You must be a loged user to know your affinity with mgarsos
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
2
23 de marzo de 2022
23 de marzo de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras su éxito con “La Casa de las Flores” llegó su primer batacazo de la mano de “Alguien tiene que morir”, pudo haberse quedado ahí, como la excepción que confirma la regla, pero llegó “Érase una vez... pero ya no” para sacarnos de dudas y darle la puntilla a Manolo Caro.
Y es que “Érase una vez... pero ya no” es un completo despropósito de principio a fin. Nefasto, podría ser uno de los múltiples adjetivos que describieran a la perfección el guión de esta serie. Arrojan muchas pistas sobre las carencias que presenta esta 'comedia musical', un texto carente de estructura, sin demasiado acierto a la hora de incorporar los “gags” y en el qué, diferentes hits nacionales salen al rescate de unos temas propios, bastante mediocres.
La serie resiste gracias a sus secundarios, entre los que destacamos a una siempre genial Itziar Castro, a un grandioso Asier Etxeandia y a unas graciosas e histrionicas Rossy de Palma y Mariana Treviño. La mención especial esta vez recae sobre Daniela Vega con mucho acierto en su papel y Julián Villagrán dupla perfecta de Castro.
En cuanto a la factura, no se entiende cómo un producto de tan alto presupuesto puede llegar a tal nivel de cutrez. Las localizaciones, que no son nada del otro mundo, no restan, pero tampoco aportan gran cosa. Sus sets y vestuario huelen a precario, su fotografía carece de equilibrio y composición y su paleta de colores saturada, elegida sin ton ni son, consigue finalmente, elevarlo todo a la categoría de horterada.
Érase una vez... una serie que intentó ser demasiadas cosas. Intento ser comedia y fracasó. Intentó ser musical y volvió a fracasar. Intentó reescribir los cuentos de hadas, incluyéndoles de la forma más ortopédica el feminismo y también fracasó estrepitosamente. Aún así, esta historia se dejaba ver, porque gracias a lo disparatada y absurda que era, te hacía pensar estar hecha así a propósito.
...pero ya no tenía ningún otro encanto. Por lo que, como nunca antes, esperábamos con ansias, el colorín colorado definitivo, que pusiese fin a este dislate de cuento.
Puntuación: 1y media sobre 5.
Y es que “Érase una vez... pero ya no” es un completo despropósito de principio a fin. Nefasto, podría ser uno de los múltiples adjetivos que describieran a la perfección el guión de esta serie. Arrojan muchas pistas sobre las carencias que presenta esta 'comedia musical', un texto carente de estructura, sin demasiado acierto a la hora de incorporar los “gags” y en el qué, diferentes hits nacionales salen al rescate de unos temas propios, bastante mediocres.
La serie resiste gracias a sus secundarios, entre los que destacamos a una siempre genial Itziar Castro, a un grandioso Asier Etxeandia y a unas graciosas e histrionicas Rossy de Palma y Mariana Treviño. La mención especial esta vez recae sobre Daniela Vega con mucho acierto en su papel y Julián Villagrán dupla perfecta de Castro.
En cuanto a la factura, no se entiende cómo un producto de tan alto presupuesto puede llegar a tal nivel de cutrez. Las localizaciones, que no son nada del otro mundo, no restan, pero tampoco aportan gran cosa. Sus sets y vestuario huelen a precario, su fotografía carece de equilibrio y composición y su paleta de colores saturada, elegida sin ton ni son, consigue finalmente, elevarlo todo a la categoría de horterada.
Érase una vez... una serie que intentó ser demasiadas cosas. Intento ser comedia y fracasó. Intentó ser musical y volvió a fracasar. Intentó reescribir los cuentos de hadas, incluyéndoles de la forma más ortopédica el feminismo y también fracasó estrepitosamente. Aún así, esta historia se dejaba ver, porque gracias a lo disparatada y absurda que era, te hacía pensar estar hecha así a propósito.
...pero ya no tenía ningún otro encanto. Por lo que, como nunca antes, esperábamos con ansias, el colorín colorado definitivo, que pusiese fin a este dislate de cuento.
Puntuación: 1y media sobre 5.
8
14 de septiembre de 2022
14 de septiembre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una nueva sorpresa dentro del panorama actual de ficción adolescente. Una “road movie” simple pero efectiva.
Y es precisamente esa apuesta por la sencillez lo que la hace brillar. Tiene una buena historia a la que le falta profundidad por culpa del metraje, pero se narra con la claridad suficiente como para que el espectador pueda completarla. Sus diálogos aunque parcos son altamente creíbles. Y sus tramas, al igual que en productos similares de plataforma, son básicas pero a la vez ahondan en temas más profundos como la empatía, la necesidad de pertenencia, las relaciones tóxicas, la aventura o el amor adolescente entre otros.
Naira Lleó (Alba) protagoniza esta miniserie con una actuación comedida, en ocasiones demasiado. Le falta quizá ese punto, que si vimos en “Hierro”, para brillar. Un “punch” del que si hace alarde Malva Vela (Irene), porque si algo nos quedó claro desde aquel paso por el mítico “Me Cambio de Década”, es que esta chica “tiene ángel”. Y en cada aparición como en su paso por “Servir y Proteger”, “El Reino” o la serie que ahora nos atañe, lo deja patente, imprimiendo su presencia carisma y empaque. Completan los destacados Gabriel Guevara producto de la gran cantera de “Skam España” con (Fran) que es el encargado de cohesionar el grupo, algo que hace magistralmente. El resto del reparto se mantiene correcto en ese aprendizaje de futuras promesas que les corresponde.
La factura denota austeridad, pero sin percibirse cutre, algo a lo que ayuda el mismo contexto de la historia, un viaje por carretera improvisado por adolescentes. Ni las localizaciones ni el diseño de producción marcarán la diferencia en esta ficción, lo que si lo hará es su estrategia visual. Grabada en 4:3, formato mítico de televisión analógica y colorizada en un claro “Orange and Teal”, con guiños a un aspecto “Kodak Ektar 100”. Consigue así la estética de “Blockbuster” noventero por la que apuesta la serie.
No podemos olvidarnos de la música. Ritmos urbanos, “indie”, rap y “trap”, muy bien usados y que al igual que sus diálogos, nos ayudan a retratar a sus protagonistas hijos de la generación z. Incluye también el tema “Ofelia” de Malva Vela.
“Menos es más”, esa máxima de Van der Rohe cobra protagonismo en “Cómo mandarlo todo a la mierda”, una serie minimalista pero extremadamente fresca y acertada. Un drama adolescente diferente en el que todo encaja. Ligero y altamente digerible por su formato y ritmo ágil. No la mandéis a la mierda sin antes darle esa oportunidad, con la que os aseguro os engancharéis a sus 6 capítulos de 20 minutos, sin necesidad de ningún “cliffhanger”.
Puntuación: 3 y media de 5.
Y es precisamente esa apuesta por la sencillez lo que la hace brillar. Tiene una buena historia a la que le falta profundidad por culpa del metraje, pero se narra con la claridad suficiente como para que el espectador pueda completarla. Sus diálogos aunque parcos son altamente creíbles. Y sus tramas, al igual que en productos similares de plataforma, son básicas pero a la vez ahondan en temas más profundos como la empatía, la necesidad de pertenencia, las relaciones tóxicas, la aventura o el amor adolescente entre otros.
Naira Lleó (Alba) protagoniza esta miniserie con una actuación comedida, en ocasiones demasiado. Le falta quizá ese punto, que si vimos en “Hierro”, para brillar. Un “punch” del que si hace alarde Malva Vela (Irene), porque si algo nos quedó claro desde aquel paso por el mítico “Me Cambio de Década”, es que esta chica “tiene ángel”. Y en cada aparición como en su paso por “Servir y Proteger”, “El Reino” o la serie que ahora nos atañe, lo deja patente, imprimiendo su presencia carisma y empaque. Completan los destacados Gabriel Guevara producto de la gran cantera de “Skam España” con (Fran) que es el encargado de cohesionar el grupo, algo que hace magistralmente. El resto del reparto se mantiene correcto en ese aprendizaje de futuras promesas que les corresponde.
La factura denota austeridad, pero sin percibirse cutre, algo a lo que ayuda el mismo contexto de la historia, un viaje por carretera improvisado por adolescentes. Ni las localizaciones ni el diseño de producción marcarán la diferencia en esta ficción, lo que si lo hará es su estrategia visual. Grabada en 4:3, formato mítico de televisión analógica y colorizada en un claro “Orange and Teal”, con guiños a un aspecto “Kodak Ektar 100”. Consigue así la estética de “Blockbuster” noventero por la que apuesta la serie.
No podemos olvidarnos de la música. Ritmos urbanos, “indie”, rap y “trap”, muy bien usados y que al igual que sus diálogos, nos ayudan a retratar a sus protagonistas hijos de la generación z. Incluye también el tema “Ofelia” de Malva Vela.
“Menos es más”, esa máxima de Van der Rohe cobra protagonismo en “Cómo mandarlo todo a la mierda”, una serie minimalista pero extremadamente fresca y acertada. Un drama adolescente diferente en el que todo encaja. Ligero y altamente digerible por su formato y ritmo ágil. No la mandéis a la mierda sin antes darle esa oportunidad, con la que os aseguro os engancharéis a sus 6 capítulos de 20 minutos, sin necesidad de ningún “cliffhanger”.
Puntuación: 3 y media de 5.
8
19 de agosto de 2022
19 de agosto de 2022
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un justo y encomiable homenaje a su cinta homónima. Pero no solo se queda ahí, sino que juega a su favor el metraje extra del formato serie, para ahondar en temas, tramas y personajes inabarcables por la película del 92.
Con un guión refrescado y refrescante, bastante equilibrado entre drama y comedia. Pero quizá con excesivas licencias creativas de nuestros días, para un texto que debe sonar a 1943.
Grandes actuaciones de las que destacamos a Abbi Jacobson (Carson Shaw) como empoderada entrenadora animada a serlo por (Greta Gill) D'Arcy Carden la extrovertida pero frágil mujer de bandera. También ofrecen mucho juego Chanté Adams (Maxime) con su beisbolista frustrada apoyada por su incondicional amiga dibujante (Clance) Gbemisola Ikumelo.
Su factura bastante a la altura, nos ofrece una colorida fotografía un tanto saturada, un diseño de producción que cumple, sin deslumbrar, un vestuario que te saca de época y una música que te vuelve a introducir.
Ellas dan el golpe es una serie completa, que trata temas serios de forma magistral, en clave de comedia dramática ligera. Una serie altamente recomendable que disfrutarás tanto si te gusta el “baseball“ como si no y que te encantará si te gusto su predecesora de 1992. Así que ya sabes, atrévete a jugar “a baseball o al baseball” y disfruta de sus 8 capítulos terminados en un “home run” que nos auguran una segunda temporada.
Puntuación: 3 y media sobre 5.
Con un guión refrescado y refrescante, bastante equilibrado entre drama y comedia. Pero quizá con excesivas licencias creativas de nuestros días, para un texto que debe sonar a 1943.
Grandes actuaciones de las que destacamos a Abbi Jacobson (Carson Shaw) como empoderada entrenadora animada a serlo por (Greta Gill) D'Arcy Carden la extrovertida pero frágil mujer de bandera. También ofrecen mucho juego Chanté Adams (Maxime) con su beisbolista frustrada apoyada por su incondicional amiga dibujante (Clance) Gbemisola Ikumelo.
Su factura bastante a la altura, nos ofrece una colorida fotografía un tanto saturada, un diseño de producción que cumple, sin deslumbrar, un vestuario que te saca de época y una música que te vuelve a introducir.
Ellas dan el golpe es una serie completa, que trata temas serios de forma magistral, en clave de comedia dramática ligera. Una serie altamente recomendable que disfrutarás tanto si te gusta el “baseball“ como si no y que te encantará si te gusto su predecesora de 1992. Así que ya sabes, atrévete a jugar “a baseball o al baseball” y disfruta de sus 8 capítulos terminados en un “home run” que nos auguran una segunda temporada.
Puntuación: 3 y media sobre 5.

4,8
1.166
4
29 de septiembre de 2024
29 de septiembre de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntuación: ⭐️⭐️ de 5
Una película de bajo rendimiento
Por mgarsos
Una historia con un potencial increíblemente desaprovechado. Vacía y carente de profundidad. Su guión busca la sobriedad soviética, pero se da de bruces contra el completo aburrimiento y el sinsentido.
Rueda es la única que mantiene la tensión en este despropósito. Escolar hace lo que puede por mantenerse y lo consigue gracias a su gran talento, mientras que Netavrovana se diluye por completo casi desde el inicio. Aún desaprovechados, Efe y Vellés consiguen rascar su merecido puesto.
Visualmente austera y sin demasiada personalidad.
Como en el resto de apartados, este confunde el minimalismo con el sopor.
La música en esta ocasión ni aporta ni estorba.
Caída Libre nunca pudo tener un título tan acertado. Desde el minuto uno es un aro que no para de girar cual círculo vicioso, en el que la única cinta a la que agarrarse mientras permanece dando vueltas, son la tablas de Rueda. Aún así, continúa como una pelota que cae cuesta abajo para terminar en un completo y absurdo mazazo.
Una película de bajo rendimiento
Por mgarsos
Una historia con un potencial increíblemente desaprovechado. Vacía y carente de profundidad. Su guión busca la sobriedad soviética, pero se da de bruces contra el completo aburrimiento y el sinsentido.
Rueda es la única que mantiene la tensión en este despropósito. Escolar hace lo que puede por mantenerse y lo consigue gracias a su gran talento, mientras que Netavrovana se diluye por completo casi desde el inicio. Aún desaprovechados, Efe y Vellés consiguen rascar su merecido puesto.
Visualmente austera y sin demasiada personalidad.
Como en el resto de apartados, este confunde el minimalismo con el sopor.
La música en esta ocasión ni aporta ni estorba.
Caída Libre nunca pudo tener un título tan acertado. Desde el minuto uno es un aro que no para de girar cual círculo vicioso, en el que la única cinta a la que agarrarse mientras permanece dando vueltas, son la tablas de Rueda. Aún así, continúa como una pelota que cae cuesta abajo para terminar en un completo y absurdo mazazo.
Miniserie

6,6
2.079
9
3 de noviembre de 2022
3 de noviembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una interesante visión, desde los diferentes puntos de vista de todos los actores implicados, en la historia del gigante del streaming musical. Inteligentemente contada, utiliza para ello estrategias menos usuales pero que ya hemos podido ver en otras series como “Falsas Identidades”. Consigue así, una visión holistica en la que lo sabes todo y al mismo tiempo nada. Su guión, genialmente escrito, posee un buen ritmo, la tensión y la intriga correcta.
Se percibe bastante coral, todos tienen su momento y su protagonismo, pero ninguno sobresale ni se solapan, estamos ante un reparto bastante equilibrado, cuyas actuaciones de calidad miran por el bien común de la serie. Destacaría a Gizem Erdogam (Petra), Janice Kavander (Bobbie T.), Edvin Endre (Daniel Ek), Christian Hillborg (Martin), Joel Lützow(Andreas) y Ulf Stenberg (Per Sundin). Cabe una mención especial tanto para Ella Rappich (Shophia) como para Sofia Karemyr (Steffi).
También está cuidada estéticamente, al igual que la aplicación, no solo es rápida y útil sino visualmente bonita. Aunque ciertamente, se hecha en falta que tome un poco más de riesgo en la fotografía o la música.
En definitiva “The Playlist” es una buena historia, contada con alto grado de acierto e inteligencia, en la que el reparto rema al unísono para sumar y cumple visualmente. ¿Qué hacen ellos qué no hagamos nosotros? Lo que ellos hacen lo desconozco, pero lo que hacéis vosotros es muy sencillo, para empezar, un "biopic" de alta calidad.
Puntuación: 4 de 5.
Se percibe bastante coral, todos tienen su momento y su protagonismo, pero ninguno sobresale ni se solapan, estamos ante un reparto bastante equilibrado, cuyas actuaciones de calidad miran por el bien común de la serie. Destacaría a Gizem Erdogam (Petra), Janice Kavander (Bobbie T.), Edvin Endre (Daniel Ek), Christian Hillborg (Martin), Joel Lützow(Andreas) y Ulf Stenberg (Per Sundin). Cabe una mención especial tanto para Ella Rappich (Shophia) como para Sofia Karemyr (Steffi).
También está cuidada estéticamente, al igual que la aplicación, no solo es rápida y útil sino visualmente bonita. Aunque ciertamente, se hecha en falta que tome un poco más de riesgo en la fotografía o la música.
En definitiva “The Playlist” es una buena historia, contada con alto grado de acierto e inteligencia, en la que el reparto rema al unísono para sumar y cumple visualmente. ¿Qué hacen ellos qué no hagamos nosotros? Lo que ellos hacen lo desconozco, pero lo que hacéis vosotros es muy sencillo, para empezar, un "biopic" de alta calidad.
Puntuación: 4 de 5.
Más sobre mgarsos
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here