en sus películas, la fuerza del destino juega un papel importante.
Está lejos de sus mejores trabajos y aún así es recomendable, aunque sin gran estusiasmo.
La trama tiene similitudes con otras películas posteriores del director Fritz Lang, con un jóven vividor, granuja y mujeriego como personaje central, que tiene un deambular vital zigzagente y tembloroso, pero que es capaz de llevarse a todas las muchachas al huerto, es decir, de vivir la vida, o mejor dicho, de vivir su vida. Junto a él, una mujer enamorada y sufridora, que paciente y estoicamente acepta el carácter inconsistente y altivo de Liliom.
La película decae en su último tercio, en la parte más fantástica, no por la labor del director o de los actores, que en general están correctos, sino porque el argumento está cogido por los pelos, resulta artificial y no dá para más.
A pesar de ello, aparece el toque del genial director vienés en muchas ocasiones, por ejemplo en los cortes de los planos, y tiene muy buenos momentos de comicidad. Como es habitual en sus películas, la fuerza del destino juega un papel importante.
Está lejos de sus mejores trabajos y aún así es recomendable, aunque sin gran estusiasmo.

7,2
1.249
7
31 de octubre de 2018
31 de octubre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es sorprende la capacidad que tiene esta película para desarrollar un melodrama, que como fondo tiene un viaje espacial. Y además lo hace con una naturalidad maravillosa.
Como punto de partida se trata de un viaje lunar tanto por motivos económicos como científicos, planos que la trama sabe perfactemente desarrollar. La rigurosidad científica alcanza importantes cuotas, aunque a partir de la última fase esta queda subordinada a un drama muy bien tejido.
Partiendo de los conocimientos que de estos viajes espaciales se podían presuponer en los años 20, aparece una minuciosa descripción de las fases del viaje espacial, dedicando especial énfasis a los aspectos técnicos. Resulta muy llamativo para mí personalmente, puesto que como ingeniero, tengo cierta tendencia a escudriñar estos aspectos. Los errores científicos no opacan en absoluto los méritos de esta película, es más, en muchas ocasiones dan un tono de inocencia entrañable.
El retrato de personajes y del valor de la nobleza y la amistad se muestra a través de escenas de gran poder emocional. Hay momentos absolutamente impagables, como las miradas del protagonista y el niño, o la escena del profesor con el ratón. Solo los genios como Lang son capaces de sacar tanto, con tan poco.
Resulta entretenida y es una excelente película para cinéfilos.
Como punto de partida se trata de un viaje lunar tanto por motivos económicos como científicos, planos que la trama sabe perfactemente desarrollar. La rigurosidad científica alcanza importantes cuotas, aunque a partir de la última fase esta queda subordinada a un drama muy bien tejido.
Partiendo de los conocimientos que de estos viajes espaciales se podían presuponer en los años 20, aparece una minuciosa descripción de las fases del viaje espacial, dedicando especial énfasis a los aspectos técnicos. Resulta muy llamativo para mí personalmente, puesto que como ingeniero, tengo cierta tendencia a escudriñar estos aspectos. Los errores científicos no opacan en absoluto los méritos de esta película, es más, en muchas ocasiones dan un tono de inocencia entrañable.
El retrato de personajes y del valor de la nobleza y la amistad se muestra a través de escenas de gran poder emocional. Hay momentos absolutamente impagables, como las miradas del protagonista y el niño, o la escena del profesor con el ratón. Solo los genios como Lang son capaces de sacar tanto, con tan poco.
Resulta entretenida y es una excelente película para cinéfilos.

7,0
22.741
2
25 de junio de 2017
25 de junio de 2017
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda la argumentación de la trama es muy poco sólida, una investigación que al poco de comenzar se ve claramente que no tiene razón de ser, y una búsqueda surrealista para poder aclarar un misterio que queda pronto al descubierto.
El problema reside en que en ningún momento la película me cuenta la historia de forma que me crea que lo que ocurre pudiera tener visos de credibilidad, y el factor sorpresa se acaba bien pronto.
Intenta de alguna forma mezclar varios géneros y en ninguno dá con la tecla ajustada, concluyendo de forma predecible y poco original.
La ambientación es extraña, aunque en ocasiones parece confusa incluso dentro de la propia historia.
El problema reside en que en ningún momento la película me cuenta la historia de forma que me crea que lo que ocurre pudiera tener visos de credibilidad, y el factor sorpresa se acaba bien pronto.
Intenta de alguna forma mezclar varios géneros y en ninguno dá con la tecla ajustada, concluyendo de forma predecible y poco original.
La ambientación es extraña, aunque en ocasiones parece confusa incluso dentro de la propia historia.

7,1
2.008
4
26 de septiembre de 2021
26 de septiembre de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que quien ve esta película tendrá una opinión muy distinta si ha leído la novela o no.
En el caso de haber leído la novela, compararla con la película, es como comparar a un elefante con un mosquito. Sinceramente, no hay por donde empezar.
La novela de Tolstoi desarrolla varias historias paralelas, y una de ellas es la de Anna Karenina, personaje que da título a la obra, pero es que en la misma hay otros personajes que tienen una importancia tanto mayor, como es el caso de Liovin, (o Levin según la traducción), que verdaderamente es el personaje principal y que está casi completamente desaparecido en la película.
Los actores y la edad de los personajes está muy mal representada. Si bien Greta Garbo creo que se adapta a la edad que supuestamente tiene en la novela, en la película su hermano Oblonski es demasiado mayor, así como Vronski que en la novela es más jóven que Anna Karenina.
La cuestión y el contraste entre la vida rural y la de la ciudad desaparece, también el estudio de las diferencias de clases entre la burguesía y el campesinado, y sigue unicamente el argumento de la vida de Anna Karenina. Esto es normal, porque es imposible que una novela de 1200 páginas, una obra monumental en todos los aspectos, pueda comprimirse en 95, 120 o 180 minutos. Es materialmente imposible. Lo que es menos comprensible es inventarse cosas que directamente no aparecen en la novela, aunque ahí también está la libertad artística de quien hace la película.
Es una película entretenida de sobremesa, apoyada en base a un libro imposible de emular, que empalidece frente al mismo. Greta Garbo no es especialemente atrayante como Ana Karenina, pero menos lo es Fredric March, me parece que no tienen química. Basil Rathbone, que pasó a la historia por los papeles de Sherlock Holmes, hace una interpretación con un exagerado e irritante acento británico, aunque sí que es cierto que en la novela es una persona altanera y fría. No sigo con el resto del elenco de actores, porque serían todos mis comentarios similares, los únicos que salvaría son a Kitty y a ,Dolly que aunque con poco tiempo en pantalla se parecen más a lo que aparece en la novela.
Es por ello que aunque es entretenida, se me hace muy pobre, y como casi siempre, es mejor ver la película y luego si tienes curiosidad leer la novela. Puedo decir que el disfrute de hacerlo es mucho mayor en este caso, y que cualquier tiempo que consumas en hacerlo vale mucho más que el que hayas invertido en ver sus adaptaciones en el cine, o en la televisión, y casi seguro que no te arrepentirás de haberlo hecho.
En el caso de haber leído la novela, compararla con la película, es como comparar a un elefante con un mosquito. Sinceramente, no hay por donde empezar.
La novela de Tolstoi desarrolla varias historias paralelas, y una de ellas es la de Anna Karenina, personaje que da título a la obra, pero es que en la misma hay otros personajes que tienen una importancia tanto mayor, como es el caso de Liovin, (o Levin según la traducción), que verdaderamente es el personaje principal y que está casi completamente desaparecido en la película.
Los actores y la edad de los personajes está muy mal representada. Si bien Greta Garbo creo que se adapta a la edad que supuestamente tiene en la novela, en la película su hermano Oblonski es demasiado mayor, así como Vronski que en la novela es más jóven que Anna Karenina.
La cuestión y el contraste entre la vida rural y la de la ciudad desaparece, también el estudio de las diferencias de clases entre la burguesía y el campesinado, y sigue unicamente el argumento de la vida de Anna Karenina. Esto es normal, porque es imposible que una novela de 1200 páginas, una obra monumental en todos los aspectos, pueda comprimirse en 95, 120 o 180 minutos. Es materialmente imposible. Lo que es menos comprensible es inventarse cosas que directamente no aparecen en la novela, aunque ahí también está la libertad artística de quien hace la película.
Es una película entretenida de sobremesa, apoyada en base a un libro imposible de emular, que empalidece frente al mismo. Greta Garbo no es especialemente atrayante como Ana Karenina, pero menos lo es Fredric March, me parece que no tienen química. Basil Rathbone, que pasó a la historia por los papeles de Sherlock Holmes, hace una interpretación con un exagerado e irritante acento británico, aunque sí que es cierto que en la novela es una persona altanera y fría. No sigo con el resto del elenco de actores, porque serían todos mis comentarios similares, los únicos que salvaría son a Kitty y a ,Dolly que aunque con poco tiempo en pantalla se parecen más a lo que aparece en la novela.
Es por ello que aunque es entretenida, se me hace muy pobre, y como casi siempre, es mejor ver la película y luego si tienes curiosidad leer la novela. Puedo decir que el disfrute de hacerlo es mucho mayor en este caso, y que cualquier tiempo que consumas en hacerlo vale mucho más que el que hayas invertido en ver sus adaptaciones en el cine, o en la televisión, y casi seguro que no te arrepentirás de haberlo hecho.
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